Aparte del juicio que merezca la gestión del
PP, que para gustos se han inventado los colores, lo que no cabe discusión
alguna es que la parte de comunicación es una puta mierda. Para entendernos. De
frente y por derecho.
El Esteban González Pons, el Floriano y la
Cospedal, no son capaces de transmitir nada, excepto vergüenza ajena. Cuando
hablan, parece que tienen un pinganillo en la oreja y les van dictando lo que
tienen que decir. Y encima, a veces, lo dicen mal. ¡Qué diferencia con Albert
Rivera! Da gusto escucharle. Habla con fluidez, con solvencia, con seguridad,
utilizando siempre los términos apropiados y es ágil de reflejos. La antítesis
de los tarados del PP.
Del mismo modo que “la mujer del César no
sólo debe ser honrada, sino parecerlo”, cuando un político hace algo bien (y
los del PP han hecho cosas bien, se pongan como se pongan los progres), tienen
la obligación de saber venderlo. Y utilizar la imagen adecuada, además del
discurso preciso. Si algo nos ha enseñado la política, es que la imagen es muy
importante.
Suárez ganó por guapo. También por sus ideas,
pero sobre todo por esa imagen de pulcro que contrastaba con la de los carcas
del régimen franquista. Y lo mismo cabe decir de Felipe, que además de un pico
de oro, auténtico encantador de serpientes, y su acento andaluz, terminaron de
embaucar a 12 millones de votantes, servidor incluido, con un lema tan ambiguo
como pretencioso: por el cambio.
La imagen que proyecta ahora mismo el PP, no
conecta con el ciudadano. Profesionalmente, están a años luz de las taradas
mentales de las Bibianas y de las Leires. Como gestores, han conseguido
rescatar a España del pedazo de hostia que nos íbamos a meter, con intervención
de la UE, el BCE y el FMI incluido. Paquete completo, paquete Comansi. Pero a
la hora de comunicar, los voceras, se han adueñado de los medios de
comunicación, mientras en el PP, la Cospe, me temo, se ha parapetado en el
búnquer de “cuando la economía vaya mejor, nos reconocerán los méritos”. Y no.
La has cagado, monina.
Para empezar, y es cierto que España va
mejor, por desgracia todavía no lo notan todos los bolsillos. Yo comprendo que
el terremoto de Lorca, tardó 30 segundos en destruirlo casi todo y dejar dañado
el resto y que reconstruir eso, se tarda tiempo y cuesta una pasta. Y eso es lo
que nos pasó en economía: sufrimos un cataclismo, fruto de muchos años de descontrol
político (de todos), y de meter la mano los políticos en las Cajas de Ahorro,
que es donde estaba el pastel. Y reconstruir eso, cuesta tiempo, imagen y
dinero. Pero el PP, tiene la obligación de saber vender sus éxitos y que sus
vendedores tengan la suficiente credibilidad como para llegar a la gente. Y eso
no se da.
La única que habla clarito y lo ha hecho
siempre, es la Espe. Y así le ha ido. Y lo que dice, tiene sentido. Que ya es
mucho para los tiempos que corren.
Es de agradecer el gesto torero de Rudi,
Bauzá y Fabra. No es algo a lo que nos tengan acostumbrados los políticos a
excepción de Almunia, Gerardo Iglesias y algún que otro “rarito”, que después
de meterse un revolcón electoral, hizo mutis por el foro. Pero no basta. Y como
muy bien dice alguno de ellos y la Espe, hay que refundar el partido. O sea,
hay que sacar nuevos toreros a torear. Gente joven, preparada y limpia de
sospechas de corruptelas. Gente capaz de dar la batalla dialéctica a Rivera,
pero sobre todo, a los lobos disfrazados de corderos de PODEMOS y sus
diferentes marcas blancas. Es que si la única que habla claro es la Esperanza,
aunque sólo sea porque ya es mayor, no llega al público al que hay que llegar,
aunque tenga más razón que un santo. Y ese es el gran pecado del PP, que teniendo
razón en muchas de las cosas que ha hecho, no ha sabido rentabilizarlas.
En el fondo, el sistema de comunicación de
una empresa, un equipo de fútbol o un partido político, debe reflejar el
pensamiento y el estado de ánimo de la Dirección. Rajoy, sigo pensando que es
un buen gestor, pero nunca se ha caracterizado por tener una presencia
arrolladora, como Felipe o Suárez. Es un tipo gris, trabajador, leal, y hasta
donde puedo confiar, honesto, pero carece de esa mala hostia que siempre hay
que tener, y en política más. No se caracteriza por ser rápido en sus
decisiones – gallego, tenía que ser – ni por lo extremadas de las mismas.
Siempre se muestra cauto, reflexivo y hasta tímido. A otro Presidente, Arturito
no se le sube a las barbas como se le ha subido a éste. Y de ahí, de ese
carácter, que no es ni bueno ni malo sino todo lo contrario, es de done nace
una política de comunicación sencillamente nefasta.
Cuando se produjo la fusión bancaria entre el
Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya, dando origen a BBVA, los empleados del
Bilbao bromeaban con el acrónimo: “Banco de Bobos y Vivos”. Porque en el
Vizcaya, estaba el malogrado Pedro Toledo y les estaba comiendo las tostada.
Pues algo parecido está sucediendo en nuestra política. Una pandilla de
exaltados, anti demócratas, revolucionarios más o menos encubiertos y filo
terroristas, están a las puertas de ayuntamientos y gobiernos regionales, con
la inestimable colaboración de quien está dispuesto a pactar con el diablo, si
fuere menester, con el fin de acceder al poder. O sea, a la pasta, que de eso
viven. Y en eso, el PP, tiene parte de culpa por no haber dado la batalla
mediática acorde con los ataques constantes que ha estado recibiendo.