viernes, agosto 01, 2025

Yo quiero ser sueco.

Cada día el españolito de a pie nos damos de bruces con noticias en las que, aparentemente, se demuestra que hay dos clases de ciudadanos: los políticos y el resto. Por ejemplo:


 ·               El gobierno con su presidente al frente, se sube el sueldo un 4%. 

      ·         El Congreso de los Diputados decide gastarse 1,5 millones de euros en modernizar aún más los ya avanzados modelos de iPhone, tablets y demás dispositivos de sus señorías.

 ·         El presidente del gobierno dispone de entre 500-800 asesores (no se sabe bien cuántos son) a razón de una media de 50.000€ cada uno y la mayoría con Bachiller Superior como mucho.

 ·         Los viajes en el Falcon no se saben cuánto cuestan porque se han declarado de seguridad nacional.

 Y todo esto sucede:

Mientras en España persisten las llamadas “colas del hambre” en pleno siglo xxi.

Mientras el precio de la energía se ha convertido en un problema social de primer orden y para paliarlo una ministra del gobierno aconseja comprarse un edredón que abrigue más.

Mientras miles de empresas se han visto abocadas a su desaparición y otras están en vías de terminar en el mismo punto ante la imposibilidad de afrontar los costes energéticos.

Mientras millones de trabajadores ven cómo sus raquíticos salarios cada vez son menos rentables debido a la inflación, situada en dos dígitos, y a la descontrolada escalada de los precios de los alimentos, de la energía, de los carburantes, de las hipotecas, de los alquileres…

Mientras millones de trabajadores permanecen en el desempleo cobrando algún tipo de subsidio miserable…si lo cobran.

Mientras miles de agricultores deciden dejar sus productos sin cosechar porque les sale más caro hacerlo que dejar que se pudran en el campo.

Mientras los ganaderos cada día sacrifican más reses, más ovejas, más cabras y más cerdos, para que el resto de la explotación pueda subsistir y evitar la desaparición del negocio.

Mientras miles de transportistas se quejan amargamente de que los costes de producción, principalmente de los carburantes, obligan a una revisión al alza de los precios de sus servicios, porque si no, trabajan a pérdidas.

Mientras seis millones de pensionistas se ven obligados a vivir con pensiones de menos de 1.000€ y, además, con personas a su cargo.   

Los españoles nos preguntamos qué clase de políticos tenemos. Sin duda, a los que hemos votado, pero llegados a este punto deberíamos plantearnos qué clase de sistema es el que permite semejante abuso.

Cómo es posible que mientras los españoles estamos verdaderamente atormentados por la situación económica, los que supuestamente nos representan puedan viajar en aviones sufragados con el dinero de todos a ciudades como Nueva York para hacer no se sabe muy bien qué.

Cómo es posible que al mismo tiempo que desde el gobierno se insiste con reiteración en no dañar el medio ambiente, el presidente y algunos de sus secuaces, viajen en Falcon y helicóptero, cuando podrían hacerlo en coche, que también viaja y de vacío.

¿Cómo es posible que todos los gastos de desplazamiento hayan sido calificados de secretos de seguridad nacional?

¿A qué se debe este perpetuo insulto y menosprecio a los contribuyentes?

Empecemos por analizar la situación de los diputados españoles según nuestras propias normas.

 

RÉGIMEN ECONÓMICO Y AYUDAS DE LOS SEÑORES DIPUTADOS 

23/5/2022 Congreso de los Diputados

II. Retribuciones:

Las retribuciones desde el año 2020 son las siguientes, sin que se haya producido incremento para los años 2021 y 2022:

1.       Asignación constitucional idéntica para todos los Diputados: 3.050,62€ mes.

2.       A esta asignación se añaden, en su caso, los complementos en función del cargo que desempeñe el Diputado por ser miembro de la Mesa, o de la Junta de Portavoces, bien de la Cámara o bien de alguna Comisión. Los de cada grupo no son acumulables.

Complementos mensuales por razón del cargo:

Presidente.

- Complemento miembro de Mesa: 3.337,60 €

- Gastos de representación: 3.624,38 €

- Gastos libre disposición: 2.971,67 €

Vicepresidentes.

