El Presidente del Real Madrid, presume y hace bien, de ser madridista desde los tiempos de Don Santiago Bernabéu, cuando su padre, le llevaba al campo a ver jugar a los Di Stéfano, Puskas, Gento y compañía. Yo también, aunque no iba al campo tanto, seguramente, como fué Florentino. Yo veía los partidos por la TV, en blanco y negro y por la única cadena que había entonces.
De aquellos tiempos, gloriosos para el Madrid, no queda nada más que el dulce recuerdo y la sala de trofeos repleta de todo lo que se jugaba por aquel entonces, antes de que la UEFA, se inventara torneos y más competiciones, para seguir chupando de la teta del fútbol y vivir como virreyes en lugar tan idílico como Suiza. La manera en la que Don Santiago manejaba el club, era directamente proporcional al sistema político que imperaba entonces en España. Es decir, "por mis narices". Era un estilo personal y presidencialista, en el que la enorme figura de Don Santiago -dicho sea lo de enorme en el amplio sentido de la palabra- sobresalía por encima de cualquier otro de su junta directiva.
Los tiempos cambiaron y por el sillón de presidente de Concha Espina, han pasado unos cuantos, algunos con más gloria que otros, pero lo que les une a todos ellos, es ese rancio deseo de querer imitar el estilo que en su día proporcionó tantos éxitos al R. Madrid. El ansia, la obsesión por el protagonismo de los presidentes, en ocasiones ha bordeado la ley y en otras simplemente, han hecho el más absoluto ridículo. Los demás equipos en Europa, iban acomodando sus estructuras a los nuevos tiempos, componiendo organigramas y asignando tareas reales a los responsables en cada área, mientras en el Madrid se mantenía el sistema de "por mis narices". Y así, nos pasamos 32 años sin ganar una Copa de Europa.
Cuando llegó Florentino Pérez a la presidencia, al menos saneó las cuentas del club, que falta hacía. Sin embargo, en su debe, hay que señalar que su estilo de dirección, aunque aparentemente tenga una estructura organizativa que parece indicar lo contrario, sigue siendo presidencialista y no de equipo. Lo ha demostrado en el pasado reciente y lo está haciendo nuevamente ahora.
A Del Bosque, le endosaban jugadores que él no había pedido y le quitaban otros que ya estaban, sin consultar con él. El papel del entrenador, quedaba relegado a un mero gestor de alineaciones en función de los galácticos que tuviera disponibles. A lo largo de todos estos años de Florentino, él es el único de toda la Junta Directiva que, cuando lo considera oportuno, sale ante los medios y declara lo que le apetece. En ocasiones, cuando Valdano todavía estaba más visible y ya era entrenador Mourinho, encima creaba más confusión, contradiciendo en público decisiones del entrenador, cuando Valdano no era entrenador en esos momentos. ¿Dónde está Pardeza? ¿A qué se dedica? ¿Por qué no se le oye en temas de fichajes, de bajas, de estrategias a seguir?
Ahora mismo, una vez más, se habla en la prensa de nuevos fichajes, de posibles bajas, de idas y venidas y el único que da la cara y sólo de vez en cuando, es Florentino y la mayoría de las veces, para no decir nada. ¿No se debería esperar a ver qué entrenador contratan para preguntarle su opinión? ¿Qué hace Pardeza, nuevamente? ¿Quién define el estilo de juego del equipo? ¿Se va a mantener el que ha diseñado Mourinho?
El organigrama del Real Madrid, está lleno de gente que según parece, no hacen nada. En una empresa normal y corriente, no es el Presidente el que está permanentemente en la prensa. Sale en contadas ocasiones y en función del calado de la información que proporciona. Pero para Florentino, eso del protagonismo, le puede.
Como en la fábula de los remeros japoneses y españoles, los japoneses hacían siempre lo que tenían que hacer y no cambiaban sus métodos y por eso ganaban, año tras año, las carreras a los españoles. Traducido al fútbol, más nos valdría imitar a algún equipo alemán y copiar, no ya el organigrama, que eso es fácil, sino llenar de contenido real esa estructura.
Mientras Florentino no cambie de manera de ser, da igual que ponga a Valdano, a Pardeza o a Zidane. La sombra de Florentino es alargada y planea sobre todo el resto. Y así, no nos ha ido demasiado bien desde que el Sr. Pérez preside el club. Una fortuna en fichajes, ninguneo de la cantera (Zidanes y Pavones, por los cojones) y escaso número de títulos, o al menos, no los más importantes, es el escaso bagaje de su gestión.
Váyase (otra vez), señor Pérez. Váyase o cambie.