Cada vez que veo en televisión toda la pompa y el boato que se forma alrededor de la elección de un Papa, la verdad es que siento vergüenza. Vergüenza y un poco de asco. Casi no puedo dar crédito a lo que veo: más de un centenar de orondos cardenales, todos ellos bien alimentados, con ropas de príncipes y ademanes hipócritas.
No puedo evitar que me vengan a la cabeza las imágenes de cuando Jesús, entró en el Templo y echó a latigazos a los mercaderes que allí campaban por sus respetos: "y halló en el templo vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y
cambistas sentados. Hizo un azote de cuerdas, y los echó a todos del Templo con
las ovejas y los bueyes, tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. Y
dijo a los vendedores de palomas: “Quitad esto de aquí: no hagáis de la casa de mi Padre un
mercado”.
Es triste verificar que todo aquello por lo que Jesús luchó y sufrió, casi no se reconoce en la iglesia de hoy en día. Su mensaje ha sido tergiversado y prostituido hasta hacerlo casi irreconocible.
Jesús no habló para nada de tener un banco, o un Estado propio. Es más, dijo aquello de : "Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja ,que un rico entre al reino de los cielos". Pues ahora, la iglesia tiene un banco, bastante opaco para el resto de los mortales, por cierto, y con asuntos muy turbios aún por resolver, algunos de los cuales conocemos, como el aparente suicidio de Roberto Calvi, Director del Banco Ambrosiano o las actividades pseudo delictivas de Monseñor Paul Marcinkus, y otros.
A mi entender, lo que predicaba Jesús en su día, no tenía nada que ver con establecer un orden jerárquico entre los sacerdotes. Algunos autores sostienen la teoría de que no era precisamente muy proclive al mantenimiento del estatus de los sacerdotes como intermediarios entre el hombre y Dios. Recordemos algunos datos significativos.
El primero habla de cuando el Niño, se presentó en el Templo y discutía con los sacerdotes a los que les dio sopas con ondas. Entonces tenía 12 años y en ese momento, desapareció para volver cuando tenía 30. Demostró que no les necesitaba y que el hombre, podía prescindir de ellos.
Otro dato que creo ilustra la idea de que no era muy partidario de los sacerdotes fue el hecho de que se retiró a meditar al desierto 40 días y 40 noches. Si lo que buscaba era orientación, parece lógico que lo hubiera buscado entre aquellos que vivían de ello. Y sin embargo, pasó de ellos.
Y el tercero y más significativo: quien verdaderamente traicionó a Jesús y le condenó, no fue Pilatos, que se lavó las manos, fue Caifás, el sumo sacerdote, que estaba viendo que se les terminaba el chollo.
Hay quien afirma que Jesús, en el fondo, seguía los preceptos de una secta que es anterior a él en unos 100 años aproximadamente: los Esenios. A ellos se les atribuyen los famosos papiros del Mar Muerto. Al parecer, según algunos estudiosos, los Esenios podrían haber constituido una especie de secta ultra ortodoxa, hasta tal punto, que se separaron del resto de las comunidades y se recluyeron como eremitas en una zona casi desértica, con el fin de eliminar las posibles contaminaciones que pudieran darse de mantenerse al lado de aquellos a los que consideraban "impíos". Al final, Jesús, optó por un camino intermedio con un mensaje claro: cada hombre podía hablar con el Padre sin interlocutores ni intermediarios. Ese fue el ejemplo que él quiso dar cuando se retiró al desierto.
Su mensaje fue de esperanza y de luz, y sin embargo la Iglesia, se ha caracterizado por mantener durante siglos una actitud obsesivamente oscurantista para con sus fieles, luchando incluso con sangre contra toda idea, concepto y filosofía que pudiera remotamente poner en riesgo el omnímodo poder con el que imperó. Desde Galileo a Newton, pasando por todos los grandes científicos de la historia. Tardó 400 años en darle la razón a Galileo.
Para mantener ese régimen del terror, usó y abusó de la Santa Inquisición, de la cual, el actual Papa Emérito y dimisionario, fue jefe supremo. Fue desde ese puesto desde el que amenazó con la ex comunión "ad divinis", a los promotores de la Teología de la Liberación si no se callaban, con el pretexto de que los orígenes de lo que proclamaban esos sacerdotes, tenían connotaciones marxistas. Monseñor Oscar Romero, uno de los fundadores de esa corriente ideológica, murió abatido a tiros mientras decía misa en la Catedral. Leonardo Boff, otro de los precursores de la Teoría, terminó abandonando el sacerdocio y casándose.
La matanza de los Jesuitas en la Universidad Centroamericana en San Salvador 1n 1989, es otro claro ejemplo del interés que tenían los dictadores en controlar los mensajes de los curas católicos y la Iglesia, se limitó a pleitear en los tribunales. El mensaje es claro: no te salgas de las normas; aquí no estamos para hacer justicia social, sólo para dejarnos llevar por la corriente.
No he visto a la Iglesia al lado de los pobres en Centroamérica, cuando los regímenes políticos de diversos dictadores asesinaban campesinos o indios. Tampoco les ví en la Europa de finales del siglo xx, cuando en Bosnia se hacían matanzas. Tal vez no importaba mucho porque los muertos eran musulmanes.
Tampoco se vio mucho cuando en la Segunda Guerra Mundial, los judíos eran masacrados. Tal vez, por eso, porque eran judíos, el Papa Pio XII, no levantara mucho la voz.
Oculta y protege a delincuentes pederastas que escondidos debajo de sus sotanas, infringen unos daños irreversibles en aquellos a los que supuestamente deberían proteger. Y quedan impunes ante la ley civil.
Y podría seguir hasta que me sangraran los dedos de escribir.
Decididamente, esta no creo que sea la iglesia que Jesús proclamaba. Me temo que al final, después de todo, han ganado los mercaderes, los mismos a los que el propio Jesús echó del templo. Volvieron y se quedaron. Y a él, a él le quitaron de en medio.
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