sábado, noviembre 30, 2019

Atención al cliente y logística


Hacía tiempo que venía rondando por mi cabeza la idea de cambiar de ordenador. El que tengo ahora, además de un poco viejo (10 años) tiene más fallos que una película de serie C y va más lento que el último coche de F1 que le dieron a Fernando Alonso, antes de que se aburriera de chupar rueda y se cambiara de carreras. Como el tengo actualmente es un DELL y me ha funcionado bien, empecé a navegar por la web de DELL a ver si encontraba lo que estaba buscando. El caso es que después de brujulear por aquí y por allá, no encontraba lo que buscaba. Los de DELL, han convertido su página web en un desesperante laberinto del cual, si quieres salir, debes intentar contactar con un técnico. Intenté entonces contactar con un ser humano - como ya hice en su momento, hace años - para plantear las dudas que tenía, y lamentablemente lo único que encontré - y después de buscar bastante - fue una especie de formulario web en el que básicamente dices que quieres que te llamen. Y ahí se quedó el tema.

Pasaron los días y a mí no me llamó nadie. Insistí en la búsqueda del PC que estaba buscando y no había habido cambios y cuando de nuevo, insistí en contactar con un ser humano de lo que ellos llaman “atención al cliente”, di con un número en el que una grabación te dice con muy buenas palabras que te vayas a la web y que te busques la vida.

Dado que me resultaba imposible resolver las dudas que tenía y que lo que en DELL llaman “atención al cliente” se parece como un huevo a una castaña a lo que yo entiendo por tal concepto, tomé la decisión de comprarme otra marca de ordenador. Y entonces empecé a buscar por internet y encontré un LENOVO.

Los de LENOVO, son unos cachondos, porque te ponen las fotos de los modelos, las características, pero no te dicen el precio. ¿Te imaginas tener una web para vender productos y no poner los precios? ¡Hay que ser rarito, no?! Vale. Entonces, descubro otra web que no es LENOVO.COM, sino TIENDALENOVO.ES. Y allí, además de las fotos y la descripción de los diferentes modelos, allí, sí que tenías el precio e incluso diferentes formas de pagar.

A pesar de que podía pagarlo al contado, había una manera de financiarlo sin coste alguno a través de CETELEM. Dado que el coste de financiación era CERO, elegí pagarlo en un año en cómodos plazos. De hecho, ya tengo cuenta en CETELEM porque el año pasado ya hice alguna operación con ellos. Total que la plataforma de la tiendalenovo, me conecta con la plataforma de CETELEM y cuando estoy a punto de finalizar la operación, me llevo la desagradable sorpresa de que me deniega la operación. Más que sorprendido, me quedo estupefacto y dejo para el día siguiente por la mañana, repetir la operación por si en ese momento los de CETELEM, tuvieran algún problema técnico.

A la mañana siguiente, jueves 28 de noviembre, repito la operación y vuelvo a conseguir el mensaje de “operación denegada”. Con un cabreo considerable, llamo a CETELEM, les explico el problema y la señorita, después de consultar unos minutos me responde: “Es que la operación ha sido denegada porque EN ALGUN MOMENTO, usted ha estado inscrito en Asnef y aunque actualmente usted no deba nada, a nosotros nos aparece y por eso se le he denegado”. 

Atónito, intento razonar con la señorita que efectivamente hace muchos años estuve en Asnef, pero que sin ir más lejos, el año pasado realicé con ellos mismos y con otras financieras, diversas operaciones y no tuve el más mínimo inconveniente. Pero estaba claro: o me compraba el PC a tocateja o no había nada que rascar. 

Así es que el mismo jueves 28 de noviembre, procedí a comprarme el LENOVO. Se supone que el PC tenía que venir desde Barcelona, hasta Málaga, así es que supuse que tardaría un par de días o tres. O sea que consideré que a principios de la semana que viene, primeros de diciembre, tendría mi nuevo PC. Llegó a las 24 horas, ayer viernes, por la mañana, con gastos de envío CERO.

Dado que no había podido financiar la operación en cómodos plazos por culpa de Asnef, me puse en contacto con ellos y me dijeron que rellenara un formulario que tenían a disposición de los interesados en la web. Y que tenían un mes para responder.

Fue entonces cuando más encabronado que un gorila en celo, me puse a investigar en mi correo y descubro un email, ¡con fecha de agosto de 2011! En el que los de EQUIFAX, me confirman que ya he saldado la deuda que tenía por aquel entonces y que estaba limpio como una patena.

