Mientras unos se dan golpes de pecho y gritan ¡viva la sanidad pública! siempre que necesitan acudir al médico lo hacen a la sanidad privada. Empezando por los propios ministros, que cuando se contagiaron de COVID no fueron a la Seguridad Social ni a ningún hospital público, no. Lo hicieron en las clínicas privadas más afamadas.
Cualquier momento es bueno para
agitar la bandera de la sanidad pública y vender sus excelencias (que las
tiene). ¿Qué hay una entrega de premios Goya? Allá que van los voceros progresistas
a cantar las alabanzas de la sanidad, mientras ellos mismos confiesan que no la
usan. ¿Qué los premios en cuestión son entregados a chefs reconocidos, futbolistas
de renombre o bomberos cocineros? Da igual. Cualquier mindundi que se considere
con la obligación de intentar cercenar o socavar la imagen pública del
presidente de la C.A de turno, en especial la de Ayuso, si tiene acceso a un
micrófono, allá que va a vomitar su veneno sin sentido y a repetir como un
lorito eso de: “sanidad pública, gratuita y universal.” Vamos a analizar un
poco esta afirmación.
Pública ha sido siempre, aunque
lo que ya no está claro es quién fue el que la inventó. Por lógica, Franco,
aunque se lo quieran arrebatar.
¿Gratuita? A ver, cierto es que
cuando entras en un hospital en España o vas a visitar a tu médico de cabecera,
no tienes que pagar nada, pero tanto como decir que la Seguridad Social o la
Sanidad Pública son gratuitas, parece una broma. Nuestros miles de millones nos
cuestan.
En lo de universal, imagino que
se refiere a que en España damos cobertura sanitaria a cualquier ser vivo,
incluido los pangolines. Aquí, que somos un país rico y sobre todo generoso,
damos servicio sanitario GRATIS a cualquiera que venga en patera, desembarque
en avión patera, o caiga en paracaídas en territorio hispano. Y en eso sí que
nos diferenciamos de nuestros vecinos europeos. Y aquí pongo unos ejemplos.
España
Todos los extranjeros, residentes o
no residentes, en situación regular o irregular, tienen derecho a la protección
de la salud y a la atención sanitaria.
Alemania
A los inmigrantes irregulares se les
aplica la misma norma que a los peticionarios de asilo con menos de 48 meses de
estancia en el país, lo que implica que sólo tienen acceso gratuito a la
sanidad en caso de urgencia, maternidad o SIDA.
Francia
Los inmigrantes irregulares que
lleven más de tres meses en el país y se encuentren por debajo de cierto nivel
de ingresos (598 euros mensuales por persona en 2007) pueden acceder a todos
los servicios médicos públicos de forma gratuita. Francia ha creado un sistema
administrativo específico para atender a este grupo: Aide Médicale de
l’Etat –AME–. Los irregulares con menos tiempo de estancia sólo
pueden acceder a los servicios de urgencias y a los análisis y tratamiento de
enfermedades de transmisión sexual, SIDA o tuberculosis. Los niños tienen derecho
a la atención sanitaria completa desde el primer momento.
Italia
Desde 1998 los inmigrantes
irregulares tienen acceso a varios tipos de cuidados médicos públicos, de forma
gratuita o pagando una pequeña tasa: atención urgente y “esencial”, cuidados preventivos
y cuidados relacionados con la salud pública (vacunas, enfermedades
infecciosas, pediatría y maternidad).
Países Bajos
En el año 1998 los Países Bajos
modificaron sus normas para evitar que los inmigrantes irregulares tuvieran
acceso libre a la sanidad pública, con el objetivo de reducir esta forma de
inmigración. A partir de entonces, los irregulares sólo tienen acceso a la
sanidad en condiciones de “necesidad” médica o de enfermedades contagiosas que
puedan amenazar la salud pública.
Suecia
Los inmigrantes irregulares no
tienen ningún acceso gratuito al sistema público de salud y en caso de usarlo
tienen que pagar su coste. Todos los residentes legales en Suecia tienen un
número de identidad sin el cual múltiples servicios públicos son inaccesibles,
como los servicios médicos. En consecuencia, los inmigrantes irregulares acuden
a los hospitales sólo en situaciones de extrema urgencia y en esos casos se les
presenta una factura.
Austria
Tampoco en Austria tienen los inmigrantes
irregulares acceso a la sanidad pública. Sin embargo, ya que la legislación
sobre sanidad obliga a todos los hospitales a atender a cualquier persona cuya
vida esté en peligro, estos inmigrantes son atendidos en caso de urgencia. A
cambio, el inmigrante recibirá una factura que el hospital espera que pague y
que, si el inmigrante algún día consigue regularizarse, se le presentará de
nuevo como deuda exigible. Los inmigrantes irregulares tampoco tienen acceso a
tratamientos contra enfermedades contagiosas, como el SIDA.
Portugal
Al igual que en Francia, los
inmigrantes irregulares no tienen acceso a los servicios de salud hasta que no
han pasado tres meses desde su llegada, aunque esta norma no se aplica a los
niños, que tienen los mismos derechos que los nacionales. El inmigrante
irregular tiene que demostrar ante su ayuntamiento que ha residido en él al
menos durante tres meses para obtener un certificado de residencia, de muy
corta duración (inscrição esporádica) y que debe renovarse con frecuencia.
Conseguir este certificado no siempre es fácil, especialmente para los
inmigrantes sin hogar. Los que no pueden presentar este certificado tienen sólo
acceso a la asistencia de urgencias, bajo el supuesto de que pagarán por el
coste del servicio médico. Sin embargo, los servicios de urgencia no pueden
rechazar a nadie en función de su nivel de ingresos.
Reino Unido
En este
país el marco que regula la atención sanitaria a los inmigrantes irregulares es
confuso, aunque en principio se les aplica la misma norma que a los
peticionarios de asilo con menos de 12 meses de estancia en el país: es decir,
tienen derecho a la atención de urgencia, pero no a la “secundaria” (médicos
especialistas). En cuanto a la atención médica primaria, un nuevo paciente debe
ser aceptado por el médico, que puede rechazarlo por la razón que sea, sin
necesidad de justificarlo. Aunque ninguna norma impide a los médicos generales
tratar a los inmigrantes indocumentados, los servicios administrativos suelen
rechazar esa atención. Los inmigrantes, al margen de su estatus legal, pueden
acceder a los análisis y tratamientos de enfermedades infecciosas y de
transmisión sexual, a lo que se añade ahora el SIDA siempre que el enfermo haya
residido en el país durante al menos seis meses.
Conclusiones:
Todos los Estados europeos, con la
excepción hasta ahora de España, aplican normas limitativas al acceso a la
sanidad pública para los inmigrantes irregulares. En algunos casos ese límite
implica un cierre completo, como en Austria y Suecia, y en otros es sólo un
límite temporal que permite al inmigrante el acceso tras un tiempo de estancia
en el país (tres meses en Portugal y Francia y 12 en el Reino Unido). En
cualquier caso, todos los Estados ofrecen atención hospitalaria a los inmigrantes
irregulares en el caso de urgencia médica, aunque la definición de “urgencia”
no siempre es coincidente entre los diferentes servicios médicos
nacionales.
El día que aparquemos a un lado los
dogmas ideológicos sobre la sanidad y la educación, habremos dado un gran paso
hacia adelante en este país. Mientras tanto lo único que estaremos haciendo
será bailar algo, lo más parecido a la yenka: izda, izda, dcha, dcha, delante,
patraás, 123.
FTE: (La atención sanitaria a los inmigrantes irregulares: una comparación europea - Real Instituto Elcano)