domingo, abril 26, 2020

K-19 El Creador de viudas


K-19 “El Creador de viudas”, es el título de una película cuyos protagonistas son Harrison Ford y Liam Neeson.  El guión se basa en un hecho real, sucedido en 1961, en un submarino nuclear soviético, que, por motivos políticos, es obligado a hacerse a la mar sin haber pasado los pertinentes análisis y pruebas que detectaran posibles deficiencias, fallos o errores, tanto técnicos, como de protocolos contra la gestión de riesgos. Es decir, precipitación. Como es de imaginar, el submarino sufre una serie de averías que, por un lado, le dejan incomunicado con el estado mayor y, además, sufre una importante avería en el reactor que amenaza, directamente, la supervivencia de la nave. En este punto, los marineros están obligados a reparar el desperfecto, entrando en el núcleo del reactor, sin ningún tipo de protección, porque los que construyeron el submarino, no lo habían previsto. La nave se salva, pero fallecen 22 de los 137 miembros de la tripulación, como consecuencia de la exposición a la radioactividad del reactor. Posteriormente a este suceso, la URSS impuso un silencio absoluto a todos los supervivientes, bajo amenaza de sufrir lo que todos intuían y conocían. 

Hasta aquí, la sinopsis de la película. Pero ahora voy a establecer un paralelismo con lo que sucede ahora, en España.

La inmensa mayoría, por no decir todos, los profesionales de la salud, tanto los que trabajan en el sector público como privado, son enviados a trabajar y enfrentarse a diario a la pandemia del coronavirus, sin los equipos adecuados de protección. ¿Por qué? Simplemente por ineptitud, falta de previsión, exceso de soberbia y de sectarismo político. ¿Resultado? Más de 30.000 profesionales infectados – el mayor índice mundial – y decenas de médicos, enfermeros, asistentes y profesionales, muertos. 

No se exige a este gobierno que fuera tan previsor como para disponer en la reserva de docenas de millones de mascarillas, batas y demás sistemas de protección. Lo que se le exige es que, ya que de motu propio han sido ellos los que, sin contar con nadie, se han auto arrogado la potestad de tomar toda suerte de decisiones bajo el amparo del Mando Único Unificado (MUU), sean tan eficientes, como mínimo, como lo han sido otras empresas privadas y otras Comunidades Autónomas, las cuales, en vista del estrepitoso fracaso y ridículo que el denominado mando único ha obtenido en repetidas ocasiones, han decidido tomar la iniciativa y han demostrado ser infinitamente más eficaces, suministrando un material que el propio gobierno ha sido incapaz de proveer. Eso sí, con semanas de retraso debido a la prohibición expresa de actuar por separado a las CCAA. Pero una cosa se les da muy bien: intervenir en el precio final de ciertos artículos, fastidiando – encima – a los pobres farmacéuticos, que además de tener que enfrentarse en primera línea contra el virus sin protección adecuada, han tenido que sufrir las bajas de varios colegas por esa misma razón y ahora, encima, la decisión del gobierno de intervenir el precio final de ciertos productos, afecta directamente a su cuenta de resultados. ¡Genial!

Por si el paralelismo con la película no fuera suficiente, queda aún la parte en la que la dictadura soviética de la época, impone un rígido silencio sobre lo sucedido; una censura previa, tanto interna como – sobre todo – externa, como si nada de lo sucedido, hubiera pasado de verdad. 

Llegados a este punto, hay que recordar a aquellos que ya lo han olvidado, que un percance similar ocurrió más recientemente (2000) con el submarino K-141 Kursk. Se hundió durante un ejercicio naval en el Mar de Barents con 118 tripulantes a bordo. La operación de rescate internacional fracasó y no hubo supervivientes. Fue la peor catástrofe naval de la historia postsoviética. Más concretamente, Rusia, se negó a recibir ayuda de la OTAN y condenó a muerte por falta de oxígeno a toda la tripulación. 

Posteriormente, tuvo lugar en un teatro de Moscú, un acto en honor de los fallecidos. En un momento dado, de entre el público, donde se encontraban los familiares de los marineros fallecidos, se levantó una mujer que, visiblemente afectada y alterada, se dirigía gritando hacia el estrado con el fin de llamar la atención y acusar a las autoridades del asesinato de los miembros de la tripulación al completo. No había dado media docena de pasos desde su asiento, cuando tras ella se abalanzaron tres personas, una de las cuales llevaba preparada una jeringa que inyectó a la mujer y que las otras dos personas sujetaron, porque la mujer perdió el sentido inmediatamente. 

