jueves, octubre 23, 2025

El suicidio en adolescentes

Sandra, la niña sevillana de catorce años que se quitó la vida por sufrir acoso en el colegio, es la última víctima – por el momento – de una tragedia que, de forma silenciosa, pero implacable, como si se tratara de una maldición, asola de vez en cuando de forma aleatoria a alguna familia en España.



El suicidio, sobre todo si se trata de un menor, es la prueba irrefutable del fracaso de un sistema, principalmente, el educativo. Las instituciones – Colegios, Institutos, Ministerios, etc. – pasan de puntillas sobre este asunto creando sobre el papel supuestos protocolos preventivos del suicidio, cuando en realidad, lo que deberían estar atacando es el propio acoso que sufren algunos alumnos. Y, sin embargo, cada vez que se detecta un caso de persecución a un alumno, la víctima es la que sufre el señalamiento al ser trasladada de centro o incluso, de aula dentro del propio centro, cuando lo lógico y lo normal sería apartar a los acosadores. Con este proceder el propio sistema favorece la proliferación de figuras como éstas y son, por tanto, cómplices necesarios en las consecuencias posteriores que pudieran derivarse de su pasividad. En este último caso de Sandra, hasta la policía ha tenido que escoltar a los agresores cuando no lo hicieron para proteger a la víctima. Es decir, se sabe – o hay fundadas sospechas – de quien o quienes son los culpables, pero no se adoptan medidas disciplinarias contra ellos.

Resulta difícilmente entendible que una vez identificados a los agresores, éstos reciban protección policial o que, como suele ser costumbre y ya he comentado antes, sea a la víctima a la que se cambie de aula o de centro, permitiendo de esta forma, que los matones que provocaron esa agresión continúen impunes en un territorio que, finalmente y por pura lógica, terminarán considerando de su exclusiva propiedad. Es como estar garantizando la creación de guetos dentro de los centros educativos. De continuar con esta línea de actuación, mucho me temo que, a no mucho tardar, los estudiantes comenzarán a acudir a las escuelas con cuchillos, navajas y machetes, al más puro estilo Bronx. O que, como defensa, comiencen a organizarse en pandillas surgidas a partir de su origen étnico, reviviendo así un West Side Story a la española.

José Manuel López Viñuela, padre de una hija, Kira, que también se suicidó por sufrir acoso escolar, afirma en una entrevista a ElDiario.es de Sevilla:

“Cada año fallecen de media entre 50 y 60 niños por suicidio consecuencia de acoso escolar. Pero el Instituto Nacional de Estadística (INE) no lo registra como tal. En muchos casos se contabilizan como tropezones en la vía del tren o como que han tomado una medicación más alta de la normal. Pero no, son suicidios.”

De hecho, si cualquiera que lea estas líneas se toma la molestia de buscar por internet estadísticas oficiales sobre este asunto, verá que los datos no están actualizados, son parciales, incompletos o, simplemente, inexistentes. Si desde el Gobierno y los centros educativos ni siquiera quieren poner negro sobre blanco la gravedad del problema, difícilmente se va a poder aportar alguna solución. El primer paso para resolver un problema, es reconocer que existe y cuando los suicidios se intentan enmascarar alegando que son “tropezones” o que se han equivocado al tomar la medicación, no sólo es una falacia: es un insulto a las familias.

50 o 60 niños suicidados al año, es una cifra que representa el doble de las mujeres asesinadas por violencia de género en lo que va de año en España. Y, sin embargo, el tratamiento mediático que recibe un problema o el otro, no son ni remotamente comparables. Uno, ocupa lugares preeminentes en todos los medios informativos. Del otro, apenas hay datos estadísticos oficiales. Mientras existe una Ley contra la Violencia de Género, los protocolos contra el acoso escolar, no pasan de constituir un conjunto de buenos consejos, cuyo cumplimiento parece más discrecional que obligatorio. Así, al menos, es lo que se deduce del análisis de los casos de acoso terminados en suicidio, ya que ningún centro educativo, ningún responsable, ningún director, o jefe de estudios, nadie, nunca, ha tenido que afrontar ninguna responsabilidad, ni penal, ni disciplinaria, ni administrativa.

Por todo ello, la postura de D. José Manuel López Viñuela, responde a una lógica elemental:

“Nosotros pedimos una ley de acoso escolar que estipule qué consecuencia puede tener, por ejemplo, no aplicar el protocolo a tiempo o mirar a otro lado por parte de profesores, o por parte de familias que no eduquen a sus hijos con valores y luego hagan daño a otros niños en el colegio. Esas familias también deberían tener consecuencias, al menos civiles. Queremos una ley clara que no dé lugar a errores y que penalice al centro que lo haga mal y que premie al que lo haga bien.”

Y mientras este drama se desarrolla dentro de los colegios e institutos, pero, sobre todo, en las familias que sufren la pérdida de un hijo, la ministra Pilar Alegría, hace oídos sordos a esta petición avalada por 230.000 firmas, pero al mismo tiempo se afana por intentar convencernos de que en el Parador Nacional de Teruel, donde ella se hospedaba, no hubo ninguna fiesta en las habitaciones de Ábalos.

Aunque lo peor de todo es la desidia de los centros educativos que, al margen de que existan protocolos o no, o sean manifiestamente mejorables, en la mayoría de los casos hacen lo imposible para desentenderse del problema. Al fin y al cabo, tampoco les va a suponer demasiado trastorno un supuesto incumplimiento de las normas establecidas. Y para muestra, el último ejemplo del colegio de Sandra, la última víctima, y su colegio Irlandesas Loreto de Sevilla, un centro que lleva años acumulando denuncias sin que los responsables hayan adoptado ninguna medida extraordinaria, aparte de poner un buzón y una figura en el organigrama, que, a todas luces, es más decorativa que eficaz.

