DICTADURA DE LIBRO (ver artículo de prensa)
La actitud de Sánchez está meridianamente clara desde el principio.
Según su visión dictatorial, el único poder independiente que debería existir, es el ejecutivo. Todos los demás, sobre todo el poder judicial, debería estar sometido a lo que a su entender es el deseo del pueblo, o sea, el gobierno salido de las urnas.
Lo que pasa es que, aparte de que eso no es una democracia, el problema se agravaría porque el paso siguiente es alterar el resultado de las urnas. Ya lo hizo el propio Pedro Sánchez en aquella famosa reunión del PSOE en Ferraz, o sea, que el concepto no le es nuevo.
Como Mesías que se cree, todo debe estar supeditado al líder máximo y dado que le resulta imposible controlar a los jueces, al menos en su totalidad (CGPJ), decide encontrar atajos que le permitan su perpetuación en el poder y destruir España.