miércoles, octubre 18, 2017

Funcionarios vs contribuyentes.

La vida de mi amigo Carmelo ya disponía de elementos suficientes como para ser llevada al cine antes de la parte de su historia que voy a relatar. No creo que le fueran a dar ningún premio, pero entretenida sí que hubiera resultado. Casado tres veces y divorciado otras tantas, - y en todas las ocasiones, con profesionales de la salud -, admite con un cierto dolor y mucha socarronería, que ha montado varias casas y ahora no tiene ninguna.

Según cuenta él mismo - yo no estaba allí para verlo, igual que la madre de Gila cuando nació su hijo - vino al mundo en una tienda de muebles. Y claro, al final fue a lo que se dedicó profesionalmente.

Un día, las cosas, empezaron a torcerse. Pero a torcerse de verdad. Ingresó en un hospital por una dolencia y terminó en el quirófano salvando la vida casi de milagro, aunque el médico tuvo bastante que ver. A partir de ahí, los infartos le dejaron secuela que se fueron añadiendo a su diabetes, deficiencia respiratoria y complicaciones renales, entre otros asuntillos similares apenas sin importancia que no voy a detallar para no aburrir al personal. El caso es que con un panorama así, la Seguridad Social, comenzó por darle la incapacidad permanente parcial. Y fue entonces, cuando las cosas se complicaron aún más.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el bueno de Carmelo se vio en la tesitura de tener que ir recopilando papeles, certificados y documentos de todo tipo y condición, repartidos por media España, pues su vida personal - como ya ha quedado esbozada - además de intensa, ha sido extensa. Me refiero al territorio cubierto dentro de España.

Fue durante ese período de tiempo de recolección de datos y certificados cuando descubrió, no sin estupor y mucha más preocupación, que alguno de sus anteriores jefes, no había cumplido con sus obligaciones con respecto a la Seguridad Social, y no le había dado de alta como es obligado, por lo que además de todo lo anterior, tendría que iniciar un procedimiento cuyo objetivo era demostrar que había existido esa relación laboral, con unos determinados ingresos, etc. etc.  y todo ello con el único objetivo de que le fueran reconocidos todos sus derechos a la hora de recibir las prestaciones de las que pudiera beneficiarse.

Como la cosa ya había adquirido tintes heroicos, se vio en la necesidad de acudir a un abogado, a sabiendas de que no sabría cuándo podría pagarle, si es que algún día podría hacerlo.

Su vida a partir de esos momentos, era un constante peregrinar entre visitas a su abogado, los diversos centros de la Seguridad Social a los que debía acudir, bien para proporcionar datos o recibir documentos y certificados, y la farmacia, de la cual y debido a sus múltiples dolencias, salía con unas voluminosas bolsas repletas de todo tipo de medicamentos, una en cada mano, y los abrazos y parabienes de la propietaria de la farmacia, a la que probablemente no la iba a convertir en rica, pero ayudaba mucho en la tarea. Después, al llegar a su casa, desplegaba en la mesa del salón - la más grande - toda la lista de recetas e indicaciones, junto con un tabletero gigante, tamaño “king size”, en cuyas celdas iba depositando las dosis recomendadas por el médico, para desayuno, comida y cena de cada día de la semana. En total, unas cien pastillas, tabletas y píldoras, que conjuntamente con las diversas citas para todo tipo de pruebas y análisis clínicos, constituían su día a día.

Carmelo, fue así soportando con admirable estoicismo y sentido del humor su lento caminar - literalmente - entre papeles y médicos, mientras cobraba una mierda de pensión, debido en gran medida al problema que le había originado su ex jefe.

Carmelo, durante este largo y proceloso deambular por la Administración española, aprendió a interpretar un papel lastimero, a fin de intentar sacar algún beneficio a su favor y que le atendieran con “cariño”. Así es que, como la mayoría del personal que le atendía era del género femenino, optó por provocar ese sentimiento de protección que toda mujer lleva dentro.

“Mire usted…es que yo he sufrido…y claro, la cabeza ya no me funciona como antes…usted sería tan amable de ayudarme…..es que llevo 2 años de un lado para otro….”. Y a ver quién es la desvergonzada que se niega a echarle un cable a un señor mayor, con aspecto deliberadamente desastrado, que se sienta delante de tu mesa de funcionaria y te habla en esos términos.