En el extremo opuesto, en ocasiones nos encontramos con padres y madres que exacerban las situaciones.

Hace unos días, una amiga me comentaba que una madre de un niño, compañero de su hija en clase, había enviado una carta a la dirección del colegio protestando porque su hijo no había sido invitado a la fiesta de cumpleaños de la hija de mi amiga, que se celebró en la casa particular de ésta. En dicha carta dejaba deslizar algunas frases que podrían inducir a que su hijo estaba siendo víctima de algún tipo de acoso y que la no invitación a la fiesta, sólo era un ejemplo más. Evidentemente, la directora del centro se puso en contacto con mi amiga para aclarar esta rocambolesca situación.

Lamentablemente, hay gente que confunde la velocidad con el tocino. Una cosa es que se produzcan situaciones de acoso entre los escolares y otra muy diferente, es que uno de esos escolares celebre su cumpleaños en su casa con quien se le ponga en el píloro.

Mal ejemplo está dando la madre a ese hijo. Le está enseñando que cuando no consiga algo que le apetece- aunque no lo merezca -, debe protestar enérgicamente hasta ver si lo consigue. De momento, estamos hablando de niños de 11 años; ya veremos cómo entiende esa actitud la criaturita cuando tenga 18.

Es cierto que los colegios o institutos no pueden convertirse en centros carcelarios, pero no lo es menos que, hasta el momento, las supuestas medidas adoptadas hayan dado ningún fruto y desde luego, en nada ayuda que los centros, cada vez que surge un problema de esta índole, se ponga de perfil. Por ejemplo, cuando existe una orden de alejamiento de uno de los progenitores sobre el menor, el centro debe poner especial cuidado a quién se hace entrega del niño cuando vienen a recogerlo. En esos momentos, debe ser una prolongación de los brazos de la Justicia. Así es que no parece que sea muy complicado aplicar medidas preventivas para detectar, eliminar o minimizar las situaciones de acoso o de riesgo de suicidio.


 

domingo, octubre 12, 2025

Casarse después de los 50

Hoy me he topado con una noticia que habla de que una famosa periodista, de 56 años, ya ha fijado la fecha de su segundo matrimonio.


Dejando al margen otras consideraciones relacionadas con la propia noticia, me planteo algunas cuestiones: ¿por qué? Qué es lo que impulsa a unas personas que ya han superado los cincuenta años – o incluso los sesenta –a contraer matrimonio ¿Es necesario? Qué los motiva a tomar una decisión de ese calibre. ¿Acaso no es complicarse la vida? ¿No daría igual si la pareja decidiera convivir sin tener que pasar por el Registro Civil? ¿Van a convivir bajo el mismo techo o cada uno en su casa y Dios en la de todos? En ese caso, ¿en tu casa, en la mía o en una nueva? ¿Y los hijos?

Parece lógico pensar que una vez que se llega a esas edades, los hijos, en caso de existir, ya sea de uno o de ambos, tienen que ser mayores y precisamente eso pueda constituir un escollo. Al margen de un período de adaptación a las nuevas circunstancias, un niño de corta edad puede ser más flexible a la hora de adaptarse, que un individuo que ronda los treinta. Eso sin mencionar aquellos aspectos relacionados con las finanzas y la herencia.

Sean cuales fueren las circunstancias, la unión sentimental de dos personas - independientemente de la edad - conlleva siempre una serie de riesgos, complicaciones y servidumbres inherentes a dicha unión, al margen de los más nobles y elevados sentimientos que hubiere entre ellos.

La sociedad en la que vivimos es mucho más que comprensiva en cuanto a la forma y manera en la que una pareja decide vivir su relación, por lo que esos valores tampoco representan un impedimento o una obligación. En absoluto suponen coartar de ninguna manera los planteamientos de la pareja, sobre todo, si tenemos en cuenta que desde 2022, se equipara en igualdad de condiciones el acceso a la pensión de viudedad de las parejas de hecho con los matrimonios

Y, sin embargo, por alguna razón, en los últimos diez años se ha duplicado el número de matrimonios entre personas mayores de cincuenta. Según el INE, en 2022 se produjeron 2.765 bodas entre personas de 50 años. 20 años antes, fueron algo más de 600.

El auge de bodas boomers contrasta en un escenario donde cada vez se producen menos bodas, cada vez más hijos nacen entre parejas no casadas y las uniones religiosas caen en picado.

Al parecer y según algunos estudios que se han hecho sobre el tema, estos matrimonios suelen ser más tranquilos y auténticos. Por “tranquilos” interpreto que hacen una muy somera insinuación al hecho de que a partir de cierta edad entran en juego las limitaciones impuestas por la madre naturaleza en forma de menopausia-andropausia y sus devastadoras consecuencias. La disminución o ausencia de hormonas, sin duda, tranquiliza.

Pero no todo van a ser malas noticias. Así, según un estudio de la universidad de Chicago realizado en 2020, afirma que estos matrimonios reducen un 12% el riesgo de la depresión y un 9% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. O sea, que no vas a tener mucho sexo, pero la ventaja es que no vas a morir de un infarto mientras lo intentas.

Otro dato importante a tener en cuenta es que, por un buen amor puedes aumentar algunos años de vida, porque reduce la soledad. Es importante recalcar en este punto lo de “buen amor”, porque como te hayas equivocado otra vez, en lugar de aumentar años de vida, los reduces con un infarto.

