Una de
las obsesiones – tiene muchas – más neuróticas del PSOE como partido, es la de
aislar al PP del resto de fuerzas políticas. Hacerle el vacío, como cuando en
el colegio acosan a un alumno y le obligan a transigir con sus chantajes o si
no, tendrá que vivir sólo y apartado. Si no fuera ilegal, declararían al PP “partido
non grato”, ahora que está de moda que cualquier papanatas de tres al cuarto –
apoyado por el PSOE, si puede ser – haga semejante ejercicio de inutilidad
política.
Fue
allá en la lejana fecha de septiembre de 2006, en la primera legislatura del tonto
solemne de ZP, cuando todos los grupos parlamentarios del Congreso,
menos el PP, acordaron vetar, a propuesta del Partido Socialista, todas las
iniciativas parlamentarias del Partido Popular relacionadas con la
investigación de los atentados del 11-M.
Jamás
he tenido noticias, nunca, de ningún país que haya hecho algo similar, con la
única finalidad de acallar las voces incómodas que se alzaron pidiendo
esclarecer ciertos aspectos oscuros, sobre un tema tan doloroso y que tuvo tan
graves consecuencias. Por otra parte, esta actitud de “cerrar la boca” a quien
disiente, resulta muy común en partidos con ciertos tics totalitarios como el
PSOE.
Debemos recordar, para aquellos olvidadizos, que cuando todos los datos y
las encuestas otorgaban una amplia victoria al PP de Aznar, los atentados del
11-M y las manifestaciones supuestamente “espontáneas” y coordinadas por los
socialistas frente a las sedes de los populares, en plena jornada de reflexión
antes de las votaciones, terminaron de forma coordinada por dar la vuelta –
desgraciadamente para España – a las previsiones, con los resultados que ya
sabemos.
El
Congreso de los Diputados, el lugar en el que reside la voluntad de los
españoles, decidió, a instancias de los Socialistas, tapar la boca al PP para
que no se terminaran sabiendo y quién sabe si descubriendo, algunos aspectos de
la investigación que no estaban del todo claros. Eso sólo pasa en España,
porque no se ha sabido que semejante aberración política haya ocurrido en EEUU,
Reino Unido, Francia o Alemania, donde han tenido lugar diversos atentados terroristas,
de diversas consecuencias.
Pero no
fue hasta unos meses más tarde, en enero de 2007, cuando el actor Federico Luppi
(comunista), en una rueda de prensa – hay que ver qué dados son los actores a
hablar de política en ruedas de prensa - parió el término el 26 de enero
de ese año, después de que el PP se negara a participar en una
manifestación-farsa contra el terrorismo convocada por el mismo PSOE que había
estado negociando con ETA hasta unos días antes. "Nos va la vida", - dijo
Federico Luppi durante aquel acto,- "en crear un cordón sanitario para que
esta derecha cerril y casi gótica no se adueñe del pensamiento español".
Una vez más, “el pensamiento español” DEBE SER ÚNICO, no diverso,
y a ser posible bajo el único influjo de las fuerzas “progresistas” del PSOE.
Eso al menos, es lo que se desprende de las palabras del actor argentino,
nacionalizado español, precisamente por el entonces Ministro Michavila.
Y, en efecto, a los pocos días el PSOE y el resto de grupos
parlamentarios acordaban boicotear todas las iniciativas parlamentarias sobre
ETA que el PP presentara. Y el término "cordón sanitario" se instaló
definitivamente en el lenguaje político del momento y ese cordón sanitario
estuvo operando hasta el final de la primera legislatura de Zapatero, dejando
al PP aislado en las Cortes.
Sin embargo, no es verdad que fuera un cordón sanitario
contra el PP. En cuanto el PP varió de política a raíz de las elecciones de
2008 y renunció a investigar el 11-M y a oponerse a la negociación con ETA, su
aislamiento parlamentario se disipó.
Era, por tanto, un cordón sanitario contra España, no contra
el PP. Mientras el PP estuvo en la tesis de defender España, se vio afectado
por el cordón sanitario, pero en cuanto renunció a defender a los españoles, se
le autorizó inmediatamente a salir fuera del cordón.
Diez años después, el PSOE, una vez más, vuelve a intentar
aislar a los populares, aunque en esta ocasión, en vez de utilizar al Congreso,
se vale de sus adláteres, de las ruedas de prensa, de los medios de
comunicación y de las redes sociales.
