miércoles, febrero 26, 2020

Cataluña año cero.


Hoy se ha inaugurado una nueva etapa en las relaciones entre la Generalitat y el gobierno de España, sentándose los independentistas por un lado y el gobierno por otro, en La Moncloa. Los unos, con la pretendida ilusión de hablar de autodeterminación, independencia, referéndum, además de amnistía a los presos, y cuantas ocurrencias y caprichitos se les puedan ir ocurriendo durante las conversaciones. Y claro, hay bastante gente que está preocupada por la manera en que se va a terminar saliendo de este embrollo. Y yo intuyo que no va a ser muy diferente a esto.

No va a haber referéndum. O, mejor dicho, el gobierno no va a reconocer que lo hay, como tal, pero los indepes se van a tirar el rollo de que sí. Lo que al final se va a hacer, es que los catalanes serán llamados a las urnas para dar su opinión acerca de todos los aspectos que se hayan conseguido arrancar en las negociaciones, y mientras, el gobierno, mantendrá la postura respetuosa de que tal consulta no les parece mal, porque es democrática, y los separatistas lo vestirán de lagarterana y dirán que, por fin, tienen el famoso y tan ansiado referéndum. Y la consecuencia es que a ver quién es el guapo que vota en contra de todas las supuestas ventajas que van a conseguir.

Por otro lado, el gobierno está predispuesto de antemano a otorgar todas las competencias sobre cualquier aspecto que los separatistas les exijan, a salvo de aquellas que vayan directamente contra la Constitución, y de esto, tampoco pondría la mano en el fuego. Pero serán tantas que, de facto, será como si Cataluña fuera independiente. Salvo el nombre (que no se llamará República Independiente) y algunas exiguas competencias del gobierno central, el resto lo gestionarán ellos. Eso sí, con el dinero de todos los españoles, porque ellos no tendrán forma humana de ser económicamente independientes, a tenor de los miles de empresas que han huido y de las que, tal vez, se lo vuelvan a pensar de ahora en adelante, así como, de los miles y miles de millones que sistemáticamente solicitan (casi exigen) al Fondo de Liquidez Autonómica para poder pagar a la infinita lista de funcionarios, adláteres y lameculos. De esta forma, el Dr. Fraude se asegura el voto de aquellos con los que él mismo juró y perjuró que no pactaría jamás de los jamases, y con ello, su permanencia en la Moncloa y el aumento de votos del PSC en Cataluña.

Y por lo que se refiere a los políticos presos, tampoco será necesario que el Dr. Fraude firme un Decreto Ley indultando a los golpistas. Sería demasiado chusco. De hecho, casi están en su casa y pasan por la prisión para ver los emails y fumarse un cigarrito con los funcionarios de prisiones. Y si eso no fuera suficiente, ahí están los acólitos del Ministro de Justicia y la Loles, que hoy ha prometido el cargo de Fiscal General del Estado, para cambiar, derogar y adaptar el Código Penal, las calificaciones de los hechos y lo que sea menester, con tal de que sus excelencias, los señores golpistas, no se sientan incomodados lo más mínimo y puedan seguir desarrollando sus tareas de traición a España por todo el orbe mundial. 

Por cierto, que la reverencia protocolaria de la Loles ante S.M. el Rey, no tiene comparación con el esguince cervical con el que Iván Redondo obsequió a Torra. 

Así es que tranquilos. Cataluña no será una República Independiente…pero sí. Y los presos, no serán indultados…pero también. 

Y mientras tanto, el resto de CCAA, pues a verlas venir. Si son del PSOE, serán agraciadas con una lluvia de millones – que sería de agradecer que no fueran a los bolsillos de los de siempre – y si son del PP, les van a dar por donde no brilla el sol. Con ello, el gobierno del PSOE, irá creando enemistades, tensiones y enfrentamientos, entre unas Comunidades y otras, obligando a una lucha más intensa que la actual y con ello favorecerá la creación de un caldo de cultivo propicio para liquidar el Estado de las Autonomías e inaugurar el Estado de la Nación de Naciones. 

La buena noticia, es que, imagino, que Melilla dejará de ser Ciudad Autónoma para convertirse en Nación. ¿O no? Lo mismo se la regala a Mohamed VI, que este es muy capaz.

Y a eso, el Dr. Fraude lo llama gestión territorial. La nueva política territorial de la que se siente tan orgulloso.

domingo, febrero 23, 2020

Democracia

Hablar de democracia en estos momentos, a alguno, le podría parecer una perogrullada, una conversación bizantina que está de más. Sería lógico, porque de los 47 millones de habitantes que hay en España, más de 24 millones, tienen cuarenta y cuatro años o menos, es decir, han nacido en democracia y por tanto no han conocido otro sistema político. Y, sin embargo, creo que procede hacer una reflexión acerca de nuestra experiencia con ese concepto tan manipulado, tan manoseado y en ocasiones tan abusado, como es el de la democracia.