Pero no debemos perder de vista el hecho fundamental: el matrimonio no es solo un acto simbólico de la unión de una pareja, sino que es un acto jurídico que debe inscribirse en el Registro Civil, con obligaciones, derechos y beneficios, entre los cuales se pueden mencionar los relativos a la herencia, los beneficios fiscales, permisos retribuidos o la pensión de viudedad, entre otros.

Antes hablaba de la tendencia entre las personas maduras de apostar una vez más por una vida en común. Miles de personas, en este caso anónimas, que deciden dejar atrás experiencias dolorosas y afrontar nuevos retos. Pero no son sólo anónimas las que deciden adquirir ese compromiso. También los hay famosos.

George Clooney: Se casó con Amal Alamuddin en 2014, cuando él tenía 53 años.

Richard Gere: Se casó con Alejandra Silva en 2018, cuando tenía 68 años.

Harrison Ford: Se casó con Calista Flockhart en 2010, cuando él tenía 68 años.

Elton John: Se casó con David Furnish en 2014, cuando ambos superaban los 50 años.

Joaquín Sabina: Se casó con Jimena Coronado en 2020, poco después de cumplir 71 años.

En cuanto a mujeres famosas que hayan contraído matrimonio a una edad madura, dentro del panorama nacional, de la lista se ve claramente que sólo una se acerca a los 50:

Belén Esteban se casó el 22 de junio de 2019 a los 45 con Miguel Marcos.

Chenoa. La cantante y presentadora tenía ya 46 años.

Pilar Rubio y Sergio Ramos. La presentadora, que saca ocho años a su marido, había cumplido ya los 41.

Eugenia Martínez de Irujo dio el ‘sí, quiero’ con 48 años.

Tamara Falcó tenía 41 años.

Se ve que en esto de casarse también hay una clara discriminación. Los hombres sí pueden traspasar la barrera de los 50, pero las mujeres, ni se acercan.

Al parecer, esto de casarse después de los 50 es algo que es más común en unas culturas que en otras. En España, el único famoso, famoso, que se casó después de esa edad fue un tal Julio Iglesias. La mayoría de los maridos de las antes mencionadas, son más jóvenes que sus esposas.

En el lado opuesto, en el de los solterones empedernidos figuran, entre otros, por ejemplo, Al Pacino, Leonardo DiCaprio, o Marisa Tomei.

A destacar que, en el caso de Leonardo, al parecer hay constancia fehaciente de que, a pesar de sus 51 años, JAMÁS ha tenido una novia mayor de 25.

Se nos inculcó de niños que la felicidad consistía en elegir y acertar a la primera y si no acertabas, debías aguantarte y apechugar. Por fortuna, eso hace ya mucho que lo superamos y hoy en día ya no representa un estigma social haber pasado por dos matrimonios o incluso más, amén de otras relaciones sentimentales que no llegaron a cuajar.

Esto complica un poco el período de vacaciones con los hijos y la familia. Ya no basta con coordinarlas con los compañeros de oficina, como antes. Ahora tienes que coordinarlo con tu ex y sus propias circunstancias personales, sobre todo si a su vez tiene nueva pareja. Y si tienes hijos de diferentes padres o madres, apaga y vámonos. Los que están descolocados son los abuelos que no entienden nada.

Aparte de que la relación de pareja a partir de los 50 pueda añadir felicidad, serenidad, compañía, equilibrio, salud y hasta una cierta seguridad financiera, dependiendo de los casos, lo cierto es que el único denominador común de todos los seres humanos, es que queremos vivir el amor y estamos dispuestos a repetir tantas veces como sea necesario hasta encontrar a la persona con la que somos felices los dos. Y para eso no debemos imponer límites artificiales como la edad. Nunca es tarde para intentar ser feliz, sea la edad que sea.

Hay una escena de una de mis pelis favoritas - “Los Puentes de Madison” – que ilustra bien el mensaje. La hija lee la carta de despedida de su madre recién fallecida en la que le cuenta sus memorias. En esas líneas le da un consejo que nos sirve a todos: “Sólo tienes una vida para intentar ser feliz”. ¿Lo intentamos?

domingo, septiembre 28, 2025

Publica tu libro

Raro es el momento del día en el que no te encuentras con un mensaje así: “publicamos tu libro”; “abierto el período de admisión: envíanos tu manuscrito”, “descarga este conjunto de plantillas para publicar tu libro”; así hasta el infinito.



A cada paso que das te encuentras con mensajes a cada cual más y más sugerente, más atractivo, más provocativo, más tentador. Los problemas vienen después, cuando decides investigar un poco qué hay detrás de tanta promesa de éxito. En ocasiones es tan simple como intentar venderte un libro donde supuestamente te dicen qué debes hacer para terminar como Dan Brown o J.K. Rawling y el truco no es otro que comprar ese libro, con lo que estás haciendo es convertir en rico al que lo ha escrito. Pero la mayor parte de las veces se trata de que el autor financie, de una manera o de otra, la publicación de su propio libro. Eso, y que de forma voluntaria proporciones tus datos para que, a continuación, no dejen de bombardearte con spam.

A veces, detrás de ese anuncio tan atractivo no hay ni siquiera una página web que sustente la supuesta editorial, ni nadie que se haga responsable de los derechos de autor. Las más de las veces ofrecen al autor diversos planes para cubrir las distintas etapas de la publicación del libro, a cambio de un costo económico, por supuesto. También los hay que te ofrecen bajo contrato la posibilidad de que el autor se comprometa a abonar un cierto presupuesto que será amortizado cuando se hayan vendido un número determinado de ejemplares, lo cual, por cierto, nadie asegura, como es lógico. En ocasiones el propio autor debe comprometerse a la adquisición de un número determinado de ejemplares, y después, debe intentar colocarlos entre sus amigos, allegados, familiares, vecinos y conocidos.

