Este es el título de una magnífica serie bélica, emitida por HBO.
Y alguno se preguntará la razón
de que comience a hablar de la Segunda Guerra Mundial en un sitio serio como
este. Pues la razón es que una de las cosas que más me ha llamado la atención
de esta serie de 10 capítulos, es lo relacionado con la gestión de recursos
humanos; el nombramiento de los suboficiales, oficiales, el destino de los
mismos, etc. Y eso sí que me parece que encaja en este foro.
Obviamente, he trasladado estas
situaciones producidas en un entorno de guerra, al mundo empresarial, en el
que, si bien, no es corriente que haya disparos – al menos en España – siempre
existe el peligro callado de que detrás de la fotocopiadora te metan una
puñalada trapera.
En la serie se dibuja un perfil
casi histriónico de un oficial con un celo excesivo, casi enfermizo, por el
cumplimiento de las normas; en un castigo físico continuo, machacando a los
hombres que tiene a su mando, subiendo y bajando un monte a la carrera y con el
cronómetro en mano.
Sin embargo, este suboficial en
unos simples ejercicios, se pierde en mitad del campo; no sólo no sabe dónde está,
sino que no adopta la actitud necesaria y deja vendidos a sus hombres. Éstos,
con respeto y firmeza, solicitaron a los superiores que no les dirigiera en el
Día D. No confiaban en él.
He ahí las dos primeras lecciones.
La primera es que el entrenamiento es bueno, pero un líder – y aquí viene la
segunda lección - debe ganarse la confianza de su equipo para llevarlos al
camino de la victoria, que, en el caso de una guerra, no es más que vivir un
día más.
Por supuesto, el oficial fue
trasladado. Sin mando operativo sobre tropa de combate.
Pero alguien tenía que cubrir ese
puesto. Se nombró a alguien y tuvo la mala suerte de ser derribado en su avión
el Día D.
Una vez más el puesto quedó
vacante y estaban en una primera batalla contra los alemanes. El “premio recayó”
sobre un individuo, que demostró su valía. Y lo que es más importante, sus
hombres le seguirían al fin del mundo. No se ganó su confianza bebiendo más que
ellos – era abstemio – ni jugando a las cartas más. Se ganó su confianza dando
ejemplo. Se jugaba el pescuezo como el que más y eso tiraba de su grupo a
seguirlo.
Más tarde, en otro capítulo de la
serie se da otro ejemplo de alguien que jamás debería haber sido ascendido a
ese puesto y lamentablemente se demuestra en plena batalla. Tiene que ser
relevado después de perder a varios hombres por su nula capacidad de tomar
decisiones.
Todas estas situaciones las hemos
vivido en nuestras empresas. El ascenso de alguien que prometía porque su
trabajo lo hacía perfecto y como premio, se le asciende y no da la talla. En
casos así, se malogran 2 puestos de trabajo.
Aquellos que son ascendidos por
sus influencias y cuando llega la hora de la verdad no son capaces de tomar las
decisiones correctas; le pasan la responsabilidad al inferior, a ese, que no
tiene influencias y que, por tanto, se va a quedar en ese puesto el resto de su
vida. ¿Alguien recuerda a Burt Lancaster en su mítica película?
Y finalmente, esos que no buscan
la gloria, ni las medallas, pero cuando recae en ellos la autoridad de dirigir,
saben hacerlo y son capaces de motivar a su equipo.
No lo he dicho al principio
porque en realidad, esto no es una revista de cine, pero en la serie están
involucrados Spielberg y Tom Hanks.
Recomendable 100% por muchos motivos, pero sobre todo por estos que he mencionado de pasada acerca de la gestión de RRHH.
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