lunes, diciembre 18, 2017

Porqué prefiero AMAZON a ENVIALIA.

De un tiempo a esta parte he notado cómo algunas empresas dedicadas al transporte de mercancías tratan a sus clientes, peor que a los paquetes que transportan. Me estoy refiriendo en concreto a la empresa ENVIALIA, una de las muchas franquicias que operan en este sector.

Éstos, antaño conocidos como meros “mensajeros”, se han convertido por algún extraño sortilegio, en una especie de tiranozuelos, castigadores últimos de sus propios clientes a los que, en vez de atender como se merecen y aunque sólo sea por haber abonado un dinero, penalizan y obligan a estar al capricho de sus propios intereses.

El viernes pasado, un servidor, estaba esperando la llegada de un paquete proveniente de Galicia. Esperaba que, como ya había sucedido en otras ocasiones, si llegaba el transportista a casa - del que no tenía la certeza absoluta que llegara el mismo viernes - y yo no estaba, me llamara por teléfono para ver cómo proceder. Al menos, cuando contraté sus servicios me obligaron a rellenar ese dato y supongo que tendrá algún sentido. Es más, otros transportistas como ASM o MRW, lo han hecho y lo hemos solucionado en 30 segundos. Los de ENVIALIA, parece que han optado por la solución difícil.

El mismo viernes por la tarde, cuando intento conocer el estado del envío mediante el seguimiento, me entero de que al parecer, el transportista había llamado pero no había nadie en casa y había decidido tramitar la situación como una incidencia y así, dar carpetazo al asunto. En algún caso el transportista ha llamado después, y se ha vuelto a pasar para dejar el paquete. Eso es servicio y atención al cliente.

Llegados a este punto me planteo algunas cuestiones de pura lógica. La primera es que si hay otras empresas de mensajería que SÍ llaman, incluso para advertir de la llegada, porqué no hacen lo mismo los de ENVIALIA. Pues la respuesta me la ha dado esta misma mañana un responsable de la empresa al afirmar por email: “El servicio es estándar, por lo que no incluye llamadas previa recogida/entrega, lo lamento mucho.”

En el hipotético caso de que hubiera llamado el viernes, habría cabido la alternativa de dejar los paquetes - que son dos - en casa de algún vecino. O incluso, de haber esperado 5 minutos y de llegarme yo mismo a recogerlos en persona. Por el contrario, “el servicio estándar” de ENVIALIA, consiste en NO ENTREGAR el paquete, con lo que se obligan a re-introducirlo en un segundo proceso de entrega para el siguiente día laborable, que por supuesto, no es sábado ni domingo. Eso, para cualquier mente medianamente desarrollada, supone un mayor coste de producción, pues obliga a reprocesar todo de nuevo, cuando la llamada puede ahorrar todo eso.

Como ejemplo de auténtico servicio al cliente, cabe reseñar en este punto, que a casa han llegado los de Amazon en domingo. Luego, alguno se preguntará dónde está el éxito de algunas empresas y la desaparición de otras.

Dado que el viernes ya no era posible recibir el paquete y que el “sabat”, es tan sagrado para ENVIALIA como para los israelitas, no me quedaba otra que intentar contactar hoy lunes.

Como no tenía la más mínima esperanza de que nadie de la agencia contactara conmigo, habida cuenta de su ineficacia y falta de profesionalidad, me he adelantado.

Eran poco más de las 09.00 de la mañana, cuando he conseguido hablar con alguien que, dicho sea de paso, no me ha servido absolutamente para nada. No tenía ni idea del tema que le estaba hablando. No me ha podido dar una hora aproximada de entrega y lo único que ha hecho, ha sido descargarse el muerto y darme el móvil del conductor del camión para que contactara con él.

A las 09.15 de la mañana, llamo al transportista y le pongo en antecedentes. Por el ruido de fondo que se escucha al otro lado del teléfono, parece claro que está en un lugar público, como una cafetería o así. Me dice que recuerda algo de lo que le cuento, pero que todavía no ha pasado por el almacén (¡¡09.15 de la mañana!!) y que por tanto, no sabe cuánto tiene que repartir ni cuándo va a poder pasar por aquí. Le pregunto si fuera tan amable de llamarme más tarde para darme alguna indicación, siquiera aproximada, de la hora y me miente diciendo que “sí”.

Al cabo de un par de horas y dado que me encontraba en la misma situación de desatención, intento contactar nuevamente con la oficina con la que había hablado al principio, pero ya no atienden el teléfono. Hago lo propio con el transportista y obtengo el mismo resultado. Y más tarde recibo un email, en respuesta al que envié el sábado pasado, en el que se me informa de lo que se entiende por “envío estándar” en ENVIALIA. Eso sí, con ese espíritu servicial que caracteriza a esta gran empresa, el remitente, - que se guarda muy mucho de poner su apellido o un teléfono de contacto-, con el fin de ayudar al máximo, especifica lo siguiente: “Le confirmo que el envío se encuentra hoy en reparto para ser entregado antes de las 20:00h. Lo que sin duda, es de suma utilidad.

Es decir: te quedas en casa todo el día, esperando a que llegue el transportista, como si fuera tu novio. Que lo hará - lo de llegar - cuando le salga de sus santísimos cojopios. Y más te vale que en el momento en el que llame al telefonillo, no estés en el baño, porque si así fuera, sería muy aconsejable que dejaras lo que tuvieres entre manos y te abalanzases como un poseso a atender a su excelencia, el Ingeniero de Logística Móvil, no fuera que tu tardanza en responder fuera motivo de considerar que el segundo intento de entrega, había resultado igualmente fallido, con las consecuencias que ello conllevaría.


Da igual si tú tenía planes que hacer fuera de casa hoy. Los aplazas en función de las necesidades del Ingeniero de Logística. A ver si te has creído que por pagar sus servicios, vas a disfrutar de algún tipo de privilegio. ¡Hasta ahí podíamos llegar! 

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