martes, agosto 12, 2014

LOS DE OPENBANK Y LA MADRE QUE LES PARIÓ.



D. Olegario Fojones jamás pudo imaginar la pesadilla que se le venía encima el día que decidió abrir una nueva cuenta bancaria por internet con OPENBANK. 

No lo podía suponer porque, primero, ya en el pasado, tuvo diversas experiencias en ese sentido con otras entidades y todo había funcionado con normalidad. Y segundo, porque estábamos en el siglo XXI, la era de las comunicaciones, de internet, de los teléfonos que hacen de todo, incluso puedes hablar con otras personas. El tiempo de los iPad, de la movilidad.

Y además, se trataba de trabajar con uno de los  bancos estrella de España y supuestamente del mundo: El Santander. Casi una insignia nacional que propaga a los cuatro vientos su imagen a lomos de un coche y una marca (Ferrari) que están bastante lejos de lo que fueron no hace mucho…y de los líderes sucesivos que ha ido teniendo el Campeonato de F1 los últimos años. Concretamente, a un segundo, aproximadamente.

Así que por todo ello, no imaginó lo que se le avecinaba y con su confianza habitual y su capacidad de asombro casi intacta, inició el proceso de apertura de cuenta online.

De todo el proceso, lo más llamativo fue cuando el sistema le indicó que para obtener la clave operativa para poder trabajar a través de internet, se la iban a enviar por correo postal ordinario. Sorprendente medida, que ni siquiera aprovechaba las ventajas del correo certificado. Pero más aún, tratándose de una tarea, encaminada a operar a través de la red. En un mundo en el que existen certificados electrónicos, la gente realiza la Declaración de la Renta a través de Internet y accede a infinidad de servicios públicos mediante dicho certificado, parece antediluviano, caduco y obsoleto el que una entidad, acuda a procedimientos más propios de tiempos pretéritos que de los actuales. Aunar en un mismo proceso, los avances de la banca por internet con un sistema de entrega de correspondencia perteneciente al siglo XIX, parece cuanto menos, impactante, si no audaz. Más aún tratándose de un banco que presume de modernidad, de eficacia y de clientes.

Algunos días después y tras comprobar frecuentemente el buzón de correo postal, empezaron sus dudas acerca de la idoneidad del sistema establecido por OPENBANK y fue entonces, cuando se puso en contacto con el servicio de atención al cliente, un departamento que normalmente se utiliza para dar capotazos a los recién salidos de toriles, mientras al recorrer los diferentes burladeros de las empresas, el animal, o sea, el cliente, va perdiendo algo de su fuelle inicial.
-          Buenos días, señorita. Verá, hace unos días di de alta una nueva cuenta y según sus indicaciones, debería recibir en mi domicilio tanto el contrato como la clave para poder operar a través de internet. De eso hace ya casi 10 días y todavía no he recibido nada de nada.
-          Sí aquí tengo en mis registros que usted ha solicitado el alta el 7 de julio. La documentación ha salido con fecha 10 de julio. Debe estar a punto de recibirlo en su domicilio.
-          Señorita, es que estamos a 22 de julio. ¿Es normal que un sobre tarde tanto tiempo en llegar?
-          Es que está dentro de los límites.
-          ¿De los límites? ¿Ha dicho que está dentro de los límites?
-          Sí suele tardar unos 10 días.
-          ¡10 días!? ¿Para poder dar de alta una nueva cuenta, tardan ustedes 10 días o más?!
-          Sí, esas son las normas.
-          De todas formas, me gustaría comprobar que ustedes tienen bien la dirección, no vaya a ser que haya algún error.

Y no, no había ningún error. La dirección estaba bien, todo estaba perfecto y todo se producía según los tiempos estipulados como “estándar” por OPENBANK.

Y sin embargo y a pesar de que todo parecía normal y “estándar”, el señor Fojones, -que ya empezaba a impacientarse - insistió algunos días después, tras comprobar – una vez más – que ni la documentación ni la clave operativa, eran depositadas en su buzón de correos.
-          Señorita, estoy intentando – por el momento, de manera infructuosa – poder abrir una cuenta con OPENBANK y llevo dos semanas esperando a ver si en algún momento, recibo tanto el contrato como la clave operativa. ¿usted podría decirme porqué hasta ahora mismo, eso no ha podido ser factible?
-          A ver, déjeme ver, señor Fojones. Sí, la clave y el contrato, salieron por correo el 10 de julio.
-          ¿Sabe usted si venía por transporte regular o si por el contrario, el transportista viaja en mulas o camellos?
-          ¿Perdón?
-          No, lo digo porque no es la primera vez que realizo contratos por internet y la documentación llega en tiempos razonables. Al tratarse en este caso de semejante retraso, y sólo con la finalidad de intentar encontrar una explicación medianamente coherente, se me ha ocurrido pensar que tal vez – sólo tal vez – alguien haya decidido que el transporte de correspondencia, se realice mediante el uso de animales de carga, lo cual, sin duda abarata los costes, pero por el contrario ralentiza el proceso. ¿Sería usted tan amable de confirmarme este extremo, por favor?
-          Señor Fojones, lo único que le puedo confirmar es que la documentación ha salido hacia su destino el 10 de julio. Si lo desea, señor Fojones, podemos solicitar una nueva clave operativa y en este caso, se la haremos llegar por correo certificado.
-          Pues sí, me parece bien que solicite una nueva clave operativa y que me la envíen por correo certificado.
-          Bien, en ese caso, Sr. Fojones, debe tener en cuenta que si mientras tanto recibiera la primera clave operativa, desde este mismo instante quedaría cancelada, al solicitar la nueva. ¿Está de acuerdo?
-          Sí, estoy de acuerdo.
-          Bien, pues en ese caso, le voy a transferir con nuestro departamento de seguridad para proceder a solicitar su nueva clave operativa.
-          Buenos días, señor Fojones. Le habla Jesica González del departamento de seguridad de OPENBANK. Tengo entendido que quiere solicitar una nueva clave operativa, no es así?
-          Sí, así es.
-          Ya le han comunicado que si lo hace, de este instante y por motivos de seguridad, la antigua queda cancelada y no podrá operar con ella, verdad?
-          Cierto.
-          Pues muy bien, señor Fojones. Acabo de crear una nueva clave operativa. La recibirá en breve en su domicilio. Buenos días.