El silencio a cualquier precio.

Parece que, en Rusia, se llame como se llame, gobierne quien gobierne y transcurran los años que transcurran, hay ciertas costumbres que son de obligado cumplimiento, como es, por ejemplo, el silencio impuesto. Que es exactamente, lo que se pretende implantar en esta España que todos pensamos moderna y democrática, pero que este gobierno bolivariano se ha empeñado en convertirlo en otro “paraíso comunista” de esos de los que sus ciudadanos huyen en desbandada. Si pueden.

La censura del gobierno pretende instalarse en la prensa, los medios de comunicación e incluso hasta en las redes sociales, encargando, nada menos que a la Guardia Civil, la persecución de lo que ellos generosamente denominan “bulos”, con el argumento de que esos bulos, desprestigian la imagen del gobierno. Hipocresía y cinismo es lo que subyace en este tipo de medidas, cuyo único objetivo es acallar – como lo hicieron en su día en la URSS – las voces que se levantan y claman contra la inoperancia de este gobierno mentiroso, manipulador y sectario. Para determinar si algo es un bulo o no, habrá que compararlo con la verdad y en todo caso, es responsabilidad de los ciudadanos de un país libre, el determinar si esos ciudadanos creen en una versión o en otra. Es eso lo que se llama libertad de expresión, libertad de prensa. Lo que pretende este gobierno no es otra cosa que adoctrinar en base al lavado de cerebro que permanentemente lleva a cabo usando los medios públicos como RTVE, la agencia EFE, algunas TV privadas a las que riega de millones generosamente para mantener su fidelidad a la causa. Y cuando su dinero y sus presiones no llegan a controlar el medio díscolo, entonces entra en juego la amenaza, el miedo.

Como se ve, hay bastantes similitudes entre el comportamiento de un gobierno al más puro estilo comunista, como el del suceso del K-19, en 1961, cuyo máximo dirigente era Nikita Jrushchov, el de la Rusia renovada por la glasnost y dirigida por Vladimir Putin en el año 2000 o el que padecemos actualmente en España, donde se pretende instaurar por la política de hechos consumados y refrendado por decretazos, un sistema que los españoles no hemos votado democráticamente. 

La última decisión del gobierno de levantar progresivamente el encierro al que estamos sometidos, es una prueba más de que para este gobierno, los españoles significan lo mismo que aquellos marineros de los submarinos soviéticos muertos en aras de no se saben bien qué. 

¿Cómo hay que interpretar el hecho de que sea el propio gobierno el que prohíba la realización de tests a título particular y al mismo tiempo sea incapaz de someter a la población a dichos tests?

Los varios ministros y ministras del Consejo que se han visto contagiados, ¿ellos sí pueden disponer de esos tests? ¿Acaso no se ve claramente una diferenciación entre los unos y los otros, tal y como la había en los remotos tiempos de la Guerra Fría, cuando los dirigentes soviéticos obligaban a sus ciudadanos a pasar penalidades, mientras ellos disfrutaban de sus dachas a orillas del Mar Negro? Ahora ya no se estilan las dachas. Ahora lo que se lleva son los chalets unifamiliares en Galapagar.

¿Cómo hay que interpretar que el gobierno, a sabiendas de que no dispone de la información básica necesaria, permita el levantamiento del encierro? ¿Acaso es tan complicado entender que es más que probable que haya miles y miles de ciudadanos infectados, asintomáticos o no, Y QUE ELLO PUEDE PRODUCIR UN REBROTE DE LA PANDEMIA? ¿Es acaso eso lo que pretende?

Tal vez, lo que pretenda este gobierno, a falta de vacuna, sea inocular el miedo en la población. El miedo a salir de casa por el riesgo de contagiarse con el virus. Eso tendría un efecto secundario que al gobierno le placería en grado sumo y es que mientras la población esté enjaulada, las manifestaciones contra este gobierno repleto de soberbios incapaces, serían inviables. No es lo mismo una cacerolada en los balcones que una manifestación masiva por las calles de las grandes ciudades. La repercusión nacional y, sobre todo, internacional, no sería la misma. Como tampoco sería el mismo esfuerzo, utilizar los medios a su alcance para la lucha contra una gigantesca manifestación callejera o contra una balconada. Y de paso, si por el camino mueren unos pocos, tal vez el miedo termine por conseguir el propósito que no consigue el gobierno totalitario: acallar a los ciudadanos. Además, el confinamiento por miedo al contagio, sería por decisión propia del españolito de a pie, con lo que la imagen del gobierno y del partido, quedarían a salvo y aplaudirían la “responsabilidad cívica” de la ciudadanía. 