Cuando después de más dos años de andanzas, aventuras y desventuras parecía que se comenzaba a vislumbrar la luz al final del túnel…resultó que era un tren que venía de frente y a toda pastilla.
En su última visita a la oficina de la Tesorería General de la Seguridad Social, la funcionaria de turno, - una señora con más trienios en el Ministerio que “Las Meninas” - involucró directamente al Director de la oficina, para que tomara personalmente el asunto entre sus manos.

A Carmelo, tal comportamiento le llenó de satisfacción y sobre todo le proporcionó una enorme tranquilidad. Por fin, alguien de la Administración, iba a darle el empujón definitivo a su causa y como consecuencia, al desbloquearse su asunto, mejoraría su situación económica. Algo, no demasiado, pero siempre a mejor.

Carmelo le hizo entrega de toda la documentación que poseía, un enorme montón de papeles de todos los colores, que con el devenir de los meses y el trasiego de un lado a otro, iban adquiriendo aspecto de legajos históricos y que ocupaba una considerable altura en la mesa de la funcionaria. En ese montón de papeles, estaban depositadas su vida y sus esperanzas. Los anhelos de dos años de lucha sin desfallecer.

Mi amigo, salió de la oficina, absolutamente convencido de que “en quince días, a lo sumo un mes” se iban a poner en contacto con él para darle la buena nueva.

Al cabo del mes, Carmelo, comenzó a llamar por teléfono a esa funcionaria tan maja y tan cariñosa, que se había tomado tantas molestias a la hora de atenderle. Y comenzó a sospechar que algo no iba bien cuando a pesar de llamar a todas horas, - respetando eso sí los descansos de los funcionarios para ir al desayuno, el aperitivo y el supermercado a hacer la compra - la funcionaria no atendía a sus requerimientos y no devolvía sus recados. Así es que, aunque la oficina le pillaba en a tomar por saco punto com de su domicilio, y aunque ya no podía conducir, se las ingenió para que le acompañara un amigo en su coche. Intentaría preguntar eso tan típico de “y cómo va lo mío”, bien a la funcionaria o incluso al Director que tan gentilmente se habían portado con él.

Después de sacar el número para esperar su turno y de aguardar un tiempo considerable, finalmente, su número aparece en la pantalla, con la casualidad de que le toca la misma funcionaria de la última vez. La desaparecida.

Tras las consabidas salutaciones y mutuo interés por las respectivas familias, Carmelo preguntó “y cómo va lo mío”. La respuesta de la amable funcionaria, hizo que por su espalda corriera un sudor frío, muy poco alentador.

¾     ¿Lo suyo? ¿Y qué es lo suyo? - preguntó la funcionaria.
¾     Pues, hombre, no se acuerda de que estuve aquí hace un tiempo y le traje una montaña de papeles y se los dejé sobre esta mesa? ¿No recuerda que me dijo que el Director se había tomado interés personal en mi tema? Debería tenerlo ahí - dijo Carmelo, señalando con la cabeza a la pantalla del ordenador.

La funcionaria, tecleó los datos de Carmelo para ver si en la pantalla le aparecía el expediente, pero sin ningún resultado.

¾     Pues aquí, no me aparece su expediente.

Carmelo llegó a pensar que se trataba de la típica broma - sin gracia alguna, por cierto - de los funcionarios a los ciudadanos. Pensó que enseguida le diría con una sonrisa “que no, hombre, que lo tengo aquí”. Lo pensó, pero nada más.

¾     Pues no. No. Su expediente no ha sido grabado.
¾     Bueno, entonces, ¿cuándo lo tendrán? - preguntó incrédulo mi amigo Carmelo.
¾     Pues es que primero, tenemos que encontrar su carpeta. A ver dónde está guardada.

Al pobre Carmelo, lo de los sudores fríos, se le habían convertido en lo que él suponía un principio de un nuevo infarto y estaba casi seguro que de ser así, esta vez no iba a tener tanta suerte.

¾     ¿Quiere decir que han perdido mis papeles? - insinuó de modo educado a sabiendas de otra actitud le iba a traer sin cuidado al guacamayo que tenía enfrente.
¾     No. Perdido, no. Sólo es que no sabemos dónde los tenemos almacenados.
¾     ¿Y qué diferencia hay? - preguntó Carmelo con tono muy poco amistoso y cara de vinagre.
¾     ¿Usted no tiene copia de esos papeles? - intentó escabullirse el guacamayo.