Ahora, el último grito en el intento de captar escritores noveles desesperados por ser como Pérez Reverte, consiste en intentar convencerte de que la calidad del libro tampoco importa tanto; lo que importa es “conocer el algoritmo” que produce que tu libro tenga más visibilidad y si se consigue, entonces tu libro se venderá más. La consecuencia, claro, es que al final el autor abona por unos servicios informáticos que no aseguran la venta del producto, tan sólo que se vea más.

Tanto estas como otras tantas – llamemos- artimañas o trucos de marketing, no tienen otro objetivo que seducir a autores ansiosos de notoriedad. Juegan, en el amplio sentido del término, con la sana ambición de alcanzar unos objetivos económicos que les hagan sentirse orgullosos; alimentan las legítimas aspiraciones de fama y, sobre todo, de reconocimiento a su talento.

Mientras tanto, los escritores deciden seguir a lo suyo, escribir; y de paso, realizar personalmente la máxima difusión de su obra, bien sea mediante el continuo bombardeo en redes sociales, en grupos especializados, o bien, contactando con las editoriales, quienes, por descontado, se ven saturadas de obras de autores que nadie conoce.

Queda otra alternativa: la de presentarse a alguno de los concursos literarios disponibles que aparecen cada mes. Lo que sucede es que, entre las cláusulas y requisitos, en ocasiones, se esconden contratos leoninos que esclavizan al ganador del concurso con un contrato de permanencia que va desde los 3 o 5 años, hasta los 10. Más bien parecen condiciones disuasorias para evitar la afluencia masiva de juntaletras.

Y, por supuesto, siempre nos quedará el consuelo de que Van Gogh no vendió un cuadro en su vida, que Mozart murió arruinado y enterrado en una fosa común, o que Vargas Llosa fue rechazado por todas las editoriales, menos una.

domingo, septiembre 21, 2025

La generación de los flojos

Día sí y día también aparecen noticias relacionadas con el mundo laboral, según las cuales, muchas empresas, de diversos sectores económicos, se quejan de la dificultad de cubrir las vacantes que ofrecen. Los datos oficiales hablan de que en el año 2024 el número total de vacantes de empleo no cubiertas ascendió a unos 150.000, la mayoría de ellos (88%) en el sector servicios.



Las profesiones que presentan más vacantes de difícil cobertura son: (fte: SEPE) 

 

Según estas mismas fuentes “hay puestos que no se cubren porque no hay personas con el perfil adecuado o porque no quieren ocuparlos en las condiciones ofrecidas”.

Las empresas, entidades y expertos encuestados por el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, señalan que las principales razones por las que se produce estas vacantes sin cubrir son:

          ·         Falta de formación

          ·         Candidatos insuficientes

          ·         Carencia de experiencia laboral

          ·         Escasez de competencias técnicas

          ·         Condiciones laborales poco atractivas

          ·         Carencia de competencias personales y transversales

 

Al hilo de estos datos oficiales me planteo ciertas cuestiones. La primera de todas es, qué clase de formación estamos impartiendo en nuestro sistema educativo que ni siquiera somos capaces de cubrir puestos como los descritos más arriba. Se podrá afirmar que en España no pretendemos formar camareros, conductores o personal de limpieza y que a lo que nos dedicamos es a formar a ingenieros, médicos o abogados, por poner algunos ejemplos, pero la realidad indica que también esos sectores hay unas serias carencias de recursos y que, en muchos casos, esos profesionales emigran a otros países después de haber sido formados en España.

Por lo que respecta a la cantidad insuficiente de candidatos que se presentan para ciertas vacantes, la verdad es que me sorprende que suceda en un país con 2,5 millones de desempleados, de los cuales el 33%, aproximadamente, son jóvenes y otro tanto por ciento grande, mayores de 50 años.

Me parece perfecto que alguien decida no aceptar una oferta si considera que no se adapta a sus esquemas, sean estos los que sean. Pero esto me lleva a continuación a confrontar esta situación con otro dato bastante significativo. Según el informe "Panorama de la educación 2025" que elabora la OCDE, España se sitúa a la cabeza europea en ninis, - jóvenes que ni estudian ni trabajan - por detrás de Rumanía y por delante de Italia y Grecia. En concreto, casi un 18% de los jóvenes españoles entre 18-24 años, ni estudia ni trabaja.

Por intentar aclarar un poco la situación, resulta que en un país con 2,5 millones de parados – probablemente muchos más – hay más de 150.000 ofertas de empleo que se quedan sin cubrir, por diversas razones, al tiempo que un 18% de los jóvenes ni estudian ni trabajan. Y todo esto me lleva a plantearme la pregunta básica: ¿Y de qué viven estos? ¿De dónde sacan el dinero para pagarse el móvil, internet, las cervezas y demás?

Hoy mismo – no importa la fecha – han realizado una encuesta callejera a pie de obra. El responsable de la misma ha afirmado ante la cámara que, en muchas ocasiones, su empresa se retrasa en la ejecución de los trabajos por la escasez de recursos humanos y que de vez en cuando, tienen que renunciar a otras por no poder contar con profesionales debidamente formados. Y para terminar ha apostillado: “A los jóvenes españoles no les interesa trabajar en la construcción. De hecho, todo el personal del que dispongo, no son españoles y desde luego, no son jóvenes”.