Convendría empezar remarcando que, aunque el concepto de democracia fue acuñado por Platón y Aristóteles en la Grecia antigua, allá por el siglo V a.c., no es hasta comienzos del siglo xx, cuando realmente comienza a implantarse, con más o menos garantías, en países de América Latina, Europa, incluida España, por centrarnos en nuestro entorno y área de influencia cultural más próxima. Ello fue posible mediante el uso generalizado del denominado sufragio universal, otro concepto que va intrínsecamente unido al de democracia. Sin el sufragio universal, libre, igual y secreto, no se puede hablar de democracia.

Lamentablemente, a la memoria nos vienen demasiados ejemplos en los que algunos dictadores, pervirtiendo la propia esencia de la democracia y por tanto del sufragio universal, pretenden perpetuarse en el poder, traicionando todos los principios básicos morales, políticos y de todo tipo, con tal de conseguirlo, basándose, eso sí, en una supuesta – y más que discutible – actuación democrática.

En Europa, el primer país en implantar el sufragio universal, fue Finlandia en 1906. En España, se implantó en 1933. En Francia, por ejemplo, se implantó en 1944.

Como se ve, algo que a muchos podría parecer que ha vivido con nosotros desde siempre, que nos pertenece por el mero hecho de nacer libres, que ha nacido con nosotros y que nos acompaña – y no acompañará para siempre- desde siempre, no es en modo alguno cierto. Ni mucho menos. Por tanto, conviene tenerlo en cuenta para poder valorar en su justa medida los triunfos logrados, el esfuerzo que supuso y tener bien claro que mantenerlo, es una cuestión de lucha permanente y que habrá individuos y colectivos, que intentarán arrebatarnos este privilegio y sustituirlo por otras ideas y conceptos, cuyos intereses sólo les van a favorecer a ellos.

A lo largo de esta trayectoria de la democracia, – y no quiero extenderme demasiado – hemos llegado a la actual situación que vivimos en España, en la que de repente, parece que estamos metidos en una lavadora y no paramos de dar vueltas. Muchos se sienten desorientados, confusos, pensando que aquellas ideas en las que se fundamentaba su concepto de democracia, cada día son traicionadas o cuando menos, retorcidas, hasta hacerlas irreconocibles.

La mayoría de las personas tenía asumido que esto de la democracia estaba muy claro: la mayoría gana y por tanto gobierna. Pero de un tiempo a esta parte, estamos asistiendo a un espectáculo que, en ocasiones, cuando menos, desconcierta al personal sobremanera.

Por ejemplo. Por utilizar un símil futbolístico, imaginemos que el Barça gana la liga – como todos los años –.  De pronto, se juntan el Real Madrid, el At. de Madrid y el Valencia, por ejemplo, y entre ellos deciden que la Liga, en vez de haberla ganado el Barça, la ha ganado el Betis. Y todo porque los puntos sumados de todos ellos, son más que los conseguidos por el Barça. Absurdo, ¿verdad? Pero real como la vida misma.

Y entonces hay que desarrollar toda una tarea didáctica para intentar explicar al atónito ciudadano de a pie, que eso de pactar todos los que han perdido e intentar gobernar en vez de que lo haga el que ha ganado, es legal. Una aparente contradicción.

Y si a eso, – que ya es complicado de entender pero que debemos aceptar-, le añadimos que un señor que no se ha presentado a las elecciones, que no forma parte del Congreso de los Diputados, que no ha hecho campaña electoral y que para más inri, su propio partido le ha expulsado del cargo que ostentaba; que nadie, absolutamente nadie le ha votado, y que sin embargo, acaba de Presidente del gobierno por mor de una moción de censura, la perplejidad comienza a tomar tintes kafkianos. Porque, – y aquí viene lo mejor-, también es legal. Un tanto artificial y maniobrero, pero legal, al fin y al cabo.