Llegados a este punto me pongo en contacto con la Agencia Española de Protección de Datos, para exponerles el caso. De todos es sabido que una vez que ya has solventado las deudas contraídas y previa petición expresa - por si acaso - ASNEF-EQUIFAX tiene la obligación de eliminar los registros que pudieran tener de ti por siempre jamás. La señorita de la AEPD, muy amablemente me indicó que debía ejercer mi derecho de CANCELACIÓN ante la Agencia contra ASNEF-EQUIFAX y que lo podía hacer a través de la web y con mi certificado electrónico, pudiendo aportar la documentación que estimara oportuna. Y así lo hice.

Vale. Ya tenía mi nuevo PC y ya les había puesto a los de AEPD en la pista de los listos de ASNEF para que les persiguieran. Esa parte ya estaba en marcha. Ahora queda la segunda parte de la historia.
Mi mujer y yo, cada vez que tenemos que realizar un viaje relámpago a Madrid, de esos que son de menos de 24 horas, le damos la tabarra a una íntima amiga - que es como una hermana para mi mujer -, que no solamente nos abre las puertas de su casa y hasta nos hace un cocido madrileño, sino que encima nos cede la cama de matrimonio. Así es que, tal y como aconsejan las más elementales normas de educación, deberíamos tener un detallito con ella. Es por ello que mi mujer elige un bolso en El Corte Inglés.

El mismo jueves 28 - un día intenso como se puede apreciar - entro en el link que me ha enviado mi mujer para comprar el bolso a nuestra amiga. De entre las distintas opciones que me ofrecen, elijo la de “entrega en 2 horas”. Aunque algo reticente e incrédulo, elijo dicha opción, aunque tiene un recargo por envío de 6€.
 
Al día siguiente, viernes - o sea, ayer - no solamente no había recibido el bolsito de marras, sino que lo que recibo es un email de El Corte Inglés - que ya me ha cobrado el importe del bolso - en el que me dice que el bolso me lo van a entregar antes del 3 de diciembre! De entrada, lo que en su propia web habla de 2 horas, se convierte en varios días. Pero vale. Acepto pulpo como animal de compañía. El colmo ha sido hoy, sábado 30 de noviembre, cuando abro mi bandeja de entrada y me encuentro con otro email de El Corte Inglés, en el que se disculpan por el retraso y me dicen que el bolso me lo van a entregar ¡el día 10 de diciembre! (De momento).

Resumiendo: 

   Los de DELL han vendido un PC menos porque tienen una web orientada como si fuera un súper mercado para comprar tomates y cebollas y han eliminado de facto, la posibilidad, como hubo en su día, de contactar con una persona y charlar acerca de tus dudas. Y claro, si no te atienden cuando debieran, cómo te vas a arriesgar a comprarte un PC y que te ocurra lo mismo cuando los necesites.
      
    Los de LENOVO se han beneficiado del mal funcionamiento de los de DELL, han vendido un PC más y encima, lo han entregado en 24horas. ¡¡Chapeau!!

   A los de ASNEF-EQUIFAX se les va a caer el pelo por poner a disposición de sus clientes registros de hace 8 años, que deberían haber desaparecido para siempre de su base de datos hace bastante, y ojalá la AEPD se los pase por la piedra. 

   Los de El Corte inglés…pues los de El Corte Inglés, en su línea. Realmente, me cuesta trabajo entender cómo sobreviven con tanto inútil trabajando dentro y a su alrededor.

Vivimos en un mundo exigente, en el que una empresa pierde un cliente a golpe de “clic”, mientras otro lo gana. Nadie que pretenda sobrevivir en un mundo así, se puede permitir el lujo de no poner a disposición de sus clientes o futuros clientes, un método de contacto efectivo y con un ser humano tras el teléfono, el chat o lo que sea. La “Atención al Cliente”, no es una grabación, no es rellenar un formulario y esperar como una novia plantada en el altar, a que después no te llame nadie, probablemente porque nadie se hace responsable. Y lo que no es admisible es que una empresa como El Corte Inglés, te diga en su web que te entrega el producto en 2 horas (o en 48), pagando gastos de envío, y después eso se convierta en casi dos semanas. Sobre todo, cuando lo primero que han hecho ha sido cobrar el bolso de marras.

