Cada vez tiene peor pinta lo de los neumáticos de mi coche, así es que, si mañana sábado quiero estar en Marbella no me queda otra que llamar al seguro para hacer funcionar la batería del Ibiza.
Al
cabo de un rato, aparece un chico joven con una moto. Bajamos al garaje, pone
en marcha el coche y charlamos sobre cómo es el mejor proceder.
De
entrada, echa un vistazo debajo del capó y me dice que de anticongelante está a
cero. Que le ponga por lo menos agua, no vaya a ser que al calentarse, la cosa
empeore más.
- Vaya
usted a por agua – me dice el chaval. - Pero apague el motor, no se vaya a
calentar. Yo le espero aquí, porque después la batería no va a poder arrancar
sin mi ayuda.
- OK.
Enseguida vengo.
A
mi regreso, relleno el recipiente con agua porque anticongelante, y en el mes
de agosto, no parece que sea necesario. Ni siquiera lo es en enero.
Y
efectivamente, la batería no tiene suficiente potencia y tengo que arrancarla
con su ayuda.
- Si
me doy una vuelta por el pueblo, ¿será suficiente para que se cargue? – le
pregunto.
- Mucho
mejor si lo saca a carretera – me responde.
- Pero
¿voy a tener que cambiarla por otra nueva?
- En
principio pruebe a ver qué pasa. Siempre puede ir y decir que está en período
de garantía y que no sabe por qué se le ha descargado. Así tal vez le den otra.
No
es esa una de mis opciones.
- Ok.
Entonces me daré una vuelta en coche.
He
estado una hora circulando con el coche para que se cargue la batería. Además,
he procurado no usar el mando de la llave para abrir o cerrar el vehículo, para
no gastar batería.
Sigo
sin saber nada de los neumáticos de Norauto. Cada vez tengo más claro que
mañana sábado, me va a tocar conducir el Ibiza, que, por cierto, como no lo
usamos, tampoco tiene gas de aire acondicionado.
Finalmente,
a eso de las 5 de la tarde, recibo el tan ansiado SMS indicando que ya tienen
las ruedas. En ese momento me pregunto si no me habría traído más cuenta
comprarlos por Amazon, o Aliexpress, que vienen del mismo sitio y en 24 horas.
Como
es lógico llamo por teléfono para concertar cita, pero obtengo el mismo éxito
que todas las veces anteriores. No me queda otra que desplazarme personalmente
en persona, como diría Catarella. (Comisario Montalbano)
Al
llegar frente al mostrador le explico la situación al dependiente, que, por su
comportamiento, me parece que es nuevo en esta plaza.
- ¿Y
le han dado cita para colocar los neumáticos para hoy? – me pregunta con una
cara de extrañeza como si me hubiera vuelto loco.
- No,
no. Me han dicho que ya han recibido el producto y ahora es cuando vengo a que
me den cita.
- ¿Y
por qué no se la dieron cuando pidió las gomas?
- Pues
porque según me informaron, el sistema no permite hacerlo siempre que haya un
pedido de material. Y hasta que el material no esté aquí, no se puede dar cita.
Después
de consultar con un compañero porque no encontraba mi pedido, me responde
finalmente.
- Mañana,
sábado a partir de las 19.00. ¿Va bien? Si no tendría que ser ya para el lunes.
- Vale.
Mañana sábado a las 19.00.
Confirmado: mañana, sábado, me toca ir a Marbella con el Ibiza. Ya sólo me queda rezar para que mañana arranque el coche.
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