¿Hay o no hay suficientes paralelismos entre el K-19, el Kursk, los gobiernos de la URSS/Rusia y el de Pedro Sánchez/Pablo Iglesias con el coronavirus?

Este gobierno pasará la historia como el “Creador de Viudas” y Pedro Sánchez con el alias de “El Enterrador”.

jueves, abril 23, 2020

El día después


Está claro que la situación que estamos padeciendo y la actitud de quienes nos gobiernan, han exacerbado – no sin motivo – los ánimos de muchos. Aquella famosa frase de Alfredo Pérez Rubalcaba “los españoles no se merecen un gobierno que les mienta”, se ha hecho meritoria para ser recordada en estos días unas cuantas veces. Yo diría que a diario.

Son muchas las voces críticas que cada vez con más frecuencia, se levantan contra este gobierno, que no solamente no ha sabido estar a la altura de las circunstancias, sino que ha dado sobradas muestras de estar más atento a otras cuestiones, mucho más accesorias. Por ejemplo, el blindaje del VP bolivariano en la comisión del Congreso del CNI, - con todos los riesgos sobre compartir información que ello conlleva-, los indultos de tapadillo que ha realizado el gobierno en mitad de la lucha contra la pandemia, o la incipiente, - aunque cada vez más evidente-, censura que pretende imponer a los medios y sobre todo a las redes sociales, para “minimizar” en palabras de la ministra Celáa y del general de la Guardia Civil, las críticas al gobierno.

En momentos de crisis, la sociedad demanda cambios. Dependiendo de la profundidad y la duración de la crisis, los cambios exigidos serán más o menos drásticos y más o menos inmediatos. Es previsible, que, tras la tragedia de perder a miles y miles de españoles, muchos de ellos ancianos indefensos en las residencias, estos cambios se tornen, además, urgentes.

La sensación generalizada es que ahora mismo, debido a las circunstancias por las que atravesamos, no parece el momento más idóneo para realizar ningún movimiento. Y para cuando esto termine, o más bien, para cuando hayamos recuperado, de una u otra forma, la normalidad a la que tengamos que enfrentarnos a partir de un momento dado, se abren varias expectativas.

Para empezar y aunque hay un cierto runrún en los medios, el Rey, a mi entender, tiene las manos bastante atadas por la Constitución, salvo que a un servidor se le escape algún argumento sólido que pudiera utilizarse para un – digamos- hipotético gobierno de concentración nacional. Además de las dificultades intrínsecas para un movimiento de esta naturaleza, sería harto complicado venderlo tanto dentro, como probablemente, fuera de nuestras fronteras. No estamos ante un flagrante golpe de estado con los tanques en Valencia, y el Congreso secuestrado por Tejero, como en 1981.

Otra alternativa, aún con menos visos de verosimilitud, sería que por vergüenza torera, este gobierno convocara elecciones anticipadas, algo que dada la catadura moral que ya han demostrado, habría que descartarlo de antemano. Los cálculos partidistas no creo que auguren unos buenos resultados en estos momentos, por mucho que Tezanos diga lo contrario, así es que, conociendo al busto parlante y sus secuaces, su estrategia será la de aguantar y mañana, ya veremos.

Un escollo no menos importante que podría haber traído muchos problemas al gobierno actual, habría sido el proceso de negociar los Presupuestos Generales del Estado. Proceso, que se ha eliminado (otra vez) dada la premura de tiempo por mor de la crisis del coronavirus y prorrogando los presupuestos de Rajoy.

Y finalmente, no debemos olvidar que ahora mismo, tenemos pendientes tres elecciones en diferentes comunidades autónomas: Galicia, País Vasco y Cataluña. Y de estas tres elecciones, las más interesantes por sus posibles consecuencias, son las del País Vasco. De estas elecciones, aún pendientes, dependerá si el PNV puede gobernar en solitario o en coalición con vaya usted a saber qué partido o partidos. ¿Y por qué es tan importante conocer ese dato? Pues porque de esa situación dependerá en buena medida lo que pueda hacer en el Congreso de los Diputados.