Pero ¿cómo es posible? se preguntan los más incrédulos. Pues muy simple, porque en una provincia de las que conforman España, ha habido 20.000 personas que han conseguido un representante en el Congreso y éste, le ha dado su apoyo. Porque esa es otra de las cuestiones que levantan suspicacias en relación al modo y manera en la que en España se eligen a los representantes políticos: la ley electoral. Una ley, que, junto con otras medidas, tenían – y tienen – como finalidad principal, dar voz y de paso, voto, a las minorías. Y lo que en un principio fue una idea magnífica, con el tiempo y las maniobras oportunas, se ha convertido en una perversión de la democracia. Pues de perversión debemos calificar al hecho de que al final, aunque sea de modo legal, quien gobierna no es el que gana las elecciones, sino el que es capaz de establecer alianzas, – ya sean naturales o contra natura-, con todas las minorías, haciendo con ello que, en el fondo, quien gobierna, sean las minorías, pues de ellas depende el partido que haya pactado y que no tiene mayoría suficiente para gobernar.
Así es que, el primer principio que considerábamos inalienable, cual es el de que, quien gana gobierna, resulta que no es cierto. Que, para gobernar, o sacas mayoría absoluta – cosa harto complicado en estos momentos – o el que gobierna es el Betis.

Otro de los aspectos que más controversia suscita cuando hablamos de democracia, es el conocido como inmunidad parlamentaria. Otro concepto que requiere profundas dosis de paciencia y de capacidad didáctica, porque hay que explicar al personal que, tras esta ampulosa referencia, no se esconde la IMPUNIDAD ante cualquier delito, sino que los delitos que perpetren sus señorías, serán juzgados igualmente, pero por un tribunal especial. Eso, si hay suerte y conseguimos que se sienten en el banquillo, claro.

Y nuevamente, llegados a este punto, el ciudadano de a pie, intenta contrastar el comportamiento de la Justicia para con él mismo, con la actitud a veces excesivamente contemplativa, a veces totalmente laxa, en relación a algunos políticos, sean diputados o no.

Es decir, una vez más, otra de las ideas que parecían básicas, elementales, en relación a la democracia, como es la igualdad de todos ante la ley, resulta que, en demasiados ejemplos, se demuestra que tampoco es cierto.

Así es que, tenemos algunas conclusiones por el momento.
  • El que gana, no siempre gobierna.
  • A veces gobierna uno cualquiera, aunque no le haya votado nadie.
  • Los partidos minoritarios, tienen más poder que los que más votos tienen.
  • La Justicia, NO es igual para todos.
Pero a pesar de todos estos inconvenientes, problemas y contradicciones, lo peor no es eso.
Uno de los puntos débiles de la democracia, tal vez, el peor de todos, es que, por su propia naturaleza, permite a los enemigos de ella, penetrar en su interior, como si de un caballo de Troya se tratara, y así poder destruirla desde dentro. Son varios los ejemplos que nos vienen a la memoria y por eso, comentaba algunos párrafos anteriores que la democracia es un privilegio por el que debemos estar vigilantes y continuar luchando por su mantenimiento, porque si no, hay grandes probabilidades de que, en algún momento, la perdamos y volver a recuperarla, es mucho más costoso.

En el mundo comercial se sabe positivamente que es mucho más difícil conseguir un cliente nuevo que perderlo. Por eso es tan importante, cuidarlo, mantenerlo y tenerlo feliz. Con la democracia, deberíamos hacer lo mismo.

Para terminar, lo haré con una de las más famosas y célebres frases de Winston Churchill:
«La democracia es el menos malo de los sistemas políticos». Del discurso en la Casa de los Comunes del 11-11-1947: «De hecho, se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando».
Parafraseando al inefable Billy Wilder: “Nada es perfecto”.

domingo, febrero 16, 2020

La persiana maldita (que no la maldita persiana)


La persiana debe su nombre a la antigua nación conocida como Persia (hoy Irán) de donde procedían a partir del s. XVIII. 

Que la persiana es un gran invento, no voy a descubrirlo ahora. Un mecanismo sencillo, de sube y baja. No se traslada a los laterales, no necesita un sofisticado sistema de GPS ni nada por el estilo. Sencillo: subir y bajar. El sistema más habitual consiste en enrollarla para recogerla en un tambor superior y desenrollarla para desplegarla. Para ello, la persiana se compone de listones que se pliegan o enrollan en el caso de las persianas enrollables.

Aunque como digo, es un gran invento, también hay que señalar que no todos los países hacen uso de semejante adelanto. Por ejemplo, en Alemania, no suelen utilizar persianas, probablemente porque tampoco tienen luz ni ven el sol. Y para el resto de países europeos, el mecanismo de sube/baja de la persiana, al parecer, les supone un verdadero quebradero de cabeza. A saber.

