Al parecer, de un tiempo a esta parte, la desesperación por acceder al poder de los sanchistas y la escoria de la que se hacen acompañar, ha llegado al límite y han decidido atacar con la única arma de la que son expertos en su manejo: la injuria, la difamación, la sospecha, la propaganda. Se han propuesto obtener el poder en la capital de España al precio que sea y han decidido atacar al mismo tiempo a Ayuso y a Almeida. Y para ello han urdido un plan tan sencillo como mendaz: hacer creer que están involucrados de alguna manera en algunos contratos relacionados con la pandemia y el suministro de material. Se pretende con ello tocar la fibra sensible de los ciudadanos para que lleguen a la conclusión de que, al margen de si hubo o no trato de favor, es inmoral que ganen los familiares por sus contactos u obtengan unas comisiones indecentes. Ese es el plan. Sembrar mierda y esperar a ver qué pasa.
Llegados a este punto en el que
estamos de la historia y antes de establecer un veredicto, conviene
retrotraernos en el tiempo y posicionarnos en el contexto para así, entender
mejor lo que está pasando. Hay que ver las cosas en perspectiva.
Cuando se decretó el primer
estado de confinamiento – que por cierto el TC ha sentenciado que fue tan
ilegal como el segundo – se nombró a cuatro personas que serían las responsables
de todas las decisiones que hubiere que adoptar y de su cumplimiento, tanto en
materia de Sanidad, como de Orden público, etcétera. Una de esas cuatro
personas era Fernando Simón, alias Dr. Bacterio; el mismo que en un primer
momento, cuando se detectó el primer caso de COVID en España, no adoptó ninguna
medida porque el enfermo era alemán y además estaba en Canarias. Además, su
pronóstico fue que en España habría un caso o dos, como mucho.
Bien, pues el propio Dr.
Bacterio, al que el ministro de Sanidad, Salvador Illa junto con sus secuaces, ascendieron
a “Comité Científico”, también dijo en un principio que las mascarillas no
servían para nada, que sólo eran útiles a los profesionales de la sanidad y que
aquellos que usaran las FFP2, iban a ser acusados de traición a la patria por
quitarles a los médicos y enfermeras las mascarillas que les correspondían.
También conviene recordar y es
muy importante, que “el grupo de los cuatro”, PROHIBIÓ TAXATIVAMENTE que las
CCAA o cualquier otro organismo, adquiriesen los productos necesarios, tales
como las mascarillas, los equipos de protección integral, guantes, gafas, etc.
Posteriormente, a la vista de que
el gobierno central era incapaz de suministrar el material necesario y con la
rapidez requerida, Ayuso tomó las riendas en Madrid y al final consiguió traer
más de veinte aviones cargados con el material necesario, poniendo de relieve
la inoperancia del gobierno y su ineficacia. Hasta tal punto que, en cierta
ocasión, miembros del gobierno se personaron en el aeropuerto al pie del avión
que acaba de traer a la CM lo que había comprado y pretendieron adueñarse de él
y de su carga, en nombre del gobierno central. Pero con la Ayuso habían topado.
En esa época la compra de los
materiales sanitarios alrededor del mundo, se transformó en un auténtico
mercado persa, donde el más listo y el mejor postor, se lo llevaba. Así, el
gobierno central, se vio abocado a tener que confiar en la iniciativa privada a
fin de poder abastecer al sistema sanitario español de lo necesario para salvar
vidas.
El problema es que al albur de ese
negocio surgieron una miríada de empresas que poco o nada tenían que ver con el
mundo de la sanidad. A través del BOE se pudo comprobar que hubo empresas que
recibieron cientos de miles de euros por contratos de suministro, cuando la
empresa se dedicaba a la construcción o reformas de viviendas, alguna
pertenecía a un paquistaní, otra tenía un trabajador o ninguno y así hasta completar
un número significativo de situaciones sospechosas cuando no directamente,
irregulares. Algún caso hubo en el que en el BOE se anunciaba la concesión del
contrato a una empresa y la empresa comenzó a existir como tal AL DÍA SIGUIENTE
de haber recibido el contrato. También se mencionó como de pasada que el hijo
de José Bono junto con su pareja sentimental, se habían beneficiado de una
jugosa cantidad de dinero por comisiones en la compra de material que, además,
era defectuoso.
Bien. Ahora ya estamos en
contexto. Y ahora resulta que de todos los miles de contratos que concedió el
gobierno a esos miles de empresas fantasma, con todas esas irregularidades de
por medio, ahora, insisto, parece que los únicos contratos que son sospechosos
de corrupción son el del hermano de Ayuso y el de Luis Medina y su intento de
conectarlo con el alcalde Almeida. Con el de Ayuso incluso ha metido baza la
Loles, la churri del ex juez, a la que le han parado los pies en Bruselas diciéndole
que pretendía ir demasiado lejos con ese asunto. Pero con Luis Medina ahora se
da otro matiz novedoso. Ahora se discute la honestidad, la ética, la moralidad
de hacerse con unas comisiones millonarias y, además, se atreven a auditar y
fiscalizar en qué pueden o no gastarse ese dinero conseguido de forma “ilícita”.
