CRONOLOGÍA DE UNA INEPTITUD CONTINUADA:
El
pasado 25 de Noviembre de 2013, acudí a la consulta del Urólogo en el Hospital
San José Obrero de Málaga.
El
especialista, requirió que me hiciera un par de pruebas. Me indicó que se
pondrían en contacto conmigo para citarme para realizar dichas pruebas. Que si
a finales de enero de 2014 no había tenido noticias, que llamara yo para
reclamar. Fue entonces cuando le pregunté por el método de contacto, si me iban
a llamar por el móvil – algo que parece lógico, normal y del siglo xxi – o cuál
iba a ser. Me quedé totalmente sorprendido cuando me respondió:” Por correo
ordinario”. Del email, ya ni hablamos, claro.
A
mediados de enero de 2014, al ver que no había recibido ninguna carta y por
tanto, no había sido citado para efectuar los análisis requeridos por el
urólogo, intenté ponerme en contacto telefónico para recabar información. Los
teléfonos que me proporcionaron, era distintos en cada ocasión pero tenían en
común que en ninguno podían solucionarme el problema. Lo normal, era que el
teléfono comunicara permanentemente o si daba señal, no lo atendiera nadie. Uno
de ellos, se supone que era el teléfono de “Cita Previa” del Servicio Andaluz
de Salud.
Finalmente,
harto de esperar recibir noticias para realizar las pruebas, hoy mismo (27/03/2014)
acudo a mi Centro de Salud con la intención de continuar con el proceso. El
médico que me atiende, me proporciona una nueva cita y me indica que debo
acudir al mostrador para que procedan a efectuar la reserva.
Es
entonces cuando gentilmente, me dicen
que tengo que ponerme en contacto con el Departamento de Gestión al
Usuario, bien por teléfono - ¡cielos! – bien personándome en el hospital -
¡joder! No sé qué es peor -. Y que una vez que me atiendan - ¡iluso! – que pida
que me pasen con el área de atención de citas y que reclame las pruebas que no
me han hecho. Desilusionado, frustrado y cariacontecido, vuelvo a casa
dispuesto a matar por teléfono.
Primero
llamo a la centralita del susodicho hospital. Comunica. ¿Raro, eh?. Me lleno de
paciencia – que no es mi fuerte -. Re llamada. Comunica. Así varias veces.
Hasta que por fin, me atiende una telefonista. Le pido que me pase con el
departamento de atención de citas: “tiene que llamar a este otro número” (su
puta madre montada a caballo).
Puesto
en contacto con el Departamento de Gestión al Usuario, sub departamento de atención de citas, me informa la señorita –
no sin mi asombro – que en los sistemas informáticos figura que yo estaba
citado para una de las pruebas el 19 de febrero de 2014 y para la prueba de
ECO, figura la fecha de junio de 2014, ante lo cual, muestro mi estupefacción,
ya que en ningún caso, he sido notificado por ningún medio, de semejantes
citas. Me sugiere que mande un Fax. - ¡Un Fax! ¿Habrá oído hablar esta gente del
correo electrónico?- Que reclame las pruebas que todavía no me han hecho y que
sigo a la espera.
Mando
el fax.
Ya
puestos y por el mismo precio, me decido a poner una queja. Eso sí, por
internet, claro. Busco y encuentro. Leo detenidamente cómo se puede proceder.
Si se desea presentarla por internet, se necesita certificado digital ¡Guay! Lo
tengo. Se van a cagar. Entro, pincho…..mierda! Lo han cerrado ellos mismos, con la
excusa de que me falta un complemento Java. Es mentira. No indican cuál es,
pero da igual. Es un truco para que nadie ponga quejas por internet. A ver si
encima van a tener que atenderlas! Que si quieres ponerla, lo hagas por escrito
y vayas a no se qué delegación de no sé qué leches a entregarla.
Me
rindo! Esto es el Servicio Andaluz de Salud. Esto es la Sanidad Pública, esa de la que algunos se sienten tan orgullosos y se manifiestan para defenderla.
Son hijos de Kafka.
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