Carmelo abandonó la oficina, hundido, cabizbajo y derrotado. Tras más de dos años recopilando una valiosísima y vital información, una inútil pagada por el Estado y con puesto de trabajo fijo, había decidido, probablemente, que esos papeles ocupaban demasiado espacio en su mesa como para mantenerlos allí y después de haberlos colocado en vaya usted a saber dónde, había condenado a mi amigo a otro lento y doloroso peregrinar para volver a solicitar todos los certificados y pruebas que ella le había extraviado.

Y lo malo de toda esta historia, es que este no es un ejemplo aislado de ineficacia e inutilidad. Porque hace un par de días, otra amiga, también con una historia laboral compleja en dos Continentes y dos países distintos, se encontró de buenas a primeras con el consejo de que “tardamos menos tiempo en repetir todo el proceso que si nos ponemos a buscar dónde están sus papeles”.

Al fin y al cabo - deben pensar esos funcionarios - a ellos les van a pagar lo mismo, al margen de si hacen bien o no su trabajo y como lo único que se pierde es el tiempo de los contribuyentes, pues aquí paz y después gloria.

martes, octubre 17, 2017

Formación del Espíritu Nacional (FEN)

Una de las consecuencias que está teniendo el descoloque esquizoide de Cataluña, es que ha provocado un estado de alarma general, saber y constatar que en las escuelas, no solamente se usan a los niños para ir a las manifestaciones contra las fuerzas de orden público; no solamente se les utiliza para ir a las manifestaciones y “hacer bulto”. Es que hemos sabido lo que se intuía: que en las escuelas se adoctrina en el odio. El odio a todo lo español: la bandera, el himno, la policía, la Guardia Civil y todo lo demás.

De ahí que a raíz de estos tristes acontecimientos, se haya iniciado por voluntad popular un movimiento dirigido a encaminar a la educación por derroteros más normales.

La educación que se imparte en ciertas partes del territorio español, viene a ser una mezcla ígnea entre historia tergiversada y manipulada y lo que hace años se llamó “Formación del Espíritu Nacional”. Por cierto, asignatura esta que en base al cariz que estaban tomando los acontecimientos con la asignatura, el PSOE decidió retirar de las aulas. Mal hecho.

Y digo mal hecho, no porque pretenda que ahora vuelvan a estudiarse las posibles versiones del himno nacional español, escritas por Pemán. Tampoco pretendo que se entronice a Don Rodrigo Díaz de Vívar, ni siquiera a Viriato, so pena de agraviar a la comunidad musulmana del planeta entero y en especial, a la residente en España. Pero sí me parece absolutamente necesario, imprescindible, que volvamos a un punto medio en el que estoy seguro que podemos encontrarnos.

Si repasamos a los países de nuestro entorno, - y por entorno, me refiero a Occidente -, todos somos capaces de reconocer que en las escuelas de todos esos países, se enseña a respetar y conocer el himno, la bandera y al Rey o al Presidente de la República que sea. Además, nosotros tenemos la “suerte” de que nuestro himno, no tiene letra, por mucho que los franquistas se empeñaran en decirle a Pemán que se la inventara. ¿Tan difícil es que en cualquier parte de España, se enseñe a los niños a reconocer la bandera de España, a respetarla? ¿Por ello se perdería autonomía en la comunidad que fuese? ¿Es demasiado pedir que al margen de ideologías políticas, la gente se abstenga de silbar al himno de España, de ultrajar a su bandera y a su Rey y sólo nos acordemos de la bandera cuando ganamos un Mundial de fútbol?

En EEUU, ya hemos visto que de vez en cuando, algunos, haciendo uso de lo que allí se entiende por libertad de expresión, se dedican a quemar banderas de su propio país. Pero eso lo suelen hacer después de que un policía blanco, - por ejemplo- haya matado a algún ciudadano  negro, desarmado y hasta es posible que por la espalda, y después de un supuesto juicio, haya sido absuelto por un jurado formado en su mayoría, por hombres blancos. Y todos hemos visto imágenes de los tiempos de la guerra de Vietnam, en la que eso estaba a la orden del día. Pero todo ello no es obstáculo, óbice o impedimento para que en las escuelas de todo el país, se respeta y se haga respetar a la bandera de todos los americanos. Y por cierto, ya sabemos lo poco que les gusta a los americanos, que ningún mindundi de tres al cuarto, insulte a su bandera, negándose a levantarse a su paso, y lo caro que resultó para España actitudes como aquella.

Y lo mismo cabe decir de cualquier país, sea del color que sea, o de la religión que profese. Todos, sin excepción, respetan y hacen respetar a su bandera.

