Hace unos días hubo diversas manifestaciones
en ciertas ciudades de Andalucía (Granada, Huelva y Málaga), en protesta por la
calidad del servicio - en general - del Servicio Andaluz de Salud. Y la
verdad, es que razones sobran para eso y más.
El año pasado, en diciembre de 2015, después
de visitar a mi especialista, me dijo que volviera en unos 9 meses. No, no
estoy embarazado. Para el que no lo sepa, en Andalucía te citan por correo
ordinario para realizar las pruebas pertinentes y para acudir a las citas con
tu médico especialista. Estamos en el siglo xxi, pero éstos se mueven a golpe
de protocolos del xix. Total, han cambiado de lugar la “i”. A este paso, paso a
ver resucitar a las mulas. Nada de emails a tu correo electrónico. Nada de SMS
a tu móvil, que me pregunto para qué carajo te los piden si no los usan.
Y claro, como es lógico, al normal caos en el
que se desarrolla todo, hay que añadir que es posible, tal vez, acaso, que la
carta con la fecha para la citación para realizar las pruebas, llegue…o no, que
diría un gallego. Lo normal, es que no.
Iluso de mí, pensé que por una vez, los del
SAS podrían romper las estadísticas y aunque sólo fuese por equivocación,
enviarme la citación a las pruebas en agosto o incluso en septiembre. Pues no.
En septiembre, navegando arduamente por la red y por la mierda de webs que hay
al respecto, consigo encontrar en lo más recóndito de una de ellas, un apartado
que reza ampulosamente: SALUDRESPONDE.
En un principio, parece todo ideal y la
primera sensación es que por fin se han puesto las pilas. ¡Fachada! ¡Pura
fachada y puro marketing!
Aparte de ponerte amablemente a tu
disposición algún número 902, por si quieres regalar dinero, han dispuesto un
email. Y tú piensas (otra vez ): ¡Vaya, por fin! Alguien me va a responder. Sí,
pero no. O sea, tú escribes tu email, explicando muy despacio tu problema y
alguien, al otro lado de la pantalla, lo primero que te responde es con un
cuestionario previo para empezar a hablar:
- Que cuál es tu número de tarjeta de la
Seguridad Social
- Que cuál es tu nombre y apellidos
- Que les des el DNI
- Que les digas un email
Alguna de cuyas preguntas, eran directamente
estériles, porque el nombre y apellidos ya estaban incluidos en el correo, así
como el email. Pero bueno, vale. Se lo das y esperas recibir respuesta en
algunos días.
Al cabo de unas horas - sorprendente - te
llama un ser humano, probablemente ubicado físicamente en Sevilla. Te empieza a
contar tu propia vida, algo que tú ya conoces. Es como el Consultor de PWC del
chiste. Tú, lo que quieres es que te digan cuándo te van a citar para las
pruebas y el individuo te responde que eso no lo puede decir saber. Que tienes
tú que llamar al centro hospitalario. Que llames al teléfono que te da y que
adiós, muy buenas.
Tú, mosqueado, empiezas a sospechar, pero de
todos modos, te dedicas durante los siguientes días a llamar al maldito
teléfono como si de ello dependiera tu vida. El susodicho teléfono, no lo coge
ni la madre que lo parió. Es más, comienzas a pensar que aunque la línea existe
porque da señal de llamada, es muy probable que no haya ningún dispositivo
físico sonando en ninguna parte. En la web del hospital, figura como que hay
una centralita, pero debe estar de baja por maternidad, o por estrés o
desayunando. El caso es que pasan los días y las semanas, llamas al teléfono
ese y a todos los que has conseguido en una astuta actitud detectivesca por
internet. Llamas a diferentes horas como para pillar desprevenido al supuesto
responsable y que lo coja por despiste. Y a ti te siguen dando morcilla.
Dejas pasar el mes de septiembre con la esperanza
de que te llamen. En octubre repites la operación de llamar al magnífico
servicio de “saludresponde” y obtienes la misma respuesta. Y pasa el mes de
octubre. Y el de noviembre.
A finales de diciembre, te acuerdas de que
tienes que renovar la tarjeta de desplazado. Menos mal que es un procedimiento
que puedes realizar con tu certificado digital y no es necesario desplazarse al
centro de salud para hacerlo. Bueno, pues una mierda! Ese día, el sistema no
detecta bien tu certificado digital - que por cierto compruebas en otro sitio y
funciona normalmente. Y entonces, más cabreado que un bonobo sin sexo, al
margen de que ya no te queda más cojones que ir al centro de salud, porque
además, no se puede renovar ni un día antes ni uno después, intentas informar a
los inútiles del SAS, que el sistema no les funciona. Les mandas un webmail y
ya te puedes echar a dormir que responderán un día de estos. ¡Como para unas
prisas!
Una vez en el centro de salud, la señorita te
atiende con diligencia y amabilidad, aunque se nota que está sustituyendo a
alguien porque está más perdida que un garbanzo en una paella. Ya puestos, le
pides cita con el médico para renovar las recetas y oh, casualidad! te la dan
inmediatamente. Mientras el médico procede a emitir las nuevas recetas, le
informas que estás a la espera de que te citen para las pruebas pendientes, y
te responde que, si tiene agallas, vayas a por las chicas del mostrador.
De vuelta en el mostrador y a punto de hacer
amistad ya con ellas por la frecuencia, le comentas tu problema, de modo breve
que si das demasiada información es peor. Y entonces, te sorprenden y te dicen:
- Sí, usted tiene cita con el
especialista el 17 de enero.
-¿Qué tengo cita con el
especialista? Yo no sabía nada de eso. ¿Del año 2017? - preguntas cauteloso
- Sí, sí.
- ¿Y para qué quiero ir al
especialista si no tengo las pruebas?
- Eso es cierto, sí. Pero bueno
hasta entonces, hay tiempo.
- ¿Que hay tiempo? Hoy es 23 de
diciembre, viernes. Fin de semana. Navidades. Y usted dice que ¿hay tiempo de
que me citen a las pruebas, me las hagan y las tengan antes del 17 de enero? No
me lo creo.
- Ajustado sí que es, desde luego.
Por la tarde, vuelves a comprobar si les
funciona lo del certificado digital a los del SAS, y sí, ya han arreglado el
problema. Por supuesto, el correo que enviaste por la mañana, no ha obtenido
respuesta.
Sigues sin saber, tres meses después, si te
van a llamar para hacer las pruebas y tampoco cuándo.
Y lo más probable es que la fecha que te han
dado para el 17 de enero, no pueda ser utilizada, a pesar de lo cual, es
bastante probable que consideren dicha cita como “tratada”, mejorando con ello
los ratios de eficacia del glorioso Servicio Andaluz de Salud.
¿Comprendéis ahora por qué sigo como “desplazado
temporal” sin perder mi tarjeta sanitaria de Madrid?
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