miércoles, noviembre 20, 2019

Pedro Sánchez: es usted un indecente


Hacía bastante tiempo que en este blog no escribía sobre política y desde luego, no ha sido por falta de oportunidades. Ha sido una mezcla de hartazgo, de frustración y sobre todo, de ahorrarme berrinches infructuosos; de ahorrarme luchas contra molinos de viento que parecen gigantes; en definitiva, de luchas estériles. Pero todo tiene un límite y hoy vuelvo a la carga de nuevo. ¿Por qué ese cambio? Pues porque ahora he traspasado la línea que separa el pasotismo controlado en el que me encontraba y estoy en el terreno de la indignación. Ahora soy un indignado, un término del que se apropiaron casi en exclusiva, - aunque no por las mismas supuestas razones -  aquellos que hace años, estaban acampados en la Puerta del Sol de Madrid, en ese experimento social que se conoce como el 15-M y que más tarde devengó en el partido político que dirige con mano férrea Pablo Iglesias y su churri. Hoy soy yo el indignado por el descaro, la desvergüenza, la cara dura y la tomadura de pelo con el que el PSOE de Pedro Sánchez nos trata a los españoles, con diferentes varas de medir sobre lo que es aceptable o no, lo que es correcto o no.

Como decía Billy Wilder en su famosa película “Con faldas y a lo loco”, en la última escena, “nadie es perfecto”. De acuerdo. Pero hay defectos y defectos. Yo, personalmente, nunca he sido capaz de superar, - ni siquiera soportar - a una persona mentirosa, intrigante, deshonesta, incoherente o cínica. Será por aquello de que me educaron en un colegio de curas y me debieron inculcar que eso de mentir está muy mal visto. 

Todos, o al menos la mayoría de nosotros, asumimos que, en mayor o menor medida, los políticos, en general, caen en uno o más de esos calificativos antes mencionados. Soy lo bastante mayor como para dar por hecho que cualquiera que se dedique a la política, antes o después, se va a desdecir de lo que ha dicho previamente. Pero como decía antes, hay momentos y momentos; hay promesas y promesas.

Ahora mismo, las hemerotecas y sobre todo internet, están llenas de frases y de promesas pronunciadas por Pedro Sánchez y que el tiempo ha demostrado que ha traicionado sin inmutarse lo más mínimo. Y lo ha hecho con tal descaro, que se asemeja bastante a una burla sin paliativos.

Calificar a Quim Torra como “el Le Pen español” y pocos meses después pactar con su partido una moción de censura contra Rajoy.

Prometer  en diferentes medios de comunicación, incluyendo televisiones, que “jamás pactaré con los populistas, porque el populismo lleva a terminar como Venezuela” y posteriormente, buscar desesperadamente el pacto con Pablo Iglesias.

Y todos recordamos la bochornosa actuación en un debate televisado por TVE, en el que Pedro Sánchez insultó al hasta ese momento presidente en funciones, Rajoy, llamándole indecente, como si él mismo, fuera un ser superior, ética y moralmente.

Tras aquellas elecciones, la negativa a permitir que el PP, que había sido el partido más votado, consiguiera formar gobierno, aduciendo para ello que “había más millones de personas que NO le habían votado” cuando él mismo, Pedro Sánchez, debería haber dimitido como secretario general del PSOE al haber obtenido el peor resultado de la historia del partido en democracia. Nos obligó a repetir elecciones, insistiendo una y otra vez en la corrupción del PP, para que le votaran a él  y cosechó un resultado aún peor que el anterior, pero aún así, Pedro Sánchez se empeñó en intentar formar gobierno con 84 diputados. Hasta que finalmente, el propio PSOE le echó a patadas, con el único fin de salvar lo que quedaba de imagen del partido. Mientras tanto, Rajoy intentaba hacer un pacto de Estado entre PP-PSOE-C’s y por eso llamó al Dr. Fraude 23 veces y 23 veces, el Dr. Fraude se negó a cogerle el teléfono.

Hoy, en cambio, ha mutado su parecer en relación a quién debe gobernar España y hoy, dice, que debe ser la lista más votada. Claro, siempre que la lista más votada sea la suya, porque ahora le podríamos recordar su anterior posición de que “hay más gente que NO le ha votado a Sánchez” que los que sí.

