domingo, febrero 26, 2023

El acoso escolar … y no escolar (NOV 2020)

Fue hace ya más de 2 años que las noticias de suicidios de adolescentes llegaban a los medios de comunicación para darnos un aldabonazo. Ha pasado el tiempo y no parece que las autoridades hayan avanzado nada en la prevención de esta tragedia. 

Al parecer, las escuelas e institutos de Cataluña prefieren poner mucho más interés y medios en detectar si los niños hablan castellano en el recreo y se siguen poniendo de perfil a la hora de responsabilizarse de los posibles casos de acoso con consecuencias desastrosas.

A continuación, el escrito que publiqué en nov de 2020.


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Acabo de leer una noticia: un joven de 17 años se ha suicidado porque sufría acoso escolar por su orientación sexual. Su crimen: ser gay.

Esto del acoso escolar parece un invento moderno. De hecho, no entiendo la manía de usar el término inglés “bullying” cuando aquí de toda la vida, ha sido “dar por saco” o como dicen en Cataluña “empreñar”. Pero de moderno, nada de nada.

Los niños – esas criaturitas adorables que son los seres más crueles de la Creación – se han mofado desde que el tiempo es tiempo, de los otros niños cojos, sordos, con gafas – gafotas, cuatro ojos…- de todos aquellos que tuvieran una tara física o psíquica, de los que tenían frenillo, aspecto aniñado, y de quienes no eran niños, también. La naturaleza del ser humano es así. La Naturaleza es así: hay que eliminar al débil, al diferente. Somos una especie social y cada uno debe ocupar su puesto dentro del grupo … o ser expulsado.

Desgraciadamente no es el único caso de suicidio que hemos conocido en España. El año pasado sin ir más lejos, otro joven de 16 años, se suicidó por el acoso que sufría por culpa de un compañero. Indagando en el INE, he conseguido acceder a los datos de 2017 y 2018. Allí se ofrece la fría cifra de 273 suicidios en jóvenes comprendidos entre los 15 y los 29 años (2017) y 268 (2018). Es decir, en dos años, más de 500 jóvenes han decidido que no podían más y se han quitado la vida. A pesar de la contundencia de los datos y de la tragedia que suponen, jamás se dan noticias en los telediarios, ni programas de concienciación o de apoyo al acosado. No existe ningún ministerio específico, como el de la Mujer.

El teléfono contra la violencia de género aparece en pantalla cada vez que se da una noticia: 016. Existe un teléfono contra el acoso escolar que nadie conoce porque nunca sale en pantalla, porque nunca se da ninguna noticia, salvo cuando se suicida la víctima…y no siempre. El teléfono es muy sencillo de recordar: 900 018 018. Como se puede apreciar, el esfuerzo de la Administración, es parejo.

La única diferencia que existe actualmente con respecto al acoso de antaño es que, ahora, ya no se sufre solamente en la escuela, el instituto, las novatadas de la universidad o las de la mili. Ahora te persiguen en las redes sociales y el número de acosadores se multiplica hasta el infinito. Y eso es un factor determinante a la hora de agravar la situación.

El acosador se ampara en la impersonalidad de la red, en el anonimato de su alias, en la lejanía de estar parapetado tras su pantalla de su móvil o de su Tablet o PC. Lo que está al otro lado no es un ser humano, es sólo un objeto, un nombre, una foto, otro alias, al que es divertido acosar, mientras al líder se le agasaja y se le premia.

Si por alguna razón caes en la tentación de hacerte una foto “subidita de tono” y se la envías a alguien, tienes bastantes posibilidades de convertirte en alguien más famoso o famosa que Olvido Hormigos. Y lo peor es que una foto o un vídeo, es como el lema de un anuncio promocionando la compra de diamantes: ES PARA SIEMPRE.

Curiosa costumbre esta, la de fotografiarse en pelotas o haciendo guarrerías, y posteriormente darle vidilla al asunto enviando por el hiperespacio esas imágenes. A veces, ni siquiera es necesario que se lo envíes a nadie. De repente, un hacker, entra en tu móvil – sobre todo si eres una actriz de Hollywood – te roba las fotos – o eso dices – y las hace circular por internet.

Aunque el problema real es que no necesitas hacerte ninguna foto cuando el depredador de turno ha fijado su atención en ti. Basta con que seas negro, suramericano, bizco, tener las tetas grandes, o pequeñas, ser gordo, o demasiado alto, como en el caso de Iñaki Zubizarreta, quien recientemente ha publicado un libro ([1]) sobre su personal calvario. Es decir, una vez más, se persigue al diferente que, además, muestra alguna debilidad, o que su extremada sensibilidad se percibe como una debilidad.

Pero para que haya acoso no basta con que exista un acosador. El acosador necesita de su público, de su corte, de los que le animan, apoyan y le ríen las gracias. Y en este contexto, tan culpables del delito es uno, como todos los que participan en él, aunque sea de manera pasiva.

Hay diferentes tipos de acoso, pero antes, deberíamos definir cómo identificar el acoso, cómo se define, cuándo comienza.

El DRAE define “acosar” como: “Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona. Apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos.”

Y sin abandonar el Diccionario de la Lengua, veamos cómo define el término “acoso”:

acoso escolar

En centros de enseñanza, acoso que uno o varios alumnos ejercen sobre otro con el fin de denigrarlo y vejarlo ante los demás.

acoso laboral

Práctica ejercida en el ámbito del trabajo y consistente en someter a un empleado a presión psicológica para provocar su marginación.

acoso sicológico.

Práctica ejercida en las relaciones personales, consistente en dispensar un trato vejatorio y descalificador a una persona con el fin de desestabilizarla psíquicamente.

acoso sexual

Acoso que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre.

De estas acepciones ([2]) podemos considerar al acoso como una conducta de naturaleza ofensiva y perturbadora en la que la persona acosada experimenta sentimientos de angustia y malestar.

Por lo tanto, las dos características principales que debemos tener en cuenta a la hora de juzgar una conducta como acoso son:

  • Repetición: las conductas llevadas a cabo por el acosador deben de haber sido llevadas a cabo más de una vez o pueden ser susceptibles de ocurrir más veces.
  • Desequilibrio: la persona acosadora utiliza su poder (físico, psicológico, social, etc.) para ejercer un control o perpetrar una serie de conductas perjudiciales a la persona acosada.

Por lo que se refiere al acoso escolar, ha quedado claro qué papel desempeñan los distintos protagonistas. Por un lado, el acosador y su grupo y por otro, el acosado. Pero me gustaría incidir en la enorme responsabilidad de los centros educativos en la detección, denuncia, seguimiento y erradicación de este tipo de conductas.

Es claro que una escuela o instituto no es una comisaría de policía y que los profesores, es obvio, no pueden controlar a cientos o miles de alumnos que a diario asisten a sus clases, pero no solamente me niego a creer en la imposibilidad de mantener este status quo de los centros, sino que les acuso directamente de mantener unas posturas extremadamente contemplativas ante un problema como éste, hasta el punto que en casi todos los casos que se han conocido por los medios de comunicación, los que han tenido que abandonar el centro, son los acosados y no los acosadores.

Citando a la misma fuente de antes (2) parece bastante fácil detectar cuándo se produce un acoso laboral. Según estas fuentes las consecuencias de este maltrato pueden ser tanto físicas como psicológicas. Dentro de las cuales se incluyen:

  • Temor de asistir a la escuela.
  • Ansiedad y nerviosismo.
  • Depresión.
  • Aislamiento.
  • Suicidio.

¿En qué están pensando los padres de estas criaturas que no son conscientes de los cambios que están sufriendo sus hijos? ¿No se dan cuenta de su comportamiento? Es su responsabilidad directa detectar este tipo de circunstancias a través de la actitud de sus hijos.

