viernes, enero 03, 2014

La comunicación con un INMORTAL, es tortuosa.



Que el mundo está lleno de gente que se aburre, cada día estoy más convencido. Que los hay tontos, tarados, frikis y lo que sigue, también. Y si no, un ejemplo.

Anuncio publicado en Internet:

“TRABAJA desde casa. Empresa tecnológica precisa 3 asesoras para venta producto tecnológico. Imprescindible acreditar experiencia. Se ofrece contrato laboral. Incorporación inmediata.”

Ante la ambigüedad del enunciado, solicito información algo más detallada, para saber al menos, de qué se trata.

Respuesta de: “SOY INMORTAL”

“Buenos días:
Remítanos su c.v.
Un saludo”

Como veo que no ha entendido bien la pregunta que le había hecho, se lo pongo más claro:

“No. He dicho que quiero saber de qué va el tema. No voy a enviar mi CV sin saber de qué se trata.”

A lo que “El Inmortal”, responde nuevamente:

“Buenos días:
Está en su derecho y nosotros en el nuestro. Hasta q no veamos di su perfil se adapta o no no procederemos a llamarle.
El anuncio es claro.
Un saludo”

El tema, empieza a ponerse calentito. Y yo, sigo.

“Sería demasiada molestia indicarme la referencia del mismo?
Muy amable.
Un saludo”

Y la respuesta del Inmortal:

“No es molestia, ni tampoco hace falta que le envíe nada ya que si sigue bajando en este Mail verá dicha referencia como siempre ha estado.
Saludos”

Efectivamente, la referencia e incluso el texto original, estaban incluidos en el primero de los correos y es justo reconocerlo. Y así lo hago:

“Estimado Sr. Inmortal.
Tiene usted razón. Se me había pasado que en el primer correo figuraba el texto del anuncio original. Lo cual me lleva al siguiente punto y es que, con su permiso, discrepo que en el mencionado enunciado, se entienda claramente a qué se refiere, ya que, en mi modesta opinión, "venta de producto tecnológico", puede abarcar desde una pila hasta un ordenador de mil millones de euros, pasando por un secador de pelo. De ahí mi interés por conocer con un poco (sólo un poco) más de detalle en que consiste el trabajo o más bien, de qué producto se trata. Algo que por otra parte, ya sabría, si usted hubiera decidido responder al primero de todos los correos que le he enviado.

De todas formas, si el producto en cuestión tiene algo que ver con la inmortalidad, debo confesarle que no me siento atraído en absoluto por el tema. No creo que pudiera superar el aburrimiento que me produciría vivir más de una vida.

Suyo afectísimo.”


Queda claro por el momento, que la comunicación con un ser superior – por sus poderes - siempre es tortuosa.


 
 

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