- Complemento miembro de Mesa: 1.313,66 €

- Gastos de representación: 1.097,79 €

- Gastos libre disposición: 767,92 €

Secretarios.

- Complemento miembro de Mesa: 1.025,71 €

- Gastos de representación: 888,86 €

- Gastos libre disposición: 735,62 €

 

Portavoces.

- Gastos de representación: 1.890,98 €

- Gastos libre disposición: 1.006,00 €

Portavoces adjuntos.

- Gastos de representación: 1.544,32 €

- Gastos libre disposición: 718,10 €

Presidentes de Comisión.

- Gastos de representación: 1.551,58 €

Vicepresidentes de Comisión.

- Gastos de representación: 1.134,40 €

Secretario de Comisión.

- Gastos de representación: 756,27 €

Portavoz de Comisión.

- Gastos de representación: 1.134,40 €

Portavoz adjunto de Comisión.

- Gastos de representación: 756,27 €

Determinados Diputados (miembros de Mesa, Presidentes de Comisión), tienen la posibilidad de contar con personal de confianza para apoyarles en el ejercicio de su función.

− La dotación del Gabinete de la Presidencia está compuesta por seis personas.

− Los miembros de la Mesa (Vicepresidentes y Secretarios) disponen de dos personas cada uno para esta tarea.

− Los Presidentes de Comisión cuentan con un asistente para cada uno de ellos.

 

IV. Subvenciones a Grupos Parlamentarios.

El artículo 28 del Reglamento del Congreso de los Diputados señala lo siguiente:

1. El Congreso pondrá a disposición de los Grupos Parlamentarios, locales y medios materiales suficientes y les asignará, con cargo a su Presupuesto, una subvención fija idéntica para todos y otra variable en función del número de Diputados de cada uno de ellos. Las cuantías se fijarán por la Mesa de la Cámara dentro de los límites de la correspondiente consignación presupuestaria”.

2. Los Grupos Parlamentarios deberán llevar una contabilidad específica de la subvención a que se refiere el apartado anterior, que pondrán a disposición de la Mesa del Congreso siempre que ésta lo pida”. En aplicación de dicha norma, la Cámara ha fijado una subvención fija cuya cuantía, para cada Grupo Parlamentario, es de 29.606,56 € mensuales y una subvención variable en función del número de Diputados de cada uno de ellos de 1.703,57 € mensuales por cada Diputad

Después de esta vorágine de dinero que sale de nuestros bolsillos para terminar en los de ellos y asumiendo que detrás de todo esto hay mucho más en zonas que no son ni blancas ni negras, sino muy grises, sigamos analizando las leyes que lo permiten.


TITULO I. Del Estatuto de los Diputados

 

Artículo 8

1. Los Diputados percibirán una asignación económica que les permita cumplir eficaz y dignamente su función.

2. Tendrán igualmente derecho a las ayudas, franquicias e indemnizaciones por gastos que sean indispensables para el cumplimiento de su función.

3. Todas las percepciones de los Diputados estarán sujetas a las normas tributarias de carácter general.

4. La Mesa del Congreso fijará cada año la cuantía de las percepciones de los Diputados y sus modalidades dentro de las correspondientes consignaciones presupuestarias.

De estos puntos me permito resaltar el último por algo que veremos más adelante y que no quiero desvelar ahora.

Artículo 9

1. Correrá a cargo del Presupuesto del Congreso el abono de las cotizaciones a la Seguridad Social y a las Mutualidades de aquellos Diputados que, como consecuencia de su dedicación parlamentaria, dejen de prestar el servicio que motivaba su afiliación o pertenencia a aquéllas.

2. El Congreso de los Diputados podrá realizar con las Entidades Gestoras de la Seguridad Social los conciertos precisos para cumplir lo dispuesto en el apartado anterior y para afiliar, en el régimen que proceda, a los Diputados que así lo deseen y que con anterioridad no estuvieren dados de alta en la Seguridad Social.

Es decir, que se puede pasar de ser un ni-ni a diputado sin pasar por la Seguridad Social.

3. Lo establecido en el apartado 1 se extenderá, en el caso de funcionarios públicos que por su dedicación parlamentaria estén en situación de excedencia, a las cuotas de clases pasivas.

