martes, septiembre 07, 2021

Crónica de un acoso anunciado (a la Justicia).

Cada vez que a Pinocho Sánchez le sale algún grano (y lo cierto es que tiene un sarpullido), siempre tiene a mano un sombrero de copa de donde saca el conejito. A veces el conejito se llama Gurtel ( ya le vale, que la historia tiene más años que la tos ); a veces el conejito se llama Juan Carlos I y de vez en cuando y con cierta frecuencia, el conejito se llama CGPJ. Ahora estamos con este conejito.

Y la verdad, como el tema aburre a las cabras y los intentos de manipulación son burdos y dirigidos a mononeuronales, voy a hacer dos cosas.

La primera, poner un enlace a otro blog en el que, ya en el mes de marzo pasado, hablé del acoso a la justicia, con nombres y apellidos. El enlace es este:

Acoso a la Justicia

Y lo segundo que voy a hacer es añadir simplemente una lista de noticias aparecidas en prensa a lo largo de este año, la mayoría, y que son auto explicativas. Y me he dejado cosas en el tintero para no aburrir al personal, como el tema de los indultos.

Con todo ello lo que pretendo es dejar claro que la lucha por el control totalitario de todos los poderes del estado, incluido sobre todo la Justicia, es el único aliento de este gonbierno fascista, que decreta estados de excepción disfrazados de estados de alarma, que coloca como Fiscal General del Estado a una votante de su partido y que además, presume de ello ( "La fiscalía ¿de quién depende? Pues eso.")

Crónica de un acoso anunciado (a la Justicia).

 

21/11/2018

Delgado destituye al abogado del Estado que defendió acusar por rebelión en el juicio del 'procés' (EDMUNDO BAL).

Luego hubo más "depurados", entre ellos Fiscales.

 

27/01/2021

 

La Unión Europea advierte al Gobierno de que la mitad de los vocales del CGPJ deberían ser elegidos por jueces.

La vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová, garantiza en una carta en respuesta a Ciudadanos que el ejecutivo comunitario «sigue de cerca» la reforma del PSOE y de Unidas Podemos.

26/02/2021

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) optó ayer por aplazar los nombramientos de las plazas de magistrados del Tribunal

Supremo y los Tribunales Superiores de Justicia y, en consecuencia, retirar estas designaciones del orden del día a la espera de que se produzca un inminente acuerdo de renovación del CGPJ.

27/02/2021

Génova se planta al trasladarle Moncloa la negativa de Podemos a renunciar al juez De Prada. ([1])

Parte del Gobierno cree que el líder de Podemos trata de sabotear el acercamiento al PP

03/03/2021

Los juristas avisan de que hay «un intento obvio de evitar los controles» al Ejecutivo.

EL CONGRESO, MANIATADO. La pandemia ha puesto en suerte al Gobierno la posibilidad de declarar un estado de alarma por seis meses con mando único, que más que para ejercer su autoridad en la gestión de la enfermedad le ha servido para, con la complacencia sorprendente de

la mayoría de grupos parlamentarios, maniatar al propio Congreso.

El CONSEJO DE ESTADO, OBVIADO. El supremo órgano consultivo cae mientras tanto en el ostracismo. O no se le pregunta o, si se le pregunta, se le obvia, con la justificación de que su opinión no es vinculante. Así ha sucedido con su último informe sobre el decreto de fondos europeos. Que enmendara la plana al Ejecutivo fue razón suficiente para apartarlo y ocultarlo.

EL CGPJ, BAJO AMENAZA. Quizá sea el ejemplo más explícito de la búsqueda de poder de las fuerzas políticas. Dominar, colonizar y controlar el órgano rector de la Justicia es una meta de primer grado a conseguir por quien detenta el mando.

El SUPREMO, ENMENDADO. El Alto Tribunal también padece las luchas de poder partidarias, pero sólo el Gobierno está en disposición

de llegar a enmendar, vía indulto, sus sentencias más importantes.

04/03/2021

La ley de Sánchez atenta contra la norma europea para los fondos.

El reglamento de Bruselas exige un «control sólido», pero el dictamen del Consejo de Estado lo ve rebajado.

04/0372021

EDMUNDO BAL. Nuestra Constitución establece en su artículo 122.3 que solo una minoría de los miembros deben ser elegidos por el Parlamento. Así lo establecía la Ley del Poder Judicial de 1980 que fijaba que estos 12 jueces y magistrados serían elegidos por sus propios compañeros. Pero en 1985, el PSOE aprovechó su mayoría absoluta para articular una reforma que deja el 100% del Poder Judicial la elección de los políticos.

