Una vez más, y son incontables, la justicia española nos escandaliza con sus estrambóticas sentencias, inalcanzables para el común de los mortales, lo cual, dicho sea de paso, aleja, si cabe aún más, a los unos de la otra.
Hoy nos cuentan que una madre va a ir a la cárcel por quemar vivo al violador de su hija. Hace unos días, iban a desahuciar a una mujer, por no poder hacer frente a las deudas contraídas por su yerno, asesino de su hija. Hace unos meses, era otra madre joven, la que se encontró una cartera en el suelo y utilizó una tarjeta de crédito para gastarse 200 euros en comida para su bebé.
Todos ellos son ejemplos que conmueven, con los que todos nos podemos sentir solidarios porque nos puede pasar a cualquiera, en un momento dado. Y lo que necesita el pueblo, como siempre ha sido, es que además de justicia se imparta equidad, que al parecer, no es lo mismo.
Nos pasamos la vida indultando a golfos, traficantes de influencias, ladrones de dinero público, estafadores de la buena voluntad de la gente, y cuando llegan estos casos, los jueces se muestran inalterables, como si con ellos no fuera la cosa. Tenemos que cumplir la ley, dicen utilizando la frase como excusa y argumento al tiempo. Como si lo más importante fuera eso y no impartir justicia.
¿Es justo que el violador se limite a cumplir una condena? Y nos podemos dar con un canto en los dientes si la cumple entera y no sale a la calle, a seguir violando, antes de tiempo por beneficios penitenciarios. ¿Acaso no es lógico pensar que una madre haga lo que hizo por castigar al violador de su hija? ¿Acaso, su hija no quedará marcada de por vida por semejante crimen, aunque el violador cumpla la condena en la cárcel? Pues parece justo que si tus actos tienen consecuencias casi eternas, seas castigado en justa reciprocidad.
¿Es justo que una madre, a la que han asesinado a su hija, tenga que afrontar las deudas del yerno, que es además, el asesino? ¿Es que hay que estudiar mucho para darse cuenta de la aberración?
Oiga mire, que a mí no me sirve que un señor, circunspecto unas veces y otras casi provocador, se sienta en un sillón vestido de negro y aplique lo que dice la ley. Para eso, pongo una máquina y me sale más barato. Lo que le pido a los jueces es que además de la sentencia, sienten jurisprudencia, es decir, que vayan señalando el camino de por dónde deben ir las interpretaciones y la aplicación de la justicia verdadera. Eso hará que los ciudadanos, que se supone que son los que se han autoproporcionado este sistema de protección, se sientan identificados y verdaderamente defendidos, y no como ahora, que como tengas un pleito y te creas inocente, te viene un juez estrella y por salir en el telediario te la lía parda.
¿Por qué no hay juicios por las tardes? ¿Qué horario tiene un juez? ¿Cuántos días libres tiene un juez? ¿Qué pasa si un juez llega tarde a su trabajo cada día? ¿Por qué un juez de guardia se coge un rebote del 33 porque le fastidian el fin de semana con un detenido y hay que hacer un hábeas corpus? ¿Se aceptaría que un médico de guardia protestase por tener que acudir a una emergencia en domingo por la tarde?
Seamos serios, por favor. Hay cosas que no tienen horarios, que no descansan. Hagamos los cambios que tengamos que hacer y a ver si de una vez por todas, los jueces se percatan de que es a los ciudadanos a quienes ellos sirven y no al revés. No nos hacen ningún favor cuando hacen su trabajo. Les pagamos para que lo hagan, pero no en nuestra contra.