La página web, lo explicaba con
todo lujo de detalles. No en vano, la empresa en cuestión y con sede en Nueva
York, era la más grande de su género en el mundo. Llevaba en el mercado más de
cuarenta años y eso, en países como EEUU, no es fácil de mantener y menos,
cuando exportas a casi todos los países civilizados del Globo.
El proceso de compra a través de
internet, fue tan sencillo y cómodo como siempre resulta en estos casos.
Además, podías hacer un seguimiento intensivo al paquete, lo cual, tampoco es
nada raro desde hace tiempo. En dicho tracking, se podía observar cómo había
salido de EEUU, llegado a Alemania y posteriormente, había salido con destino a
España. Y, cómo no!, fue aquí donde la cagaron.
De repente, en el proceso de
seguimiento, aparece que el paquete no ha podido ser entregado por estar
ausente el destinatario. Lo sorprendente era que tal circunstancia, era total y
radicalmente falsa. El día y a la hora que supuestamente no había nadie, la
verdad es que había 2 personas a falta de una. Pero lo mejor, estaba por
llegar. Al día siguiente, en el mismo seguimiento del paquete se indica que el
mismo SE HA ENTREGADO A UNA PERSONA AUTORIZADA. Y es aquí donde comienza un
nuevo calvario para un atribulado contribuyente español.
A partir de los datos
proporcionados por el emisor, se dispone de diversos números de referencia del
pedido, aunque no de demasiados teléfonos de contacto o correos electrónicos.
Hoy, para desenmascarar a los
torpes, necesitas disfrutar de unos conocimientos más que avanzados de las
herramientas tecnológicas. Sólo así, puedes empezar a tirar de los hilos que
tras mucho esfuerzo y tesón y en ocasiones, el uso del inglés, te pueden
conducir a algún punto de resolución del problema que otros te han ocasionado.
Tras los primeros emails enviados
al origen de EEUU y sin haber obtenido respuesta alguna, comenzaron las pesquisas
para averiguar la manera más rápida y efectiva de contactar con el
transportista DHL y a partir de ahí, conocer qué es lo que había pasado.
Los de DHL, no se ponían de
acuerdo acerca de si el paquete en cuestión, era de su competencia o de “otro
departamento”. El baile de números de referencia, parecía inventado por algún
espía con claros deseos de confundir a sus perseguidores. Tal era la cantidad
de dígitos.
Como siempre pasa en estos casos,
al final, un poco por insistencia y bastante por fortuna, uno acaba dando con “el
que sabe”.
-
Pues mire, es que ese código no pertenece a DHL.
Eso es de Correos.
-
¿Está usted seguro? Que yo tengo una página web
en la que me aparece el número de referencia y me dice que es DHL.
-
Es de Correos. Vaya a una oficina y le
informarán.
Así es que al menos, parecía que
el misterio del paquete perdido, estaba llegando a su fin. ¡Y una mierda! Eso
sería en el caso de que NO fuera Correos.
-
Hola buenos días. Mire, hace unos días tenían
que entregarme un paquete procedente de EEUU y según el seguimiento de la
entrega, dice que se ha entregado a una persona autorizada y resulta que esa
persona soy yo y está claro que no lo he recibido.
-
Ya pero aquí veo que hay una firma y un DNI.
-
Lo habrá, no digo que no, pero ni son los míos
ni de ninguna persona autorizada a recoger la entrega.
El diligente funcionario, se adentra en las entrañas de su
oficina, con un papelito entre las manos, en el que figura el código de
referencia del paquete mal entregado. Después de unos minutos vuelve a
aparecer.
-
Pues es que para eso, tienen que ir usted a esta
dirección que le voy a dar. Tome nota. Pregunte por fulano de tal. Yo ya he
hablado con él. Me ha dicho que lo va a mirar y que en cuanto sepa algo, le va
a llamar por teléfono.
-
Estupendo. Muchas gracias.
Conociendo el percal y a
sabiendas de que ningún currito de Correos llama a nadie y menos aún, a un
cliente o contribuyente, te vas directo a la dirección que te acaba de
proporcionar gentilmente el individuo. De entrada, ya cuesta adivinar que la
oficina de Correos para entregas urgentes NO ESTA EN UN EDIFICIO GIGANTESCO CON
EL LOGO Y EL NOMBRE DE CORREOS, SINO QUE ESTA UNOS METROS MÁS ABAJO DE LA calle,
justo en un edificio en el que se lee perfectamente RICARD PERNOD! Tócate los
pies!.
Y entonces entras y le cuentas tu
vida por enésima vez, al funcionario de turno que sólo está pensando en que a
ver si llegan las 14.30 y me voy a la playita, que es que yo, no debería estar
aquí, oiga. Y el funcionario, al que s ele paga por asistir pero que si quieres
que trabaje le tienes que motivar con un plus extra, va y te dice que eso no
está ahí y que lo gestiones en cualquier oficina de Correos. En cualquiera, menos
en la mía, por favor, por favor, que es que yo no debería estar aquí.
Y tú, que aparte del calorcito
que hace, ya te están calentando unos y otros, coges y te vas con tus gaitas a
soplar a otra parte. Y entonces, acumulando la escasísima paciencia que te
queda, vuelves a llamar a lo que parece la central de Correos y les cuentas tu
vida, con el único objetivo de que alguien se apiade de ti. Y te dice tu
interlocutor que lo mira y que enseguida te dice algo. Y al cabo de unos
minutos te suena el móvil y cuando ya estás al borde del paroxismo porque da la
impresión de que te van a decir qué cojones ha pasado con el puto paquete de
los huevos, va el funcionario y te suelta:
-
Es que verá usted. El código de agente, corresponde
a una persona con contrato temporal. Y desde el otro día, estamos intentando
contactar con él y no nos coge el teléfono.
Y digo yo: luego se extrañarán de
que Correos desaparezca?
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