Dicen
los que juegan al póker, que en toda partida siempre hay un panoli, ese que se
sabe que es el que va a perder. Dicen también que, por lo general, al panoli se
le descubre a los 15 minutos de comenzar la partida. Y también dicen, que si
transcurrido ese tiempo tú no sabes quién es, es que el panoli eres tú. Bien,
pues en esta gigantesca partida de póker en que se ha convertido la situación
política española, ya sabemos todos que el panoli se llama Pedro Sánchez. Él,
no lo sabe.
Desde
la misma noche electoral del 20-D, el panoli está intentando no quedarse sin
empleo. Lo digno, lo ético, lo aceptable, hubiera sido admitir que el PSOE que
él lidera – pero no dirige – había obtenido los peores resultados de la democracia
y que por vergüenza torera, se retiraba a sus cuarteles. Otros compañeros antes
que él, fue lo que hicieron y podría haber seguido su ejemplo. Su imagen habría
quedado, al menos, digna. De segundo nivel, de perdedor, pero digna. En cambio,
en la misma noche del 20-D, realizó unas declaraciones que, entonces, no tenían
sentido. Declaró que se presentaría a la reelección de Secretario General del
PSOE.
A
partir de ese momento y apoyándose en los resultados electorales, tenía dos
alternativas: aceptar la propuesta del PP para formar un gobierno de coalición
junto con C’s o, liarse la manta a la cabeza y tirarse al monte. Nunca antes – al menos en España – un partido
que había perdido con claridad las elecciones, había pretendido formar
gobierno, apoyado en fuerzas sencillamente antagónicas, como Podemos y C’s. Optó
por la segunda opción, por lo imposible, con el único objetivo de aprovechar el
tiempo haciendo creer a todos, que podría ser Presidente, mientras por el
camino preparaba la siguiente campaña electoral.
Para
justificar el “no” al PP, eligió envolverse en una bandera de supuesta
superioridad moral, acusando al PP – poco más o menos - de ser el único partido
plagado de corruptos, como si sus colegas de Andalucía – incluyendo dos
Presidentes de la Junta y varios Directores Generales - , fueran unos santos
varones y hembras. Con ese “no”, una vez más, el PSOE creaba un cinturón
sanitario entorno al PP, como ya hizo en su momento hace años, repitiendo como
un obseso, los mismos síntomas totalitarios y exclusivistas de antaño. Pero en
política, vale casi todo y como excusa podría valer para saciar sus ambiciones
personales. De cara a la galería, le podrían “comprar la moto”, pero quedaba el
partido.
En
febrero, estaba prevista la reunión del Comité Federal y allí, había que discutir
muchas cosas y entre otras, poner fecha a la elección del Secretario General y
del candidato a la Moncloa. Tenía que ganar tiempo como fuese, a sabiendas de
que las siguientes elecciones debían ser convocadas como muy tarde en mayo, y
que tendrían lugar a finales de junio. De ese Comité Federal, salió con las
manos atadas y con la prohibición expresa de pactar con ningún partido que pretendiera
la fractura de España, un gesto que honra al PSOE pero que dice muy poco del
liderazgo de su secretario general. Y además, también perdió – en principio - el
pulso por la fecha en la que se elegiría al Secretario General y candidato a la
Presidencia: él quería dejarlo como estaba en un principio y finalmente, se
adelantó a finales de mayo. Aunque hace poco, ha conseguido que este proceso
quede aplazado sine die.
No hace
falta ser Maquiavelo para reconocer que los principios ideológicos de Podemos y
de C’s son tan diferentes, tan dispares, tan opuestos, que pretender un acuerdo
a tres bandas con el PSOE como vértice, forma parte sólo de alguna mente
trastornada o embrutecida. Y así de claro lo ha dicho por activa y por pasiva
Albert Rivera cuando ha afirmado públicamente que es imposible llegar a acuerdos
con un partido que pretende romper España, entre otras cosas.