“Los políticos no pueden nombrar a los jueces que luego deben juzgar la corrupción de los políticos”

05/03/2021

Moncloa se planta en el CGPJ: «O De Prada o nada”

20/04/2021

Moncloa cede ante la UE y retira la reforma del CGPJ.

La presión de la Unión Europea y de los más de 2.500 jueces españoles han tenido su efecto. El Gobierno ha cedido finalmente a la pretensión de dar luz verde a una polémica reforma que para el órgano judicial es un “menoscabo de la independencia judicial y que atenta contra la separación de poderes”.

 

Si a partir  de aquí todavía hay gente que piensa que el PP está haciendo una labor simplemente obstruccionista, es que debe tener mala memoria o no sabe leer.



[1]  De Prada fue el autor intelectual y material de las frases más duras con el PP en la sentencia del caso Gürtel. El texto conocido en mayo de 2018 cuestionaba la credibilidad de Mariano Rajoy como testigo y daba por probada la contabilidad opaca del partido. Un mes más tarde, servía de palanca al PSOE para poner en marcha la moción de censura.


jueves, septiembre 02, 2021

Los de CETELEM y la madre que los parió.

Por el título, ya os podéis ir haciendo una idea de por dónde van los tiros y el estado de cabreo que tengo.  Y, además, advierto que la historia es larga en eventos, aunque intentaré no aburrir al personal.

La historia – que más adelante se ha convertido en pesadilla – comenzó a finales de marzo pasado. La empresa con la que queríamos hacer unas mejoras, nos presentó un presupuesto con financiación incluida, y cuando lo aceptamos, me entero de que la financiación es a través de CETELEM. Ya en ese preciso instante, me eché a temblar. Mis experiencias anteriores – he tenido varias – con esta gente, son dignas de figurar en un recopilatorio anual de disparates, dislates, meteduras de pata e incongruencias de todo tipo. Pero les concedí una nueva oportunidad. Pensé, tal vez hayan mejorado, a lo mejor han cambiado a los inútiles. Nada más lejos de la realidad. Pronto comenzaron a dar muestras de su inequívoca querencia a aumentar su plantilla con toda clase de tarados, ineptos y ministrables, que sean capaces de encontrar en cualquier esquina, como así demostraré.

Aunque el primer pago de la financiación no es hasta octubre 2021, a mediados del mes de agosto decido realizar una amortización parcial anticipada del préstamo. Para ello, recordé las instrucciones que recibí de una asesora de la empresa sobre este mismo asunto, al poco de firmar el contrato, que me indicó:” usted puede realizar esa operación en todo momento. Sólo necesita hacerlo a través de nuestra web de modo automático”.  Así que, simplemente me dispuse a realizar la operación a través de la web de CETELEM.

Todo iba bien. Iba bien hasta justo después de que me diera a elegir entre reducir el número de plazos o el importe de cada uno. Después de la selección, lo que recibo es un mensaje que me dice más o menos: “bueno, pues si eso, ya le llamaremos”.

Acostumbrado a realizar esta operación con ING en infinidad de ocasiones sin la más mínima incidencia, no quedé satisfecho con esa supuesta promesa de esperar a que me llamaran. ¿Quién me iba a llamar? ¿Cuándo? ¿Para qué? Fue entonces cuando realmente comenzó el calvario en el que estoy metido.

Dada la hora que era, lo único disponible era el chat con un asesor. Voy directo al chat y se conecta una asesora que se hace llamar LARA SV. Le explico escuetamente a LARA SV lo que pretendo hacer y que me gustaría que me informase en qué estado está mi solicitud. Me dice que espere unos minutos mientras consulta la documentación. Después de que me saliera barba y algunas canas más en el pelo, me doy cuenta de que el chat, se ha muerto. Que no hay nadie al otro lado y que me he quedado más colgado que el coyote en el precipicio.

No me desanimo, pero me encabrono. Y entonces decido utilizar otro método al alcance de los clientes: el teléfono. Llamo y me atiende un hombre. Le explico la situación y a partir de ahí comienza una conversación que parece extraída de un guion de los Hermanos Marx o de Typ y Coll: absurdo, kafkiano, demencial.  Al final, el supuesto asesor me dijo que lo que yo pretendía hacer simplemente, era imposible.