Cuando Pedro Sánchez acudió a Moncloa para entrevistarse con
el entonces candidato Rajoy, antes de sentarse físicamente en la silla, ya le
había advertido a Rajoy que no le iba a dar ni agua. Ni le votaría a favor, ni
se abstendría, ni consenso, ni coalición, ni permitiría que fuera presidente,
ni nada de nada. Antes de sentarse, insisto en el detalle.
Una vez más, el PSOE juega el papel de “niño matón” del
cole, y comienza a hacer acoso contra el PP; le pone el palito en la rueda de
la bicicleta, impide que Rajoy tenga los votos necesarios para obtener la
investidura y el gobierno, y la única finalidad, es ver si él, Pedro Sánchez, con
los mismos problemas de aritméticos que Rajoy, pero sin ningún escrúpulo – y eso
es lo que les diferencia – consigue sentarse en la Moncloa. A cualquier precio,
que para eso ha estado pregonando lo contrario durante meses. Si para ello,
tiene que prometer a todo el mundo lo que quiere oír, no hay problema. Una vez
conseguido su objetivo, ya se las ingeniará para hacer lo que le venga en gana.
Al fin y al cabo, su único objetivo, su obsesión neurótica, no es hacer grande
a España, sino tirar a la basura todo lo que ha hecho el PP. Ese es su programa
electoral. Eso y subir impuestos, claro, como buen socialista que se precie y
si además eres economista, más.
El mensaje, deber ser siempre el mismo: el PP está aislado. El
PP no dialoga. El PP no pacta. Poco importa si el que ha encerrado al niño en
el cuarto oscuro, ha sido él mismo (PS); lo importante es machacar a la sociedad
con el mensaje de que el PP, no cuenta. Y que además, han sido sus propias y
anquilosadas ideas las que le han llevado a ese ostracismo. Pura manipulación.
Lo aberrante de esta situación es que, quien propone este
ninguneo, es el responsable del mayor fiasco en democracia del PSOE, habiendo
obtenido el menor número de escaños que jamás tuvo su partido. Y para más inri,
propone eliminar del mapa político, al partido que ha ganado las elecciones y
que le saca casi 2 millones de votos.
Aún así, todavía hay gente que es capaz de afirmar sin
sonrojarse, que ganar unas elecciones democráticas, no lo es todo. Y entonces,
yo me pregunto:¿Y qué es lo más importante, pues? que diría un vasco.
Si esta misma actitud la defendiera cualquier líder de
república bananera, estaríamos hablando en los TD de golpe de estado
encubierto, de pucherazo o como mínimo, de irregularidades y de falta de
transparencia. ¡Que lo más importante en unas elecciones, no es quién gane! No
he oído nada tan absurdo desde que Florentino dijo que Benítez era la solución
al Madrid.
Si de verdad España tuviera algún significado para Pedro
Sánchez, habría aceptado como buenos los resultados de las elecciones. Habría
maquillado su debacle electoral y probablemente, hasta podría haber sido Vicepresidente
y desde algunos ministerios, llevar a cabo reformas con ciertos visos de
estabilidad, de consenso y de futuro.
Pero no. Él, se ha erigido desde el 21-D, en el adalid de
una corriente que reinterpreta el verdadero sentir del voto de los ciudadanos
(que debemos ser gilipollas y no sabemos lo que votamos), intentando
convencernos de que lo que parece un círculo, en realidad, es un cuadrado. Y
para ello, abusa de los gestos grandilocuentes: muchos documentos firmados,
muchos apretones de manos, muchas sonrisas, muchas reuniones con fotógrafos
como testigos, y hasta un referéndum interno en el PSOE que ha servido para
demostrar – una vez más – que tiene a más de la mitad del partido en contra. Porque
cuando tu líder te cita y no vas, es que pasas de él. Y encima, el 30% de los
que votaron, lo hicieron en su contra.
Y mientras tanto, todos con el culo muy apretado, no vaya a
ser que en el último momento haya algún tipo de acuerdo con PODEMOS, que como
decía el personaje de la película “Mejor Imposible”: “Esto no son unas medias,
no. Esto no se paga con un gracias y ya está”. Así es que parece claro, que en ese
caso los de PODEMOS, esperarían “tocar pelo”. Y de ahí lo del culo apretado.