Día sí y día también, nos bombardean continuamente con este mantra del cambio climático con el único fin de hacernos sentir culpables del desastre medioambiental y climático que, al parecer, sufrimos de un modo cuasi irreversible. Dicho mensaje va ineludiblemente unido a inculcarnos el hecho de que debemos modificar nuestros hábitos más elementales.
Por ejemplo, se nos informa de
que un hotel ha comenzado a colocar relojes de arena en las duchas para
concienciar al usuario de que el tiempo medido de 4 minutos por ese reloj,
debería ser suficiente para asearnos. Habría que preguntarse cuánto van a
tardar las señoras de la limpieza de los hoteles en limpiar de pelos las
duchas, los lavabos y los inodoros, teniendo en cuenta que el cliente debe
tardar 4 minutos. Tal vez sea el primer paso para poner duchas en los hoteles
con monedas o tarjetas monedero, como las TV de los hospitales.
También se nos machaca con la
idea de comprar coches eléctricos, que cada vez son más potentes, más
llamativos, con más autonomía, pero se olvidan de informarnos de los materiales
de los que están hechas las baterías, de lo contaminantes que son esos
materiales y de los planes que hay (o debería haber) a la hora de desechar
dichas baterías al cabo de 10 años, que por término medio es la vida útil de
esos elementos, sin contar con los métodos empleados para su extracción y la
localización de las principales minas que proporcionan esos materiales llamados
con toda justicia “minerales raros”.
Y todo esto sucede al mismo
tiempo que el presidente del gobierno utiliza tantas veces el avión, que lo ha
convertido en su único medio de transporte, incluidos, los mítines de su
partido.
Los partes meteorológicos de
todos los informativos nos muestran cada día las anormalidades térmicas que se
suceden sin freno, perseverando con ello, en la idea de la culpabilidad, como
si fuéramos los responsables de que no llueva, de que haya hijos de mil padres
que incendian los montes a propósito, o de usar el coche en vez del transporte
público, como si no fuera suficientemente disuasorio el precio de la gasolina. Si
de verdad se quiere modificar los hábitos de transporte de la población
deberían dar ejemplo las administraciones locales rebajando el Impuesto de
Circulación por cada día que no se usa el coche. Lo que no puede ser es que los
ayuntamientos te claven un impuesto por utilizar el vehículo, te obliguen,
además, a pagar por aparcarlo en la calle y al mismo tiempo te intenten
concienciar de que dejes el coche en casa y uses el transporte público.
Continuamente se nos muestran
estadísticas de la evolución de las temperaturas como si estos iluminados que
nos gobiernan ahora, hubieran descubierto que España es un país en su mitad
sur, seco, árido y en ocasiones desértico, y lo hubieran pasado por alto los
íberos, los cartagineses o los romanos. Ya lo decía Mark Twain: “Están las
mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”.
En este sentido recuerdo dos
situaciones que he vivido.
En 1980, recuerdo que había una
amenaza de restringir el agua en la ciudad de Madrid, debido a la sequía de
entonces. Tal era la situación, que me compré una garrafa de 20 litros. Estaba
dispuesto a ir incluso a la sierra a recoger agua si era necesario.
Otro momento que recuerdo es que,
en un mes de junio, nevó en Navacerrada. Fue hace tanto que no recordaba con
exactitud el año, pero sí estaba 100% seguro de que fue en junio. Y después de
consultar la información me he encontrado con que tal circunstancia no es, en
absoluto, inusual.
Resumen mensual de precipitaciones y estado general de la atmósfera. Estación
meteorológica de Puerto de Navacerrada. 1946-2012 |
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Año |
Mes |
Días Nieve |
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1953 |
Junio |
1 |
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1957 |
Junio |
1 |
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1961 |
Junio |
1 |
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1963 |
Junio |
3 |
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1965 |
Junio |
4 |
||
1966 |
Junio |
2 |
||
1971 |
Junio |
2 |
||
1972 |
Junio |
2 |
||
1975 |
Junio |
2 |
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1977 |
Junio |
1 |
||
1978 |
Junio |
4 |
||
1984 |
Junio |
4 |
||
1987 |
Junio |
2 |
||
1992 |
Junio |
4 |
||
1997 |
Junio |
1 |
||
2002 |
Junio |
4 |
||
2008 |
Junio |
1 |
||
2010 |
Junio |
1 |
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España, lo sabemos, es un país
donde hace calor en verano y el agua escasea. No es nuevo. Por esa razón, en su
época se burlaban de Franco al que le apodaron “el pantanos”, de tantos como
construía e inauguraba. Este gobierno, - progresista según se autocalifican-, por
el contrario, se dedica a destruir embalses, a recortar los derechos de riego
de los agricultores y, en definitiva, a destruir el campo y sus productos, y
mientras los agricultores se arruinan, deciden repartir subvenciones a los
jubilados para ir al cine los martes.
Yo me pregunto: ¿En Israel llueve
mucho? ¿Por qué no imitamos algo que sea beneficioso para variar?