En efecto. En el supuesto hipotético de que alguien iniciara una moción de censura para evacuar a este gobierno, los votos del PNV, son imprescindibles. No debemos olvidar que el actual presidente, lo es por el escaso margen de 2 votos. Por lo tanto, obviando a toda la gentuza del parlamento, incluidos los independentistas catalanes, los votos del PNV, podrían unirse a un hipotético frente formado por el PP-C’s-VOX y los que votaron en contra del presidente. 

Pero para que el PNV votara a favor de una moción de censura contra el Dr. Fraude, es necesario que, en el País Vasco, no necesite los votos del PSOE para gobernar. Esa es la condición sine qua non. Por supuesto, una vez solventada esa cuestión, luego quedaría la segunda parte y es pagar el favor al PNV en forma de pasta, transferencias y demás. Siempre que sea aceptable, se contentará al PNV, porque al final, en política suele ser una ley aquello de elegir entre comer mierda con pala o con cuchara. 

No es previsible que en lo que queda de año puedan organizarse las autonómicas en las tres comunidades, por lo que, siendo muy optimistas, hasta finales del primer trimestre del año próximo, 2021, no habrá elecciones en esas autonomías. Y después, a esperar…y rezar.

Nos toca aguantar, pero yo, empezaría a organizar y negociar con los partidos que pudieran formar parte de esa moción. Si no se acomete la opción de la moción, tenemos gobierno bolivariano para rato. Y ¡ojo! Con los posibles pucherazos.

martes, abril 21, 2020

El (negro) futuro del Dr. Fraude


La carrera de un político, - aunque diferente en muchos aspectos a las de los demás seres terrenales-, en el fondo se rige por las mismas cuestiones que el resto de los ciudadanos: Y después, ¿qué? 

La pregunta tiene diferentes respuestas en función de cuál haya sido el papel desempeñado por el individuo. Si ha sido ministro del gobierno, podría seguir desempeñando el mismo papel, pero en diferentes ministerios. Fraga, pasó de líder de la oposición a presidente de la Xunta – por cierto, tal y como le sugirió Jorge Vestrynge, el suegro del “coletas”-. Si ha sido ministro de Hacienda, podría reubicarse en alguna sociedad privada, bien nacional o internacional, un bufete especializado, el FMI, la Unión Europea, etc. Etc. Etc. 

El problema principal surge cuando el sujeto ha sido presidente del gobierno. En este caso, forman parte de la ecuación otros parámetros, como, por ejemplo, el tiempo que ha permanecido en el puesto, el grado de popularidad entre los ciudadanos, su decisión personal de dar por finalizada su vida pública y, o bien, retirarse definitivamente, o bien, dedicarse a dar conferencias, etc. Es conocido el caso de la mayor parte de los ex presidentes de EEUU, por ejemplo, que suelen viajar alrededor del mundo, dando conferencias, a cambio de unos nada despreciables emolumentos, ejemplo que han seguido algunos expresidentes españoles, sin ir más lejos. 

Un caso muy especial es el del conocido Winston Churchill, quien una vez terminada la II Guerra Mundial, se presentó a unas elecciones y no fue elegido. En efecto. Después de ser derrotado en las elecciones generales de 1945 frente a los laboristas de Clement Attlee, Churchill lideró la oposición. En 1951 consiguió volver a ser primer ministro, hasta su retiro en 1955.

Queda claro, pues, que el devenir de algunos personajes de la vida política, depende de diversos factores, y uno no menos importante, es la imagen que se guarde en la memoria colectiva del propio individuo. Así, por ejemplo, en el ya mencionado caso de Churchill, los británicos entendieron que era la persona idónea para luchar contra los nazis, pero una vez acabada la guerra, decidieron que era otro en el que debían confiar en tiempos de paz. 

En el caso de España, Adolfo Suárez, una vez dimitió del cargo de presidente del gobierno, persistió en la creación de un nuevo partido político semejante a UCD, mientras Felipe González, se limitó a esperar a que le llovieran las propuestas y Mariano Rajoy – por poner sólo algunos ejemplos recientes – regresó a su trabajo como Registrador de la Propiedad. 