Por tanto, no creo que sea tan difícil llegar a una especie de pacto nacional, ahora que están tan de moda los pactos para cualquier tema, que se llegue a uno en defensa de la bandera, del himno y de la historia de España. Y que se tomen medidas en el ámbito de la educación, en las escuelas, institutos, colegios, universidades y en general en cualquier centro oficial o privado, para que la bandera de todos los españoles, presida y disfrute de un lugar preeminente. Lo cual, no implica que deba prescindirse de las demás banderas pertenecientes a la Comunidad Autónoma, la Unión Europea y la de la galaxia, si es que se inventa.

Y quien dice de la bandera, dice de respetar los elementos comunes de la historia, que son infinitos, al margen de que posteriormente, se quiera incidir más o menos en determinados héroes locales. Hombre, no me parece sensato eliminar de los libros de Historia al Cid Campeador  y sustituirlo por José María el Tempranillo, por ejemplo, pero me parece que entre medias, hay unas enormes posibilidades de entendimiento.

Lo que no puede ser es lo que ha estado sucediendo en Cataluña, no ya desde hace unos días, sino que lo más grave, es que sucede desde hace 35 años. Es inadmisible que el Estado, haya hecho dejación de sus funciones y haya abandonado a su suerte a los millones de niños que hoy, son adultos, y algunos están embrutecidos por las soflamas, las consignas y el odio, antes que influidos por las ideas y la reflexión.

Por tanto, reclamo como un elemento razonable, que entre los muchos pactos a los que tienen que llegar las diversas fuerzas políticas, se incluya uno al que podríamos llamar F.E.N o llamarlo como queramos, pero que en definitiva, debería estar consensuado a nivel nacional y encaminado a respetar los símbolos que distinguen a España.

Está muy bien lo de enseñar a los niños a respetar a los homosexuales, las lesbianas, los transexuales, a los agnósticos, a los musulmanes, a los célibes y a los celíacos. Respetar a las niñas y a no pegarlas, no hacer acoso escolar ni reírse de los gordos, los que llevan gafas o prótesis dental. Todo eso está de puta madre. Pero ¡coño! que no cuesta nada enseñar a respetar la bandera, el himno y al Rey.


Luego, cuando crezcan, que decidan por ellos mismos si quieren cambiar de opinión y aborrecer y sonrojarse de todo lo español, como el gilipollas del Willy Toledo. Pero al menos, evitemos lo que está en nuestra mano: enseñar a odiar a otros. Porque hoy es la bandera, mañana la historia y pasado el color, la religión o la raza.

viernes, octubre 06, 2017

De cómo se hace una Reforma Constitucional

En relación con todo el asunto sobre Cataluña y su tan cacareado derecho a decidir y su derecho a hacer un referéndum, estoy convencido de que hay miles y miles de personas que no llegan a entender el verdadero calado de la expresión “referéndum pactado”. Y ello es debido a que, en general, las declaraciones de los políticos, carecen de capacidad didáctica.
Para que en algún momento hipotético de la historia de España, pudiera producirse un supuesto referéndum sobre la independencia de una parte del territorio español, lo primero que hay que abordar, es la modificación de la actual Constitución vigente. Con la que tenemos, hacer cualquier otra cosa, es ilegal. Lo sabe Puigdemont, lo saben los catalanes y lo sabe Pablo Iglesias, que entre otras cosas, se supone que en algún momento de su anterior vida, daba clases sobre estos asuntos en la Universidad.
Se puede cambiar la Constitución, por supuesto que sí, pero no es una cuestión baladí. Y para hacerlo, hay que seguir los siguientes pasos:

Artículo 87
1. La iniciativa legislativa corresponde al Gobierno, al Congreso y al Senado, de acuerdo con la Constitución y los Reglamentos de las Cámaras.
2. Las Asambleas de las Comunidades Autónomas podrán solici­tar del Gobierno la adopción de un proyecto de ley o remitir a la Mesa del Congreso una proposición de ley, delegando ante dicha Cámara un máximo de tres miembros de la Asamblea encargados de su defensa.
3. Una ley orgánica regulará las formas de ejercicio y requisitos de la iniciativa popular para la presentación de proposiciones de ley. En todo caso se exigirán no menos de 500.000 firmas acreditadas. No procederá dicha iniciativa en materias propias de ley orgánica, tribu­tarias o de carácter internacional, ni en lo relativo a la prerrogativa de gracia.
 
