jueves, septiembre 02, 2021

Los de CETELEM y la madre que los parió.

Por el título, ya os podéis ir haciendo una idea de por dónde van los tiros y el estado de cabreo que tengo.  Y, además, advierto que la historia es larga en eventos, aunque intentaré no aburrir al personal.

La historia – que más adelante se ha convertido en pesadilla – comenzó a finales de marzo pasado. La empresa con la que queríamos hacer unas mejoras, nos presentó un presupuesto con financiación incluida, y cuando lo aceptamos, me entero de que la financiación es a través de CETELEM. Ya en ese preciso instante, me eché a temblar. Mis experiencias anteriores – he tenido varias – con esta gente, son dignas de figurar en un recopilatorio anual de disparates, dislates, meteduras de pata e incongruencias de todo tipo. Pero les concedí una nueva oportunidad. Pensé, tal vez hayan mejorado, a lo mejor han cambiado a los inútiles. Nada más lejos de la realidad. Pronto comenzaron a dar muestras de su inequívoca querencia a aumentar su plantilla con toda clase de tarados, ineptos y ministrables, que sean capaces de encontrar en cualquier esquina, como así demostraré.

Aunque el primer pago de la financiación no es hasta octubre 2021, a mediados del mes de agosto decido realizar una amortización parcial anticipada del préstamo. Para ello, recordé las instrucciones que recibí de una asesora de la empresa sobre este mismo asunto, al poco de firmar el contrato, que me indicó:” usted puede realizar esa operación en todo momento. Sólo necesita hacerlo a través de nuestra web de modo automático”.  Así que, simplemente me dispuse a realizar la operación a través de la web de CETELEM.

Todo iba bien. Iba bien hasta justo después de que me diera a elegir entre reducir el número de plazos o el importe de cada uno. Después de la selección, lo que recibo es un mensaje que me dice más o menos: “bueno, pues si eso, ya le llamaremos”.

Acostumbrado a realizar esta operación con ING en infinidad de ocasiones sin la más mínima incidencia, no quedé satisfecho con esa supuesta promesa de esperar a que me llamaran. ¿Quién me iba a llamar? ¿Cuándo? ¿Para qué? Fue entonces cuando realmente comenzó el calvario en el que estoy metido.

Dada la hora que era, lo único disponible era el chat con un asesor. Voy directo al chat y se conecta una asesora que se hace llamar LARA SV. Le explico escuetamente a LARA SV lo que pretendo hacer y que me gustaría que me informase en qué estado está mi solicitud. Me dice que espere unos minutos mientras consulta la documentación. Después de que me saliera barba y algunas canas más en el pelo, me doy cuenta de que el chat, se ha muerto. Que no hay nadie al otro lado y que me he quedado más colgado que el coyote en el precipicio.

No me desanimo, pero me encabrono. Y entonces decido utilizar otro método al alcance de los clientes: el teléfono. Llamo y me atiende un hombre. Le explico la situación y a partir de ahí comienza una conversación que parece extraída de un guion de los Hermanos Marx o de Typ y Coll: absurdo, kafkiano, demencial.  Al final, el supuesto asesor me dijo que lo que yo pretendía hacer simplemente, era imposible.

Con la tensión por encima de los 22 y echando espumarajos por la boca, vuelvo a conectar con el chat, a ver si en esta ocasión tengo suerte y no se corta. La suerte es variada: el chat no se corta, pero me toca la misma LARA de antes, que imagino debía ser la única que atendía ese canal.

Lara me informa que, si quiero hacer una amortización parcial anticipada, tengo que abonar el importe correspondiente a TRES RECIBOS, ingresando el dinero en cualquiera de las dos cuentas que me indica e identificando mi DNI y el número de contrato. Y cierra el chat sin despedirse.

Eso de los tres recibos no me suena de nada. En la web no dicen nada. Repaso la documentación que me han enviado y que guardo escrupulosamente, la leo con atención y en ninguna parte se menciona esa particularidad de tener que abonar tres mensualidades. Pero ya era bastante para un solo día. Abandono…de momento.

Al día siguiente, recibo un SMS de CETELEM que dice así:

“Para realizar la cancelación parcial de tu préstamo ingresa el importe elegido bien en la cuenta de xxxxxxxxxxxxxxxx  o en la cuenta de xxxxxxxxxxxxxxxx  indicando en el concepto el DNI del titular de la financiación. En máximo 4 días hábiles, recibirás un SMS de confirmación y posteriormente el nuevo cuadro de amortización.”

