jueves, mayo 18, 2023

El famoso cambio climático

Día sí y día también, nos bombardean continuamente con este mantra del cambio climático con el único fin de hacernos sentir culpables del desastre medioambiental y climático que, al parecer, sufrimos de un modo cuasi irreversible. Dicho mensaje va ineludiblemente unido a inculcarnos el hecho de que debemos modificar nuestros hábitos más elementales.

Por ejemplo, se nos informa de que un hotel ha comenzado a colocar relojes de arena en las duchas para concienciar al usuario de que el tiempo medido de 4 minutos por ese reloj, debería ser suficiente para asearnos. Habría que preguntarse cuánto van a tardar las señoras de la limpieza de los hoteles en limpiar de pelos las duchas, los lavabos y los inodoros, teniendo en cuenta que el cliente debe tardar 4 minutos. Tal vez sea el primer paso para poner duchas en los hoteles con monedas o tarjetas monedero, como las TV de los hospitales.

También se nos machaca con la idea de comprar coches eléctricos, que cada vez son más potentes, más llamativos, con más autonomía, pero se olvidan de informarnos de los materiales de los que están hechas las baterías, de lo contaminantes que son esos materiales y de los planes que hay (o debería haber) a la hora de desechar dichas baterías al cabo de 10 años, que por término medio es la vida útil de esos elementos, sin contar con los métodos empleados para su extracción y la localización de las principales minas que proporcionan esos materiales llamados con toda justicia “minerales raros”.

Y todo esto sucede al mismo tiempo que el presidente del gobierno utiliza tantas veces el avión, que lo ha convertido en su único medio de transporte, incluidos, los mítines de su partido.

Los partes meteorológicos de todos los informativos nos muestran cada día las anormalidades térmicas que se suceden sin freno, perseverando con ello, en la idea de la culpabilidad, como si fuéramos los responsables de que no llueva, de que haya hijos de mil padres que incendian los montes a propósito, o de usar el coche en vez del transporte público, como si no fuera suficientemente disuasorio el precio de la gasolina. Si de verdad se quiere modificar los hábitos de transporte de la población deberían dar ejemplo las administraciones locales rebajando el Impuesto de Circulación por cada día que no se usa el coche. Lo que no puede ser es que los ayuntamientos te claven un impuesto por utilizar el vehículo, te obliguen, además, a pagar por aparcarlo en la calle y al mismo tiempo te intenten concienciar de que dejes el coche en casa y uses el transporte público.

Continuamente se nos muestran estadísticas de la evolución de las temperaturas como si estos iluminados que nos gobiernan ahora, hubieran descubierto que España es un país en su mitad sur, seco, árido y en ocasiones desértico, y lo hubieran pasado por alto los íberos, los cartagineses o los romanos. Ya lo decía Mark Twain: “Están las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”.

En este sentido recuerdo dos situaciones que he vivido.

En 1980, recuerdo que había una amenaza de restringir el agua en la ciudad de Madrid, debido a la sequía de entonces. Tal era la situación, que me compré una garrafa de 20 litros. Estaba dispuesto a ir incluso a la sierra a recoger agua si era necesario.

Otro momento que recuerdo es que, en un mes de junio, nevó en Navacerrada. Fue hace tanto que no recordaba con exactitud el año, pero sí estaba 100% seguro de que fue en junio. Y después de consultar la información me he encontrado con que tal circunstancia no es, en absoluto, inusual.

 



 

Resumen mensual de precipitaciones y estado general de la atmósfera. 

Estación meteorológica de Puerto de Navacerrada. 1946-2012

Año

Mes

Días Nieve

1953

Junio

1

1957

Junio

1

1961

Junio

1

1963

Junio

3

1965

Junio

4

1966

Junio

2

1971

Junio

2

1972

Junio

2

1975

Junio

2

1977

Junio

1

1978

Junio

4

1984

Junio

4

1987

Junio

2

1992

Junio

4

1997

Junio

1

2002

Junio

4

2008

Junio

1

2010

Junio

1

 

 

España, lo sabemos, es un país donde hace calor en verano y el agua escasea. No es nuevo. Por esa razón, en su época se burlaban de Franco al que le apodaron “el pantanos”, de tantos como construía e inauguraba. Este gobierno, - progresista según se autocalifican-, por el contrario, se dedica a destruir embalses, a recortar los derechos de riego de los agricultores y, en definitiva, a destruir el campo y sus productos, y mientras los agricultores se arruinan, deciden repartir subvenciones a los jubilados para ir al cine los martes.

Yo me pregunto: ¿En Israel llueve mucho? ¿Por qué no imitamos algo que sea beneficioso para variar?

 

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