Artículo 166
La iniciativa de reforma constitucional se ejercerá en los términos previstos en los apartados 1 y 2 del artículo 87.
Artículo 167
1.     Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras (210 y 160). Si no hubiera acuerdo entre ambas, se intentará obtenerlo mediante la creación de una Comisión de composición paritaria de Diputados y Senadores, que presentará un texto que será votado por el Congreso y el Senado.
2.     De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior, y siempre que el texto hubiere obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta del Senado (134), el Congreso, por mayoría de dos tercios (233), podrá aprobar la reforma.
3.     Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras.
Artículo 168
1.     Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título preliminar, al Capítulo segundo, Sección primera del Título I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara (233 en el Congreso y 177 en Senado) , y a la disolución inmediata de las Cortes.
2.     Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.
3.     Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.
Artículo 169
No podrá iniciarse la reforma constitucional en tiempo de guerra o de vigencia de alguno de los estados previstos en el artículo 116.
Artículo 116.
1.     Una ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio, y las competencias y limitaciones correspondientes.
2.     El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser pro­rrogado dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden los efectos de la declaración.
3.     El estado de excepción será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros, previa autoriza­ción del Congreso de los Diputados. La autorización y proclamación del estado de excepción deberá determinar expresamente los efectos del mismo, el ámbito territorial a que se extiende y su duración, que no podrá exceder de treinta días, prorrogables por otro plazo igual, con los mismos requisitos.
4.     El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, a propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito territorial, duración y condicio­nes.
5.     No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presen­te artículo, quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no podrán inte­rrumpirse durante la vigencia de estos estados. Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere algu­na de las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente.
6.     La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificarán el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes.
 Como se ve, las condiciones son tan estrictas como cabría de esperar de un cambio de semejante magnitud. Así es que, ya me contarán, cómo se van a poner de acuerdo tanta gente en cambiar algo tan serio, cuando estuvimos un año viéndolas venir para elegir Gobierno.
 

jueves, octubre 05, 2017

La Junta persigue a los más débiles

Hace poco, no sé si fue ayer, amenazaba con contar algo relacionado con la Junta de Andalucía y el SEPE, el antiguo INEM. Pues yo no amenazo nunca en balde y aquí estoy.
 
Hace unos días y por razones que no tienen importancia, tuve la oportunidad de entablar una conversación muy interesante e ilustrativa, con un abogado laboralista, especialista en asuntos relacionados con la Seguridad Social. Y me contó uno de los muchos casos similares que tiene cada día.
 
Se trata de un señor, de unos 60 años, que - por supuesto- está desempleado desde hace tiempo y que al haber agotado todas las prestaciones a su alcance, sólo percibe el subsidio de mayores de 55 años, que son unos 430€ o así.
 
El caso es que este señor lleva percibiendo el subsidio desde hace unos 4 o 5 años y aunque evidentemente, no le da como para viajar a Brasil cada año, con ello subsiste, come, paga la luz y respira poco, por si las moscas.
 
Un dato importante a tener en cuenta posteriormente, es que este señor, por razones históricas, dispone de varias viviendas, una de las cuales es su residencia habitual.
 
De repente un día, recibe una carta de la Seguridad Social, en la que le comunican que después de analizar su situación - al cabo de 4 años!- , han llegado a la conclusión de que no cumple con los requisitos para seguir percibiendo el subsidio y que no solamente deja de percibirlo con carácter inmediato, sino que además, le reclaman 20.000€, que es más o menos lo que ha recibido hasta ese momento. Que le hacen el favor de que lo puede pagar a plazos.
 
Como es lógico, al pobre hombre, después de leer la carta, se le cerró el píloro, como a Ignatius J. Reilly. Sumido en un estado de desesperación, dudas, frustración y depresión, pensó que no iba a perder nada si acudía a un abogado. No sabía cómo le iba a pagar. Tal vez tuviera que hacerle algún favor sexual, pero en todo caso, la Seguridad Social, ya le había puesto en la fila de los futuros sodomizados. O sea, que quedarían empatados.
 
El hombre, alicaído y sin muchas esperanzas, se presentó en el despacho de mi interlocutor, el abogado laboralista, provisto de toda clase de papeles. Y el abogado, comenzó a formularle una serie de preguntas y a cotejar alguno de los documentos.
 
- ¿Y cuál es el motivo por el que la SS le retira el subsidio? - le pregunta el abogado.
- Pues porque ahora dicen que como tengo unas propiedades, si multiplicas el valor catastral de las viviendas por 4, el resultado es superior al 75% de Salario Mínimo Interprofesional. Y eso me inhabilita para poder percibir los 430 euros.
- ¿Tiene usted ahí la declaración de la renta?
- Sí. Mire aquí está. Ahí - dijo señalando con el dedo - figura el valor que Hacienda otorga a los pisos.
 