Por último, voy a poner un ejemplo que he vivido en primera persona recientemente.

La localidad de Rota, en la provincia de Cádiz, es famosa, entre otras cosas, por albergar la base naval de los EE.UU. Por tanto, es muy habitual cruzarse por las calles, en los restaurantes, con personal americano adscrito a la misma y como es lógico, a lo largo de los años, algunos locales de ocio han pretendido adaptarse a los gustos norteamericanos para satisfacer a una población numerosa y estable.

Uno de los establecimientos más emblemáticos de la localidad, era – ya no lo es - una coctelería al más puro estilo americano, llamada “El Dardo”. La única en todo el pueblo y regida desde hace casi cincuenta años por “Chicho”. Cada vez que he ido a Rota, visitar el local formaba parte del protocolo.

Entrar allí no siempre era fácil. En ocasiones estaba tan abarrotado que había que esperar turno, mientras tras la barra, Chicho, despachaba cócteles a un ritmo frenético, acorde con su electrizante personalidad.

Sin embargo, en mi última visita hubo algo que me llamó la atención. Pasé varios días por la puerta y el local se veía totalmente vacío. Era algo inusitado, tanto para la coctelería como para Rota, un lugar en el que cualquier día, a partir del atardecer, te va a resultar complicado encontrar un sitio libre en cualquier bar o restaurante, salvo que estés listo y te adelantes. Todo está lleno todos los días. Por eso, me llamó tanto la atención ver “El Dardo”, completamente vacío.

A los pocos días tuve la ocasión de encontrarme con Chicho en una de las tiendas del pueblo. Y claro, hablamos sobre el asunto: “Es que he traspasado el negocio. He decidido jubilarme y creo que después de 49 años en la brecha, me lo merezco”.

      -     Pero ¿quién lo lleva ahora, tu hijo?

     -     No. Mi hijo estuvo unos años ayudando, probando, pero al final ha decidido aceptar una oferta de un hotel y trabaja ahí. Ha dicho que no está dispuesto a dedicarle 12 horas diarias al negocio y los fines de semana 15.

     -     Y entonces, ¿quién lleva el negocio?

    -     Lo han cogido un par de cocineros. No saben nada de coctelería. Yo les he dado un par de clases y les he dejado una lista de cócteles para que puedan arrancar.

Nos picaba la curiosidad a mi mujer y a mí acerca del motivo por el que el local había pasado de ser un referente de la noche de Rota a convertirse en un desierto. Y un día nos decidimos a descubrir la razón. Y no hay nada más sencillo de entender: no tienen ni repajolera idea de hacer un cóctel más allá de un Margarita, un San Francisco o un cubata. Lo del Manhattan les queda lejos. Personalmente, no le auguro mucho futuro a los nuevos propietarios con el negocio.

Y por lo que respecta al hijo de Chicho, al menos en este caso, el hombre había optado por aceptar otro empleo en donde supuestamente no van a exigirle tanto, como el negocio que heredaría del padre. Y como decía Chicho, “con 31 años no puedo decirle qué tiene que hacer”.

Me sorprende la seguridad, la firmeza, de aquellos jóvenes que argumentan que no están dispuestos a trabajar 10 o 12 horas de camareros para ganar 1.200-1.400 euros y rechazan las ofertas de empleo porque el trabajo es muy duro. Y me planteo entonces: ¿de qué viven? ¿Cuál es la alternativa? ¿A qué aspiran exactamente, a un trabajo de 9 a 6 con 100.000 euros al año? ¿Sin formación? ¿Tal vez aspiran a convertirse en influencers, youtubers, expertos en juegos online?

miércoles, septiembre 10, 2025

Guateques vs Tinder

Al menos, en España, el garaje de los chalés tuvo como única finalidad la de guardar el automóvil de la familia. Y digo en España, porque, al parecer en Estados Unidos, se usaba, además de como almacén de todo tipo de trastos, como lugar de nacimiento de micro empresas que, con el tiempo, se convirtieron en gigantes multinacionales.

Como todo evoluciona, en España el uso del garaje también modificó su inicial uso y en muchas ocasiones sirvió como centro de reunión para las fiestas de los adolescentes. Lugares oscuros, al abrigo de miradas indiscretas, evitando que el ruido pudiera molestar a los vecinos. Esas fiestas tenían el carácter más clandestino desde la época de la Ley Seca en EE.UU. Eran los herederos de aquellos famosos guateques.

Los guateques de los años 60, sin embargo, se desarrollaban en la propia vivienda de la familia. Si era lo suficientemente espaciosa, en un área alejada de los padres, lo cual, mantenía la independencia de los participantes, al tiempo que evitaban el incordio del ruido a los padres; pero en general, esas fiestas se organizaban aprovechando la ausencia de éstos, aunque con su anuencia.

Como era costumbre de la época, los jóvenes solían vestir con corbata. ¡Hasta los Beatles vestían corbata! Y ellas, lógicamente, llevaban vestidos acorde y zapatos de tacón más o menos alto. Es decir, nada ajeno a la vestimenta que se llevaba a diario cuando iban a la Universidad, por ejemplo.

El guateque respondía a una serie de convencionalismos: la vestimenta – por supuesto – la presencia mínima de bebidas alcohólicas – al menos en teoría – la imprescindible presencia de un tocadiscos, de un miembro de la pandilla encargado de amenizar la fiesta, el comportamiento “decente” de todos los implicados y el cumplimiento de un horario prefijado, que iba desde las 18.00 o 19.00 hasta las 21.30, aproximadamente, ya que “ellas” tenían que estar en casa a las 22.00. Y, por supuesto, la prohibición taxativa de molestar a los vecinos con el volumen excesivamente alto de la música.