Si los centros educativos deben cumplir un papel fundamental en la formación de los principios y las bases de unos seres humanos, se está enviando un mensaje erróneo cuando los que tienen que abandonar el centro son las víctimas y no los verdugos. Si el Ministerio de Educación adoptara medidas disciplinarias más drásticas y tras una exhaustiva investigación policial, PREVIA DENUNCIA DEL PROPIO CENTRO O DE LOS PADRES DE LA VÍCTIMA, se determinara la expulsión inmediata del centro de los delincuentes, las familias del resto, se sentirían apoyadas y protegidas por el sistema, al tiempo que serviría de ejemplo para el resto de posibles delincuentes y así probablemente, se erradicaría el acoso. Sin embargo, ya conocemos cuál suele ser la respuesta de dichos centros: Yo no sabía nada…no teníamos constancia…eso no depende de mí…yo mandé una carta a la dirección de zona…etc.  o sea: balones fuera y ¡oh, señor, aparta de mí este cáliz!

Si tras la investigación policial y la detección de los acosadores, la víctima llegara al suicidio, los padres del acosador y el centro educativo, deberían afrontar responsabilidades penales. Lo que no es admisible es que la muerte de un hijo por culpa de una panda de gilipollas, salga gratis a los gilipollas. Es más, en casos así, yo soy de la opinión de expulsarles del sistema educativo. Que ningún centro PÚBLICO, aceptara que dichos individuos estudiasen en su centro.

Hemos actuado con total firmeza para erradicar la violencia en el fútbol. Se han terminado las aficiones que entraban gratis en los campos para animar a sus respectivos equipos y también para amedrentar a los seguidores rivales. Se puede hacer.

Si no actuamos con la suficiente firmeza haciendo que los jóvenes sean capaces de respetar al diferente y si no castigamos a los acosadores, tarde o temprano la cosa acabará en agresión. Y esa es otra de las malditas costumbres que tienen los acosadores: niños de trece, catorce, quinces años, propinando una paliza a su pobre víctima, que totalmente acobardada, es incapaz ni siquiera de denunciarlo a sus propios padres y mucho menos a la policía o al centro. Y esto mismo lo hemos visto estos días en tv. Una chica de catorce años, propinando patadas, puñetazos y golpes por todo el cuerpo, a otra niña de su edad, mientras un grupo lo gravaba en sus móviles sin hacer nada para evitarlo.

El matonismo ha anidado en nuestro sistema educativo y me pregunto a qué se van a dedicar esos agresores cuando afortunadamente salgan del sistema y tengan que incorporarse a la universidad o al mundo laboral. ¿Cuál va a ser su siguiente salto en el escalafón del delito? ¿Una violación en grupo a una pobre chica a la que previamente han drogado? ¿Y grabarlo todo y subirlo a Instagram? ¿Es eso lo que estamos fabricando en nuestras escuelas: matones, acosadores, cobardes, víctimas y cómplices?

Lamentablemente el Ministerio de Educación, está mucho más pendiente de aprobar a todos los inútiles, antes que abordar un asunto tan escabroso como este.

Me pregunto si al Ministerio de Igualdad le podrían interesar estos asuntos. Si están interesados o interesadas en la igualdad de todos y todas, los y las estudiantes; en su derecho a estudiar sin que ningún hijo o hija de puta les amargue la vida y acaben suicidándose.

Me pregunto si al ministro de Asuntos Sociales, está exclusivamente focalizado en las Residencias de Mayores, y los centros educativos caen fuera de su ámbito natural.

Me pregunto si el ministro del Interior, podría estar interesado en los comportamientos de los acosadores dentro de los centros educativos, de sus consecuencias, o si, como parece ser, sólo le preocupan aquellos que se manifiestan en la calle contra el gobierno y portando la bandera española en Núñez de Balboa.

Me pregunto si en la próxima rueda de prensa del presidente del Gobierno, va a realizar algún panegírico del último acosado suicidado y va a lamentar su muerte, del mismo modo que lamenta el suicidio de un hijo de perra etarra en la cárcel.

Me pregunto si al ministro de Justicia – el novio de la presidenta del Congreso – le podría interesar modificar el Código Penal, - algo que parece que le preocupa mucho porque tiene 200 años - para incluir la figura del acosador escolar con resultado de muerte, o si sólo está interesado en suavizar el concepto de sedición.

Resumiendo: ¿me pregunto a quién coño le interesa este asunto además de a los padres, amigos y familiares de las víctimas?

Hasta aquí, he hablado del acoso escolar entre escolares. Pero ahora te voy a contar un caso de un niño que sufrió acoso escolar por parte del propio centro escolar. Llamativo, ¿no?

El niño era un chico normal, salvo que hacía tres años que se había muerto su padre. No era nada travieso, siempre tenía una excelente conducta, no era brillante en los estudios. Vivía muy lejos del colegio de curas al que acudía. Su vida consistía en salir de casa a las 07.00 de la mañana, pasarse una hora o más en dos autobuses cruzando Madrid para llegar al colegio, y terminar el día a las 1as 19.00 o más, llegar a casa, y ponerse a hacer los deberes del día siguiente. No había juegos, ni compañeros. El niño, de once años, viajaba solo de punta a punta de Madrid.

Pero hubo un cura que la tomó con el chaval. Por la razón que fuera. Y el chico comenzó a viajar por el circuito antes descrito:

  • Temor de asistir a la escuela.
  • Ansiedad y nerviosismo.
  • Depresión.
  • Aislamiento.

Afortunadamente, no llegó al suicidio. Se quedó “sólo” en un principio de úlcera de estómago. Los dolores le hacían llorar en clase y algún cura mostraba su calidez humana y le aconsejaba que se pusiera en la tripa el abrigo para darle algo de calor y así aliviar el dolor.

Después de varios meses sufriendo en silencio, acudió al médico. El médico le hizo tragar una papilla que sabía a rayos, le recomendó una dieta suave y aconsejó que dejara de ir al colegio durante tres meses.

El niño tenía 11 años.

Al regresar al colegio, el trato cambió radicalmente. El niño parecía haberse vuelto invisible. Pero eso era preferible a los dolores de estómago.

Al finalizar el curso, por algún extraño sortilegio, aprobó. Como hacía siempre. Ya fuera por un complejo de culpa de los docentes, ya fuera por vete tú a saber qué, el caso es que aprobó.

Por cierto, era el mismo colegio en el que también daba clases otro cura, un tal Ángel Gabilondo, hoy representante del PSOE en el Senado de Madrid.

 



[1] SUBNORMAL UNA HISTORIA DE ACOSO ESCOLAR

[2] https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-acoso

viernes, febrero 17, 2023

El empadronamiento como arma política.

Para un ciudadano de a pie, normal y corriente, de esos que se dedican a trabajar y pagar impuestos, el hecho de empadronarse en su domicilio puede reportar algunas ventajas, dependiendo del municipio. Podría obtener un descuento en el gimnasio del polideportivo municipal, en el transporte público, en la piscina municipal, en el abono de ciertos impuestos, etc. De ahí que lo normal sea empadronarse en el domicilio habitual, además de para acudir a un colegio electoral cercano a la hora de votar en las urnas.

Normalmente, para inscribirse en el padrón municipal, los requisitos son muy sencillos:

  •      Hoja padronal cumplimentada y firmada.
  •    Documento en vigor que acredite identidad de las personas inscritas: dni, tarjeta de residencia, pasaporte, etc.
  •      Libro de familia o partida de nacimiento para los menores de 18 años.

Para los españoles y los que ya son residentes, no hay mayor problema. Los problemas empiezan a surgir cuando eres extranjero y quieres permanecer en España. Ahí el papeleo se complica.

Uno de los factores clave en ese proceso es la obtención de un contrato de alquiler. Con ese documento, puedes justificar que dispones de un domicilio fijo, estable. Y es ahí donde comienzan a darse una serie de situaciones algo confusas, que bordean la legalidad.

