La verdad es que dudo entre usar el nombre o el apellido por el que ya has pasado a la historia de la política de España. Acabo de decidir que, va a ser el apellido, aunque suena fatal la combinación de “querida Ayuso”.
Querida Ayuso.
Del esperpento al que hemos asistido en los últimos días, los españolitos de a pie hemos sacado bastantes conclusiones, que paso a enumerar, aunque ello no suponga una preeminencia de orden.
La primera y más importante: Este Pablo Casado, no puede acudir a las urnas en busca de una presidencia del Gobierno, en lucha contra Pedro Sánchez. Está incapacitado por inútil, blando y mentiroso.
Debo decir que cuando él salió elegido como líder del PP, me alegré. Me pareció alguien con una buena capacidad dialéctica y me fijé que cuando subía al estrado o se dirigía al Congreso, rara vez llevaba apuntes.
Desde hace ya algún tiempo estoy
totalmente decepcionado. Es un individuo sin carisma, sin capacidad de
arrastrar masas, sin poder de convencimiento, sin poder de ilusionar y sin esa mala leche muchas veces necesaria para morder al enemigo. Según un famoso tenista profesional, eso "la mala leche" era la diferencia entre ser el número 1 o el 50.
Si imaginamos al PP sin Casado, por lógica hay que eliminar de la ecuación a toda la Junta Directiva. Otra cosa no tendría sentido.
Llegados a este punto, cabe preguntarse qué se va a hacer para quitar a este peso muerto de en medio, porque detrás de él, como ya he dicho, lo que hay es un erial, un desierto, habitado por mindundis de tercera fila, tal y como a Casado le gusta rodearse.
A excepción de ti y Almeida. Y es precisamente ahí donde está el problema.
Es meridianamente claro, que Casado ha dibujado TU TECHO DE CRISTAL dentro del PP.
Esa opción, libremente aceptada por ti, podría ser una excelente combinación de cara a tener a Casado en Moncloa. Pero triste y sorpresivamente, Casado ha demostrado en estos días, no tener lo que hay que tener para sentarse allí. Y como muy bien dijo Aznar hace unos días: «el objetivo no es sentarse, sino sentarse para hacer qué».
Descartado Casado para el puesto al que él aspira, en este PP no hay nadie más que tú, Isabel Díaz Ayuso, con la capacidad, la valentía y el carisma, para poder triunfar en esa guerra.
Nos libraste de Pablo Iglesias hasta conseguir desterrarlo a una emisora de radio que nadie oye.
Venciste a Pedro Sánchez y a todo su aparato mediático, barriéndoles en Madrid.
Ahora tienes que librarnos de Casado. Es un lastre, es un problema y es un inútil.
El objetivo es la Moncloa. Con él al frente, el PP no llegará jamás. Tú eres la única.
Tras la “espantá” del ruedo que han dado Casado y su lacayo Egea de la noche a la mañana, al más puro estilo Rafael de Paula, no deberías confundirte y pensar que esto se termina aquí. Sólo es una cortina de humo para distraer, mientras Egea y compañía, siguen maquinando cómo quitarte de en medio y quedarse sin rival interno en el partido.
En el PSOE se están frotando las manos con esto.
Por otra parte, Casado no va a convocar JAMÁS el congreso del PP de Madrid, va a sabotear hasta lo delictivo que tú puedas presentarte y ya veremos si hace lo propio con el Congreso Nacional. Se ha pegado el sillón al culo y se irá de ahí llorando como Boabdil de Granada, pero eso a los españoles nos va a costar mucho dinero, prestigio internacional, sangre, sudor y lágrimas, aguantando a Pedro y su troupe.
Así es que dadas las circunstancias y habida cuenta de que el “status quo” ha cambiado, creo que tu intención de permanecer en la Comunidad de Madrid, deberías replanteártela, porque es más que claro, que empieza a quedarse pequeña para tus capacidades y esperanzas de futuro. Debes luchar, a partir de ahora, por ser presidente del Gobierno de España. La primera mujer en España y, además, de derechas. Con capacidad de dialogar con Ciudadanos (si es que sigue existiendo) y también con VOX, que sigue siendo más constitucional que toda la escoria con la que ha pactado Sánchez.
Antes que tú ha habido otras mujeres relevantes en el PP, que también se encontraron con ese techo de cristal. Recuerdo a Isabel Tocino, por ejemplo, Luisa Fernanda Rudi, Esperanza Aguirre, Loyola de Palacio o Soraya Sáenz de Santamaría, Cristina Cifuentes, son algunos ejemplos. Todas ellas, desempeñaron eficazmente sus tareas, pero a nadie se le pasó por la cabeza que ninguna pudiera presidir el Consejo de ministros.
Pues yo voy un poco más allá. Yo te emplazo a que sigas los principios de otra homónima tuya, y gran amor de Carlos I de España: Isabel de Portugal.
Sin duda, los linajes os diferencian, pero su lema fue:
«O reina o nada».
¡A POR ELLOS, AYUSO! En esta guerra no hay prisioneros.