Aquellos guateques ofrecían las primeras oportunidades de conocer a alguien del otro sexo con quien poder charlar, aprender a bailar y pedir el teléfono. El fijo, claro. Y tal vez, con el tiempo, hasta surgieron parejas estables. Al menos, fueron estables durante algunos años. ¡Cómo olvidar el primero de aquellos guateques! Y, sin embargo, daría cualquier cosa por borrarlo de mi memoria.

Imagino que, para alguno, estas imágenes en blanco y negro podrían parecer algo casposas, del pleistoceno, a tenor de la versatilidad de la oferta actual a la hora de contactar con personas. Las webs de citas de hoy en día, cubren un amplísimo espectro de finalidades en función de las necesidades de los suscriptores: desde grupos de autoayuda, grupos de lectura, viajes para desparejados, la lucha contra la soledad, sitios para mayores de cincuenta, webs para “gente con clase”, webs para casados infieles, hasta la de encuentros íntimos para satisfacer las necesidades fisiológicas más imperiosas, etc. etc. etc. Y todo ello, a golpe de clic.

Pero justamente, esta inmediatez a la hora de establecer una mera relación sexual, está privando de la aventura de conocer, de tratar, de charlar, de disfrutar de algo que va mucho más allá del sexo: la compañía.

Aunque no sólo se trata de sexo.

Una de mis costumbres cuando estoy sentado en un bar o cafetería, es observar a las personas que me rodean. Soy como un espía y voy anotando mentalmente aquellos aspectos que me llaman la atención.

En estos días he tenido la oportunidad de comprobar el comportamiento de unos jóvenes, de entre 15 y 30 años. La pandilla – entre 3 y seis miembros - sentada en torno a una mesa en un bar o cafetería y la mayoría de ellos pendientes de su móvil, buscando de modo incansable vídeos que después mostraban a sus colegas y que debían servir para animar la reunión.

Será que mi visión de las relaciones personales se ha quedado en ese pleistoceno que mencionaba antes, pero en el caso de que quiera conocer a una persona, no me basta con una foto y una serie de tópicos; necesito algo más, mucho más. Hablo de inteligencia, de buen corazón, de cultura, de saber estar, de la ausencia total de piercings y tatuajes…Claro que, alguno de estos que buscaba vídeos con el mismo afán que un minero busca oro, no tenía piel para un tatuaje más.

No soy un experto en revistas del corazón, pero de vez en cuando veo alguna noticia, bien en la tele o por internet, en la que se anuncia el compromiso o la boda de algún famoso, y, además, se señala que se conocieron en una fiesta de amigos. Es decir, que hoy en día, sigue funcionando el pleistocénico método de conocer a alguien en una fiesta de unos amigos; de establecer un contacto inicial y a partir de ahí que a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Cada uno es cada uno, pero yo no entiendo a esas personas – hombres y mujeres – que son capaces de ir a una discoteca como quien va al mercado de La Cebada a comprar carne, eligen a alguien entre la muchedumbre, del mismo modo que los vaqueros de las películas seleccionan a una vaca para marcarla, y terminan teniendo sexo en los lavabos del lugar. Como tampoco entiendo a esos malnacidos que drogan a una mujer para abusar después de ella. ¡Como si fuera difícil contratar a una profesional!

Parece evidente, que todo esto obedece a un cambio de paradigma en nuestra sociedad; una sociedad en la que la interacción social se limita, casi en exclusiva, entorno al sexo, y cuanto más inmediato, mejor. Ahora recuerdo que hubo un tiempo – no sé si sigue actualmente – en el que se puso de moda tener sexo mientras dos personas se cruzaban paseando al perro. ¡Demencial! Y no hace tanto se puso de moda otro “lenguaje” que consistía en colocar una piña en el carrito del súper de una manera determinada.

Supongo que debo ser un romántico.

 

 

jueves, agosto 14, 2025

Me encanta hacer planes ...

Hace tiempo que acuñé una frase, que dice: “me encanta hacer planes para saber exactamente lo que NO va a pasar”.



Nuestro plan de vacaciones estaba diseñado al detalle, como el Día D: los itinerarios, tanto el de ida como el de vuelta, las visitas turísticas, las paradas obligadas. Todas las reservas confirmadas.

Dado que la distancia hasta nuestro destino final sobrepasaba los mil kilómetros, era más prudente hacer un alto en el camino y pernoctar en un lugar que ya conocimos el año pasado. Un lugar de ensueño, un oasis de paz, de quietud; donde, mientras tomas una copa de bienvenida de vino blanco en su jardín, no escuchas ningún sonido, ni siquiera el de los pájaros, los grillos o las cigarras, que parece que han decidido enmudecer para no perturbar el descanso. Un lugar en el cual, hasta el tañer de la campana de la iglesia cercana, se realiza con tanto mimo, que cuesta un poco escucharlo. Se diría que el campanero pide perdón con cada golpe de tan suave que es. Un lugar que invita al recogimiento y a pasear por sus extensos y bien cuidados jardines. O si lo deseas, también puedes disfrutar de su piscina, de los vinos y quesos que producen en la finca y de la cerámica que ofrecen a los huéspedes.

A la mañana siguiente la tentación de la variedad del bufet del desayuno hacía difícil cualquier elección, ya fuera dulce, salado o una mezcla de ambos. El servicio por parte del personal, magnífico como siempre y encantadores. Tras el generoso desayuno retomamos nuestro camino y nos dirigimos a nuestro destino a unos 400 kilómetros, en tierras gallegas.