Después de que su partido le mandara a tomar por saco y habiendo renunciado a su escaño de diputado, el PP consiguió formar gobierno con la abstención del PSOE y el apoyo de otros partidos. Hasta 7 partidos pactaron los PGE, incluyendo el PNV, que 48 horas después de eso, apoyó la moción de censura contra Rajoy.

Y ahora voy a hablar de la moción de censura. La famosa moción que orquestó en solitario Pedro Sánchez con nocturnidad y alevosía y que presentó en el Congreso ANTES de informar siquiera a su propio partido. Esa moción de censura, se basó fundamentalmente, en una sentencia judicial contra la financiación irregular del PP, bastante más suave y leve que la que hemos sabido de los ERE y en la que uno de los jueces se extralimitó en su voto particular, añadiendo unos párrafos que han sido duramente criticados en estos días por parte de la Audiencia Nacional. Pero básicamente, la moción de Pedro Sánchez se basaba en la (falsa) idea de que el PP era un partido de corruptos (alguno había, sin duda, aunque ya no estaban en el partido) y el PSOE un conjunto de vírgenes vestales. Y así fue cómo, un individuo que no había acudido a las urnas, que no había sido votado por nadie, que no era ni siquiera diputado y que había sido expulsado de su propio cargo en su propio partido, se convirtió en Presidente del Gobierno.

Y fue en el discurso de investidura donde comenzó a mentir…otra vez. Prometió que convocaría elecciones generales en el menor plazo posible y cuando ya fue elegido presidente, se desdijo inmediatamente y dijo que intentaría terminar la legislatura. Prometió que no pactaría con los populistas. Y desde entonces, vamos de elección en elección, mientras Pedro Sánchez se empeña en pactar con todos aquellos partidos que son anti Constitución. Se reúne con partidos que exigen la desaparición de la Guardia Civil de su territorio, la independencia de España y un sinfín de aberraciones políticas más, en vez de reunirse con los partidos que respetan la Constitución. 

Porque no olvidemos que Pablo Iglesias, jamás acude a los actos del 6 de diciembre en el Congreso y jamás critica ninguna decisión de las que pueda tomar Maduro en Venezuela. Es más, corrió a hacerse la foto con Tsipras, el griego, cuando consiguió desbancar al presidente de entonces, con las promesas de no plegarse a las condiciones draconianas del rescate económico al que fueron sometidos los griegos, por parte de la Tríada: la UE, el FMI y Dragui.

También busca en Errejón un aliado para formar gobierno. Un Errejón que, recordemos, justificaba el hambre de Venezuela diciendo que “es que cada día comen más y por eso hay más demanda”. 

Llegados a este punto, habría que recordar las palabras de Felipe González en aquel famoso congreso socialista: “Hay que ser socialistas antes que marxistas”.

Busca el apoyo del terrorista Otegui, que no es ningún secreto, exige la República Independiente del País Vasco y aborrece la Constitución.

Y busca sin tapujos los apoyos de los partidos catalanes, independentistas o no, mientras su embajador en Cataluña, Iceta, cada día dice una cosa distinta del día anterior.

Todo esto y mucho más, es lo que todos sabemos porque lo hemos venido escuchando y viendo en TV. La superioridad moral y ética del PSOE, de la izquierda en general, y de Pedro Sánchez en particular. Es como la Virgen María pero en macho. La iniquidad del PP en su conjunto, descalificando permanentemente a todo el partido sin distinción de si los chorizos del PP (que eran unos cuantos) están o no en el partido, argumento que ahora sí le sirve para justificar la sentencia de los ERE.

Y entonces conocemos la sentencia de los ERE. La sentencia que se ha hecho esperar y que a pesar de todas las artimañas dilatorias, obstruccionistas y manipuladoras del PSOE, por fin se ha conocido y en ella, queda en una pésima posición el mismo partido que mantiene que ellos son más puros y más castos que ninguno. La sentencia que deja al descubierto que el PSOE de Andalucía, ha estado robando a los parados andaluces durante decenios. 

Y es ahora cuando una persona verdaderamente decente, debería irse a su casa, renunciar por dignidad y hasta si me apuras, abandonar la política. O sea, lo que ha hecho Albert Rivera, que aunque no es mi favorito a la hora de votar, al menos tengo que reconocer que ha sido consecuente, coherente y honesto, consigo mismo, con su partido y con sus electores.

