sábado, enero 28, 2017

Rafael Nadal: el renacido



Hacía mucho tiempo que Rafa no me hacía disfrutar. Más bien todo lo contrario. No era que perdiera en vez de verle ganar como casi siempre. Era la forma agónica en la que perdía. Tú veías el esfuerzo sobrehumano que hacía por seguir en la pelea, incluso lesionado y sabías que iba a perder. Y eso dolía más que la propia derrota. Y aún así, lesionado y todo, jugándose su físico y su dinero, jugó 2 finales olímpicas y ganó una. En la otra el japonés y el árbitro se conjuraron en su contra y le vacilaron. 

Ayer fue todo lo contrario. Ayer disfruté como un enano, aplaudí y grité. Ayer fui testigo por primera vez en dos años, de cómo resurge una fiera corrupia. El búlgaro, se estará preguntando todavía qué tiene que hacer para ganar a un tío al que le has endosado 20 saques directos, les has hecho correr como a un conejo por la pista, has jugado de vicio, y sin embargo has palmado. Ayer, Rafa Nadal, nos devolvió a esos tiempos que parecían tan lejanos en los que ver un partido de tenis, era algo excitante y hermoso. 

Hay dos clases de deportistas: los pioneros y los que engrandecen el deporte que practican. Manolo Santana fue un pionero que llegó a la cima empezando desde mucho más abajo que Rafa, en una época en la que comprar una raqueta - de madera - debía ser complicado en aquella España. Gracias a él, a Santana y a Juan José Castillo - entró, entró - los españoles aprendimos a jugar al tenis y hoy podemos decir que hemos ganado varias veces la Copa Davis, algo que por los tiempos de Santana, parecía tan alejado de nuestras posibilidades, como ganar el Campeonato del Mundo de fútbol, que siempre lo ganaba Brasil. 

Ángel Nieto fue otro pionero y gracias a él, hoy en día todos los campeones del mundo de todas las categorías de motociclismo, hablan español. Y lo mismo cabe decir de Seve Ballesteros y el golf. O Mariano Haro y el atletismo, que siempre quedaba detrás de los etíopes o kenianos. La última en incorporarse a este selecto club de los pioneros en algún deporte, es Carolina Marín.

En el segundo grupo, entre aquellos que engrandecen el deporte aunque no hayan sido pioneros, hay que destacar a D. Alfredo Di Stéfano. Él cambió el rumbo del fútbol. Luego, vinieron los demás.
O los Emiliano, Sevillano y Pedro Ferrándiz, que hicieron lo propio con el baloncesto.

Sin embargo, aunque Rafa Nadal no ha sido pionero en el tenis, sí es el fruto de una mentalidad y unos métodos radicalmente diferentes, mucho más evolucionados. No me imagino, por ejemplo, a Manolo Santana con un equipo junto a él, con psicólogo, preparador físico y demás. Y como fruto de esos nuevos métodos y de una voluntad y una calidad fuera de lo común, hoy Rafa, representa mucho más que un simple deportista de éxito. Rafa Nadal, es un ejemplo de valores humanos, de respeto infinito por todos sus rivales, de comportamiento exquisito dentro y fuera de la pista, muy al contrario que otros excelsos jugadores que se comportaron como auténticos patanes. La máxima aspiración de Rafa fuera de las canchas de tenis, es salir a pescar con sus amigos y su familia. 

Es por esa imagen que transmite de manera inconsciente, la que ha creado ese profundo respeto por parte de todas aquellas personas, amantes o no del tenis, que reconocen en Rafa, no sólo la lucha, la entrega sin límites, el afán de ganar, sino también, CÓMO se lucha, CÓMO se gana. 

Más allá de que mañana gane o no a su íntimo amigo y eterno rival Roger Federer, otro gentleman del tenis - ojalá gane, claro - Rafa nos ha vuelto a demostrar que todavía le queda algo de tiempo antes de que definitivamente le perdamos de vista en una cancha. 

Rafa, ha vuelto. Y no se va a contentar con sólo participar.

Gracias, Rafa, por todo lo que nos haces disfrutar.