En las persianas enrollables, existen diferentes métodos para conseguir que la persiana se pliegue o desenrolle del tambor. El más antiguo consiste en una cinta que va de arriba abajo en el lateral de la ventana y que tirando de ella, la persiana se enrolla en el tambor superior, permitiendo el paso de la luz (si hay) y soltándola con cuidado y controlando el efecto de la gravedad, se baja total o parcialmente, en función del deseo del usuario. Por otro lado, está el sistema más sofisticado, que consiste en un motor oculto a la vista y que realiza las mismas funciones de subir y bajar la persiana, pero de modo automático y sin esfuerzo físico. Hay un tercer sistema, que sustituye el uso manual de tirar y destensar la cinta, que se basa en una manivela, que, en vez de una cinta, maneja un cable de acero normalmente, y que es el que recoge o suelta la persiana, haciendo que suba o que baje. Esto, al parecer, para la mayoría de europeos, supone un sudoku mental indescifrable que les trastorna su única neurona y tan complejo, como el de un folio partido por la mitad, que para algunos gilipollas supone un puzle. En efecto.

El uso de la manivela para subir y bajar la persiana es tan sencillo como que, si giras la manivela en el sentido de las agujas del reloj, la persiana sube y cuando ha llegado al tope, paras. Y si giras en sentido contrario, es impresionante, pero la persiana baja. Pues bien, este mecanismo tan sencillo, tan simple, similar al de un orinal, apto para cualquier imbécil, resulta sorprendente comprobar lo extraordinariamente complejo que supone para ciertos cerebros mono neuronales.

Estos individuos, que no solamente desconocen el concepto de persiana, sino que el concepto de la lógica les es absolutamente ajeno, son incapaces de entender la simpleza del mecanismo, de tal forma, que cuando pretenden subir la persiana, giran la manivela en el sentido equivocado y viceversa. Todo ello, lo que provoca en realidad, es un descojone en el cable de acero que es el responsable de enrollar o desenrollar la persiana. Si el proceso se repite infinitas veces, en el mejor de los casos se consigue que el movimiento de la manivela para subir y bajar la persiana, sea exactamente el contrario al original, consiguiendo que el cable de acero dentro del cajetín, gire en sentido contrario. Así, si giras en el sentido de las agujas del reloj, la persiana en vez de subir baja y viceversa.

Pero claro, con tanto gilipollas tocando los cojones con la puta persiana, llega un momento en el que tarde o temprano, tienes que llamar a un especialista en persianas para que arregle el desaguisado que han organizado entre todos. Lo malo es que cuando se trata de un sábado, la cosa se empieza a poner un poco más complicada. De todas formas, después de contactar con varios especialistas, de esos que se anuncian como 24 horas y que después de pedirte toda clase de datos como el teléfono y el email, te dicen que te llaman en 5 minutos y no vuelves a saber nada más de ellos en todo el día, finalmente contactas con uno. Después de hablar con él, la planificación que tenías, salta por los aires, porque tú tenías pensado dedicar la mañana a dejar listo el apartamento y regresar a casa a comer. ¡Una mierda! El persianero o persianista, te ha dicho primero una hora, luego otra y finalmente, después de prometer que podría llegar entre las tres y media y las cuatro, llega a las cinco. Todo lo cual, evidentemente, ha hecho que tuvieras que verte obligado a modificar tus planes y comer por la zona; una zona en la que una cerveza y una hamburguesa, te cuesta 10 euros. Por dos, veinte.

Llega el persianero o persianista, que lleva todo el día recorriendo la Costa del Sol para arriba y para abajo y se pone manos a la obra. Después de desmontar el cajetín y comprobar que el cable de acero en la zona del tambor de arriba está correcto, procede a desmontar el mecanismo de la dichosa manivela. Y claro, como era de esperar, allí hay montado un carajal de mil pares de narices. El hombre se esmera, desenrolla el cable, lo endereza, intenta arreglar aquellas partes que, como consecuencia de tanta estúpida manipulación, comienzan a deshilacharse, coloca el cable en su posición correcta, lo enrolla y termina la faena con dos orejas y vuelta al ruedo. Total, el trabajo en sí le ha llevado una media hora y el precio son 73 euros de nada, que le puedes pagar por transferencia y que él agradece, porque si le pagas con tarjeta (que para eso se ha traído el datáfono) los del Banco de Santander le sangran con las comisiones.

Y así, el sábado que tú habías previsto que ibas a pasar en casa a partir de la hora de la comida, debido a todo este tipo de imprevistos, llegas a tu casa a las ocho de la noche, baldado, con más bolsas que un emigrante, recordando a todos los árboles genealógicos de los paramecios que no saben usar la manivela para subir y bajar ese objeto tan especial, tan peculiar, tan extraño, como es una persiana.

Y hoy domingo, esperamos no sin cierta desesperación, la llegada de una familia de nuestro querido Marruecos. Una familia que, por supuesto, no ha comunicado a qué hora piensan llegar. Así es que el asunto, promete.

Seguiremos informando.