jueves, junio 22, 2017

Los Picapiedra y la Pasión Turca

No deja de resultar curioso, que ambos personajes de nuestra política, tengan los mismos nombres que los famosos dibujos animados de Los Picapiedra (Pedrito y Pablito). De hecho, cada día estoy más convencido de que sus ideas, son de la misma época en la que vivieron sus antepasados.

Por ejemplo, ahora, a Pedrito, se le ha ocurrido tomar la decisión unilateral de no apoyar el Tratado de libre comercio con Canadá. Y lo ha hecho sin consultar con nadie. Ni siquiera con su partido, en el que ha dejado a más de uno con la boca abierta. Pedrito, ya se sabe, es de los que van haciendo amigos allá por donde pasa.

Lo paradójico es que cada vez más, Pedrito se está pareciendo a otro con nombre de dibujos animados: Donald. Que por cierto, está empeñado en salirse de todos los acuerdos a los que había llegado Obama antes.

De todas formas, este tirarse al monte de Pedrito, yo tengo claro que viene obligado por el acoso electoral que tiene a su izquierda. Al final, dada la escasez de ideas, lo anticuado de las que tiene y en general, el poco entusiasmo que despierta entre los suyos (en el último Congreso Federal, tiene un 30% en contra), Pedrito se ve obligado a seguir el carro y el ritmo que marca la liebre Pablito. Hay una especie de carrera, a ver quién es más de izquierdas.

Y esto me recuerda al del aforismo: "Yo nunca discuto con un imbécil. Para eso, tendría que rebajarme hasta su altura y allí, él me gana por experiencia".

PODEMOS, el socio al que quiere adherirse Pedrito y sus adláteres, es un partido que en su día no firmó el Pacto Antiterrorista. Ese que ha permitido detener a 175 hijos de puta, antes de que pudieran atentar en España, mientras que en Francia, Inglaterra y Bélgica, todavía están viéndolas venir. Si quieren, les podemos enviar a la Guardia Civil y los GEO, para que les den clases particulares.

Recordar que PODEMOS, es un partido que no cree en esta Constitución y que sus tesis políticas, han sido puestas en práctica en países tan avanzados como Venezuela, con el éxito que todos conocemos.

Que PODEMOS, no ha condenado a ETA. Antes al contrario, ha justificado poco sutilmente que sus acciones terroristas tenían una motivación política legítima.

Que PODEMOS, no tiene reparos en aliarse con todos los partidos separatistas, o filo terroristas, cuyo único objetivo es precisamente acabar con este Estado y con la Constitución.

Que mientras mantienen una intransingencia irreductible contra aquellos que ellos consideran corruptos, son extremadamente benevolentes cuando el problema lo tienen dentro.

Que mientras acusan con el dedo a otros y se autoexcluyen de sus pecados, se les han detectados pufos en diferentes Universidades, cobros millonarios no declarados convenientemente a Hacienda, casas adquiridas con métodos poco claros y en definitiva, haciendo uso - como todos los demás - de su posición privilegiada, de información confidencial y de amigos y contactos.

Es como aquel relato de R. Kipling "El hombre que pudo reinar". Al final, sus súbditos, descubren que tiene sangre en las venas, que no es un dios y se lo cargan. 

Pues Pablito y los suyos, no son mejores que nadie, por mucho que intenten hacernos creer que no pisan el suelo por su santidad inherente a sus ideas.

A mí, este noviazgo entre Pedrito y Pablito, me recuerda al de tantas parejas que he conocido, que se unen por alguna extraña razón y uno de los dos, va obligando al otro a aceptar y a comportarse de manera diferente a su natural proceder.  Al final, el que ha ido haciendo concesiones, se encuentra un día con que no se reconoce en el espejo. Y no sabe en quién se ha convertido ni tampoco porqué.

Una especie de "Pasión Turca", pero en la cama del Congreso de los Diputados.

Y en casos así, el que palma - ya lo sabemos - es el que ha intentado adaptarse a las exigencias del otro. En este caso, Pedrito.

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