Por ejemplo. A sabiendas de la necesidad de algunos extranjeros inmersos en una búsqueda desesperada por convertirse en ciudadanos de la UE a través de su residencia en España, algunos desaprensivos se convierten en testaferros, permitiendo que un número indefinido de personas firmen contratos de arrendamiento con domicilio en la misma vivienda, a cambio, claro, de algún tipo de beneficio.

Lamentablemente las autoridades no cotejan cuántas personas dicen que viven en la misma vivienda, una consulta tan sencilla como solicitar al Padrón Municipal la lista de todos los que dicen tener el mismo domicilio. Se limitan a verificar que, a la hora de inscribirse, cumplen con los requisitos establecidos. Sin más. Por eso, este es uno de los métodos utilizados para crear pisos-patera: viviendas en las que se aloja temporalmente a extranjeros que sortean la ley aprovechando los resquicios que ésta tiene y con ello, permitiendo el tráfico de personas.

Pero el problema ahora parece que se está trasladando al ámbito político. El PSOE, en su desmedida ambición por perpetuarse en el poder, se están empezando a plantear si no podrían aprovechar esos resquicios legales y así obtener más votos en las siguientes elecciones. ¿De qué forma? Pues empadronando “ilegalmente” a todos aquellos extranjeros que lo requieran.

 

Aragón aprueba por ley una paga de 522 euros al mes para los inmigrantes que se empadronen en la región. (ver noticia aquí)

La noticia indigna por múltiples razones. La primera porque se compran voluntades con el dinero de todos los españoles, pero para supuesto beneficio exclusivo de un partido. Se ofrece una remuneración a quien no está en disposición de rechazar nada. Se premia con dinero público a quien no ha aportado nada a la economía española y sin embargo, se abandona a muchos ciudadanos (jubilados, autónomos, etc) que forman parte de las colas del hambre, o que han tenido que modificar su dieta alimentaria porque sus ingresos no son capaces de superar el coste de los alimentos, de la energía o de la vivienda.

¿De verdad vamos a iniciar otra guerra política con este asunto? ¿No tenemos ya bastantes frentes abiertos como para inventarnos uno más? ¿Queremos reproducir la imagen de 1931?

martes, febrero 14, 2023

La Sanidad Pública en Europa.

Mientras unos se dan golpes de pecho y gritan ¡viva la sanidad pública! siempre que necesitan acudir al médico lo hacen a la sanidad privada. Empezando por los propios ministros, que cuando se contagiaron de COVID no fueron a la Seguridad Social ni a ningún hospital público, no. Lo hicieron en las clínicas privadas más afamadas.

Cualquier momento es bueno para agitar la bandera de la sanidad pública y vender sus excelencias (que las tiene). ¿Qué hay una entrega de premios Goya? Allá que van los voceros progresistas a cantar las alabanzas de la sanidad, mientras ellos mismos confiesan que no la usan. ¿Qué los premios en cuestión son entregados a chefs reconocidos, futbolistas de renombre o bomberos cocineros? Da igual. Cualquier mindundi que se considere con la obligación de intentar cercenar o socavar la imagen pública del presidente de la C.A de turno, en especial la de Ayuso, si tiene acceso a un micrófono, allá que va a vomitar su veneno sin sentido y a repetir como un lorito eso de: “sanidad pública, gratuita y universal.” Vamos a analizar un poco esta afirmación.

Pública ha sido siempre, aunque lo que ya no está claro es quién fue el que la inventó. Por lógica, Franco, aunque se lo quieran arrebatar.

¿Gratuita? A ver, cierto es que cuando entras en un hospital en España o vas a visitar a tu médico de cabecera, no tienes que pagar nada, pero tanto como decir que la Seguridad Social o la Sanidad Pública son gratuitas, parece una broma. Nuestros miles de millones nos cuestan.

En lo de universal, imagino que se refiere a que en España damos cobertura sanitaria a cualquier ser vivo, incluido los pangolines. Aquí, que somos un país rico y sobre todo generoso, damos servicio sanitario GRATIS a cualquiera que venga en patera, desembarque en avión patera, o caiga en paracaídas en territorio hispano. Y en eso sí que nos diferenciamos de nuestros vecinos europeos. Y aquí pongo unos ejemplos.

 

España

Todos los extranjeros, residentes o no residentes, en situación regular o irregular, tienen derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria.

 

Alemania

A los inmigrantes irregulares se les aplica la misma norma que a los peticionarios de asilo con menos de 48 meses de estancia en el país, lo que implica que sólo tienen acceso gratuito a la sanidad en caso de urgencia, maternidad o SIDA. 

 

Francia

Los inmigrantes irregulares que lleven más de tres meses en el país y se encuentren por debajo de cierto nivel de ingresos (598 euros mensuales por persona en 2007) pueden acceder a todos los servicios médicos públicos de forma gratuita. Francia ha creado un sistema administrativo específico para atender a este grupo: Aide Médicale de l’Etat –AME–. Los irregulares con menos tiempo de estancia sólo pueden acceder a los servicios de urgencias y a los análisis y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, SIDA o tuberculosis. Los niños tienen derecho a la atención sanitaria completa desde el primer momento.

 

Italia

Desde 1998 los inmigrantes irregulares tienen acceso a varios tipos de cuidados médicos públicos, de forma gratuita o pagando una pequeña tasa: atención urgente y “esencial”, cuidados preventivos y cuidados relacionados con la salud pública (vacunas, enfermedades infecciosas, pediatría y maternidad).

 

Países Bajos

En el año 1998 los Países Bajos modificaron sus normas para evitar que los inmigrantes irregulares tuvieran acceso libre a la sanidad pública, con el objetivo de reducir esta forma de inmigración. A partir de entonces, los irregulares sólo tienen acceso a la sanidad en condiciones de “necesidad” médica o de enfermedades contagiosas que puedan amenazar la salud pública.

 

Suecia

Los inmigrantes irregulares no tienen ningún acceso gratuito al sistema público de salud y en caso de usarlo tienen que pagar su coste. Todos los residentes legales en Suecia tienen un número de identidad sin el cual múltiples servicios públicos son inaccesibles, como los servicios médicos. En consecuencia, los inmigrantes irregulares acuden a los hospitales sólo en situaciones de extrema urgencia y en esos casos se les presenta una factura.

 

Austria

Tampoco en Austria tienen los inmigrantes irregulares acceso a la sanidad pública. Sin embargo, ya que la legislación sobre sanidad obliga a todos los hospitales a atender a cualquier persona cuya vida esté en peligro, estos inmigrantes son atendidos en caso de urgencia. A cambio, el inmigrante recibirá una factura que el hospital espera que pague y que, si el inmigrante algún día consigue regularizarse, se le presentará de nuevo como deuda exigible. Los inmigrantes irregulares tampoco tienen acceso a tratamientos contra enfermedades contagiosas, como el SIDA.

 

Portugal

Al igual que en Francia, los inmigrantes irregulares no tienen acceso a los servicios de salud hasta que no han pasado tres meses desde su llegada, aunque esta norma no se aplica a los niños, que tienen los mismos derechos que los nacionales. El inmigrante irregular tiene que demostrar ante su ayuntamiento que ha residido en él al menos durante tres meses para obtener un certificado de residencia, de muy corta duración (inscrição esporádica) y que debe renovarse con frecuencia. Conseguir este certificado no siempre es fácil, especialmente para los inmigrantes sin hogar. Los que no pueden presentar este certificado tienen sólo acceso a la asistencia de urgencias, bajo el supuesto de que pagarán por el coste del servicio médico. Sin embargo, los servicios de urgencia no pueden rechazar a nadie en función de su nivel de ingresos.