Ocupémonos ahora del ínclito Pedro Sánchez.

De acuerdo al diagnóstico que ha realizado recientemente Abigail Rodríguez, psicopedagoga y experta en la rama de ‘carácter humano’, el mencionado individuo tiene un trastorno de la personalidad narcisista y una personalidad psicopática”, dicho lo cual, parece difícilmente comprensible que un personaje así, pueda admitir ser simplemente el líder de la oposición, cuya única aspiración consiste en llegar a ser presidente, algo que, en su caso, ya ha conseguido, incluso sin haberse presentado a elecciones generales, lo cual, tiene mérito.

Por otro lado, las características mencionadas, no parecen las más adecuadas para que las universidades del mundo entero, acudan a su puerta para rogarle que les concedan el privilegio de poder contar con sus inapreciables consejos, en unas conferencias abonadas acorde a la costumbre en estos casos. 

Igualmente, su hipotético futuro destino como diputado europeo, aparte de que se consideraría un retroceso en su carrera -y no acorde con sus aspiraciones de brillar más que el sol allá donde estuviere-, se vería seriamente entorpecido por la imagen que, desde hace tiempo, ha venido proyectando en el continente y de la que los miembros de la UE no son ajenos. 

Por todo ello y teniendo muy en cuenta el diagnóstico de la doctora: 

es un buscador de estatus, poder y prestigio y es un tipo increíblemente camaleónico o multifacético simultáneo. Se identifica con todos los roles que desempeña. Y sus roles están destinados y dirigidos a tener éxito. Lo que busca es que su imagen es prestigiosa y busca poder y estatus. Busca codearse con gente con ese estatus y prestigio y de alguna manera el resto del mundo no cuenta para él” y partiendo del hecho de que en algún momento – espero y deseo que más pronto que tarde – deje de ser presidente del gobierno, habrá que deducir lo siguiente:

     Ø  Descartada la opción de permanecer como jefe de la oposición.
    Ø  Descartada la opción de dedicación a dar conferencias porque a nadie del mundo occidental y capitalista le interesan las opiniones de un marxista enmascarado como socialdemócrata.
     Ø  Descartada la opción de jubilarse en Europa, donde además de un retroceso en su carrera me inclino a pensar que no sería muy bien recibido.
    Ø  Descartada la opción de reubicarse dentro del FMI, por las mismas razones antes expuestas en cuanto a sus escasos conocimientos reales sobre economía, además de saber todo el planeta que su máster es más falso que Judas.

Asumiendo todo lo anterior, lo cierto es que el panorama del Dr. Fraude, resulta altamente desalentador y en ocasiones, preocupante. 

No es previsible que una empresa privada, - salvo que busque el suicidio colectivo y pretenda dañar su propia imagen sin posibilidad de restauración nunca jamás-, le brinde la oportunidad de dirigir su destino. Tan sólo cabe la remota alternativa de buscarle un despacho en alguna entidad de carácter público, como el Banco de España, algo que, a tenor de sus desmesuradas aspiraciones, parece poco atractivo para él.

Alguna eléctrica o cualquiera de esos destinos típicos, que son auténtios cementerios de elefantes, sufragados, eso sí, por los sufridos contribuyentes, podría ser otra alternativa, pero seguro que se le antoja muy pobre en cuestión de imagen. 

El Consejo de Estado, podría ser un destino acorde a sus sobrevaloradas cualidades, pero parece poco probable que alguien, que no ha dudado en lanzar toda clase de diatribas contra la Constitución, al tiempo que ha enarbolado la bandera de su permanente modificación y de hecho, no la ha defendido con el interés y el empeño que debiera, pueda ser elegido miembro de un grupo, cuyo primordial cometido consiste precisamente en defenderla y mantener la independencia del propio Consejo.  

Personalmente, no le veo en la universidad dando clase y desde luego, es totalmente descartable pues eso sería un buen destino para su colega el bolivariano, pero no para una estrella mediática como él.

Así es que, yo creo que, si entre todos le vamos buscando acomodo, mejor para todos. Y si el nuevo empleo lo pudiera hacer en modo de tele trabajo desde la isla de Elba, miel sobre hojuelas. 

Entre la pensión de expresidente y los libros que le escriban otros negros, es posible que pueda ir tirando.