CAPÍTULO SEGUNDO

De las prerrogativas parlamentarias

Artículo 10

Los Diputados gozarán de inviolabilidad, aun después de haber cesado en su mandato, por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones.

Artículo 11

Durante el período de su mandato, los Diputados gozarán, asimismo, de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin la previa autorización del Congreso.

Otro aspecto a destacar y que veremos más tarde.

Una vez sentados los precedentes legales, me planteo realizar una comparación con otro país que, a mi juicio, me parece más serio: Suecia. Y entonces me encuentro con un interesantísimo artículo de la BBC. Me ha parecido tan interesante que he preferido copiar gran parte en este post para así no perder el hilo si se pincha el enlace que también está disponible.


Suecia: el país donde los parlamentarios no tienen asesores propios y se pagan el café de su bolsillo.

(Fte: BBC)

Los diputados suecos no disfrutan de beneficios adicionales como los que tienen los parlamentarios de otros países, como presupuesto para fletar aviones, ayuda para el alquiler, dietas, contratación de asesores particulares, ayuda para gastos médicos, guardería pagada para los hijos y fondos para la divulgación del mandato, entre otras cosas.

 

La primera en la frente. Un diputado sueco no es ni más ni menos que un ciudadano que ha decidido colaborar en la mejora de las condiciones de sus conciudadanos, pero que no por ello, debe sentirse superior ni disfrutar de privilegios que no disfrutan sus vecinos.

Es exactamente, todo lo contrario de lo que sucede en España que en cuanto te descuidas, los desarrapados que no tenía donde caerse muertos, te sueltan un “usted debe tratarme de señoría” en cuanto les insultas por la calle.

Además, en Suecia la inmunidad parlamentaria es un concepto que no existe.

 

De ahí la importancia de haberlo señalado antes.

Además, este aspecto en concreto, es por el que están perseverando los indepes catalanes cuando exigen una y otra vez la “desjudialización de la política”, es decir, dejar fuera del ordenamiento jurídico cualquier acción o decisión que se hubiere producido en el ámbito de la política, con todo lo que ello implica.

 

Seguimos analizando a Suecia.

A cada inicio de mandato, los 349 diputados suecos reciben -igual que el presidente del Parlamento- una tarjeta anual para utilizar el transporte público. Y también un amplio código de ética que va acompañado de información sobre el restringido uso de los fondos públicos y las normas de conducta para la actividad parlamentaria.

Los coches oficiales son pocos, y tienen uso limitado. El Parlamento posee solo tres vehículos, del modelo Volvo S80. Esta flota solo está a disposición del presidente del Parlamento y sus tres vicepresidentes para actos oficiales.

 

"No es un servicio de taxi", explica René Poedtke, del sector administrativo del Parlamento. "Los coches no sirven para llevarlos a casa o al trabajo".

 

En Suecia, el único político que tiene derecho a coche de forma permanente es el primer ministro. El coche pertenece a la flota de la policía secreta sueca, la Säpo (Säkerhetspolisen). Los ministros pueden pedir vehículos "cuando tengan fuertes razones para necesitarlo", según dice un asesor del gobierno.

 

No pueden subirse el sueldo

 

Otro de los aspectos más llamativos que he señalado antes.

 

El salario bruto de un diputado del Parlamento sueco es de 66.900 coronas suecas al mes (unos 7.200 dólares). Tras pagar los altos impuestos, el salario neto es de aproximadamente 40.000 coronas suecas (unos 4.300 dólares), lo que equivale a menos del doble de lo que gana un profesor de primaria en Suecia.

 

Si un diputado tiene la base electoral fuera de Estocolmo, puede solicitar el llamado 'traktament', una ayuda para los días de la semana en los que trabaja en la capital del país. Esta ayuda, exclusiva para los parlamentarios que no tienen residencia permanente en la capital, es de 110 coronas suecas (unos 12 dólares).

 

En España, las ayudas a los diputados que no son de Madrid ascienden a unos 2.000€ mensuales. Más taxis.

 

Un vistazo a los precios de Estocolmo da una noción de lo que se puede comprar en la capital sueca con 110 coronas: un café con tres o cuatro 'bullar' (los tradicionales panes dulces suecos que acompañan el café), o una pizza con un refresco, o una ración del tradicional plato de 'köttbullar', las albóndigas suecas con mermelada de arándanos rojos y puré de patata. En los pequeños restaurantes populares, un plato cuesta de promedio unas 100 coronas suecas.

