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domingo, octubre 12, 2025

Casarse después de los 50

Hoy me he topado con una noticia que habla de que una famosa periodista, de 56 años, ya ha fijado la fecha de su segundo matrimonio.


Dejando al margen otras consideraciones relacionadas con la propia noticia, me planteo algunas cuestiones: ¿por qué? Qué es lo que impulsa a unas personas que ya han superado los cincuenta años – o incluso los sesenta –a contraer matrimonio ¿Es necesario? Qué los motiva a tomar una decisión de ese calibre. ¿Acaso no es complicarse la vida? ¿No daría igual si la pareja decidiera convivir sin tener que pasar por el Registro Civil? ¿Van a convivir bajo el mismo techo o cada uno en su casa y Dios en la de todos? En ese caso, ¿en tu casa, en la mía o en una nueva? ¿Y los hijos?

Parece lógico pensar que una vez que se llega a esas edades, los hijos, en caso de existir, ya sea de uno o de ambos, tienen que ser mayores y precisamente eso pueda constituir un escollo. Al margen de un período de adaptación a las nuevas circunstancias, un niño de corta edad puede ser más flexible a la hora de adaptarse, que un individuo que ronda los treinta. Eso sin mencionar aquellos aspectos relacionados con las finanzas y la herencia.

Sean cuales fueren las circunstancias, la unión sentimental de dos personas - independientemente de la edad - conlleva siempre una serie de riesgos, complicaciones y servidumbres inherentes a dicha unión, al margen de los más nobles y elevados sentimientos que hubiere entre ellos.

La sociedad en la que vivimos es mucho más que comprensiva en cuanto a la forma y manera en la que una pareja decide vivir su relación, por lo que esos valores tampoco representan un impedimento o una obligación. En absoluto suponen coartar de ninguna manera los planteamientos de la pareja, sobre todo, si tenemos en cuenta que desde 2022, se equipara en igualdad de condiciones el acceso a la pensión de viudedad de las parejas de hecho con los matrimonios

Y, sin embargo, por alguna razón, en los últimos diez años se ha duplicado el número de matrimonios entre personas mayores de cincuenta. Según el INE, en 2022 se produjeron 2.765 bodas entre personas de 50 años. 20 años antes, fueron algo más de 600.

El auge de bodas boomers contrasta en un escenario donde cada vez se producen menos bodas, cada vez más hijos nacen entre parejas no casadas y las uniones religiosas caen en picado.

Al parecer y según algunos estudios que se han hecho sobre el tema, estos matrimonios suelen ser más tranquilos y auténticos. Por “tranquilos” interpreto que hacen una muy somera insinuación al hecho de que a partir de cierta edad entran en juego las limitaciones impuestas por la madre naturaleza en forma de menopausia-andropausia y sus devastadoras consecuencias. La disminución o ausencia de hormonas, sin duda, tranquiliza.

Pero no todo van a ser malas noticias. Así, según un estudio de la universidad de Chicago realizado en 2020, afirma que estos matrimonios reducen un 12% el riesgo de la depresión y un 9% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. O sea, que no vas a tener mucho sexo, pero la ventaja es que no vas a morir de un infarto mientras lo intentas.

Otro dato importante a tener en cuenta es que, por un buen amor puedes aumentar algunos años de vida, porque reduce la soledad. Es importante recalcar en este punto lo de “buen amor”, porque como te hayas equivocado otra vez, en lugar de aumentar años de vida, los reduces con un infarto.

Pero no debemos perder de vista el hecho fundamental: el matrimonio no es solo un acto simbólico de la unión de una pareja, sino que es un acto jurídico que debe inscribirse en el Registro Civil, con obligaciones, derechos y beneficios, entre los cuales se pueden mencionar los relativos a la herencia, los beneficios fiscales, permisos retribuidos o la pensión de viudedad, entre otros.

Antes hablaba de la tendencia entre las personas maduras de apostar una vez más por una vida en común. Miles de personas, en este caso anónimas, que deciden dejar atrás experiencias dolorosas y afrontar nuevos retos. Pero no son sólo anónimas las que deciden adquirir ese compromiso. También los hay famosos.

George Clooney: Se casó con Amal Alamuddin en 2014, cuando él tenía 53 años.

Richard Gere: Se casó con Alejandra Silva en 2018, cuando tenía 68 años.

Harrison Ford: Se casó con Calista Flockhart en 2010, cuando él tenía 68 años.

Elton John: Se casó con David Furnish en 2014, cuando ambos superaban los 50 años.

Joaquín Sabina: Se casó con Jimena Coronado en 2020, poco después de cumplir 71 años.

En cuanto a mujeres famosas que hayan contraído matrimonio a una edad madura, dentro del panorama nacional, de la lista se ve claramente que sólo una se acerca a los 50:

Belén Esteban se casó el 22 de junio de 2019 a los 45 con Miguel Marcos.

Chenoa. La cantante y presentadora tenía ya 46 años.

Pilar Rubio y Sergio Ramos. La presentadora, que saca ocho años a su marido, había cumplido ya los 41.

Eugenia Martínez de Irujo dio el ‘sí, quiero’ con 48 años.

Tamara Falcó tenía 41 años.

Se ve que en esto de casarse también hay una clara discriminación. Los hombres sí pueden traspasar la barrera de los 50, pero las mujeres, ni se acercan.

Al parecer, esto de casarse después de los 50 es algo que es más común en unas culturas que en otras. En España, el único famoso, famoso, que se casó después de esa edad fue un tal Julio Iglesias. La mayoría de los maridos de las antes mencionadas, son más jóvenes que sus esposas.

En el lado opuesto, en el de los solterones empedernidos figuran, entre otros, por ejemplo, Al Pacino, Leonardo DiCaprio, o Marisa Tomei.

A destacar que, en el caso de Leonardo, al parecer hay constancia fehaciente de que, a pesar de sus 51 años, JAMÁS ha tenido una novia mayor de 25.

Se nos inculcó de niños que la felicidad consistía en elegir y acertar a la primera y si no acertabas, debías aguantarte y apechugar. Por fortuna, eso hace ya mucho que lo superamos y hoy en día ya no representa un estigma social haber pasado por dos matrimonios o incluso más, amén de otras relaciones sentimentales que no llegaron a cuajar.

Esto complica un poco el período de vacaciones con los hijos y la familia. Ya no basta con coordinarlas con los compañeros de oficina, como antes. Ahora tienes que coordinarlo con tu ex y sus propias circunstancias personales, sobre todo si a su vez tiene nueva pareja. Y si tienes hijos de diferentes padres o madres, apaga y vámonos. Los que están descolocados son los abuelos que no entienden nada.

Aparte de que la relación de pareja a partir de los 50 pueda añadir felicidad, serenidad, compañía, equilibrio, salud y hasta una cierta seguridad financiera, dependiendo de los casos, lo cierto es que el único denominador común de todos los seres humanos, es que queremos vivir el amor y estamos dispuestos a repetir tantas veces como sea necesario hasta encontrar a la persona con la que somos felices los dos. Y para eso no debemos imponer límites artificiales como la edad. Nunca es tarde para intentar ser feliz, sea la edad que sea.

Hay una escena de una de mis pelis favoritas - “Los Puentes de Madison” – que ilustra bien el mensaje. La hija lee la carta de despedida de su madre recién fallecida en la que le cuenta sus memorias. En esas líneas le da un consejo que nos sirve a todos: “Sólo tienes una vida para intentar ser feliz”. ¿Lo intentamos?