 

Reino Unido


En este país el marco que regula la atención sanitaria a los inmigrantes irregulares es confuso, aunque en principio se les aplica la misma norma que a los peticionarios de asilo con menos de 12 meses de estancia en el país: es decir, tienen derecho a la atención de urgencia, pero no a la “secundaria” (médicos especialistas). En cuanto a la atención médica primaria, un nuevo paciente debe ser aceptado por el médico, que puede rechazarlo por la razón que sea, sin necesidad de justificarlo. Aunque ninguna norma impide a los médicos generales tratar a los inmigrantes indocumentados, los servicios administrativos suelen rechazar esa atención. Los inmigrantes, al margen de su estatus legal, pueden acceder a los análisis y tratamientos de enfermedades infecciosas y de transmisión sexual, a lo que se añade ahora el SIDA siempre que el enfermo haya residido en el país durante al menos seis meses.

 

Conclusiones: 

 

Todos los Estados europeos, con la excepción hasta ahora de España, aplican normas limitativas al acceso a la sanidad pública para los inmigrantes irregulares. En algunos casos ese límite implica un cierre completo, como en Austria y Suecia, y en otros es sólo un límite temporal que permite al inmigrante el acceso tras un tiempo de estancia en el país (tres meses en Portugal y Francia y 12 en el Reino Unido). En cualquier caso, todos los Estados ofrecen atención hospitalaria a los inmigrantes irregulares en el caso de urgencia médica, aunque la definición de “urgencia” no siempre es coincidente entre los diferentes servicios médicos nacionales. 

 

El día que aparquemos a un lado los dogmas ideológicos sobre la sanidad y la educación, habremos dado un gran paso hacia adelante en este país. Mientras tanto lo único que estaremos haciendo será bailar algo, lo más parecido a la yenka: izda, izda, dcha, dcha, delante, patraás, 123.

 

FTE: (La atención sanitaria a los inmigrantes irregulares: una comparación europea - Real Instituto Elcano)

lunes, febrero 13, 2023

Vencer al destino.

La historia de la niña comienza en un modesto piso de un madrileño barrio obrero, uno de esos pisos de protección oficial que estaban destinados a los trabajadores con menos recursos económicos, en el que convivían un matrimonio con sus dos hijas adolescentes, hasta que el cabeza de familia falleció. Fueron tiempos difíciles para las tres mujeres, tiempos duros, pero aun así, tanto la viuda como sus hijas no se arredraron cuando llegado el momento, tuvieron que tomar una decisión transcendental en sus vidas, que además afectaría decisivamente a la vida de otro ser humano: adoptar a una niña a la que su madre biológica dejaba diariamente a su cuidado a cambio de algo de dinero, - que cada vez era más escaso y más esporádico-, con el único fin de arrebatarle al destino una vida en ciernes, encaminada al dolor, al sufrimiento, a la penuria, a la falta de formación y quién sabe a qué otros sinsabores. Así es que, una vez formalizado legalmente el proceso de adopción, desde que tuvo uso de razón ella supo que era una niña adoptada y cuando llegó el momento oportuno, también supo que su madre biológica era una prostituta que operaba en el mismo barrio, debido a lo cual, y habida cuenta de que cuando ella nació ya había otros hermanos, la meretriz tuvo que escoger entre la crianza de sus hijos, o el negocio, y escogió lo segundo, que era lo que daba dinero para mantener a la tropa, aunque no para mantenerlos a todos, y así, el hecho de dar legalmente en adopción a la niña, fue más bien una transacción comercial antes que un drama emocional, ya que nunca jamás se volvió a preocupar de ella, hasta que a la temprana edad de treinta años, un buen día, no se sabe muy bien cómo, consiguió contactar con la niña a la que había abandonado y que se había convertido en una mujer, y la invitó a conocer al resto de sus hermanos, - la “familia”, como decía en su grosera invitación - al piso en el que residían todos juntos en Tres Cantos, en paz y armonía, con el oculto – aunque burdo – objetivo de reconstruir una relación inexistente y hacer como si aquí no hubiera pasado nada, pelillos a la mar y decíamos ayer, algo a lo que “la niña” hizo oídos sordos, porque ya tenía a su madre de verdad, a su madre adoptiva, la que le dio todo el cariño y el apoyo que necesitó como ser humano, incluidos los estudios primarios, secundarios y también los superiores, que pudo acometer y superar gracias tanto a las becas que se ganó a pulso, como a su esfuerzo personal, que incluía, por ejemplo, trabajar los fines de semana en una pizzería de Bustarviejo, - una localidad de la sierra norte de Madrid-, y todo ello contribuyó a que la chica tuviera su título universitario.

Tras la visita a la casa de su madre biológica y conocer a sus hermanos de sangre, - una visita  más protocolaria y por curiosidad que por interés sentimental- , en vista de que a su madre biológica no le debía nada, y que con sus hermanos - de madre conocida y padre ignoto- tampoco tenía ningún lazo emocional digno de ser considerado como tal, al terminar la reunión familiar, regresó por donde había llegado, al abrigo de su único y verdadero hogar, donde la esperaban, no sin cierta desazón y algo angustiadas, su madre adoptiva y la hermana de ésta, quienes, en algún momento de ese amargo trance, llegaron a pensar en la remota, pero factible, posibilidad de que la niña, - como la llamaban a pesar de sus treinta añazos,- se viera impelida  por alguna telúrica fuerza a abrazar a la misma persona que pasó de ella cuando era un bebé, sin ser conscientes que en el fondo de su corazón, “la niña” siempre supo valorar que, a pesar de pertenecer a una clase social humilde y trabajadora, se lo habían dado todo, al menos, todo lo importante: un hogar, una familia – peculiar, sí, pero familia al fin – cariño, formación, estudios, aunque todo eso no podía ocultar el hecho trágico de que fuera consciente de su propio origen, algo que no podía limpiar el estigma de ser hija de una prostituta.

viernes, febrero 10, 2023

El turismo inmobiliario.

No voy a desentrañar ningún misterio si digo que el problema del alquiler en España no es un asunto nuevo y, por el momento, sin resolver. Las razones de esta situación son varias y como suele suceder con los grandes problemas, se van superponiendo unas a otras a lo largo del tiempo.

Personalmente, mantengo que una de las razones fundamentales del problema está en el hecho de que los sueldos no han crecido al mismo ritmo e intensidad que el resto de gastos comunes como la luz, el gas, los alimentos, los impuestos, etc. Esos gastos no sólo afectan a los inquilinos, también incluyen a los propietarios de viviendas, - que también son consumidores -, y por ello, mantener una vivienda para alquiler, se hace más difícil de mantener su rentabilidad.

A pesar de estas circunstancias y de otras varias, alquilar una vivienda tenía sus dificultades, pero siempre se resolvían. Entonces, ¿qué ha sucedido para que ahora el problema se haya agudizado hasta los niveles actuales? Pues la razón es bien sencilla. A los problemas antes mencionados se ha unido la intervención del gobierno comunista en un mercado libre, con la exclusiva intención como buen gobierno comunista que es, de alterar el estado de las cosas mediante la publicación de la llamada ley del alquiler, lo que – como era previsible – ha sido mucho más perjudicial que beneficioso, puesto que los propietarios, ante el riesgo evidente de tener un problema que antes no tenían, no ofrecen sus viviendas para un alquiler, que no saben si van a cobrar, que no conocen la solvencia del inquilino y que corren el riesgo de comerse al inquilino con patatas durante cinco años, hasta que, después de mucho tiempo, dinero, pleitos y dolores de cabeza, consiga expulsar al inquilino moroso de su vivienda. Durante todo ese tiempo, se ha tenido que buscar un abogado, sufrir los retrasos de la justicia, continuar pagando religiosamente sus impuestos y en ocasiones, los gastos de agua, luz, calefacción y demás del inquilino moroso. Después, cuando consiga expulsarle viene reformar la casa entera y restituir lo que haya podido dejar como herencia.

