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lunes, enero 30, 2023

Las españolas y la universidad.

Hace unos días apareció en Facebook un retwit en el que se afirmaba que las primeras mujeres que dieron clases en la universidad en todo el mundo, lo hicieron en la España del siglo XVI y que, de igual modo, el primer negro en llegar al grado de catedrático, también fue en esa misma España y época.

Esa afirmación motivó la respuesta de un amigo mío quien matizaba: “Será por eso que Concepción Arenal, con 21 años, tuvo que disfrazarse de hombre para poder ingresar como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid. Luego, lo que dice del siglo XVI es más falso que un euro de madera”.

Mi respuesta fue: “Todo lo cual no contradice lo anterior”.  Es decir, puede ser perfectamente cierto que en siglo XVI en España una mujer o un hombre de raza negra pudieran estudiar e incluso alcanzar la cátedra, y tiempo después, con el devenir de los vientos cambiantes, convertirse en prohibición lo que antaño fue libertad. Pero, en cualquier caso, despertó mi curiosidad. Y como siempre que me enfrento a algo que desconozco en profundidad, me dispuse a investigar.

Para empezar, habrá que puntualizar que en España, hablar de Universidad, durante mucho tiempo y más si nos remontamos a siglos pasados, es hablar de Salamanca, una institución que ha cumplido los 800 años de vida. Es importante recalcar este dato, porque es posible que el número de mujeres asistentes como alumnas o como profesoras sea escaso - ¿en comparación con qué? -, pero tampoco es que sea abrumador el número de hombres.

Hecha esta aclaración mi investigación me lleva a Beatriz Galindo, nacida en Salamanca el 17 de marzo de 1465, y tal y como especifica la propia Universidad de Salamanca desde su Oficina del VIII Centenario, “fue, probablemente, la primera mujer universitaria del mundo”. ([1])

Esta actitud desafiaba las convenciones de la época, que dejaban la formación académica para los hombres y destinaban a las mujeres a las labores domésticas. Pero al menos, no les estaba vedado el acceso a la educación superior.

Beatriz fue la primera, pero no la única.

Luisa de Medrano, a quien se conoce erróneamente como Lucía, fue la “primera mujer profesora universitaria del mundo” de la que existe constancia, ya que tal y como figura en el cronograma histórico realizado por la Oficina del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca para conmemorar la efeméride, “dictó clases de Gramática en el curso 1508-1509”, en sustitución de Antonio de Nebrija.

Ellas fueron las primeras, pero no las únicas ni tampoco las más combativas.

Llegados a este punto tengo que mencionar a Feliciana Enríquez de Guzmán ([2]), quien apenas unas décadas más tarde que las dos anteriores, pero dos siglos y medio antes que Concepción Arenal, entró en las aulas de la Universidad de Salamanca vestida de hombre para poder estudiar Teología y Astrología.

“Ellas son las precursoras, las primeras en romper las reglas, y las que hicieron que muchas otras, aunque fuera siglos más tarde, dejaran de estar condenadas a una vida sin conocimiento” (1)

Ya se puede comprobar que, por desgracia, entre el siglo XVI y los comienzos del XX, algo trágico sucedió en España para que el acceso de las mujeres a la universidad levantara tanto temor como para prohibirlo. Esta soberana estupidez - toda injusticia lo es – de prohibir explícitamente el acceso de la mujer a la educación superior en España, se terminó el 8 de marzo de 1910, cuando el gobierno de turno, a instancias de S.M. el Rey Alfonso XIII, aprueba la Real Orden por la que se “…autoriza por igual la matrícula de alumnos y alumnas, permitiendo acceder a ambos sexos a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones”.

Hasta aquí un breve repaso a nuestra historia con lo que, de paso, se demuestra que, en efecto, yo no andaba desencaminado cuando apuntaba al comienzo, que podrían coexistir la afirmación formulada en Twitter y la de mi amigo referente a Concepción Arenal, porque en los siglos XV y XVI la mujer en España, si quería, podía acudir a la Universidad.

Podríamos criticar – y sería justo – esta cerrazón mental antifeminista y enviar a la hoguera a sus responsables, pero para aliviar nuestro pesar vamos a hacer algunas comparaciones con otros países. Hablemos, por ejemplo, de Vivian Juanita Malone Jones, nacida en Atlanta (EEUU).

