El primer cañonazo nos pilló a todos por
sorpresa. Nos pilló tan de sorpresa que lo primero que pensé era que se trataba
de una broma, de un bulo, de uno de esos titulares trampa, que se publican para
llamar la atención del lector y luego, cuando pinchas y lees la noticia,
resulta que el titular se parece como un huevo a una castaña con el contenido.
Pero resulta que en esta ocasión, el titular era cierto: “Lopetegui, nuevo
entrenador del Real Madrid”.
Los del Madrid, no salíamos de nuestro
asombro. En quince días, Zidane, había dado un puñetazo en la mesa del despacho
de Florentino, le había hecho un corte de mangas - que no sé cómo se dirá en
francés - y le dijo au revoir. Y poco después, cuando se habían desatado todas
las cábalas del mundo del fútbol, cuando se hablaba de futuribles, de posibles,
de deseables y de los que entraban y salían de las quinielas, ¡zas! El bombazo:
Era Lopetegui el elegido.
Después de verificar que la noticia era
cierta, a los diez milisegundos siguientes la pregunta que me hice fue: ¿Y por qué
ahora? Estábamos a dos o tres días de iniciar el Mundial, ese en el que
debíamos confirmar que lo del pasado, fue un tropiezo. Que aquel inicio
desastroso contra Holanda en la que nos hicieron una manita, y de paso se
resarcieron de la final anterior, fue sólo un bajón momentáneo. Que lo de
Chile, fue pasajero y que en este Mundial, íbamos a pelear hasta el final. Por
eso, me desconcertó que la noticia se hiciera pública justo en esos momentos,
en los días previos al inicio del Mundial.
No fue hasta que el gilipollas de Rubiales
habló destituyendo a Lopetegui, cuando me di cuenta de que España, lo había vuelto
a hacer: habíamos montado - otra vez - el circo. Esta vez con dos directores de
pista: Florentino Pérez y Luis Rubiales. Y a dos días del primer partido de la
selección, y nada menos, que contra la Campeona de Europa, la Portugal de
Cristiano. Fue en ese momento cuando todos - yo el primero - supimos que la
pregunta que había que responder no era si España iba a ser eliminada, si no
CUÁNDO.
En el partido contra Portugal, después de
todo lo que sucedió - cagada incluida de la mierda de portero que tiene España
- salimos del partido con la sensación de habernos dejado arrebatar dos puntos,
mientras nuestros primos los lusos, lo celebraron como una victoria. No es para
menos: dispararon tres veces y metieron tres goles.
Lo de Irán, fue la suerte que no tuvimos
contra Portugal, pero la sensación de que aquello no funcionaba bien, era
evidente, palmaria. Menos mal que el torpe de Costa, mete los goles al estilo
Benzema o Rubén Cano: de rebote, con la espinilla o como sea. Y esa vez, entró.
Lo de Marruecos, vino a demostrar, ya sin
lugar a dudas, que Sergio Ramos no estaba en lo que tenía que estar. La cagó en
el centro del campo a los 15 minutos y tuvimos que remar contra corriente hasta
que Iago Aspas y el VAR nos dieron lo que era nuestro y al menos, pudimos
empatar. Incluso terminamos primeros de grupo por lo sucedido entre Portugal e
Irán, o sea, de rebote.
Pero fuere como fuere, la cosa pintaba mal,
muy mal y por mucho que le fastidiase a Thiago Alcántara, las críticas eran
merecidas. Y el resultado de ayer, así lo justifica.
Nunca me gustó enfrentarme al anfitrión y no
fue por las estúpidas estadísticas, que en realidad, sólo les sirven a los
periodistas para escribir algo cuando no tienen qué decir. Es que parece
evidente - ayer así se demostró - que el anfitrión no puede caer en las fases
iniciales del torneo que ha organizado. Y menos si estás en casa de Putin,
porque corres el riesgo de que se cabree e invada algo. Ya nos pasó con Korea
del Sur en 2002 y aquel egipcio que Alá confunda.
¿Es Rubiales responsable de que Koke fallara
un penalti? No. ¿Es Rubiales responsable de que Aspas fallara otro? No. ¿Es
responsable de que De Gea, sea la viva imagen de Zubizarreta y que se prevea
que no va a parar un puto penalti en su vida? No y sí. O sea, Rubiales no es responsable,
pero parece claro que De Gea, no va a parar ningún penalti en su vida. ¿Entonces?
Pues entonces, Rubiales es responsable de
dinamitar la concentración de la Selección Española de Fútbol, justo 48 horas
antes del debut. De romper todo lo que Lopetegui había construido durante dos
años, incluido el ambiente con los jugadores, las confianzas, los esquemas, sus
conocimientos, las estrategias, todo. Rubiales es el único responsable de haber
destrozado a España desde dentro. Un topo ruso no lo habría hecho mejor.