Con la tensión por encima de los 22 y echando espumarajos por la boca, vuelvo a conectar con el chat, a ver si en esta ocasión tengo suerte y no se corta. La suerte es variada: el chat no se corta, pero me toca la misma LARA de antes, que imagino debía ser la única que atendía ese canal.

Lara me informa que, si quiero hacer una amortización parcial anticipada, tengo que abonar el importe correspondiente a TRES RECIBOS, ingresando el dinero en cualquiera de las dos cuentas que me indica e identificando mi DNI y el número de contrato. Y cierra el chat sin despedirse.

Eso de los tres recibos no me suena de nada. En la web no dicen nada. Repaso la documentación que me han enviado y que guardo escrupulosamente, la leo con atención y en ninguna parte se menciona esa particularidad de tener que abonar tres mensualidades. Pero ya era bastante para un solo día. Abandono…de momento.

Al día siguiente, recibo un SMS de CETELEM que dice así:

“Para realizar la cancelación parcial de tu préstamo ingresa el importe elegido bien en la cuenta de xxxxxxxxxxxxxxxx  o en la cuenta de xxxxxxxxxxxxxxxx  indicando en el concepto el DNI del titular de la financiación. En máximo 4 días hábiles, recibirás un SMS de confirmación y posteriormente el nuevo cuadro de amortización.”

Es decir, que para nada hace mención a que el importe debe ser, como mínimo, de tres plazos. Así es que yo, confiado en la información, realizo la operación por el importe de los dos primeros plazos. A continuación, vuelvo a llamar por teléfono. Esta vez la charla dura cuarenta minutos que resumiré así:

¾     Asesora:  Efectivamente son tres recibos los que debería abonar.

¾     Yo: Ya pero el SMS no decía nada de eso.

¾     Asesora: Pero esa información figura en el contrato mercantil del préstamo.

¾     Yo: Es probable, pero yo no tengo ese documento. No me lo han enviado. Y, además, quiero saber exactamente en qué situación está mi operación. Yo he hecho una transferencia, y ahora quiero ver cómo se ve reflejado ese importe en mi préstamo.

¾     Asesora: Yo me encargo personalmente de este asunto y le mantendré informado.

Nunca más he vuelto a saber nada de ella.

Preocupado por la más que probable posibilidad de que llegado el mes de octubre me vuelvan a pasar al cobro algo que ya he pagado, visito la web de CETELEM y en mi parte de cliente observo, no sin preocupación, que mi ingreso de alguna manera se ha reconocido, pero lo que me preocupa es el concepto al que está anexado y que dice así:

“Este importe corresponde a las cuotas no abonadas en la fecha correspondiente de pago, que con tu consentimiento (¿) y tras el acuerdo alcanzado para solventar la incidencia (¿), se han aplazado para su pago tras la última cuota de la financiación”.

Esta información es radicalmente falsa. No hay impago pues la fecha no ha llegado. No hay consentimiento ni acuerdo de postergar nada.

Vuelvo a llamar por teléfono y una vez más, se reproduce una conversación absurda, en la que el asesor me indica que “efectivamente, la información que usted está viendo en la web referente a su préstamo, no es correcta, pero no se preocupe que estamos trabajando en ello”.

Después de poner el grito en el cielo y de acordarme de todos los ancestros de los responsables, exijo que algún responsable de la compañía me proporcione un documento oficial en el que se reconozca mi aportación, que no estoy en deuda, que no ha habido devolución o impago de ninguna cuota y que, por tanto, se rehaga el cuadro de amortización de acuerdo a la nueva situación.

El asesor me responde que nadie se va a poner en contacto conmigo y que no pueden rehacer el cuadro de amortización porque el sistema no reconoce que se hayan abonado tres recibos, sino dos. Yo insisto en que lo quiero a mano si es preciso.

El día 31/08/2021, recibo un documento firmado por M. Fernández, en el que CETELEM reconoce una cantidad de deuda amortizada que se corresponde con mi transferencia, y una deuda pendiente que se obtiene de restar el préstamo original de mi aportación. Hasta ahí, perfecto, pero luego terminan de cagarla cuando siguen mencionando los mismos números de plazos del cuadro de amortización original y por los mismos importes.

Las matemáticas no mienten y estos no saben sumar. Es imposible que, con una nueva deuda a amortizar, los plazos y los importes sean los mismos. O cambia uno o cambia el otro.

Así es que, harto ya de estar harto, les he puesto una denuncia en el Banco de España. Denuncia a la que cada día voy añadiendo documentación, ya que, al parecer, los de CETELEM, se han empeñado en no hacer nada a derechas.