“Ganó fama por ser una de los dos primeros afroamericanos que se matricularon el 12 de junio de 1963 en la Universidad de Alabama, gracias a la sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos de 1956, que condenaba el segregacionismo y otorgaba plenos derechos a los negros para cursar estudios universitarios. Vivian se presentó en la Universidad en contra de la voluntad del gobernador del Estado, George Wallace, que la esperó en la entrada cumpliendo su compromiso con la comunidad de oponerse a la educación mixta entre blancos y negros.” ([3])

Sorprendente (¿o no?) este comportamiento en comparación con el de España. Una mujer afroamericana tuvo que apoyarse en la Corte Suprema de EEUU para poder asistir a clases en una universidad, en la que el resto de alumnos eran todos blancos. Los que ya tenemos una edad y hemos visto muchas cosas, recordamos esas imágenes, en blanco y negro, a las puertas de la mencionada Universidad, con el gobernador, la policía y algunos alumnos insultando a los alumnos negros.

Otro ejemplo destacable, también en EEUU, es el caso de Mary Winston Jackson.

Mary nació en Virginia, Estados Unidos, el 9 de abril de 1921. La segregación racial era el día a día en aquel momento y lugar. Se graduó en la Universidad de Hampton (un centro solo para alumnos negros) en 1942 con un doble título de Matemáticas y Física. Pronto obtuvo un trabajo como profesora de matemáticas en Maryland.

Junto con otras mujeres - también negras-, terminaron trabajando para la NASA, proporcionando unos trabajos que fueron críticos y fundamentales para poder llevar a cabo las misiones de la Agencia Espacial.

El desconocido trabajo de Mary Jackson, Katherine Johnson, Dorothy Vaughan, y otras ‘computadoras humanas’ salió a la luz con la publicación del libro Figuras Ocultas, ¡publicado en 2016! Hasta entonces poco o nada se sabía de estas mujeres, genios, con cerebros privilegiados y una gran capacidad de trabajo, que fueron silenciadas por la discriminación racial.

 

Su fiabilidad en los cálculos era tan asombrosa que, el astronauta John Glenn señaló que él prefería que fuera Katherine Johnson quien hiciera esas operaciones, en lugar de las computadoras que utilizaba la NASA desde hacía poco tiempo.

Célebre es la frase atribuida a Glenn en relación a la mencionada Katherine Johnson: “que lo compruebe la chica”. Ella fue la responsable de calcular a mano las trayectorias de la cápsula Friendship 7 en la que iba Glenn.

Regresando a España, es cierto que lo podríamos haber hecho mejor, pero siempre nos quedará el consuelo de que otros lo hicieron mucho peor, incluso en fechas mucho más recientes.

Hoy en día, los números hablan por sí solos.

Según datos del INE referentes a 2020, el porcentaje de hombres y mujeres graduados en educación superior en España es 45,9% para los hombres y 54,1% para las mujeres, y como se puede apreciar en el gráfico de más abajo, es una tendencia que se viene produciendo desde hace unos años.

Otro dato: el 66% de los Juzgados de lo Penal, lo dirigen mujeres, con lo que, de paso, se tambalea el falso argumento esgrimido por algunas indocumentadas de que la puesta en libertad y rebajas de penas por la ley del “sólo sí, es sí” se debe a jueces hombres, antifeministas, carcas, fachas y recalcitrantes.

Resumiendo, la historia contradice a mi amigo cuando él niega que hubiera mujeres en la antigüedad que no solamente asistieron como estudiantes a la universidad, sino que también, desempeñaron el papel de docentes.

El problema, sin duda, es que en algún momento de nuestra historia algo se torció, aunque tal error no fuera, ni de lejos, semejante al que observamos en estos días, en los que asistimos entre preocupados y perplejos al hecho de que alguien sin formación jurídica elemental, haya sido capaz de promover una ley que rebaja penas y excarcela a violadores.

 



[1] El Bierzo Digital.

[2] (Fte: Real Academia Historia) Considerada por muchos como una adelantada en la reivindicación de los derechos en tanto mujer y escritora, fue una apasionada del cultivo de las artes y las letras, hasta el punto de merecer el subido elogio de Lope de Vega en el Laurel de Apolo.

[3] Wikipedia