Antes de comenzar a escribir esta carta, he
estado meditando durante unos instantes, cuál sería el tratamiento adecuado
para dirigirme a usted, de acuerdo a las normas protocolarias establecidas como
habituales.
Después de contrastar con Google, parece ser
que usted, como Diputado del Congreso, tiene derecho a ser tratado como Excmo. Sr., algo que ya le adelanto, en mi opinión, sobrepasa
con creces los méritos que para ello ha demostrado tener, visto lo visto.
Así es que, obligado por las normas, sea:
Excmo. Sr. D. Pedro Sánchez.
Debo comenzar esta carta confesando mi más
absoluto desprecio por su comportamiento público, durante el debate que mantuvo
con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Su actitud, que el propio
Presidente calificó de ruin y deleznable, entra en el terreno de lo abyecto.
Porque una cosa son las diferencias políticas y otra el insulto personal a su
Presidente, que además, es el de todos los españoles, incluso el de quienes no
le han votado.
A tenor de las sucesivas declaraciones que
con posterioridad ha venido ofreciendo en diversos medios de comunicación,
hemos podido comprobar, no sin estupor ni vergüenza ajena, que dicho
comportamiento, - televisado a toda la nación y en horario de máxima audiencia,
- no fue fruto de un acaloramiento espontáneo, temporal y pasajero, a
consecuencia del propio debate, sino que más bien parece demostrar – y he aquí lo
indigno de su actitud – que se trató siempre de una posición bien calculada, de
una estrategia, impropia de un servidor público, pero que ha demostrado – una vez
más – la calaña de la que usted está hecho. Si usted ni siquiera es capaz de demostrar
un mínimo de respeto por el Presidente del Gobierno, qué podemos esperar el
resto de los mortales.
Pero lo realmente notorio de su actitud es
ese aire de supuesta superioridad moral a la hora de acusar y enjuiciar al PP
de todos los males acaecidos en España desde el Desastre de 1898, con especial
énfasis en los temas de corrupción que, como a todos los partidos, también han le
salpicado.
¿De verdad se cree usted en una posición de
superioridad como para dar lecciones de honestidad en este concreto asunto?
¿Tendré que recordarle que ustedes, los
socialistas, llevan esquilmando Andalucía desde que aterrizaron por aquí, allá
por los años 80?
¿Debo recordarle, señor Sánchez, que
actualmente hay más de 300 personas
de su partido, del PSOE, de la UGT y de la Junta de Andalucía,
investigadas algunas y otras directamente acusadas, en relación con los ERE fraudulentos
que DURANTE DECENIOS, han supuesto
el robo de decenas de millones de euros,
destinados a los parados?
¿Debo recordarle, señor Pedro Sánchez, que
sus colegas, se gastaron parte de ese dinero destinado a los desempleados de
Andalucía, en prostitutas, drogas y whisky?
¿Debo recordarle, señor Pedro Sánchez, que la
inmensa mayoría de todos esos millones, que algunos expertos cifran en 800 (OCHOCIENTOS MILLONES DE EUROS!!!!!)
han ido a parar a su amigos, colegas y correligionarios del PSOE en vez de terminar
en los bolsillos de los desempleados o en cursos de formación para ellos?
¿Debo recordarle, señor Pedro Sánchez, que su
partido, el PSOE, estuvo implicado en
otra trama de corrupción que tuvo como protagonista al hermano de Alfonso
Guerra, a la sazón Vicepresidente Primero del Gobierno de Felipe González?
¿Debo recordarle, señor Pedro Sánchez, que en
dicha trama se descubrió que Juan
Guerra, tenía un despacho oficial en la Junta de Andalucía con el único
fin de mediar y conseguir un porcentaje de todas las adjudicaciones que la
Junta concedía a proveedores, al más puro estilo Pujol?
Ya que parece que a usted lo que le impulsa a
comportarse como lo ha hecho con el Presidente, obedece a la presentación de la
cruda verdad, ¿les ha dicho usted a los españoles que usted trabajaba en CAJA MADRID
con Miguel Blesa y que nunca
jamás alzó la voz para “exponer la verdad” o denunciar irregularidades de
ninguna clase?
¿Les ha explicado usted, señor Pedro Sánchez, a los españoles, porqué aprobó en 3 asambleas, la mayor emisión
de Preferentes de Caja Madrid?
¿Les ha explicado usted, señor Pedro Sánchez,
en aras de esa verdad que al parecer tanto le gusta perseguir, qué ha hecho el PSOE con los 15 miembros de
su partido que disfrutaban de las famosas tarjetas Black?