Este tipo de situaciones es lo que dibuja la mencionada ley que establece una serie de principios y de reglas que arrojan una inseguridad sobre el propietario de la vivienda, y en algunos casos, la realidad deviene en indefensión y frustración. Da la impresión de que el gobierno, este gobierno, se ha posicionado del lado de los okupas, de los insolventes, de los delincuentes, y ha dejado de la mano de Dios a los propietarios que se ven en ocasiones desatendidos o abandonados.

Alguno podrá argumentar que esta ley era necesaria para proteger los intereses de los inquilinos y proporcionar una vivienda digna, pero a dicho falso argumento me gustaría añadir que la mejor protección social de un gobierno es generar empleo y no paro. Cuando el ciudadano tiene empleo y correctamente remunerado, lo invierte en vivienda, en la compra de bienes de consumo y el dinero circula.

Pero si tanto le preocupa al gobierno la situación del mercado de la vivienda en España y quiere tomar cartas en el asunto, lo único que debería hacer es construir viviendas asequibles para los más desfavorecidos. Si no saben cómo hacerlo sólo tienen que fijarse en lo que hacía Franco, que construía barrios enteros para la llamada gente obrera. Pero claro, este tipo de ideas pueden parecer demasiado revolucionarias a un gobierno cuyos ministros se pasan el día insultando a Juan Roig, a Amancio Ortega y a Patricia Botín. Así, con esta gentuza, va a ser difícil que podamos resolver ningún problema, ni el de la vivienda ni ninguno.

Así es que ahora tenemos un panorama en el que una inmensa mayoría de la población, gana un salario de miseria que no le alcanza para ser independiente y alquilar una vivienda, mientras el gobierno comunista persigue a los propietarios en vez de castigar a los okupas; insulta a los empresarios en vez de promover empleo; y prefiere expropiar viviendas privadas antes que construir con dinero público otras nuevas para los que las necesitan.

Y a todo este esperpento ahora tenemos una nueva amenaza que se cierne sobre el mercado inmobiliario: los buscadores de la residencia en la UE.

Ser ciudadano de la UE es un derecho que, probablemente, los que lo tenemos no somos conscientes de su auténtico valor. Es algo parecido a lo que antiguamente significaba ser ciudadano Romano. Nosotros es posible que no seamos conscientes, pero los que lo buscan lo tiene muy claro y actúan sibilinamente para conseguirlo.

El método es muy sencillo. Tú vienes a España como turista. Tienes tres meses de estancia legal antes de que tengas que abandonar el país. En ese tiempo tienes que desarrollar una actividad frenética para solicitar la tarjeta de residencia en España.

El procedimiento pasa por solicitar un NIE y a partir de ese momento tienes 45 días para proporcionar un domicilio real y comunicar un trabajo. A partir de estas premisas, se desata toda una serie de actividades que en algunos casos bordean la legalidad, porque uno de los requisitos más importantes es el de obtener un domicilio real.

Para conseguir el domicilio que te pueda servir de pantalla, lo único que necesitas es presentar un contrato de alquiler y para ello, hay gente que está dispuesta a abonar seis meses o todo un año por adelantado con el fin de tentar al propietario y conseguir ese contrato, que después presentará en la policía nacional.

Partiendo de esa estrategia, luego queda preguntarse de dónde va a sacar el inquilino el dinero para pagar 20.000 o 30.000 euros, más los gastos de agua y luz aparte. Y entonces, te puedes encontrar con que esos gastos los va a satisfacer una supuesta empresa en la que supuestamente trabaja el inquilino. O sea, hablando en plata: tráfico de personas, o de lo que sea, porque en caso de aceptar, el propietario convertiría su vivienda en una cabeza de puente de gente sin principios, ni escrúpulos, dispuestos a hacer lo que fuera necesario para conseguir la tarjeta de residencia en España. Y si además te conceden el estatus de Refugiado por ser ucraniano o ruso, huyendo de un país en guerra, mejor.

Si tienes la mala suerte de que en algún momento te la han colado y quieres desalojar al inquilino, la ley, - esa maravilla con la misma categoría legal de la del “sólo sí es sí”-, obliga al propietario a buscarle realojamiento, con lo que de entrada, el propietario se convierte en una mezcla entre siervo del otro y agencia inmobiliaria.

Así es que ahora, el propietario de una vivienda debe estar atento a lo que se escribe por internet e intentar descifrar las milongas que de vez en cuando le cuentan tanto las agencias inmobiliarias, como los propios interesados en alquilar su vivienda, relatando unas historias tan rocambolescas  y retorcidas que merecerían formar parte de un recopilatorio de Sherlock Holmes.

Y todo esto porque este gobierno, en vez de dedicarse a construir casas para los pobres, prefiere intervenir en el mercado, mientras todos ellos viven de gorra a nuestra costa, o debido a sus salarios escandalosos, tienen la opción de acceder a unas viviendas que, hasta hace cuatro años, sólo figuraban en su lista de sueños inalcanzables.  

sábado, febrero 04, 2023

La cita previa (y la madre que los parió).

Antes de la pandemia del COVID acercarse a un organismo oficial para realizar tus gestiones era algo muy sencillo. Ibas lo más temprano que podías, cogías tu turno y te sentabas a esperar a que te llamaran. Y ya está. O no. A lo mejor tenías que volver otro día, pero ese era el procedimiento.

De repente nos ataca el COVID19 y nos trastoca la vida entera y se empieza a poner de moda eso de solicitar cita previa para ser atendido. Da igual que se trate del SEPE, de la Seguridad Social, de Hacienda, del carné de conducir, empadronarte en tu ayuntamiento o de tu propio banco. Ahora resulta que, para hacer cualquier gestión, estás obligado a solicitar cita previa. Eso sí, teóricamente puedes solicitarla por internet o llamando a un teléfono.

Y digo teóricamente, porque en la realidad, hay millones de personas que son analfabetos tecnológicos, - dicho sea, con todo el respeto-  , que no pueden valerse por sí mismos para afrontar este desafío de manejar un ordenador y menos aún un teléfono inteligente, para pedir una cita previa, porque el diálogo es imposible: teclee usted su ID, escriba su DNI (como si la gente mayor se acordara de memoria de su DNI,  probablemente caducado; ponga su contraseña, teclee el número de la tarjeta de la Seg. Social; verifique que usted no es un robot y escriba los caracteres captcha que ve y de paso dígame cómo se llamaba el lateral derecho del Oviedo en 1918.

Pero queda la alternativa de llamar por teléfono. ¡Ja! Ese teléfono o comunica permanentemente o sencillamente, nadie lo atiende. Las personas pierden horas y días de su vida, intentando contactar con un ser humano inaccesible para resolver algún problema.

Hay personas que llevan meses intentando conseguir de modo infructuoso una cita previa para solicitar su jubilación. Cuando alguno se harta de pasarse el día llamando a un teléfono al que nadie atiende, toma la decisión de personarse en las oficinas de turno, en donde un desagradable guarda de seguridad, protege con su porra y sus malos modos a los funcionarios que hay dentro, haciendo no se sabe muy bien qué, porque si las peticiones por internet no son viables y las citas previas por teléfono tampoco, me pregunto a qué se dedican durante las 8 horas que tienen que estar sentados allí.

Hace unos meses mi mujer tuvo que acudir a la sede central de Hacienda en Torremolinos. Antes de todo este embrollo absurdo de la cita previa, ir allí era como ir a la guerra. La entrada al edificio era un hervidero humano, gente que entraba y salía, que pasaba por los arcos detectores de metales y que después, intentaba ubicar la sección a la que debía ir para ser atendido, no sin hacer acopio de una acrisolada paciencia hasta que era tu turno. Lo tenías asumido. Ibas allí a tirar la mañana. Porque entre que aparcas el coche a unos minutos andando, llegas, haces la cola para los arcos de seguridad, consigues pasar, coges tu turno, te sientas a esperar, te llaman y sales, ha pasado un ratito largo. Luego, para desestresarte te ibas al bar de enfrente a tomarte un café y poner a parir a Hacienda.