Mientras
tanto, la partida de póker se va desarrollando. Los hay que van de farol – el coletas
– y no hacen más que envidar y subir la apuesta. Y lo malo, es que todos saben
que va de farol, con lo que el factor sorpresa, una vez eliminado, ya no tiene
sentido continuar con la farsa. Sin embargo, a Podemos, le interesa seguir vacilando
al panoli, obligándole a retratarse en público y abusando de su desmedida
ambición personal. Cualquier humillación al panoli se entiende como bien
empleada si, al final, el panoli consigue sus objetivos y “el coletas”,
manipulador magistral de voluntades – como buen estalinista que es– lo sabe y
lo aprovecha. Por eso, en el debate de investidura le manchó de cal viva y sacó
los cadáveres de Felipe a pasear y después de semejante afrenta a todo un
partido, el panoli se le envaina y aquí paz y después gloria. Otro sapo que me
trago. Si hoy digo que quiero ser Vicepresidente y tener bajo mi mando a la TV,
la economía, el INE y a la Brunete, mañana digo que tampoco es condición sine
qua non. Y el panoli, traga otra vez.
Los hay
estrategas, como Rivera, que va haciendo su juego, haciendo creer a unos que
sus cartas no son tan buenas como parece, cuando en realidad, son mejores que
las que obtuvo el 20-D. Firma un pacto con PSOE porque nadie puede reprocharle
que lo haga y mientras, no tiene inconveniente en sentarse a tomar un cafecito
con el coletas estalinista, porque hablar no hace daño a nadie. Firmar…eso ya
es otra cosa. Y promover un pacto a tres, también, porque la verdad, no tiene
ningún sentido, como decía su portavoz, que C’s se alíe con un partido que lo
que pretende es borrar el acuerdo entre PSOE y C’s.
Y
mientras, va pasando el tiempo y aprovecha para seguir haciendo campaña y sus
expectativas de voto aumentan en cada encuesta. Y delante de las cámaras Rivera
aparece hablando con su socio, el panoli, cuando llega a casa habla de lo mismo
con el PP. Habla de lo mismo de lo que habla el panoli cuando va a Cataluña a
verse “discretamente” con la mano derecha de Puigdemont, sin que Puigdemont se
entere, porque parece evidente, que el panoli, no va a ir hasta allí para
tomarse una cerveza en secreto, no?
Y
mientras todo esto ocurre, el zorro de Rajoy, que sabe más por gallego que por
diablo, - y para eso lleva más de 30 años en política -, observa y espera con
flema británica y paciencia de santo, que suceda lo inevitable. Él tiene sus
cartas, las que le dieron el 20-D y las intenta jugar, pero el panoli, se ha
empeñado en llevarle la contraria e incluso, ignorarle. Rajoy da la sensación
de que no hace nada, pero lo que hace en realidad, es esperar el desgaste del
panoli y la exposición del estalinista, al juicio de todos. Sigue la política
de “dejad que hablen, que se ahorcan ellos solos”.
Y así,
entre envites, “subo la apuesta” y “y yo más”, los españoles asistimos entre
asustados y estupefactos al lamentable espectáculo que estamos dando al mundo.
Y mientras esto sucede, las inversiones se ralentizan y estamos perdiendo la
enorme oportunidad de terminar de salir del profundo hoyo en el que estábamos.
Porque si las elecciones son el 26-J, el gobierno que salga tendrá que mover el
culo y rapidito. De entrada, los PGE.
Y dadas
las circunstancias, creo que también hemos perdido la gran oportunidad de tener
por primera vez en nuestra democracia, un gobierno de coalición, algo que estoy
convencido de que nos hubiera venido como anillo al dedo. Lástima que al
panoli, no le haya gustado la idea.
Ahora,
si lo que parece inevitable termina por convertirse en realidad, esto es, hay
nuevas elecciones, visto lo visto, el 27-J debería haber un gobierno fuerte,
estable y sólido. Un gobierno que haga que la prima de riesgo, baje de su
situación actual (150) a los niveles que había hace 6 meses o así (100). Un
gobierno que haga hincapié en la creación de empleo y en el control del gasto
público y no precisamente en aumentarlo hasta los 60.000 o 90.000 millones como
pretende el coletas, dependiendo del día. Y en ese planteamiento, la coalición
PP-C’s, sería ideal. El panoli, se lo perdería. Pero ya se sabe lo que les pasa
a los panolis.
Y mi
pregunta es: ¿Qué va a hacer el panoli el 27-J si vuelve a perder? – y las
encuestas vaticinan que va a perder, otra vez.