Pero es que Pedro Sánchez no sabe lo que es la honestidad, la coherencia ni la decencia. Es un advenedizo sin principios ni escrúpulos y por tanto, donde antes todo eran críticas a un partido corrupto, ahora se convierten en penosos intentos de justificación alegando que “es que los condenados ya no están en el partido y además, eso fue hace mucho”, como si lo de la Gurtel (que lo inició el juez Baltasar Garzón, expulsado después de la carrera judicial) fuera de anteayer o la Púnica fuera de la semana pasada. No se trata de una cuestión de cuán antiguo es el delito. Se trata, de que ha habido un delito y de su gravedad. 

Y una vez más, hay que recordar una frase memorable: “Los españoles no se merecen un gobierno que les mienta”, de Alfredo Pérez Rubalcaba.

La postura de Pedro Sánchez - y del PSOE- en la sentencia de los ERE, le inhabilita, como presidente del Gobierno. España no puede tener a un presidente cuyo partido ha sido condenado 2 veces por corrupción en democracia y que al mismo tiempo se ponga de perfil cuando al que le toca es a él.

Que gobierne el PSOE porque ha sido la lista más votada, me parece lo correcto, pero no puede ser Pedro Sánchez quien lidere ese gobierno, rodeado de lameculos de tercera división, marxistas, independentistas y filo terroristas.

Y por favor, tenemos una reforma urgente en nuestras leyes. Si queremos luchar de verdad contra la corrupción en la política, no es suficiente con la inhabilitación para cargo público. Eso es una burla a los ciudadanos y una desigualdad de criterios en relación a otros individuos que habiendo robado menos, han estado en la cárcel, incluso en dos ocasiones, y al juez que lo encarceló, también le expulsaron de la carrera judicial, simplemente porque el condenado, no debería haber entrado nunca en prisión. Y después, terminó suicidándose. 

Deberíamos tener unas normas claras y comunes para que todos los que roban, - al margen de si son políticos o sólo banqueros-, paguen con dinero y con cárcel. Sólo así estaremos en disposición de tener un sistema menos corrupto.

Y ya para terminar, lo haré con otra frase que también todos recordarán: “Sr. Sánchez, para ser presidente del gobierno, es necesario ser decente. Y usted no lo es”.

sábado, noviembre 02, 2019

Tres euros de diesel, por favor.


Desventurado García era un buen hombre al que la vida no es que le hubiera golpeado, es que le estaba vapuleando. Era como si le hubieran hecho subir al ring a enfrentarse a Casius Clay en sus mejores tiempos, y no hacía más que recibir golpes por todas partes, que le mantenían en un estado catatónico, grogui, pero en pie, por lo que seguía recibiendo estopa de lo lindo. Podría haber optado por tirar la toalla, rendirse, hacerse el muerto, o salir huyendo de aquel combate en las que llevaba las de perder, pero su pundonor y su carácter indomable se lo impedían. En el fondo de su inocente alma, pretendía que, o bien Casius Clay se aburriría de su superioridad, o bien, que terminara por cansarse físicamente. El caso es que Desventurado, sobrevivía peleando como un jabato contra una mole invisible, cuyos golpes, a pesar de todo, dolían.

Subsistía en un apartamento del que sabía que tendría que salir más pronto que tarde, porque sus escasos ingresos apenas alcanzaban para comer, pagar la calefacción, la luz, internet, el mínimo uso del móvil, el seguro del coche y la escasa gasolina que usaba, a no ser que fuera absolutamente necesario para trasladarse a alguna entrevista de trabajo, que realmente, eran pocas o ninguna. Es decir, mantenía los servicios mínimos, imprescindibles, para poder seguir buscando trabajo, tarea que le llevaba más de diez horas diarias desde hacía más de un año. 

Había reducido la ingesta de alimentación a una ración semejante a la de un eritreo, lo cual, había contribuido a tener una figura algo más estilizada. 

A pesar del frío de aquel invierno, no se podía permitir dormir con la calefacción encendida. Así es que por las noches, se escondía bajo la sábana y el edredón con los que se cubría, y procuraba no moverse demasiado ni sacar mucho la cara, no se fuera a gangrenar algo. Lo malo era cuando tenía que levantarse en mitad de la noche al baño. Afortunadamente, el suplicio no duraba mucho porque el baño lo tenía enfrente del dormitorio y cuando salía de su cubículo calentito, procuraba taparlo para sentir algo de calor a su regreso. 

