jueves, octubre 17, 2019

Orgullosos de España


La verdad es que llevamos una temporadita en la que las noticias parecen intentar convencernos de que estamos viviendo los prolegómenos del Apocalipsis final.

Por una parte, en Cataluña, “algunos grupos residuales” y de carácter violento, parecen querer convertir las calles de Barcelona en un remedo de las de Londonderry, en su época álgida, allá por los años 70. Pero tranquilos. Son pacíficos. Lo de incendiar contenedores e intentar derribar un helicóptero con fuegos artificiales, era sólo una bromita. Y lo de los más de 70 policías heridos, fue porque tropezaron con alguna piedra de las que había en el suelo.

Mientras cada día se queman contenedores, - y algunos coches que están cerca- , se suspenden más de 150 vuelos del aeropuerto de El Prat y se bloquean autopistas, carreteras, la circulación del AVE y algunas calles de las ciudades, el gobierno dice que “no pasa nada”. Que tranquilos. 

Lo cual me lleva a hacerme esta pregunta: Si no pasa nada, ¿para qué cojones llamas a la Moncloa a los partidos de la oposición para tratar ese tema? En fin, cosas del mamerto.

Sin embargo, por alguna extraña razón, la Liga de Fútbol Profesional y la Federación, se plantean la posibilidad de que el próximo partido Barça - Real Madrid, se juegue en Miami, algo que entra en clara contradicción con el mensaje de paz y amor del ínclito personaje que viaja en Falcon. ¡Inaudito!  Este tipo de mensajes, generan alarma social porque parecen indicar que algo pasa con Mary, o sea, con el Torra y sus juventudes Torrarianas, fiel espejo de lo que otrora fueron las Hitlerianas, cuando todo el mundo puede comprobar que los independentistas, son gente pacífica y de bien, y que sólo te meten una hostia si les provocas con un micrófono de TVE o con una bandera de España, aunque seas una señora mayor. 

Y ya para rematar, se anuncia una huelga, que, de entrada, va a impedir que SEAT fabrique 3.500 coches, amén de la imagen que está dando Cataluña de cara al exterior y que ya tiene consecuencias: EEUU,Francia y Reino Unido, adviertan a sus conciudadanos del riesgo de viajar a Cataluña, a lo que hay que añadir que los del IMSERSO, tampoco van a ir. Sin olvidar que desde que se inició este “camino a perdición”, se han ido de Cataluña más de 5.000 empresas.

Por si todo esto fuera pecata minuta, resulta que tenemos a los jubilados de media España, que se han dado una vuelta hasta Madrid, para exigir que las pensiones - que son el resultado de las cotizaciones que han estado aportando durante su vida laboral - asciendan a un mínimo de 1.080€ per capita, al margen de lo que les corresponda y además, que cada año se revaloricen con el IPC. Caiga quien caiga. ¡Ah! Y además, que las pensiones de las mujeres, sean como las de los hombres, por aquello de la igualdad. 

Y sin embargo y a pesar de todo esto, hay gente que dice que España es el mejor país del mundo para vivir. Y lo dicen algunos españoles que han viajado por el mundo entero y algún extranjero que otro.
El último ejemplo es de hace un par de días.

Una clienta de mi mujer, en torno a los 50 años, de nacionalidad polaca (de Polonia), que lleva en España 15 o 20 años viviendo en Madrid, este pasado verano decidió dejar su trabajo y regresar a su tierra, dado que es hija única y sus padres ya son mayores. Hasta aquí nada anormal ni reseñable. Más bien, tiene su lógica. Lo curioso es que hace un par de días, mi mujer recibe un whatsap de la mencionada, diciendo que ella se vuelve para España; que no aguanta “ese país de mierda”, que está todo viejo, sucio y caduco y que no lo soporta más. Que ya le ha pedido a su amiga de Madrid que le busque cualquier cosa para trabajar, que en febrero se vuelve, porque “España es el mejor sitio del mundo para vivir”.

Antes de ayer, una familia de Finlandia, un matrimonio joven con un bebé de pocos meses, se han venido a pasar una temporadita a Marbella hasta el mes de marzo. No conocían la urbanización y se quedaron sorprendidos del tamaño. El desembarco de la familia para pasar tanto tiempo fuera de su casa, os lo podéis imaginar: más maletas que las que llevaba Magallanes, una bolsa enorme con los palos de golf, una sillita para el bebé para cuando vayan en coche por ahí, etc. etc. etc. Lo primero que me preguntó el marido fue: “¿Qué precio tiene una casa como ésta?” Al día siguiente (realmente a las pocas horas porque eso se producía a las 2 de la madrugada) le envié alguna información al respecto. Teniendo en cuenta que hoy en Helsinki hacía 5 grados y que en Benalmádena, estábamos a unos 15-17, no resulta difícil sospechar que estos van a tardar nada y menos en hacer las maletas, pero para siempre, como la polaca.

O sea, que no hay nada más que comparar con lo que hay por ahí. Escuchar cómo nos valoran los que nos conocen y vienen de fuera, y comprobar cómo, cada vez más, ves matrículas de coches de Francia (mogollón), de Italia (bastantes), de Holanda (un montón), de GB (muchos) y de países bálticos (Letonia, Lituania, Estonia). El otro día, iba justo delante de nosotros un coche de Eslovaquia, de un pueblo donde estuvimos el pasado mes de mayo que se llama Piestany. 

Así que debemos sentirnos orgullosos de nosotros mismos, a pesar de la mierda que tenemos encima. Es de suponer que los parisinos, deben estar de pagar impuestos y de que les quemen los coches, hasta les oeufs. Y no hace falta hablar el idioma de Voltaire, para entenderlo.

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