Hoy me he topado con una noticia que habla de que una famosa periodista, de 56 años, ya ha fijado la fecha de su segundo matrimonio.
Parece lógico pensar que una vez
que se llega a esas edades, los hijos, en caso de existir, ya sea de uno o de
ambos, tienen que ser mayores y precisamente eso pueda constituir un escollo.
Al margen de un período de adaptación a las nuevas circunstancias, un niño de
corta edad puede ser más flexible a la hora de adaptarse, que un individuo que
ronda los treinta. Eso sin mencionar aquellos aspectos relacionados con las
finanzas y la herencia.
Sean cuales fueren las
circunstancias, la unión sentimental de dos personas - independientemente de la
edad - conlleva siempre una serie de riesgos, complicaciones y servidumbres
inherentes a dicha unión, al margen de los más nobles y elevados sentimientos
que hubiere entre ellos.
La sociedad en la que vivimos es
mucho más que comprensiva en cuanto a la forma y manera en la que una pareja
decide vivir su relación, por lo que esos valores tampoco representan un
impedimento o una obligación. En absoluto suponen coartar de ninguna manera los
planteamientos de la pareja, sobre todo, si tenemos en cuenta que desde 2022,
se equipara en igualdad de condiciones el acceso a la pensión de viudedad de
las parejas de hecho con los matrimonios
Y, sin embargo, por alguna razón,
en los últimos diez años se ha duplicado el número de matrimonios entre
personas mayores de cincuenta. Según el INE, en 2022 se produjeron 2.765 bodas
entre personas de 50 años. 20 años antes, fueron algo más de 600.
El auge de bodas
boomers contrasta en un escenario donde cada vez se producen menos bodas,
cada vez más hijos nacen entre parejas no casadas y las uniones religiosas caen
en picado.
Al parecer y según algunos
estudios que se han hecho sobre el tema, estos matrimonios suelen ser más
tranquilos y auténticos. Por “tranquilos” interpreto que hacen una
muy somera insinuación al hecho de que a partir de cierta edad entran en juego
las limitaciones impuestas por la madre naturaleza en forma de menopausia-andropausia
y sus devastadoras consecuencias. La disminución o ausencia de hormonas, sin
duda, tranquiliza.
Pero no todo van a ser malas
noticias. Así, según un estudio de la universidad de Chicago realizado en 2020,
afirma que estos matrimonios reducen un 12% el riesgo de la depresión y un 9%
el riesgo de enfermedades cardiovasculares. O sea, que no vas a tener mucho
sexo, pero la ventaja es que no vas a morir de un infarto mientras lo intentas.
Otro dato importante a tener en
cuenta es que, por un buen amor puedes aumentar algunos años de vida, porque
reduce la soledad. Es importante recalcar en este punto lo de “buen amor”,
porque como te hayas equivocado otra vez, en lugar de aumentar años de vida,
los reduces con un infarto.
Pero no debemos perder de vista
el hecho fundamental: el matrimonio no es solo un acto simbólico de la unión de
una pareja, sino que es un acto jurídico que debe inscribirse en
el Registro Civil, con obligaciones, derechos y beneficios, entre los
cuales se pueden mencionar los relativos a la herencia, los beneficios
fiscales, permisos retribuidos o la pensión de viudedad, entre otros.
Antes hablaba de la tendencia
entre las personas maduras de apostar una vez más por una vida en común. Miles
de personas, en este caso anónimas, que deciden dejar atrás experiencias dolorosas
y afrontar nuevos retos. Pero no son sólo anónimas las que deciden adquirir ese
compromiso. También los hay famosos.
George
Clooney: Se casó con Amal Alamuddin en 2014, cuando él tenía 53
años.
Richard Gere: Se
casó con Alejandra Silva en 2018, cuando tenía 68 años.
Harrison Ford: Se
casó con Calista Flockhart en 2010, cuando él tenía 68 años.
Elton John: Se
casó con David Furnish en 2014, cuando ambos superaban los 50 años.
Joaquín
Sabina: Se casó con Jimena Coronado en 2020, poco después de
cumplir 71 años.
En cuanto a mujeres famosas que
hayan contraído matrimonio a una edad madura, dentro del panorama nacional, de
la lista se ve claramente que sólo una se acerca a los 50:
Belén Esteban se casó el 22 de
junio de 2019 a los 45 con Miguel Marcos.
Chenoa. La cantante y
presentadora tenía ya 46 años.
Pilar Rubio y Sergio Ramos. La
presentadora, que saca ocho años a su marido, había cumplido ya los 41.
Eugenia Martínez de Irujo dio el
‘sí, quiero’ con 48 años.
Tamara Falcó tenía 41 años.
Se ve que en esto de casarse
también hay una clara discriminación. Los hombres sí pueden traspasar la
barrera de los 50, pero las mujeres, ni se acercan.
Al parecer, esto de casarse
después de los 50 es algo que es más común en unas culturas que en otras. En
España, el único famoso, famoso, que se casó después de esa edad fue un tal
Julio Iglesias. La mayoría de los maridos de las antes mencionadas, son más
jóvenes que sus esposas.
En el lado opuesto, en el de los
solterones empedernidos figuran, entre otros, por ejemplo, Al Pacino, Leonardo
DiCaprio, o Marisa Tomei.
A destacar que, en el caso de
Leonardo, al parecer hay constancia fehaciente de que, a pesar de sus 51 años,
JAMÁS ha tenido una novia mayor de 25.
Se nos inculcó de niños que la
felicidad consistía en elegir y acertar a la primera y si no acertabas, debías
aguantarte y apechugar. Por fortuna, eso hace ya mucho que lo superamos y hoy
en día ya no representa un estigma social haber pasado por dos matrimonios o
incluso más, amén de otras relaciones sentimentales que no llegaron a cuajar.
Esto complica un poco el período
de vacaciones con los hijos y la familia. Ya no basta con coordinarlas con los
compañeros de oficina, como antes. Ahora tienes que coordinarlo con tu ex y sus
propias circunstancias personales, sobre todo si a su vez tiene nueva pareja. Y
si tienes hijos de diferentes padres o madres, apaga y vámonos. Los que están
descolocados son los abuelos que no entienden nada.
Aparte de que la relación de
pareja a partir de los 50 pueda añadir felicidad, serenidad, compañía,
equilibrio, salud y hasta una cierta seguridad financiera, dependiendo de los
casos, lo cierto es que el único denominador común de todos los seres humanos,
es que queremos vivir el amor y estamos dispuestos a repetir tantas veces como
sea necesario hasta encontrar a la persona con la que somos felices los dos. Y
para eso no debemos imponer límites artificiales como la edad. Nunca es tarde
para intentar ser feliz, sea la edad que sea.
Hay una escena de una de mis
pelis favoritas - “Los Puentes de Madison” – que ilustra bien el mensaje. La
hija lee la carta de despedida de su madre recién fallecida en la que le cuenta
sus memorias. En esas líneas le da un consejo que nos sirve a todos: “Sólo
tienes una vida para intentar ser feliz”. ¿Lo intentamos?