Había desarrollado unas normas de estricto cumplimiento, casi de disciplina militar. Cada día, se levantaba a las nueve, encendía la calefacción y se disponía a desayunar un café y dos madalenas, para posteriormente, cuando ya había entrado un poco en calor tanto él como el apartamento, meterse en la ducha y disfrutar del agua hirviendo que le ayudaría durante algún tiempo a mantener una temperatura asequible. A pesar de todo, el único radiador del que disponía el apartamento en el salón, estaba estropeado y no calentaba lo suficiente, lo que obligaba a Desventurado, a permanecer con el plumas puesto, la mayor parte de su jornada. 

Después de asearse, se sentaba delante de su ordenador, con la vana esperanza de ver si tenía alguna respuesta a las docenas de currículos que había enviado en su bandeja de entrada. Una vez verificado el silencio por vía del correo, como cada día, se disponía a navegar por internet en busca de ofertas de empleo, en España y en el extranjero, tarea a la que dedicaba la mayor parte del tiempo. 

En alguna ocasión, abandonaba la obsesiva búsqueda de empleo tan sólo unos minutos, a fin de trasladarse al supermercado más cercano a comprar lo imprescindible para subsistir. 

A pesar de su lacrimógena situación, había conocido a una mujer a la que, al parecer, por alguna extraña razón, no le importaba mucho la situación tan precaria por la que Desventurado estaba atravesando. Es más, él sintió desde el principio que ella estaba su lado, le apoyaba, le aconsejaba y le animaba a no desanimarse. Dado que ella trabajaba, sólo podían verse los fines de semana y su plan, la verdad sea dicha, no es que fuera como para tirar cohetes.

Desventurado García, pasaba los viernes por la tarde por casa de su nueva amiga que afortunadamente, no distaba mucho de donde él vivía, con lo que el gasto de gasolina, era mínimo.  Luego, regresaban al apartamento de Desventurado y si el tiempo lo permitía, daban un ligero paseo por la zona, antes de cobijarse en la casa, donde como único lujo, se tomaban una copa, veían la tele o algún DVD, cenaban espaguetis y después hacían el amor. Lo peor de todo, es que de madrugada, Desventurado debía devolver a su chica a su casa, más que nada porque la cama de Desventurado era individual y a duras penas cabían los dos y así, era imposible dormir. La operación, con escasas variaciones, se repetía los sábados y los domingos.

Pasaba el tiempo y la situación de Desventurado ni mejoraba ni tenía visos de que fuera a hacerlo a corto plazo, lo cual, suponía una carga emocional importante en su ánimo. La situación económica fue empeorando, hasta hacerse casi insostenible. Hasta que un día llegó al máximo de lo ridículo.
Desventurado, como cada viernes, debía ir a buscar a su chica, pero el depósito de gasolina de su coche, estaba casi en el nivel de asfixia. Claro que su cuenta corriente, estaba aún peor y no tendría ingresos hasta el día siguiente. De la tarjeta, mejor ni hablar. Así es que la alternativa era o no ver a su chica o gastar algo de dinero en gasolina. Estuvo haciendo cálculos infinitesimales y logarítmicos acerca de cuánto podría gastar su coche en los trayectos, habida cuenta de que la verdad, es que el coche gastaba poco, pero lo que se le iba a pedir al vehículo, rayaba la proeza y la entrada en el libro Guiness. Finalmente, tomó la decisión.

Se presentó en la gasolinera más cercana a su domicilio y con extremo cuidado - no fuera a pasarse- , rellenó el depósito con 3 euros! No tres litros, tres euros. Eso le daba para algo más de dos litros y esperaba que fuera suficiente. 

Con más orgullo que vergüenza, pasó por caja y el dependiente debió quedarse estupefacto al comprobar que había mecheros que gastaban más. Es de suponer que el hombre debió pensar que no iba a ir muy lejos, y lo cierto es que Desventurado, también se lo temía. El caso es que se dirigió a buscar a su chica, a velocidad reducida para consumir menos y tuvo la suerte de que el coche no le dejara tirado por falta de combustible.

Desde entonces está seguro que ostenta el record mundial de echar menos gasolina en un coche y que no se pare.

Como fue la última vez que utilizó esa gasolinera, también está convencido de que el dependiente piensa que se quedó tirado en mitad de ninguna parte.