Es decir, que para nada hace mención a que el importe debe ser, como mínimo, de tres plazos. Así es que yo, confiado en la información, realizo la operación por el importe de los dos primeros plazos. A continuación, vuelvo a llamar por teléfono. Esta vez la charla dura cuarenta minutos que resumiré así:

¾     Asesora:  Efectivamente son tres recibos los que debería abonar.

¾     Yo: Ya pero el SMS no decía nada de eso.

¾     Asesora: Pero esa información figura en el contrato mercantil del préstamo.

¾     Yo: Es probable, pero yo no tengo ese documento. No me lo han enviado. Y, además, quiero saber exactamente en qué situación está mi operación. Yo he hecho una transferencia, y ahora quiero ver cómo se ve reflejado ese importe en mi préstamo.

¾     Asesora: Yo me encargo personalmente de este asunto y le mantendré informado.

Nunca más he vuelto a saber nada de ella.

Preocupado por la más que probable posibilidad de que llegado el mes de octubre me vuelvan a pasar al cobro algo que ya he pagado, visito la web de CETELEM y en mi parte de cliente observo, no sin preocupación, que mi ingreso de alguna manera se ha reconocido, pero lo que me preocupa es el concepto al que está anexado y que dice así:

“Este importe corresponde a las cuotas no abonadas en la fecha correspondiente de pago, que con tu consentimiento (¿) y tras el acuerdo alcanzado para solventar la incidencia (¿), se han aplazado para su pago tras la última cuota de la financiación”.

Esta información es radicalmente falsa. No hay impago pues la fecha no ha llegado. No hay consentimiento ni acuerdo de postergar nada.

Vuelvo a llamar por teléfono y una vez más, se reproduce una conversación absurda, en la que el asesor me indica que “efectivamente, la información que usted está viendo en la web referente a su préstamo, no es correcta, pero no se preocupe que estamos trabajando en ello”.

Después de poner el grito en el cielo y de acordarme de todos los ancestros de los responsables, exijo que algún responsable de la compañía me proporcione un documento oficial en el que se reconozca mi aportación, que no estoy en deuda, que no ha habido devolución o impago de ninguna cuota y que, por tanto, se rehaga el cuadro de amortización de acuerdo a la nueva situación.

El asesor me responde que nadie se va a poner en contacto conmigo y que no pueden rehacer el cuadro de amortización porque el sistema no reconoce que se hayan abonado tres recibos, sino dos. Yo insisto en que lo quiero a mano si es preciso.

El día 31/08/2021, recibo un documento firmado por M. Fernández, en el que CETELEM reconoce una cantidad de deuda amortizada que se corresponde con mi transferencia, y una deuda pendiente que se obtiene de restar el préstamo original de mi aportación. Hasta ahí, perfecto, pero luego terminan de cagarla cuando siguen mencionando los mismos números de plazos del cuadro de amortización original y por los mismos importes.

Las matemáticas no mienten y estos no saben sumar. Es imposible que, con una nueva deuda a amortizar, los plazos y los importes sean los mismos. O cambia uno o cambia el otro.

Así es que, harto ya de estar harto, les he puesto una denuncia en el Banco de España. Denuncia a la que cada día voy añadiendo documentación, ya que, al parecer, los de CETELEM, se han empeñado en no hacer nada a derechas.

Hoy mismo he recibido un SMS que dice así:

“Después del pago realizado de 3000 el plazo de su préstamo es de 8 meses. Recibirá nuevo cuadro de amortización.”

1.       Yo no he aportado 3.000€ a ninguna parte

2.       Mis plazos originales eran 6 y ahora deberían ser 4.

3.       Todavía estoy a la espera de que me envíen MI nuevo cuadro de amortización y me temo que me van a enviar el de este otro.

Resumiendo:

·         No me proporcionan toda la documentación

·         No me informan adecuadamente

·         Confirman sin rubor, que la información que se muestra en la web no se corresponde con la realidad, pero que no te preocupes, que ya lo saben y que están en ello.

·         Son incapaces de confeccionar un nuevo cuadro de amortización

·         Me envían información que no me pertenece

 

Todavía me seguirán sorprendiendo, seguro.

 

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