Y pasaron los días y D. Olegario Fojones vivía agitado como una doncella en espera de noticias de su amado. Y un día, Don Olegario, recibió un triste folio – un maldito folio de mierda – con la clave, que por las fechas y las indicaciones, supuso era la antigua a destruir.

Y el calendario siguió su inexorable curso. Y pasaron aún más días y lo que no cambiaba, era la falta de noticias de OPENBANK. Ya se había cumplido un mes desde el inicio del proceso, cuya finalidad, se supone, es la agilización de las acciones para dar de alta una nueva cuenta en un banco moderno, que opera en exclusiva por internet.
Harto ya de estar harto, Don Olegario Fojones, llamó por enésima vez al maldito servicio de DES atención al cliente del maldito OPENBANK.
-          Vamos a ver, señorita. Estoy intentando desde hace más de un mes, poner operativa una cuenta con ustedes y la verdad es que empiezo a plantearme si se han propuesto concederme el placer de conseguirlo en las próximas Navidades y así, que figure como un regalo especial.

La señorita – tan amable y educada como todas las demás – le confirmó todo lo que ya sabía: las fechas de alta de los datos, la del primer envío, las sucesivas conversaciones mantenidas con los distintos asistentes. Vale. Todo eso, el señor Fojones ya lo sabía  y le daba exactamente igual que lo tuvieran todo reflejado en su sistema de gestión de clientes. Él, lo que quería era poder operar de una maldita vez con la cuenta.

Mientras tanto, la señorita – muy amable siempre y sin perder la compostura – insistía una y otra vez en que los contratos se habían enviado vía Correos, junto a la clave operativa.
-          Señorita, lo único que he recibido desde hace un mes, es un miserable folio con una clave que, supuestamente y según las indicaciones del departamento de seguridad, estaba obsoleta y por tanto, según la recibí, la tiré a la basura.
-          Pues señor Fojones, nosotros enviamos los contratos junto con la clave operativa. Si usted dice que ha recibido SOLO la clave operativa, esa debía ser la segunda.
-          Es imposible, señorita, porque la persona con la que hablé la última vez, me informó que la SEGUNDA CLAVE OPERATIVA ME LA ENVIABAN POR CORREO CERTIFICADO y ésta, me ha llegado por correo normal.
-          Nunca utilizamos el correo certificado, señor Fojones. No existe esa posibilidad dentro de nuestro protocolo.
-          ¿O sea que, además, me están vacilando? Vamos a ver. ¿Existe alguna posibilidad de que me acerque a alguna oficina del maldito Banco de Santander y allí, previa identificación, me hagan llegar la clave operativa de la cuenta?
-          No señor Fojones. No es posible.
-          ¿Existe acaso la alternativa de que me sea enviada la clave a través de un servicio de mensajería privado, algo serio y con solvencia, que funciona en España desde hace tiempo y que por ventura, es ajeno al ignoto mundo de Correos?
-          No señor Fojones. Esa opción tampoco es viable.
-          O sea, que si lo he entendido bien, uno de los bancos que presume de ser de los más sanos económicamente, efectivos y grandes del mundo, para abrir una nueva cuenta en su filial que opera en exclusiva por internet, ¿no es capaz de hacerlo en menos de un mes? ¿Quiere usted decir que, cuando me han informado de que me enviarían por correo certificado la nueva clave, es una información falsa? ¿Quiere decir que un banco del siglo XXI, que opera a través de internet, el protocolo de alta de una nueva cuenta, se basa en apoyarse en una empresa como Correos, que está pensada para el siglo XIX o XX?
-          Pues es que es así, señor Fojones.
-          ¿Y a qué clase de gilipollas se le ha ocurrido semejante aberración?! Es que hace falta ser cretino para impedir que el banco tenga nuevos clientes de una manera ágil y cómoda. Es que es indignante que yo lleve más de un mes esperando para poder trabajar con esa maldita cuenta! Es que no tiene sentido! Es una auténtica aberración. ¡Esto es una mierda!
-          Señor Fojones, le ruego que no me falte al respeto. Yo a usted le estoy tratando con educación.
-          Yo ya sé que usted no es la responsable de este desaguisado, pero sí es su obligación, informar con carácter de urgencia a quien proceda, de este sin sentido. Porque lo malo de todo esto, es que por ahí hay algún imbécil con 3 carreras y 7 másteres, que va muy ufano por los pasillos del Santander, presumiendo de haber ahorrado no se sabe cuánto dinero en gastos a la hora de hacer nuevos clientes y sin percatarse de que la competencia, les está comiendo el mercado, simplemente porque son más rápidos y la operativa es más ágil y sencilla.
-          Desea, señor Fojones, que le solicite una nueva clave operativa?
-          ¿Y para qué carajo quiero una nueva clave si no me ha llegado nada y ahora me viene usted a deslizar la sospecha de que tal vez, haya recibido la segunda clave antes que la primera?
-          ¿Puedo ayudarle en algo más, señor Fojones? A continuación, por favor, no se retire y permanezca atento a la encuesta de satisfacción por la atención recibida.

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