Que dice el padre de Adou – el niño de la
maleta – que se siente engañado. Que él pensaba que cuando les dio los 5.000
euros a los traficantes de personas para que pasaran a su hijo de manera ilegal
a España, que eran personas serias y que le iban a comprar un billete de avión
en primera. Y que claro, que cuando vio que lo metían en una maleta, que se
sorprendió mucho.
Y yo
me pregunto, si tienes 5.000 euros, ¿por qué no traes al niño tú directamente?
Le pagas un billete de avión, que es bastante más barato, seguro, y se acabó la
historia, no?
A mí, con esto de las mafias, siempre
recordaré la anécdota que contaba Xavier Cugat en TV hace muchos años.
Para el que no lo recuerde, Cugat era un
músico catalán, que en su momento decidió hacer lo que entonces se llamaba “las
Américas”. Se marchó con su batuta de director a Estados Unidos y me imagino
que más por casualidad que por otra cosa, terminó trabajando en Hollywood y
haciendo películas. Como el DO-RE-MI suena igual en cualquier idioma, para
sobresalir en USA tienes que dar la nota, pero en sentido figurado, y ni corto
ni perezoso, Don Xavier, decidió que cuando salía en las películas dirigiendo
la orquesta, con la mano que le quedaba libre, abrazaba a un caniche o un chigua
gua, vamos una mierda de perro, mientras en la pista bailaba Carmen Miranda,
por poner un ejemplo.
El caso es que al bueno de Cugat, la cosa se
le dio bien. Se casó varias veces, con mujeres despampanantes a las que no
habría tenido acceso si se hubiera quedado en Vilanova i la Geltrú, aunque la
última, era de Totana, provincia de Murcia. Aparte de Hollywood, Cugat trabajó
bastante en Las Vegas y se codeó con el clan de los Sinatra, Martin y compañía.
Y la Mafia, por supuesto.
Cuando ya decidió volver a España, lo hizo
como se suele hacer en estos casos. Se trajo toda su aureola de triunfador, la
fama de mujeriego, algo de pasta – imagino que no toda, claro- y su Rolls Royce
color oro, con la matrícula “CUGAT I”, que un día vi aparcado en plena Plaza de
Callao en Madrid, justo enfrente de una marisquería.
Un día, le hacían una entrevista en TV,
cuando las entrevistas y casi todo, se hacía en riguroso directo. En un momento
de la entrevista, el cachondo de Cugat – porque desde luego, era un cachondo –
dijo muy en serio:
“Mire usted, yo he trabajado con La Mafia en
Las Vegas y le puedo asegurar que es gente muy seria, muy profesional. Son
gente que cumple con su palabra y yo, en todos los años que he tenido tratos
con ellos, no he tenido jamás ni el más mínimo problema. Ahora bien, hace poco
que he venido a España y en el poco tiempo que llevo aquí, me han engañado más
veces que en toda mi vida en los Estados Unidos”.
Pues supongo que los mafiosos que
supuestamente han sorprendido en su buena fe al padre de Adou, serán españoles.
Porque, por lo demás, todos saben que las mafias que trafican con seres
humanos, son gente muy seria. ¿O no?.
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