Ahora ya no es así. Mi mujer, incomprensiblemente, cogió cita previa sin problemas. Fue tan sencillo que parecía que había truco. Al llegar al edificio, la entrada estaba vacía. No era como antaño con ese ir y venir constante de gente con prisas. No. No había nadie. La dejé en la entrada y me fui a aparcar el coche. Al regresar, ella ya había terminado y salía por la puerta. Sorprendido le pregunté qué pasaba y me respondió: “No hay nadie. Está vacío. No he tenido que esperar ni un minuto”. Y entonces me pregunto: ¿Y cuál es el objetivo de los funcionarios y de todo este sistema? ¿intentar eliminar a los pesados, hacer una criba, trabajar menos? ¿Qué ventajas representa para un ciudadano tener que intentar coger cita durante días o semanas o nunca, en vez de tener que esperar su turno a ser llamado en la ventanilla correspondiente? ¿Quién sale claramente beneficiado de esta situación?

Comprendo que durante la pandemia era necesario tomar las medidas oportunas para intentar evitar las aglomeraciones. Nunca he entendido muy bien porqué ciertas aglomeraciones como las del metro, los aviones o los trenes, eran más benévolas con la salud que aquellas que se daban en los bancos, en los supermercados, en el SEPE o en los centros de salud. Y desde luego ni entiendo ni acepto que ahora mismo, se haya implantado de facto la necesidad de solicitar cita previa para cualquier acto relacionado entre el ciudadano de a pie y cualquier parte de la Administración.

Los ciudadanos estamos pagando un precio demasiado elevado con nuestros impuestos como para que simplemente elevemos la voz cuando se trata de que los bancos nos tratan – a todos, no sólo a los mayores – como a delincuentes, obligando a formar unas colas interminables que salen de la oficina y continúan por la calle, a semejanza de las que hacen otras personas en busca de comida, en las llamadas colas del hambre.

España se ha convertido en un país de colas: colas para pedir sitio en la cola; cola para que te atienda el cajero de tu bando; cola para pagar algún recibo atrasado; cola para comida; cola para pedir un médico; cola para pedir trabajo; cola para pedir el desempleo; cola para pedir un subsidio.

Creo que ya ha llegado la hora de exigir que se nos atienda tal y como merecemos por el mero hecho de que pagamos el salario de los funcionarios y lo hacemos para que nos atiendan en persona. Porque a este paso y con los supuestos avances de la Inteligencia Artificial, creo que no vamos a tardar mucho en ser atendidos por una máquina semi inteligente que haciéndose pasar por un ser humano, nos informe via chat, o guasap, o cómo sea, de lo que tenemos o podemos hacer. O sea, como cuando llamas a un Call Center, pero a lo bestia.

Y mientras tanto seguiremos pagando los sueldos de los funcionarios.

viernes, febrero 03, 2023

¿Quién gobierna España?

Hace unos días vi unos datos que se correspondían con una encuesta de intención de voto en las próximas generales a finales de este año 2023. El resultado que mostró el estudio fue el siguiente:

                                                                                                                                                                                            Los datos en sí no son ni buenos ni malos, pero el resultado final me parece escandaloso, porque resulta difícil de entender que partidos con un porcentaje de votos tan exiguo, sean capaces de modelar la política de todo un estado a su conveniencia. Aún así, quise comprobar cómo se corresponden esos porcentajes con los votos y para eso he contrastado con los resultados obtenidos en las anteriores generales, cuyos porcentajes son muy similares.

ELECCIONES 2019

JXCATS

530.000

PNV

379.000

EH BILDU

277.000

CUP

247.000

CC

124.000

BNG

120.000

PRC

70.000

TERUEL

20.000

TOTAL

1.767.000

 

Todos estos votos, representan el 7,21% del total de votos contabilizados válidos que fue de 24.507.715.

Así es que, en pocas palabras, aparte los resultados de los dos grandes partidos, en realidad quien está dictando lo que hay que hacer, cuándo y cómo, representan al 7% de los votantes.

Y es en base a estos apoyos de estos partidos minoritarios como se han abolido delitos como la malversación, la sedición o se han rebajado las penas a los violadores sexuales.

Son estos partidos los que propugnan modificaciones sustanciales en la Constitución tratando de implantarlos por la puerta de atrás, con trucos de tahúr, en vez de plantear esos cambios y defenderlos en un referéndum. Referéndum que, sin embargo, sí defienden para otros y con otros intereses.

Enhorabuena a todos aquellos que gritaron hasta quedarse afónicos que el problema de España era el bipartidismo.

23-F.

Según parece febrero es un mes proclive a los golpes de estado y a los inicios de guerras.

El próximo día 24 se cumplirá un año de la invasión de Putin sobre Ucrania, pero el día antes, el 23 de febrero, también se cumplirán años del último golpe de estado con armas que hemos tenido en España.

Conviene recordar la historia.

***

EL 23-F.

 

El 23 de febrero de 1981 a eso de las siete de la tarde yo estaba trabajando. De repente, recibo una llamada de mi mujer, algo absolutamente inusual. Pero lo que me dice es todavía más increíble. Preocupada, me dice que la radio y la TV informan que al parecer ha habido un asalto al Congreso de los Diputados. Aunque en los primeros momentos cunde el desconcierto y no se sabe bien si el asalto se debe a un comando de los terroristas de ETA, si han conseguido entrar en el edificio o si con el fin de evitarlo, un numeroso grupo de guardias civiles ha entrado con el fin de eliminar la amenaza. Finalmente, me confirma que son los guardias civiles los que han entrado en el hemiciclo, que no hay terroristas y que se han cortado las comunicaciones.

¾     ¿Qué está pasando? – me preguntó con preocupación.

¾     Se llama golpe de estado – respondí.

Esa fecha está grabada en la memoria de todos los que lo vivimos, junto con las imágenes icónicas de los guardias civiles disparando con sus metralletas al techo del Congreso, mientras uno de ellos intenta arrojar al suelo – infructuosamente - al ministro de Defensa, el general Gutiérrez Mellado, un hombre de avanzada edad, y el presidente en funciones, Adolfo Suárez, es el único que se mantiene sentado impertérrito en su asiento, mientras el resto de parlamentarios se esconde bajo sus asientos.

Pero ¿cómo se llegó a tales extremos? ¿Cómo fue posible que en la España de finales del siglo xx se produjera un golpe militar, que más parecía pertenecer a nuestro infausto siglo xix? Pues como siempre suele suceder con esta clase de eventos, se deben a diversas circunstancias que se van superponiendo unas a otras, como gotas de agua que van cayendo en un vaso y termina por desbordarse. Y esta es la génesis de todo aquello.

Antecedentes.

20 de noviembre de 1975.

Esa es la fecha oficial de la muerte del general Franco, quien había gobernado España desde el final de la Guerra Civil española en 1939. En esas fechas, España tenía sobre la mesa una lista considerable de problemas muy serios y acuciantes.

En 1973 los terroristas de ETA habían asesinado de forma salvaje en pleno centro de Madrid al almirante Carrero Blanco, mano derecha de Franco y hombre fuerte del régimen. La explosión, que acabó en el instante con la vida de Carrero Blanco, fue tan violenta que abrió un gran cráter en el asfalto y el coche, un Dodge 3700 GT de casi 1800 kilos de peso, voló por los aires y cayó en la azotea de la Casa Profesa, anexa a la iglesia donde había asistido a misa momentos antes.

Tras la muerte de Franco España era un país paralizado por la incertidumbre, aunque Franco y sus leyes, habían previsto todos los pasos que había que dar (“todo está atado y bien atado”), incluida la proclamación de Juan Carlos de Borbón como sucesor del propio Franco a título de Rey. Pero la desaparición repentina del dictador desató una lucha por el poder de fuerzas internas, ocultas hasta entonces.