 

Hasta 1957 los diputados del Parlamento sueco ni siquiera tenían salario: solo recibían las contribuciones de los miembros de los partidos.

 

La decisión de establecer salarios para los parlamentarios se tomó, según consta en los archivos del Parlamento, tras llegar a la conclusión de que ningún ciudadano debería verse "impedido de convertirse en diputado por razones económicas". Pero el valor del salario no debería "ser tan alto como para volverse económicamente atractivo".

 

Y ningún diputado tiene el privilegio de aumentarse el salario: en Suecia, los salarios de los parlamentarios los determina un comité independiente llamado Riksdagens Arvodesnämd.

Este comité está formado por tres personas: el presidente, que por regla general es un juez jubilado, y dos representantes, que suelen ser ex funcionarios públicos o periodistas. El comité lo nombra la Mesa Directiva del Parlamento.

 

Los diputados tienen derecho a apartamentos pequeños y sin lujo, y en los cuales su familia no puede estar gratuitamente.

 

El apartamento para funcionarios del diputado Per-Arne Håkansson tiene 46 metros cuadrados. Solo los políticos con base electoral fuera de la capital, y que no poseen inmuebles en Estocolmo, tienen derecho a vivir en apartamentos para funcionarios. Y el presidente del Parlamento no tiene derecho a residencia oficial.

 

Los apartamentos tienen un promedio de 45,6 metros cuadrados. Los que constan de una sola pieza tienen sólo 16 metros cuadrados. Del total de 197 viviendas que administra el Parlamento sueco, solo ocho tienen entre 70 y 90 metros cuadrados.

Puede parecer incluso exagerado. De hecho, estos pequeños apartamentos recuerdan las celdas de la modernísima penitenciaría de Sala, en las afueras de Estocolmo, donde los detenidos, como en la mayoría de las prisiones suecas, también tienen baño privado.

 

Un sofá cama, una mesa, un pequeño armario, una mini cocina con un fogón, una nevera y un baño llenan el espacio de poco más de 16 metros cuadrados de uno de estos apartamentos para funcionarios, situado en la calle Monkbron.

 

En estos inmuebles no hay lavadora, ni lavaplatos, ni siquiera cama matrimonial. Una gran parte de estos apartamentos ni siquiera tienen habitación: una sola estancia, amueblada con sofá cama, hace las funciones de sala de estar y dormitorio.

"Podemos colocar camas extras con ruedas en caso de necesidad, como la visita de un pariente", dice una funcionaria del Parlamento que nos acompaña en la visita a uno de los inmuebles.

 

En todos los edificios de apartamentos sin habitación las lavanderías son comunitarias, y los diputados tienen que hacerse la colada. Estas lavanderías comunitarias, generalmente situadas en el sótano de los edificios, también cuentan con tablas de planchar.

Además, son los propios parlamentarios los que cocinan y limpian la casa. Según el departamento de administración del Parlamento sueco, se hace una limpieza gratuita sólo una vez al año, durante el receso parlamentario de verano.

 

Pagan por la estancia de familiares.

 

Y todavía hay más: los apartamentos son exclusivamente para los parlamentarios. Los cónyuges, familiares y afines no tienen derecho a vivir ni tan solo a pernoctar en un piso propiedad del estado sin pagar. Si un familiar de un parlamentario pasa una temporada en el inmueble, el diputado tiene un plazo de un mes para pagar al erario público los días de pernoctación.

Y si la pareja de un diputado del interior decide vivir en el apartamento para funcionarios de la capital con su cónyuge, tiene que hacerse cargo de la mitad del valor del alquiler.

"Por supuesto, no pagamos para que nadie viva gratis, excepto los parlamentarios con base electoral fuera de la capital", asegura la jefa del sector de Servicios Parlamentarios, Anna Aspegren.

 

Los diputados pueden dejar ocasionalmente a sus hijos, si tienen entre uno y trece años, en la guardería del Parlamento durante las sesiones deliberativas.

"Pero tienen que pagar la comida de los niños", explica Monika Karlsson, funcionaria de la guardería. En días de sesión nocturna, el servicio está abierto hasta la medianoche, o más.

