martes, octubre 08, 2013

Funcionarios de Educación de Baleares



Cuando uno decide trabajar en una empresa, lo hace con el consentimiento tácito o expreso de tener que asumir las decisiones que se toman en esa empresa, su política y sus estrategias. Hay quien decidió en su día ser funcionario y al parecer, sin que nadie lo advirtiera, accedieron al puesto con reservas mentales acerca de si obedecerían ciertas normas o algunas leyes, si éstas, no encajaban con su propia filosofía y su visión política. Pues la cosa es sencilla: dimite. Pírate.

Esto ya no es como aquellos primeros años en los que algunos médicos y farmacéuticos, se negaban a prescribir y despachar, respectivamente, anticonceptivos, alegando problemas de conciencia. Oiga usted. Usted tiene una profesión en la que ha jurado atender a todos los necesitados, no sólo a aquellos que sean de su corriente ideológica.

Pues con los maestros, sucede lo mismo. El que no esté de acuerdo con la decisión del Ministerio o de su Consejería de Educación, que se calle y que dimita. Aquí, no hemos venido para cumplir exclusivamente con aquellas leyes, normas y medidas que nos satisfacen porque encajan con nuestros ideales políticos. Aquí hemos venido a trabajar. Se puede hacer huelga porque no te pagan, te pagan tarde, te hacen trabajar demasiado o te echan de manera injusta. Para lo demás, a currar!.

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