La primera sorpresa al llegar al hotel fue el parking. Estaba alejado de la entrada principal y no había espacio para todos los coches. Eso te obliga a buscarte la vida por los alrededores y acarrear con las maletas por jardines y aledaños hasta llegar a la Recepción. Como medida más prudente, fuimos andando. Después, ya veríamos.

Eran las 14.30 y habíamos cumplido nuestro objetivo de llegar a tiempo para la hora de la comida.

La segunda sorpresa fue comprobar que la habitación no estaría disponible hasta las 15.00. En ese caso, lo que procedía era ir al comedor.

La tercera sorpresa fue el restaurante. En un hotel de 4 estrellas no me esperaba que todas las comidas fueran estilo bufet. La impresión fue que había regresado a mis tiempos en el servicio militar.

Después de comer subimos inmediatamente a la habitación para ver si todo estaba en orden. Aunque el cuarto de baño era de dimensiones reducidas y para entrar en la bañera necesitabas la ayuda de un sherpa, todo parecía correcto; así que, regresamos adonde habíamos aparcado el coche a recoger las maletas.

Con todo el trajín de ir y venir cargados con las maletas, arrastrándolas como Robert De Niro arrastraba en la película “La Misión”, estábamos sudando como en una sauna.

Una vez en la habitación y mientras deshacíamos las maletas y organizábamos todo, empezamos a comprobar que el aire acondicionado no enfriaba. Cuando terminamos de organizar la habitación, bajamos a recepción a preguntar qué pasaba y allí se empezó a formar el follón.

La señorita de recepción nos dijo que el aire se había estropeado el sábado (en ese momento era lunes por la tarde) y que estaban esperando a que los técnicos lo arreglaran. Hubo algunos huéspedes que comentaron en un tono demasiado alto que eso era intolerable y lo cierto es que, en realidad, se estaba mucho mejor en la calle que en la habitación.

Al no funcionar el aire acondicionado la alternativa era abrir la ventana para dormir frescos por la noche. El problema era que justo al lado, había una torre de refrigeración que hacía un ruido infernal. Alternativa descartada.

Fuimos a dar un paseo por el pueblo, minúsculo hasta decir basta. Entramos en la iglesia. Estaba desierta, pero eso no era obstáculo para que el campanero siguiera con su concierto.

Encontramos un bar a la sombra y pedimos algo de beber. Tal vez, con algo de alcohol y un poco de tranquilidad se nos fuera pasando el cabreo.

Durante todo el tiempo estuvieron tañendo las campanas. Y lo malo es que parecía que sonaban a muerto. Y efectivamente, algo más tarde, pasamos de nuevo por la iglesia y vimos cómo había un coche fúnebre y un grupo de personas esperando a que introdujeran el féretro en el templo.

Regresamos a la habitación y finalmente comprobamos que allí íbamos a pasar una mala noche. Sin aire acondicionado y con la ventana cerrada por obligación.

Bajamos al restaurante sin muchas ganas de cenar. Había un numeroso grupo de personas esperando en la puerta a que algunos de los que estaban cenando dentro, se levantaran y se fueran. Ante semejante perspectiva y dado que el menú tampoco era como para tirar cohetes, decidimos buscar un sitio donde tomar una tapa mientras disfrutábamos de una noche fresca y agradable.

Comprobamos que los dos tugurios que había más cerca del hotel estaban llenos. Al final, volvimos al mismo sitio donde habíamos tomado la copa por la tarde. Se estaba de maravilla, lo cual, parecía un contrasentido: era difícil de entender que estuvieras mejor en una cafetería que en tu habitación de un hotel de 4 estrellas.

A la mañana siguiente bajamos a desayunar y hablamos con recepción, otra vez, y nos informaron que estaban esperando a que llegaran los técnicos para arreglar el problema. Les informamos que nosotros habíamos contratado un hotel con todos sus servicios y que, en esas circunstancias, cancelábamos nuestra estancia.

Conseguí averiguar el truco para acercar el coche hasta la puerta del hotel. Metimos las maletas en el coche y empezamos nuestro regreso a casa.

La primera decisión era si íbamos a parar a mitad de camino, tal y como habíamos previsto en un principio, en Ávila; pero el problema era que la reserva en Ávila era para el día 20 de agosto. Llamamos y nos dijeron que no podían cambiar la fecha porque el parador estaba completo. Una alternativa era intentar encontrar algo a modo de improvisación, pero tal y como se nos habían dado las cosas, parecía algo arriesgado intentar encontrar un hueco para una noche en un sitio desconocido. Opción descartada. Tan sólo quedaba la más terrorífica: hacer todo el trayecto entero y sin pernoctar. Más de 1.100 kms.

Para hacerlo más entretenido, le llevamos la contraria al GPS, que nos enviaba por Portugal, tal y como hizo a la ida. En esta ocasión decidimos que el camino más apropiado era Orense-Zamora-Salamanca-Cáceres-Sevilla y a casa.

Lógicamente, recorrimos la A52 y la A66. Hoy, 14/08/2025 ambas vías, junto con otras carreteras nacionales, han estado cortadas varias horas debido a los graves incendios que asolan la región. A nosotros, el GPS nos advertía el martes del riesgo de incendios, pero en vez de fuego, lo que nos cayó del cielo fue un Diluvio, de tal calibre, que tuvimos que refugiarnos debajo de un puente porque no sabíamos si lo que se estrellaba contra el cristal eran gotas como elefantes o granizo.

Después de sortear amagos de incendios, principio de inundaciones y tras unas 15 horas de viaje, conseguimos llegar a casa sanos y salvos.

A veces, los planes no salen bien.