Hoy mismo he recibido un SMS que dice así:

“Después del pago realizado de 3000 el plazo de su préstamo es de 8 meses. Recibirá nuevo cuadro de amortización.”

1.       Yo no he aportado 3.000€ a ninguna parte

2.       Mis plazos originales eran 6 y ahora deberían ser 4.

3.       Todavía estoy a la espera de que me envíen MI nuevo cuadro de amortización y me temo que me van a enviar el de este otro.

Resumiendo:

·         No me proporcionan toda la documentación

·         No me informan adecuadamente

·         Confirman sin rubor, que la información que se muestra en la web no se corresponde con la realidad, pero que no te preocupes, que ya lo saben y que están en ello.

·         Son incapaces de confeccionar un nuevo cuadro de amortización

·         Me envían información que no me pertenece

 

Todavía me seguirán sorprendiendo, seguro.

 

viernes, agosto 13, 2021

El COVID y las preguntas.

Desde que surgió lo del COVID, no he dejado de hacerme preguntas. Preguntas que, en la mayoría de los casos, se mantienen después de escuchar algunas respuestas.

Para empezar, ya es significativo que no se tenga la certeza de cuál es el origen de esta pandemia. De todas las demás que ha padecido la humanidad, siempre se ha sabido, independientemente de que se haya sabido atacar con los medios al alcance, mejor o peor, pero se conoce su origen. En esto del COVID hay un sospechoso (China) que no tiene demasiado interés en aportar pruebas de su supuesta inocencia y que le importa cero patatero que se siga sospechando de ellos. Es como si pensaran “yo ya he cubierto mis objetivos y a mí que me quiten lo bailado”.

La falta de información veraz, se sustituye por la circulación de rumores, y en este sentido, este asunto ha sido prolijo en ellos. El interés de las autoridades por ofrecer una explicación plausible y aceptable, ha sido inversamente proporcional a la credibilidad de las mismas, atribuyendo el origen de la pandemia a cualquier especie animal, desde pangolines a murciélagos, siempre y cuando se excluyera a la especie humana y en concreto, a los chinos.

Inmediatamente después de comprobar la velocidad sideral a la que se transmitía el virus y su índice de mortalidad, la primera pregunta que me hice fue: ¿cómo es posible que afecte, básicamente, a los ancianos y personas mayores? Parecía como si fuera un siniestro plan diseñado para eliminar a una parte de la población mundial que ya no produce y que supone un gasto en atenciones sanitarias y presupuestarias.

Más tarde comenzó a hablarse de las vacunas. Las vacunas, se han convertido con el bombardeo constante de los gobiernos y sus medios, en el auténtico bálsamo de fierabrás. Se nos intentó convencer que era la solución final, la última, algo con lo que podríamos estar tranquilos. Fue entonces cuando un problema de salud se convirtió en una cuestión matemática, estadística. Había que convencer a la población que las vacunas eran buenas y se hablaba de probabilidades de contagiarse con el virus, o de sobrevivir si no te vacunabas. Luego, cuando surgieron los primeros fallecidos por culpa de esas vacunas, volvieron a usar las estadísticas para convencer que si te vacunabas tenías el 0,00000000001 % de probabilidades de contagiarte, pero que, si no lo hacías, el factor se multiplicaba por x. El truco era NO ser ese “1”.

Y yo me preguntaba: ¿Y quién ha proporcionado estos datos, las farmacéuticas? ¿Se pueden contrastar?

Al comienzo de la pandemia hubo varios líderes políticos que fueron infectados por el virus. Parecía, dado el índice de mortalidad para el resto de los mortales, que ellos serían los primeros. Recuerdo a Bolsonaro, Trump, Macron, Putin, Boris Johnson, y en España media mesa del Consejo de ministros y alguno más. No había vacunas. Tan sólo se podía proporcionar un cóctel de medicamentos entre los que sobresalía la Hidroxicloroquina. Milagrosamente, ninguno de los mencionados murió ni le han quedado secuelas, al menos conocidas (lo de Irene Montero es prenatal).

Y aquí viene una de mis preguntas: Si ese cóctel funcionaba, ¿para qué las vacunas?

Ahora descubrimos que los primeros que murieron en su día por la falta de vacunas, son los mismos que están muriendo, cuando ya estaban completamente vacunados. Ahora, al parecer, estamos respondiendo a una de las dudas que surgieron al inicio de la vacunación: ¿cuánto tiempo dura la vacuna? ¿es para siempre, hay que vacunarse de forma periódica? ¿es eficaz contra todas las variantes?