¿Y Florentino? Florentino, es un bocazas. Es
como una “prima dona”, caprichosa y voluble, que debe quedar siempre como el
aceite: por encima. Es como la gorda de la ópera que hasta que ella no termina
de cantar, la ópera no se termina. Tiene que decir la última palabra.
Tiene todo el derecho del mundo a fichar a
Lopetegui, por supuesto. Pero no había ninguna obligación de ninguna clase, de anunciarlo
justo antes del inicio del Mundial. Todo lo demás, son interpretaciones más o
menos interesadas.
Lo de ayer contra Rusia, fue la confirmación
de todos los males que el equipo ha venido padeciendo durante este suplicio de
Mundial. Error de Ramos que casi termina en gol como contra Marruecos. Cagada -
esta vez de Piqué - que para despedirse de la Selección decidió saltar con los
dos brazos al aire, en mitad del área, en plan de jolgorio y alegría, con la
mala suerte de que el balón le dio en uno y el árbitro pitó penalti. La desgracia
de saber que De Gea, no tenía ninguna opción de parar el penalti, porque no
tenemos constancia de que haya parado alguno, alguna vez. La constatación de
que el pobre Hierro - vaya marrón que le endosó el gilipollas de Rubiales - no
tenía plan B, ni C, ni probablemente A.
No es una cuestión de jugadores. Se podrá
discutir de si hubiera sido mejor sacar a otros, pero me temo que el resultado
habría sido el mismo. Ahora mismo, la cuestión es que España ya no puede jugar
como lo hacía hace 10 años, al tiki-taka. En el anterior Mundial, el de Brasil
2014, fue otro desastre, entre otras cosas porque antes de empezar ya se sabía
qué jugadores iban a jugar su último Mundial con España desde hacía meses:
Casillas, Xavi Hernández, Xabi Alonso, Puyol, Villa, Torres y Reina (que por
cierto, aquí estaba otra vez). Ahora que ya no están esos jugadores, habrá que
ajustar el juego de la Selección a lo posible.
A partir de ahora, ya no estarán ni Iniesta,
ni Piqué. Y por lo que ha demostrado en este torneo, David Silva debería planteárselo.
Y lo mismo diría yo de Diego Costa, a pesar de sus tres goles. España nunca ha
jugado al estilo de juego que en su día, le vino bien a Costa y por eso,
considero que Diego, ha fracasado en la Selección. Está muy lejos de parecerse
al que asombraba en el Atlético de Madrid y que tantos disgustos nos dio a los madridistas.
Así es que, resumiendo. Si De Gea no ha
parado un penalti en su vida, si Piqué ya no va a jugar más, si Ramos de vez en
cuando le da por hacer de Ramosbauer, si ya no estará Iniesta, si Silva es
posible que tampoco…¿no sería el momento oportuno de poner a un buen seleccionador
y que empezara a construir un equipo de verdad al estilo que se ajuste a los
nuevos jugadores?
¿Y quiénes son esos nuevos jugadores? Pues
por lo demostrado en este Mundial, evidentemente Isco, sin duda. Kepa,
Olaizola, Nacho, Vallejo, y alguien que pueda suplir a Alba por la izquierda -
para no depender tanto de él y tener algo más de altura - , bien sea Marcos Alonso,
Azpilicueta o Monreal. En el centro del campo, hay para escoger y delanteros lo
mismo: Iago Aspas, Morata (que esta vez no ha venido pero que mide más de
1,50), Rodrigo, Marcos Asensio, Lucas Vázquez y demás. Gente hay, lo que no hay
es un plan NUEVO, como si se pretendiera seguir jugando a lo único que en un
momento dado, nos dio los mayores triunfos que jamás hemos conseguido.
No queda más remedio que renovar el sistema,
porque no podemos empeñarnos en intentar descubrir cómo penetrar en dos líneas
de 5 defensas a base de pases en horizontal. O juegas entre líneas buscando
paredes o recibir alguna falta al borde del área, regateando a todas las piernas
que te van a salir, o ya me contarás cómo hacerlo. Necesitamos gente que sepa
disparar a puerta desde fuera del área y que ese sea el plan B. Porque si no
puedes meterte hasta la cocina con el balón, tendrás que intentarlo desde
lejos. O colgando balones al área, para lo cual necesitas a jugadores que midan
más metro y medio. Lo que ya hemos visto que no funciona es lo que hemos hecho.
¿Es Hierro el responsable? Teóricamente sí.
El verdadero responsable es Rubiales, porque puso a Hierro donde estaba
Lopetegui.