La extrema derecha, compuesta por diversas organizaciones civiles de diferente perfil, pero donde predominaban los matones y alborotadores, incluía, por supuesto, a los militares más recalcitrantes del régimen, que hasta el momento se había sentido protegida y representada por algunos miembros del Consejo de ministros, y por tanto se había mantenido en un segundo plano y en silencio, vio peligrar su influencia ante la incertidumbre que se avecinaba. Se trataba de perpetuar los principios y privilegios que se venían disfrutando hasta entonces.

Los cristiano-demócratas, los socialistas y los del Partido Comunista, que en su inmensa mayoría vivían exiliados en Francia, Méjico o Moscú, vieron la gran oportunidad de realizar el sueño por el que tanto tiempo llevaban peleando.

Los independentistas vascos y catalanes, cuyas instituciones habían sido abolidas por Franco, -del mismo modo que hizo con todos los partidos políticos- y cuya lengua se hablaba casi exclusivamente en ambientes rurales, vieron en ese momento una oportunidad de retomar el pasado y seguir luchando por su independencia del resto de España. Para ello, optaron por dos vías antagónicas: los vascos prefirieron apoyarse en los terroristas de ETA y su política asesina. Los catalanes por la negociación.

Y por si todo esto fuera poco, el 6 de noviembre de 1975, es decir, apenas unos pocos días tras la muerte de Franco, el Rey de Marruecos Hassan II, con el apoyo de la CIA, inició la invasión del territorio que hasta entonces pertenecía a España, en la llamada “marcha verde”.

La muerte del jefe del Estado significó un antes y un después para España y para ETA, que, a partir de ese momento, redobló sus esfuerzos criminales.

Al mismo tiempo que se sucedían los atentados de ETA, los grupos de extrema derecha, los llamados “tardo franquistas” cometían los suyos propios.

 

Ante este panorama desolador en la que España, una vez más en su historia, estaba al borde del abismo, día sí y día también, los militares – la mayor parte de los cuales habían participado activamente en la guerra civil española en el bando de Franco – asistían al entierro de sus camaradas, amigos y compañeros de armas asesinados de un tiro en la nuca o con una bomba bajo su coche, al tiempo que criticaban al gobierno por lo que ellos consideraban inoperancia o incluso falta de diligencia.

Lo cierto es que, en esos momentos, los terroristas de ETA asesinaban en España y pasaban sin problemas la frontera hacia Francia, donde todos vivían apaciblemente, amparados por el gobierno de turno, constituyendo así el llamado “santuario francés” de ETA.

España, ya se ve, no tenía demasiados amigos por el mundo. La figura del dictador no era muy apreciada. Su posicionamiento del lado nazi en la S.G.M., su posterior cobertura a todos los nazis que se escondieron en España donde fundaron sus empresas, vivieron como príncipes y disfrutaron de una vida plácida y tranquila sin ser molestados jamás hasta su muerte, no ayudaba demasiado a disfrutar de una buena imagen en el exterior.

Por todo ello, en los acuartelamientos comenzó a percibirse lo que en el argot se conoce como “ruido de sables”, una expresión que hace referencia a la creciente indignación por la situación de caos en la que se vivía y por ser ellos, los militares, las principales víctimas de ETA. Fue a raíz de estos acontecimientos cuando comenzó a hablarse en “las salas de bandera” de dar un golpe de mano, de cambiar el rumbo del timón; de confirmar lo que muchos sospechaban, que tras la muerte del general todo el edificio se vendría abajo.

Y así lo consideraron cuando en 1977 regresó a España desde el exilio el presidente de la Generalitat de Cataluña, - institución abolida por Franco y reinstaurada por Adolfo Suárez recientemente -, Josep Tarradellas, quien ante una multitud que se concentró en la Plaza Sant Jaume para darle la bienvenida, pronunció la famosa frase: “Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!”.

A comienzos de ese mismo año, 1977, el presidente Adolfo Suárez, en plena Semana Santa, había decretado la legalización del Partido comunista de España, en un inequívoco mensaje de apertura y democratización. La respuesta del “búnker” franquista fue la inmediata dimisión del ministro de Marina, Almirante Pita da Veiga.

 

La reforma política de Adolfo Suárez.

 

Tras la muerte de Franco la ley establecía la proclamación del Rey Juan Carlos en las Cortes franquistas. Y así se hizo. Pero lo que nadie sabía entonces era que D. Juan Carlos, tenía sus propias ideas acerca del futuro de España.

La figura del entonces Rey había sido eclipsada por la omnisciente presencia del general Franco a cuya sombra el futuro rey se crio lejos de su familia, del cariño de los suyos y en un entorno que, si bien no era del todo hostil, tampoco era el más envidiado. Estaba rodeado de espías que actuaban en favor de Franco, quien era puntualmente informado de quiénes visitaban a Juan Carlos, con quién se reunía, con quién hablaba, de qué y “a qué dedicaba el tiempo libre”.

Fueron Franco y el padre del Rey, Don Juan de Borbón, quienes acordaron en una tensa entrevista cómo se desarrollaría la educación del entonces príncipe, don Juan Carlos, que, por ese entonces, tenía diez años. Se eligieron a quienes serían sus compañeros de estudios y sus maestros en las diferentes materias. Y entonces el destino jugó a favor de España y sin habérselo propuesto, Franco proporcionó la puerta por la que nos convertiríamos en una democracia, porque una persona que ha sido crucial para España fue uno de los maestros de Juan Carlos I. Su nombre: Torcuato Fernández-Miranda, a la sazón profesor de Derecho Político de S.M.

En cuanto D. Juan Carlos accedió al trono, puso en marcha su idea sobre qué debía ser España. El Rey le encargó a Torcuato una tarea nada sencilla: España debía convertirse en una democracia plena CUMPLIENDO la ley.

“De la ley a la ley”, fue la orden de D. Juan Carlos.

Antes de eso D. Juan Carlos, tomó otra decisión crucial, transcendental para nuestro futuro.

A la muerte de Franco el presidente del gobierno era Carlos Arias Navarro. Un hombre del régimen. El mismo que con gesto apesadumbrado dio la noticia del fallecimiento de Franco en televisión.

Pero era evidente que Arias Navarro no entraba en los planes de D. Juan Carlos. Necesitaba savia nueva, alguien joven, con dinamismo y que creyera en el proyecto.

Para sustituirle se presentó al rey una terna, pero D. Juan Carlos, haciendo uso de los poderes de los que disponía en ese momento histórico, hizo una apuesta personal. Nombró presidente del gobierno a un tal Adolfo Suárez.

 

La reforma política de Adolfo Suárez.

 

D. Juan Carlos y Suárez ya se habían conocido anteriormente y habían hablado de modernizar España y ambos estaban en completa sintonía. Así se formó el triángulo mágico constituido por el Rey, Torcuato Fernández Miranda y Adolfo Suárez. Ellos son la esencia misma de nuestra democracia actual.

En 1976 las Cortes españolas eran las mismas que cuando Franco falleció en 1975. Unos eran de derechas y los demás, de extrema derecha. Pero el rey se propuso dinamitar eso y convertir a España en una democracia. Sin necesidad de iniciar una revolución, ni de acudir a las armas para defender su postura.

Para ello, encargó a su antiguo profesor, D. Torcuato Fdez. Miranda, a la sazón presidente de esas Cortes franquistas, un borrador de ley que permitiera transitar desde un estado dictatorial, fascista, hacia una democracia, sin salirse de la ley. Hay que recordar que tanto D. Torcuato, como el propio Rey, como Suárez, como todos y cada uno de los miembros de esas Cortes, habían jurado lealtad a Franco y a sus leyes.

En definitiva, lo que dicha ley promovía era el suicidio, el harakiri, de todos sus miembros, la desaparición de esas Cortes supervivientes de Franco, para dar paso a un estado democrático.