Tras la carrera de “canon ball” en que se convirtió la búsqueda de vacunas, llegó el diseño y estrategia de la aplicación de las distintas vacunas, en diferentes países. Por supuesto, todos sacaron pecho y levantaron el dedo gritando “yo, prime, seño, yo prime”, intentando demostrar que ellos eran los más listos y los más capaces.

En la negociación de compra/venta de millones de dosis a los 7.000.000.000 de habitantes de la Tierra, a los europeos nos tocó depender – afortunadamente – de la UE.

Mientras, en España, el filósofo responsable del Ministerio de Sanidad y un inútil que no fue capaz de aprobar el MIR, sumían a la población española en el más absoluto desconcierto, hablando de la nula incidencia que la pandemia tendría en nuestro país, de la inutilidad de las mascarillas, del inexistente consejo de expertos compuesto por un único gilipollas y de las sucesivas y contradictorias medidas supuestamente encaminadas a luchar contra la pandemia, incluido el encarcelamiento ilegal de toda la población en sus domicilios y la imposición de millones de multas, igualmente ilegales si te saltabas las normas. Más tarde, ese mismo gobierno, con una funcionaria distinta al frente de Sanidad, se subió al carro de “las vacunas son la solución”. Y entonces fue cuando el caos más absoluto y la confusión máxima, se adueñaron de la población. Para ser vacunado, todo dependía de tu edad, de tu profesión, de tu C.A. y de no se sabe cuántos parámetros más.

A medida que se iban conociendo casos y más casos de personas que fallecían por las complicaciones de las vacunas, se insistía con vehemencia en que “vacunas ser buenas. Indio querer vacuna”.

Uno de las cuestiones más importantes que nadie ha sabido responder es porqué, en España, no se ha dado libertad a las personas de elegir la marca de la vacuna. Se ha intentado argumentar utilizando razonamientos sospechosos, pero lo cierto es que, en países serios como Canadá, el ciudadano elige cuál quiere ponerse.

El gobierno, inmerso ya en una ceremonia de la máxima confusión, cada día se desdecía de lo que había dicho el día anterior y desoía los consejos que desde otras CCAA se lanzaban, aunque con el tiempo, muchos de esos consejos eran puestos en práctica como si la decisión hubiera sido de ellos. Así, se mostraron inflexibles al afirmar que, si se habían vacunado con AstraZeneca la primera dosis, la segunda tenía que ser de la misma y no mezclar. Hasta que se vieron pillados en un renuncio y ante la falta de suministro de vacunas de la farmacéutica, tuvieron que admitir que la segunda dosis podría ser de Pfizer. El nivel de credibilidad del gobierno quedó de manifiesto cuando los ciudadanos, al poder elegir, hicieron caso omiso del gobierno y la segunda dosis se la pusieron de AstraZeneca.

Todas estas cuestiones y muchas más que no incluyo para no convertir esto en un ladrillo infumable, formaron parte de mi decisión de no aceptar la vacuna impuesta en el momento en el que me tocaba. Además de estas dudas, había otras relacionadas con ciertas patologías que desaconsejaban aceptar AstraZeneca. En definitiva, se trataba de sentarse a esperar a que los inútiles del gobierno cambiaran de opinión, algo que, con este gobierno, estaba garantizado. Era como comprar un décimo de lotería después del sorteo.

Y así ha sido.

Recientemente, tal y como predijo mi doctora, que estaba de acuerdo en mi planteamiento, se ha abierto la mano y ahora se ofrece la posibilidad de vacunarse con Pfizer a los mismos que hace unos meses no tenían más opción que usar AstraZeneca. Lo llaman “rescate”.

Hoy me he rescatado a mi mismo y me han vacunado con Pfizer. La enfermera que ha vacunado a mi mujer le ha dicho sin que nadie le preguntara nada que había muchas personas que habían hecho exactamente lo mismo. Que ellos estaban en la obligación de respetar los protocolos establecidos, a pesar de que dichos protocolos fuesen un sinsentido, que no tuvieran ninguna lógica.

Pues efectivamente, todo esto ha sido un sinsentido. Pero, claro, qué puedes esperar cuando pones al frente de Sanidad a un filósofo, secundado por un inútil que no aprobó el MIR y sucedido por una funcionaria que de asuntos de salud tiene los mismos conocimientos que tengo yo sobre física cuántica.

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