 

Los parlamentarios tienen dos opciones para vivir en la capital sueca. La primera es vivir en uno de los apartamentos para funcionarios. La segunda es alquilar un apartamento por cuenta propia y recibir del Parlamento el valor correspondiente al alquiler.

En este caso, el valor máximo que el Parlamento reembolsa a los diputados es de 8.000 coronas suecas mensuales (unos 860 dólares), una cantidad relativamente baja considerando la escasa oferta inmobiliaria del centro de la capital.

 

Despachos pequeños.

 

Las oficinas parlamentarias de los diputados suecos tienen una media de 15 metros cuadrados y una decoración frugal. Una mesa de madera clara, estantes del mismo color, una televisión antigua y un pequeño sofá rojo, de estilo similar a los de la empresa sueca de muebles populares Ikea, llenan el ambiente.

Los despachos más pequeños del Parlamento llegan a tener siete metros cuadrados. Los gabinetes más grandes se reservan a los líderes de los partidos y tienen 31 metros cuadrados de promedio.

En el pasillo de cada anexo parlamentario hay un mostrador con los periódicos del día y publicaciones diversas. Son para uso colectivo de los parlamentarios: las suscripciones a periódicos y revistas las financia el partido, y los diputados no tienen presupuesto personal para suscribirse a publicaciones.

"Podemos llevarnos un periódico para leer en el despacho, y luego devolverlo enseguida al mostrador", dice el diputado Per-Arne Håkansson.

 

En la cantina del Parlamento, los diputados se pagan su café.

No hay camareros y hay que pagar por la comida. Después de comer, cada parlamentario debe llevar su propio plato al sitio donde se recogen las bandejas, al lado de la cocina.

El Parlamento sueco también cuenta con un restaurante más formal para ocasiones especiales. Pero, en el día a día, algunos diputados se traen su propia comida, que calientan en la cocina comunitaria del Parlamento. Cada uno se lava sus platos y cubiertos.

 

Además, ningún diputado sueco tiene derecho a reembolso por comidas en restaurantes de lujo.

 

"Ningún diputado tiene secretaría particular ni puede contratar asesores", explica Mats Lindh, del sector de Servicios Parlamentarios.

 

En el sistema sueco, cada partido político representado en el Parlamento recibe fondos restringidos para contratar a un grupo de asistentes y asesores, que forman el llamado secretariado del partido. Y este grupo de funcionarios atiende, colectivamente, a todos los diputados de un partido.

 

Es decir: los parlamentarios comparten un grupo de asesores y asistentes que, entre otras actividades, preparan análisis políticos y se encargan de las relaciones con la prensa.

 

Un portavoz proporciona la lista del secretariado del Partido Socialdemócrata: 101 funcionarios trabajan en conjunto para 100 diputados. Este equipo de funcionarios está compuesto por asesores y analistas para cuestiones políticas y relaciones con la prensa, además de algunos asistentes administrativos que no suelen estar a disposición de los diputados para tareas personales.

 

"Cada diputado se ocupa de su agenda de trabajo, prepara sus discursos, organiza sus reuniones y reserva billetes de tren o avión", dice el portavoz.

 

Según el politólogo sueco Rune Premförs, que los parlamentarios tengan asesores particulares es una aberración. "¿Por qué todos esos recursos deberían estar a disposición de un solo político si se pueden compartir? Los representantes políticos también deben ser representantes del pueblo en términos de no atribuirse condiciones privilegiadas", opina.

Y en lugar de recibir fondos para la divulgación del mandato, los diputados suecos informan a los votantes sobre sus actividades parlamentarias a través de internet.

 

El sitio web oficial del Parlamento de Suecia cuenta con páginas individuales de cada uno de los diputados en las que hay copias de todas las mociones presentadas por el parlamentario en cuestión, así como videos de sus discursos, sus interpelaciones y otras actividades parlamentarias.

Cuando están en sus circunscripciones electorales, los parlamentarios utilizan la sede local del partido, o la biblioteca pública, para trabajar y hacer reuniones. "O su propia casa", dice Anna Aspegren, la jefa del departamento que controla los gastos de los diputados.