Los tres implicados hicieron uso de sus amistades, influencias y demás artes, para conseguir los votos necesarios para que se aprobara dicha ley. Una de las claves para lograrlo fue la designación de Miguel Primo de Rivera y Urquijo, nieto del dictador y presidente del Consejo de ministros de Alfonso XIII, para defenderla en las Cortes. Todo un símbolo. 

La ley fue aprobada en esas Cortes franquistas por 425 votos a favor y 59 en contra, con 13 abstenciones. Los franquistas se hicieron finalmente el “sepuku.”

Posteriormente, el 15 de diciembre de 1976 se celebró el previsto referéndum para ratificar la ley.

En junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas desde febrero de 1936.

 


 

LOS GOLPES.

 

A pesar del buen rumbo que llevaba España en cuanto a su proceso de democratización, dicho proceso no contaba con el visto bueno de muchos de los militares ni del llamado “búnker” franquista. En su ánimo seguía pesando más el dolor de los atentados, la rabia y la frustración por las víctimas y la aparente desidia del gobierno. Estimaban que debía aplicarse mano dura. En los cuarteles se hablaba de dar un golpe de estado. Y había más de uno en marcha, aunque cada uno de ellos estaba en una fase diferente de avance. Una de esas intentonas golpistas fue la renombrada Operación Galaxia, en la que se detuvo a un individuo que más tarde pasaría a la historia: Antonio Tejero. También al capitán Sáenz de Ynestrillas, hijo de un militar asesinado por ETA.

Ante el cúmulo de intentonas golpistas en marcha algo debían conocer las autoridades encargadas de la seguridad. En concreto el CESID – (Centro Superior de Información de la Defensa). Alguna de las teorías en relación a este asunto apunta a una estrategia arriesgada, pero que al final dio sus frutos.

El plan consistía en aunar todos los golpes en uno sólo. Con ello se pretendía eliminar la posibilidad de tener que estar en una lucha permanente contra los diferentes golpes y al tiempo, descabezarlos a todos y eliminar de un plumazo a todos los cabecillas. Así, de paso, se le quitaban las ganas a cualquiera de que lo volviera a intentar. ¿Y eso cómo se hace?

A partir de aquí, como corresponde a una buena película de espías, las cosas empiezan a dejar de ser blancas o negras y se convierten en grises.

A continuación: Fuente “La Vanguardia” 24/02/2001

“José Luís Cortina ocupaba en 1981 el mando de la Agrupación Operativa de Misiones Especiales (AOME) del CESID, dentro de la cual se había creado, además, y también bajo su mando, la Sección Especial de Agentes (SEA). Formado en la Academia Militar de Zara­goza, este mando de los servicios secretos compartió promoción, y compañía, con Juan Carlos de Borbón.”

“… en la madrugada del 21 de febrero de 1981 se celebra una reunión en Madrid entre el teniente coronel Tejero – antes mencionado - y el comandante de Infantería destinado en el CESID José Luis Cortina Prieto; en concreto, en casa de este, en el parque de las Avenidas. Los acompaña el capitán de la Guardia Civil, también destinado en el CESID, Vicente Gómez Iglesias. Cortina se presenta ante Tejero como persona de confianza de Alfonso Armada ([1]). “Y se muestra perfectamente enterado de las operaciones que se proyectaban bajo el mando bicéfalo Armada-Milans” ( [2])

“El objeto fundamental de la entrevista es comunicar a Tejero que debe ponerse en contacto con el general Armada y facilitarle los medios que se precisen del CESID a través del capitán Gómez Iglesias”.

El uso de los nombres de Armada y Milans, encerraba una trampa. Pretendía que Tejero dedujera por sí solo – tal y como así fue después – que detrás de ellos se encontraba el propio rey apoyando el golpe. Nunca se pronunció el nombre del rey, pero si dejas caer sibilinamente una frase adecuada, el de enfrente cree escuchar lo que quiere escuchar. Una auténtica trampa de espías. Por otra parte, si los golpistas, incluidos Armada y Milans, consideraban que tenían el apoyo o cuanto menos, la no intervención de S.M., era una forma de que todos los golpes en marcha se paralizaran y se aunaran en uno solo.

Ya fuere porque se debió a una medida improvisada, o se tratare de un farol, o de una gran astucia, el caso es que el teniente coronel de la guardia civil D. Antonio Tejero, se creyó que después de su intervención en el Congreso se produciría una cascada de adhesiones al golpe en diferentes regiones de España, al igual que sucedió en 1936.

Pero ni España era la misma, ni en 1936 teníamos a Juan Carlos I.

En aquellos momentos de 1981, los franquistas consideraban al Rey como un “segunda fila”, una especie de rey de paja que había sido tutelado por Franco y que por tanto no podía traicionar la lealtad que le juró.

Por su parte, el resto, curiosamente, consideraban al rey una continuación del franquismo, precisamente por lo mismo que los franquistas. Así es que el rey Juan Carlos, en la noche del 23-F, se enfrentaba a varios monstruos. Incluso algunos de los golpistas invocaron su nombre.

 

La derrota del golpe de estado.

 

Una vez que se produjo el asalto al Congreso se desató en España la noche más larga de nuestra historia reciente. Los que pensaron que el Rey Juan Carlos les estaba apoyando, se llevaron una desagradable. Miláns, en Valencia, llegó a sacar los tanques a las calles. TVE fue tomada por una unidad del Ejército de Tierra formada por 35 hombres y nueve vehículos militares.

Mientras tanto, en el Congreso, se esperaba la llegada del “Elefante Blanco” (¿Armada?), nombre en clave con el que se conocía al hombre que iba a dirigir los designios de España. Una llegada que no se produjo nunca.

Los líderes de los diferentes partidos políticos, estaban custodiados por hombres armados en diferentes despachos, mientras el grueso de los parlamentarios permanecía en sus escaños.

Pero hubo un factor que jugó a favor de los españoles: el Rey Juan Carlos I, había estudiado en las academias militares, tenía sus amigos y por encima de todo, era el Capitán General de todos los ejércitos, y la obediencia de una orden es sagrada para un militar. Y el Rey dio la orden de regresar a sus cuarteles a todos los amotinados.

Yo llegué a casa a medianoche y para entonces ya tenía claro que el golpe había fracasado. En el manual del golpista una de las primeras obligaciones es interferir, interceptar o eliminar cualquier comunicación con la población. Poner un trapo negro a la población y mantenerla incomunicada, aislada y atemorizada en casa. Y eso no se produjo.

Ya de madrugada el rey Juan Carlos apareció en TVE para dar un discurso, vestido de militar y con gesto cansado. En él anunciaba las órdenes que había dado a todos los jefes de las regiones militares de regresar a sus cuarteles y el irrenunciable deseo de proseguir con el proceso de convertir a España en una democracia.

A ojos vista de aquellos militares y de la más recalcitrante y ultramontana derecha española, D. Juan Carlos se convirtió aquella noche en un traidor al juramento que había realizado a Franco y sus Principios del Movimiento y leyes del Régimen.

Para el resto, ese 23-F, el Rey se ganó el afecto y el respeto de su pueblo. Demostró que no era un mero seguidor de las teorías de Franco. Supo rodearse de las personas adecuadas para llevar a cabo la misión que él mismo se había impuesto. Y después, cuando se redactó la Constitución, renunció a una serie de poderes y privilegios de los que había dispuesto en la fase constitucional.

Las Cortes franquistas se suicidaron en pro de otro futuro para España.

El rey, se sometió al pueblo y a la Constitución.

 © Carlos Usín

Bibliografía: :   CON LA VENIA ... YO INDAGUE EL 23-F | PILAR URBANO | Casa del Libro


[1] Alfonso Armada y Comyn, dio clases militares al entonces príncipe Juan Carlos, convirtiéndose en uno de sus mejores amigos y consejeros, y llegó a ser miembro del Estado Mayor Central.

[2] Jaime Milans del Bosch, en 1981 era Capitán General de la III Región Militar (Valencia)