Esto del espionaje es muy curioso. Los agentes, son secretos de por sí, pero al que no hay inconveniente en que se sepa quién es, es al jefe de todos los agentes. Lo único que les falta es llevar un cartel de "soy yo".
El general Manglano, ha fallecido. Descanse en paz. Con él se van a la tumba miles de secretos, alguno de ellos, mantenidos a voces. Ahora que tan de moda se ha puesto eso de escandalizarse por un quítame allá esos programas espías; ahora que todo el mundo se mira la ropa interior por si su amigo o su vecino le ha colocado un micrófono o una cam; ahora que todos acusan a todos de espiar a todos, como si se tratara de una comedia francesa, ahora, digo, no nos sorprende recordar que ya en su día, este hombre, espió a todos, incluido el Rey, durante todo el tiempo. Ni programas sofisticados, ni internet, ni satélites. A la vieja usanza. Con Mortadelo y Filemón detrás de una pared y con un vaso de cristal entre ésta y la oreja. Y vestidos de uniforme.
Y sin embargo, cuentan las malas lenguas, él fue el artífice de que lo de Tejero, terminara en esperpento o sainete y no como estaba previsto. Cuentan las famosas lenguas de doble filo, que ante la inmensidad de diferentes movimientos golpistas en las filas de los ejércitos, el entonces coronel Manglano, ideó una estratagema con el fin de engañar a todos y aunar en un sólo, todos los golpes que estaban en marcha. Si se intentaba luchar contra todos y cada uno, se vaticinaba un incierto futuro, así que, se quiso aunarlos a todos en un sólo golpe. El de Tejero, era el que estaba más avanzado y el que contaba con un plan más profesional, pero le faltaban detalles. Eso sí, había que conseguir que todos los militares accediesen a someterse a una única autoridad y dejar en sus manos las riendas del cotarro. Y cuentan las mismas malas lenguas, que Manglano ideó todo todo esto y que pudo utilizar (tal vez) el nombre de Juan Carlos para conseguir sus objetivos, que no eran otros que tener paz y desarrollar un nuevo modelo de país.
El resto de la historia, ya la conocemos. O al menos, sabemos lo que nos han contado.
En lo de las escuchas a todo el mundo, tuvo quien le ayudó. Un tal Perote, que tiempo después siguió teniendo problemas con la justicia por los microfilmes que decía tener Mario Conde y que en su día, estaban en el CESID. Un lío, oiga, que como todo el mundo sabe, es una "coliente de agua que desemboca en el mal".
Todo personaje, tiene sus luces y sus sombras y éste, no iba a ser menos. Si es cierto lo que cuentan de él, que utilizó sus habilidades para evitarnos un golpe militar, se le puede perdonar casi todo lo demás. La lástima, es que con lo que sabía, podríamos haber hecho una peli como la de "Todos los Hombres del Presidente".
Descanse en paz.