Una cosa es que el contrato se
haya obtenido mediante trato de favor – que no parece -, que se hayan aplicado
comisiones indebidas o ilegales – que parece que tampoco – y otra muy distinta
es que nadie en este gobierno pretenda convertirse en el Torquemada de turno
para enviar a la hoguera a cualquiera relacionado con el PP, con VOX, con ambos
o con ninguno de ellos, pero que no pertenezca a la cuerda de los sanchistas y
su escoria adlátere. Y sin embargo, esa es la estrategia de esta hez que nos
gobierna, cuyo objetivo es conseguir la llamada “sentencia del telediario”.
Actualmente, la titular
del Juzgado 26 de Madrid está investigando a altos cargos del
gobierno, por adjudicaciones irregulares en la compra de material sanitario. Son
56 contratos que suman 310 millones de euros. Están acusados de malversación,
fraude y prevaricación. Pero lo único que sale en las noticias, día sí y día
también, son el contrato del hermano de Ayuso y cuando el tema decae, se saca el
de Luis Medina, incluyendo las imágenes y sonido de su declaración ante el
fiscal y los comentarios de la propia Fiscalía cuando afirma “ni tenía
experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en
China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa
malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista".
Un juicio de valor que induce a pensar que los miles de empresas que
contrataron con el gobierno la provisión de material, debían hacerlo de manera
dadivosa y sin ánimo de lucro.
Y entonces me pregunto: ¿Se va a
someter al mismo escrutinio a las compañías farmacéuticas? ¿Ellas sí actuaron
con ese espíritu dadivoso y altruista sin buscar el lucro? ¿Es esa la razón de
que los contratos firmados con la UE sean ultra secretos y no se haya podido
hacerlos públicos? ¿Se va a someter a juicio a los máximos dirigentes de esas
compañías para comprobar en qué han gastado sus comisiones y sus bonus, gracias
a la inmensa fortuna que han supuesto las vacunas?
En varios países de la UE se
establecieron comisiones de investigación acerca de la gestión de la pandemia.
29/09/2020.
“El Congreso
de los Diputados no investigará la gestión del coronavirus realizada
por el Gobierno, como pedía el Partido
Popular (PP), a pesar de que España es uno de los países más golpeados
del mundo por la pandemia y el país europeo que más está sufriendo la segunda
ola del Covid-19. Nueve de las diez ciudades europeas más golpeadas
por el virus son españolas, pero hoy los socios del Ejecutivo han respaldado
al PSOE y a Unidas Podemos y no
han visto motivos para esclarecer en qué se está fallando”.(ABC)
14/12/2021.
“la Junta
de Portavoces del Congreso se ha opuesto este martes a tramitar una comisión de
investigación sobre la gestión de la pandemia como había reclamado de nuevo el
PP tras las declaraciones en las que la vicepresidenta segunda del Gobierno,
Yolanda Díaz, señaló que en febrero de 2020 veía lo que iba a pasar.”
(EFE)
Los países europeos donde sí se investiga la gestión de la
pandemia
(La Razón – 21/09/2020)
Francia
10/09/2021.
La justicia
francesa imputa a la exministra de Salud por su gestión del Covid-19 (France
24)
21/09/2021
La Justicia
anuncio en julio que iba a abrir una investigación contra el ex
primer ministro francés Édouard Philippe, la extitular de Sanidad Agnès
Buzyn y su sucesor en el puesto, Olivier Véran, por la
gestión de la crisis sanitaria de la covid-19.
Italia
21/09/2020
El primer ministro
Giuseppe Conte testificó en junio ante la Fiscalía para explicar sus decisiones
al inicio de la pandemia y aclarar por qué no se aisló inmediatamente
la zona de la ciudad de Bergamo, en la región de Lombardía, al norte del
país, una de las más azotadas por el coronavirus.
Reino Unido
21/09/2020
No se ha investigado a
ningún miembro del Gobierno, pero el primer ministro Boris Johnson se
comprometió el 15 de julio a iniciar una investigación independiente sobre la
gestión de la pandemia en Reino Unido. El dirigente, en cambio, matizó que
ahora no es el momento: “No creo que ahora, en medio de la lucha contra
la pandemia, algo que seguimos haciendo, sea el momento adecuado para
destinar una enorme cantidad de tiempo oficial para una investigación”, ha
dicho Johnson, quien ha agregado que “ciertamente habrá una investigación
independiente en torno a lo que ha pasado”.
Alemania
21/09/2020
No ha habido
investigación contra el Gobierno por la covid. De hecho, Alemania ha
sido uno de los países más exitosos en el combate al virus. Pese a
ello, en julio se creó una comisión independiente para evaluar
las medidas frente al virus.
Dinamarca
21/09/2020
Dinamarca fue uno de
los primeros países en aprobar una investigación a nivel político de la
respuesta gubernamental a la crisis de la covid-19.
Suecia
21/09/2020
El primer ministro
sueco, Stefan Lofven, anunció en junio una investigación sobre la
gestión de la pandemia, forzado por los dos principales partidos de la
oposición, el conservador Partido Moderado y el populista Demócratas de Suecia.
En Suecia han muerto más de 5.800 personas a raíz de la
pandemia, que ha dejado por el momento 88.000 positivos.
En España sólo sometemos a
escrutinio minucioso a todo lo que huela a PP.