El abogado tomó su calculadora y comenzó a realizar una serie de operaciones, mientras el hombre esperaba su veredicto.
 
- ¿Y le han dicho porqué la Seguridad Social utiliza ese factor corrector de multiplicar por 4 el valor catastral?
- Pues no señor.
- ¿No le han informado de qué ley es la que le están aplicando?
- No.
- Pues según esto, usted SÍ tiene derecho a seguir cobrando esta prestación.
- Pero entonces, ¿es que se han equivocado en la SS? - preguntó un tanto suspicaz el hombre.
- Bueno tanto como equivocarse, no. Lo que está pasando, y se lo digo porque yo lo veo todos los días, es que la Seguridad Social y otros organismos, están enviando cartas de este tipo a toda clase de ciudadanos, con el único fin de ver si se pueden ahorrar unos millones en subsidios.
- ¡No me diga! Pero, ¿en qué situación se quedan esas personas?
- Pues en algunos casos, en la más absoluta indigencia. Porque claro, tenga usted en cuenta que ahora se inicia un proceso que se puede prolongar durante un año, entre alegaciones, contra alegaciones, juicio y demás. Y durante todo ese tiempo, la gente no cobra nada. Luego, cuando llega el día del juicio, lo normal es que la SS diga que vale, que asume que han perdido y que la situación se retrotrae a la que había antes, pero ha pasado un año sin que el sujeto haya recibido nada. Y eso, hay mucha gente que no se lo puede permitir.
- O sea, que es una especie de "farol", como en el mus: yo te mando una carta y si te acojonas y tragas, mejor para la SS y si tienes huevos, pleitea y espera un año a tener razón.
- En pocas palabras, sí. Así es. Mire usted, yo hace unos años, tenía unos 20 o 30 casos de este tipo al año. Ahora mismo, tengo esos mismos pero al mes. La problemática se ha disparado un 300% o un 400%. Y todo ello, porque la Junta quiere ahorrar.
- Por ejemplo - continuó explayándose el abogado - el hecho de que a usted le apliquen ese factor corrector con respecto al valor catastral, es ilegal. Ese factor se aplica en aquellos casos en los que la adquisición del bien se ha realizado durante el período de percepción del subsidio, bien por herencia o por donación o similar. Entonces, sí se aplica ese factor. Pero en su caso, no ha lugar a semejante agravio. El único valor de sus propiedades, es el que determina Hacienda y según ese valor, usted sí tiene derecho a seguir percibiendo el subsidio.
- Ya, pero entonces, la Junta va contra los más desfavorecidos, los más débiles. Dejando a gente en la indigencia.
- Pues sí. Es indignante, pero es así.
 

martes, octubre 03, 2017

Son los mismos

En Cataluña, hace años que vienen actuando de forma bien coordinada, unos grupos de agitadores profesionales. En Madrid, también tuvieron una “célebre” actuación, en la que unos 200 individuos con un comportamiento cuasi militar, cercaron a unos policías que a punto estuvieron de morir.



Esos agitadores profesionales, que actuaron el día 1 de octubre, fueron “bendecidos” por el gobierno de la Generalitat, que previamente y desde hace bastante tiempo, viene caldeando el ambiente y manipulando la información.


Esos agitadores, son los mismos que el 15 de  junio de 2011, cercaron al propio Parlamento Catalán, teniendo que acceder los diputados catalanes, casi como si fueran delincuentes, al amparo de la protección de los Mossos, los cuales, dicho sea de paso, entonces sí que repartieron hostias. Pero nadie dijo nada, porque eran los Mossos.


Son los mismos agitadores que han reventado en más de 10 ocasiones la sede del partido de Albert Rivera. Los mismos que le han amenazado de muerte. Los mismos que han reventado mítines y hecho escraches a su partido. 


Son los mismos matones profesionales, catalibanes, que llevan campando a sus anchas por Cataluña, como en su día lo hacían las Juventudes Hitlerianas por Alemania. 


Son los mismos terroristas políticos que ya en 2006, agredieron a Josep Piqué y a Acebes, en un acto electoral. Y resulta que encima participó el líder de las Juventudes del PSC


Que nadie se confunda. Los nazis, llevan años actuando de manera impune en Cataluña y lo hacen contra todos los que no comulgan con las tesis de la independencia.

¡Vaya con los demócratas!