jueves, diciembre 14, 2017

La conjura bancaria.

Luego diréis que lo que me pasa, es que les tengo inquina. Pero es que son una panda de inútiles que no hay por dónde cogerlos. Me refiero en esta ocasión a los de Open Bank. Otra vez, los de Open Bank.

Resulta que te venden la idea de una tarjeta prepago, como si se tratara del bálsamo de fierabrás, que todo lo cura. Que si es más seguro para el ecommerce. Que si es gratis. Que si es virtual. Tú vas y aunque viene de un banco - y por tanto, hay que desconfiar - comienzas a usarla. La usas una primera vez y todo va bien. Te animas y vas a por la segunda. Y todo va sobre ruedas. Y de repente, te ves metido en la vorágine de compras de Navidad y empiezas a usar la tarjeta prepago, como si no hubiera un mañana; como si fuera una pelota de tenis, en un partido entre FNAC y Amazon. Y un día cualquiera, pongamos por ejemplo, ayer, intentas comprar un libro de un amigo al que también le va esto  de escribir. Y como además, el libro cuesta 0,99€, pues nada, allá que vas todo ufano con tu tarjeta prepago.

Las primeras 65 veces que la compra no te funciona, piensas que tal vez estás haciendo algo mal, a pesar de considerar que has adquirido un dominio de profesional de las compras online. Ya has verificado - sólo por asegurarte de ello - que en la tarjeta hay saldo más que suficiente. Y cuando no se te ocurren más motivos que justifiquen que no puedes hacer la compra, llamas a Amazon. Mejor dicho, te conectas a un chat en donde una amable señorita, y después de un tiempo más que prudencial de espera, te informa que el pago está siendo rechazado por el banco, pero que al ser un rechazo genérico, no da datos suficientes para saber de qué se trata. Y que te pongas en contacto con tu banco.  Y les llamas, convencido de que tiene que ser un error. Una tontería. Una nadería.

Después de que te tienen al teléfono 10 minutos mirando tu problema - al parecer no era tan pocas cosa el tema - tú tienes que colgar porque te tienes que ir. Al fin y al cabo, lo vas a volver a intentar al día siguiente y seguro que el problema se ha solucionado sólo, que es algo muy frecuente en este apasionante mundo de la informática y la tecnología.

Y al día siguiente, o sea, hoy, al primer intento obtienes el mismo resultado que ayer. O sea, que ya van por 66 los intentos fallidos de comprar el dichoso libro. Que además, ya se ha convertido en un reto.

Entonces, llamas de nuevo a Open Bank. Y la señorita que te atiende te empieza a poner sobre la pista de lo que está pasando.