 

Entre las informaciones que cada parlamentario sueco recibe al ser elegido, hay un manual de 35 páginas, titulado 'Reglas de viaje' ('Reseregler'). Estas son algunas de las recomendaciones que incluye para los diputados:

·         Debe elegirse el medio más económico posible para llegar el destino: tren, coche o avión

·         Los coches para viajar se tienen que alquilar en la agencia de viajes del Parlamento, utilizando las empresas con las que el Parlamento tiene contratos para conseguir precios más favorables. Por consideración con los costos y la protección del medio ambiente, no se permite alquilar coches especiales o de lujo

·         Si el diputado viaja con su propio vehículo, debe elegir el camino más corto posible, a menos que haya razones especiales para tomar un camino más largo

·         Los diputados tienen que utilizar taxis cuando no haya alternativa de transporte público disponible, o si hay razones especiales para ello

En cuanto a los viajes al exterior, un diputado sueco puede gastar un máximo de 50.000 coronas suecas (unos 5.400 dólares) por mandato, es decir, a lo largo de cuatro años. El parlamentario debe presentar un programa detallado del viaje de trabajo, que, como es costumbre en varios países, debe ser sometido a la aprobación de la presidencia del Parlamento.

 

Otra regla trata sobre el alojamiento. "Cuando un diputado comparte la habitación de hotel con un familiar o amigo que no tiene derecho a tener los gastos pagados por el Parlamento, el Parlamento paga solo el 75% del valor de la paga, y no son hoteles de lujo", añade Aspegren.

Tanto los parlamentarios como los ministros suelen volar en aviones comerciales.

 

A nivel regional, la representación política en Suecia se considera una actividad añadida que se ejerce en paralelo a un empleo remunerado, por lo que el 94% de los representantes de las asambleas regionales no tienen salario.

 

Solo los integrantes de la presidencia y de los comités ejecutivos de las asambleas reciben remuneración por trabajar como políticos a tiempo completo o parcial.

Los alcaldes no tienen derecho a residencia oficial. Y en todas las asambleas municipales del país, la regla no tiene excepción: los concejales no tienen salario, secretaría, asistentes, carro con conductor, ni siquiera despacho -trabajan desde casa-, y ganan solo una pequeña gratificación por participar en las sesiones de la Cámara.

 

"Ser concejal es un trabajo voluntario, que se puede realizar perfectamente en las horas libres", opina Christina Elffors-Sjödin, concejal de Estocolmo, del Partido Moderado.

 

***

 

Una vez que hemos visto estas peculiaridades es muy posible que comencemos a entender que el problema de España no es que no haya dinero, es que lo malgastamos.

 

Hace unos meses un conocido se dedicó a ejercer de chofer de modo temporal, por tener cierta amistad, de un personaje que se presentaba a unas elecciones de CCAA. Mi conocido me confesó que esperaba que su amigo obtuviera los votos necesarios para salir elegido, ya que, cualquier mindundi de segunda fila de este país, tiene el privilegio de elegir a dos personas de su confianza, sin más requisitos que ser amigos.

 

Ahora, echemos cuentas de cuántos concejales de ayuntamientos, consejeros de CA, etc. tenemos en España y empecemos a multiplicar. ¿Nos vamos haciendo ya una idea de dónde se van nuestros impuestos?

 

Si a todos estos sinsentidos que hemos visto y de los que cada uno recuerda, le añadimos el hecho de que la Administración pública es gigantesca, que hay más funcionarios que trabajadores en el sector privado, que el número de empresas y organismos públicos está descontrolado, que en muchos de ellos no se sabe su razón de ser y que allí viven unos cuantos miles de chupópteros, tal vez, a partir de ese momento debamos replantearnos por qué nos quedamos tan tranquilos cuando nos roban 700.000.000€ a los parados de Andalucía o tenemos que incluir en los PGE el precio del café que se toman sus señorías en el bar del Congreso.

 

El problema de España no es que se paguen pocos impuestos. De hecho, la carga fiscal es considerable en comparación con otros países y lo que recibimos a cambio. El problema es la cantidad de inútiles que viven de lo que Esperanza Aguirre llamaba la “mamandurria”, que, según el DRAE significa: “Sueldo que se disfruta sin merecerlo, sinecura, ganga 

permanente.”

 

Por eso, yo quiero ser sueco.

 

© Carlos Usín

 

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