Hace poco, los chinos, acaban de celebrar su Año
Nuevo. El año de la cabra. Al parecer y según dicen los entendidos, se prevé un
año movidito, lleno de conflictos y tribulaciones. Tal vez sea esa la razón del
estado de “cabreo permanente” en el que vivimos los españoles desde hace algún
tiempo.
En épocas así, cuando la sociedad atraviesa momentos
de incertidumbre, desasosiego o simple cabreo, suelen aparecer salva patrias,
vendedores de humo, manipuladores de conciencias débiles, charlatanes de feria
mutados en oráculos de mítines o de platós de TV, recopiladores de eslóganes
publicitarios y de frases aparentemente nuevas, que encierran ideas caducas; timadores,
jugadores de ventaja, tahúres de poca monta, farsantes, falsos historiadores de
memoria corta y toda clase gentuza arribista cuya única finalidad consiste en
destruir el estado actual de las cosas, llevarlas al caos más absoluto y de
allí, partir hacia un nuevo orden, por supuesto, definido por ellos. O sea,
dicho en “román paladino”, propugnan una revolución.
Al grito de “¡esto es una mierda, venguémonos de
todos los culpables”! pretenden congregar entorno a sí, a todos los desencantados,
sea cual sea el motivo, a los parias, a los ni-nis, a los que nunca han
trabajado porque no han querido y a los que han dejado de estudiar porque no
les gusta, a todos los “Armando Guerra”, a los que fueron dichosos cuando
salieron de España a estudiar con la beca Erasmus, pero se cagan en su puta suerte
porque ahora tienen que currar en el extranjero. A los que ven la paja en el
ojo ajeno, pero no ven la viga en el suyo. A los hipócritas y fariseos que todo
lo perdonan “a los suyos” y nada transigen al resto. A los desmemoriados, que
sólo recuerdan lo que les interesa.
Y basados en el viejo principio de Goebbles que dice:
“repite una mentira mil veces, y todos acabarán creyendo que es verdad”, con el
bombardeo constante de mentiras, medias verdades, manipulaciones torticeras y
el abuso de unas mentes débiles y predispuestas a ceer en cualquier cosa que
les prometa que van a salir de donde están a coste cero, se persigue la idea de
intentar convencer a todos, de que sólo hay un culpable y que hay que
eliminarle. O mejor dicho, que hay que eliminar a todos los que en algún
momento hayan tenido algo que ver con las decisiones políticas que se hayan
tomado en España, desde los tiempos de Don Pelayo. Que todos, a excepción de
estos nuevos salvadores de la patria, han estado equivocados siempre. Que sólo
ellos, son el camino la verdad y la vida.
Y es así como algunos, a los que no voy a calificar
porque se califican ellos solos, pretenden convencernos de que lo ideal es
votar a PODEMOS, porque es un partido no contaminado con la hediondez del poder
y la corrupción, aunque de entrada, ya tenemos pruebas de que ellos tampoco.
Pero eso no importa, el mensaje es claro: ellos representan a la joven princesa
hermosa y virgen, apresada por el dragón en lo alto de las torres del castillo.
Si liberamos a la princesa, todos los males del reino se espantan. Y luego
resulta que la princesa, de joven no tenía nada, que ya era una buena moza. Que
de virgen tampoco y que los males del reino, no sólo no se han espantado, si no
que han aumentado.
El silogismo de “voy a votar a PODEMOS, aunque no
tengan experiencia en gestionar nada,
simplemente porque no han sido contaminados por el poder”, es como si a mí me
eligen Chef de “El Bulli”, precisamente porque no tengo ni puta idea de cocina.
O me nombran Ministro de Industria e Innovación, simplemente porque en mi casa
tengo un PC. Y lo cojonudo de esta estupidez insostenible, es que la mantienen
los mismos que exigen que sus representantes en el Congreso y en el Gobierno,
tengan una solidez suficientemente contrastada y una valía profesional. Que no vale
el amiguismo. El de “los otros”, por supuesto. El mío, sí.
No seré yo quien diga a nadie lo que tiene que
votar. Para eso ya están los demócratas que han estado asesorando a Venezuela.
Por eso, cuando en el Parlamento Europeo se vota en contra de la persecución
política a los demócratas detractores del gobierno de Maduro, - como buen
partido marxista que se precie-, PODEMOS vota en contra de esa persecución. Es
decir, PODEMOS apoya la persecución de todos aquellos que no piensen como
ellos, que es lo que viene sucediendo a los largo de la historia desde 1.917,
en todos aquellos países donde se ha instalado el Comunismo. A saber: Rusia,
Cuba, Camboya, Vietnam del Norte, Alemania del Este y todos los países de
detrás del telón de acero, etc. Eso es lo que nos espera en España. Y que todos
aquellos a los que se les pase por la cabeza depositar su voto a favor de esta
gentuza, sean conscientes de lo que hacen. Luego que no vengan con el “ay!,
cómo iba a imaginar yo ….”.
Como bien dijo la Espe hace poco: “Si PODEMOS
gobierna, será la última vez que en España tengamos votaciones libres”.