¿Podría explicarnos a todos, con el fin de
esclarecer los hechos, porqué en su caso sí basta con argumentar que “no lo
sabía, pido perdón y no volverá a ocurrir”, pero que dicha actitud no se le
reconoce a D. Mariano Rajoy cuando hace lo propio con los casos de corrupción
habidos en el PP?
Y después de toda esta basura, ¿pretende
usted dar lecciones? ¿Nos quiere convencer de que lo peor que nos ha pasado a
los españoles es Bárcenas, Rato y la Gurtel?
Usted y los suyos, tienen 2 varas de medir.
Ustedes, los del PSOE, se arrogan el derecho de retorcer las leyes, cuando no directamente
de diseñar procedimientos específicos para eludirlas, y todo ello amparados bajo
un supuesto bien común superior, que no es otra cosa, que sus propios bolsillos
y los de sus amigos. En los casos de corrupción en los que están involucrados
los del PSOE, ustedes juegan el papel de ingenuos, de sorprendidos en su buena
fe y todos los demás, tenemos que aceptar por buenas su fariseas disculpas, que
tienen la misma caducidad que un yogurt, mientras que por el contrario, en los
casos en los que hay personas del PP envueltas en actos de corrupción, no
existe la piedad y hasta se permite la indecencia de insultar al Presidente del
Gobierno en público y con publicidad, argumentando que simplemente expresaba la
opinión de muchos. ¿Rajoy debería dimitir por los casos de corrupción del PP,
pero usted, Pedro Sánchez, no por los del PSOE? ¿Porqué?
Pues sepa usted, Excmo. Sr. Pedro Sánchez,
que por mi parte, tiene usted el mayor de mis desprecios, la más baja de las
consideraciones y que a mi entender, gentuza de su calaña debería estar fuera
de la política porque lo cierto es que tampoco le íbamos a echar en falta. No aporta nada y lo que aporta, es basura.
Podría usted, señor Pedro Sánchez, imitar a
alguno de sus predecesores en el cargo, que además de tener ideas propias –
algo de lo que usted carece por completo – y aunque no siempre he comulgado con
ellas, siempre se han comportado de una manera digna con el rival político.
Lamentablemente, es usted el único responsable de habernos avergonzado a millones
de españoles con su actitud – algunos de los cuales, también son socialistas - ,
del mismo modo que su colega el señor Rodríguez Zapatero, nos avergonzó cuando
no prestó el debido respeto a la bandera de un país amigo y socio de la OTAN,
como EEUU. Y caro nos costó.
Se ve que esto de la educación y de las
buenas costumbres, no es un valor de los socialistas salvo para hablar de ello
en campaña electoral, y la lástima es
que, en algunas ocasiones, como en la ya señalada del señor Rodríguez, al final
pagamos todos los españoles el estúpido desplante de un mindundi. Las
consecuencias de semejante majadería, la del señor Rodríguez, fueron que el pobre señor Moratinos, por
entonces Ministro de AAEE, anduvo dos años detrás de Condoleezza Rice, para
intentar que la Secretaria de Estado, olvidara esa afrenta, así como el hecho
de que las tropas españolas abandonasen IRAK prematuramente y sin anuncio
previo, dejando en una posición expuesta a las propias tropas de EEUU. Y que en la siguiente reunión del G-20, celebrada en EEUU, no fuimos invitados y tuvimos que asistir gracias a que Francia por su medio de su Presidente Sarkozy, nos prestó una banqueta para sentarnos a la mesa. ¡Glorioso papel sin duda el desempeñado por España!
Señor Pedro Sánchez, es usted indigno de ser
el Presidente del Gobierno de España. Lo mínimo que se le puede exigir a una
persona que vaya a ostentar tal posición, es respeto por todos, incluidos los
adversarios. ¿Está usted dispuesto a insultar a todo aquel que no comulgue con
su ideario? ¿Es esa la representación que podemos esperar los
españoles de usted y los suyos? ¿Es así como negociaría con la UE, los EEU, los países amigos y los
menos amigos? ¿Es ese el concepto que usted entiende por “hacer política”?
Pero sobre todo, es usted indigno de pedir la
confianza de los españoles. Alguien que se cree tan superior al resto en
materia de corrupción y que resulta que tiene más cadáveres en el armario que
ninguno. Deje de intentar dar lecciones de honestidad, de ética y de cualquier otra
cosa. Usted no tiene categoría, ni clase ni educación. Usted, sólo es un
fascista enmascarado.