   - Es que usted, señor, tiene un saldo negativo y por eso no le deja hacer la operación.
   - Perdone usted, pero tengo la pantalla del ordenador enfrente de mí y estoy viendo claramente, cómo me dice que el saldo es positivo y por bastante más de lo necesario para comprar algo por 0,99€.
   - No, es que eso está mal. Es que el saldo que le aparece ahí, en realidad debería tener el signo menos por delante. Está en negativo.
    - Pero vamos a ver: si yo estoy viendo todos los movimientos y es matemáticamente imposible que el resultado sea negativo. ¿No los ve usted?
   -  Es que después de consultar con el responsable de Pagos, - porque yo misma no tengo autorización para verlo - me dice que hay una retención por importe de 42€. Y parece ser que es de FNAC.
   -  Oiga, que yo ya tengo en casa todo lo que FNAC me tenía que dar y todo está cobrado.
   - Ya, pero según parece ellos establecen una retención por las compras. Esa retención tiene una vigencia de 20 días y hasta que no transcurra ese período de tiempo, no se levanta la retención.
     - Pero si ya han cobrado las compras.     
    - Ya, pero usted dispone de un período de 20 días para devolver o cancelar. Hable con ellos a ver qué le dicen.
Y entonces, vas y consigues un teléfono de tención al cliente de FNAC, que no sea un 902 - que tampoco es fácil - y llamas.  Y le cuentas la película a la señorita de la FNAC.
   - Pues por nuestra parte, no tenemos nada retenido. Lo que teníamos que cobrar, ya está cobrado y no hay retenciones.
   - Pues es que mi banco me ha dicho que ustedes tienen retenidos 42€.
   - Pues no. No tenemos nada de eso. Vuelva a hablar con su banco.
Ahora, la pelota del partido de tenis, vuelve a estar en el campo de Open Bank. Y vuelves a llamarles y como la señorita es diferente de la vez anterior, le cuentas tu vida en verso, para que le sea más llevadero.
   - Espere unos minutos, por favor. Voy a consultar el problema. No se retire.
Después de unos 20 minutos escuchando una versión de una canción de Wet Wet Wet,  que al principio te agrada, pero que al final acabas odiando, vuelve la señorita con la respuesta final al problema.
  - Perdone la espera. Pero es que hemos detectado varios problemas.
   - A ver dígame.
   - El primero es que el saldo que aparece en su posición global de la tarjeta prepago y el que ve usted cuando entra a ver los detalles, no es el mismo.
   - Ya. Eso también me he dado cuenta, pero ahora mismo no es mi prioridad 1.
    - El segundo error, es que el saldo que ve usted en la pantalla de detalles de la tarjeta, aunque lo ve como positivo, en realidad está en negativo.
     - Pero eso no es posible, mientras 2 más 2, sigan siendo 4.
    - Es que hay un tercer error. Resulta que hay una retención de 42€.
    - Sí. Su compañera esta mañana dijo que era de FNAC, aunque no sé de qué.
    - No, señor. Es de Amazon. Los de Amazon, tienen establecido realizar una retención por el importe total de la compra que vaya a hacer, con el fin de asegurarse la existencia de fondos. Además, retienen un euro. La retención por el 100% de la compra, tiene una vigencia de 20 días, con lo cual, hasta transcurrido ese tiempo, no se levantará la retención y por tanto, no se estabilizará el saldo de su tarjeta.
    - A ver si lo he entendido. Intento usar un medio de pago, cuya información, según me está contando usted, ¿no tiene nada que ver con la realidad? Porque vamos a ver, lo menos que puedo esperar es ver entre los detalles de mi tarjeta de prepago, algo que me indique que existe una cantidad retenida y por parte de quién está retenida. Es decir, si utilizo un medio de pago, no creo que sea mucho pedir, conocer lo antes posible, cuál es el saldo real de mi tarjeta o de mi cuenta. Y sin embargo, me encuentro con que ustedes me dan un saldo de la tarjeta en la pantalla de la posición global. Un saldo diferente en la pantalla de los detalles y además, ninguno de los dos es real, pues el que aparece, tiene el signo cambiado y por tanto, está en negativo. Y las retenciones que son las que podrían cuadrar los números, no aparecen ¿Me puede decir para qué me sirve a mí todo esto?
    - Le entiendo perfectamente señor. Es todo un error por nuestra parte y le pido disculpas por ello. Ya se lo he comunicado al responsable de pagos. Pero sobre todo, debe ingresar el importe que aparece en su pantalla, a fin de que no le cobren intereses por saldo negativo durante casi un mes en su tarjeta.
    - Así lo haré. Y por otra parte - añado - sería muy recomendable que le indicara a quien proceda que cuando el banco rechace un pago, al menos, el mensaje, tenga algún detalle que por lo menos oriente acerca de dónde puede estar el problema. Porque eso de decir “algo anda mal, más vale que lo arregle”, no ayuda mucho. Si en mi caso hubieran usado un mensaje del estilo de “fondos insuficientes, consulte con su banco”, me habría ahorrado hablar con FNAC y con Amazon.

No me digas que no es para colgarlos de las farolas?

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