 

sábado, agosto 09, 2025

Brand of brothers

Este es el título de una magnífica serie bélica, emitida por HBO.

Hermanos de sangre (Miniserie de TV 2001) - IMDb

Y alguno se preguntará la razón de que comience a hablar de la Segunda Guerra Mundial en un sitio serio como este. Pues la razón es que una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta serie de 10 capítulos, es lo relacionado con la gestión de recursos humanos; el nombramiento de los suboficiales, oficiales, el destino de los mismos, etc. Y eso sí que me parece que encaja en este foro.

Obviamente, he trasladado estas situaciones producidas en un entorno de guerra, al mundo empresarial, en el que, si bien, no es corriente que haya disparos – al menos en España – siempre existe el peligro callado de que detrás de la fotocopiadora te metan una puñalada trapera.

En la serie se dibuja un perfil casi histriónico de un oficial con un celo excesivo, casi enfermizo, por el cumplimiento de las normas; en un castigo físico continuo, machacando a los hombres que tiene a su mando, subiendo y bajando un monte a la carrera y con el cronómetro en mano.

Sin embargo, este suboficial en unos simples ejercicios, se pierde en mitad del campo; no sólo no sabe dónde está, sino que no adopta la actitud necesaria y deja vendidos a sus hombres. Éstos, con respeto y firmeza, solicitaron a los superiores que no les dirigiera en el Día D. No confiaban en él.

He ahí las dos primeras lecciones. La primera es que el entrenamiento es bueno, pero un líder – y aquí viene la segunda lección - debe ganarse la confianza de su equipo para llevarlos al camino de la victoria, que, en el caso de una guerra, no es más que vivir un día más.  

Por supuesto, el oficial fue trasladado. Sin mando operativo sobre tropa de combate.

Pero alguien tenía que cubrir ese puesto. Se nombró a alguien y tuvo la mala suerte de ser derribado en su avión el Día D.

Una vez más el puesto quedó vacante y estaban en una primera batalla contra los alemanes. El “premio recayó” sobre un individuo, que demostró su valía. Y lo que es más importante, sus hombres le seguirían al fin del mundo. No se ganó su confianza bebiendo más que ellos – era abstemio – ni jugando a las cartas más. Se ganó su confianza dando ejemplo. Se jugaba el pescuezo como el que más y eso tiraba de su grupo a seguirlo.

Más tarde, en otro capítulo de la serie se da otro ejemplo de alguien que jamás debería haber sido ascendido a ese puesto y lamentablemente se demuestra en plena batalla. Tiene que ser relevado después de perder a varios hombres por su nula capacidad de tomar decisiones.

Todas estas situaciones las hemos vivido en nuestras empresas. El ascenso de alguien que prometía porque su trabajo lo hacía perfecto y como premio, se le asciende y no da la talla. En casos así, se malogran 2 puestos de trabajo.

Aquellos que son ascendidos por sus influencias y cuando llega la hora de la verdad no son capaces de tomar las decisiones correctas; le pasan la responsabilidad al inferior, a ese, que no tiene influencias y que, por tanto, se va a quedar en ese puesto el resto de su vida. ¿Alguien recuerda a Burt Lancaster en su mítica película?

Y finalmente, esos que no buscan la gloria, ni las medallas, pero cuando recae en ellos la autoridad de dirigir, saben hacerlo y son capaces de motivar a su equipo.

No lo he dicho al principio porque en realidad, esto no es una revista de cine, pero en la serie están involucrados Spielberg y Tom Hanks.

Recomendable 100% por muchos motivos, pero sobre todo por estos que he mencionado de pasada acerca de la gestión de RRHH.

viernes, agosto 01, 2025

Yo quiero ser sueco.

Cada día el españolito de a pie nos damos de bruces con noticias en las que, aparentemente, se demuestra que hay dos clases de ciudadanos: los políticos y el resto. Por ejemplo:


 ·               El gobierno con su presidente al frente, se sube el sueldo un 4%. 

      ·         El Congreso de los Diputados decide gastarse 1,5 millones de euros en modernizar aún más los ya avanzados modelos de iPhone, tablets y demás dispositivos de sus señorías.

 ·         El presidente del gobierno dispone de entre 500-800 asesores (no se sabe bien cuántos son) a razón de una media de 50.000€ cada uno y la mayoría con Bachiller Superior como mucho.

 ·         Los viajes en el Falcon no se saben cuánto cuestan porque se han declarado de seguridad nacional.

 Y todo esto sucede:

Mientras en España persisten las llamadas “colas del hambre” en pleno siglo xxi.

Mientras el precio de la energía se ha convertido en un problema social de primer orden y para paliarlo una ministra del gobierno aconseja comprarse un edredón que abrigue más.

Mientras miles de empresas se han visto abocadas a su desaparición y otras están en vías de terminar en el mismo punto ante la imposibilidad de afrontar los costes energéticos.

Mientras millones de trabajadores ven cómo sus raquíticos salarios cada vez son menos rentables debido a la inflación, situada en dos dígitos, y a la descontrolada escalada de los precios de los alimentos, de la energía, de los carburantes, de las hipotecas, de los alquileres…

Mientras millones de trabajadores permanecen en el desempleo cobrando algún tipo de subsidio miserable…si lo cobran.

Mientras miles de agricultores deciden dejar sus productos sin cosechar porque les sale más caro hacerlo que dejar que se pudran en el campo.

Mientras los ganaderos cada día sacrifican más reses, más ovejas, más cabras y más cerdos, para que el resto de la explotación pueda subsistir y evitar la desaparición del negocio.

Mientras miles de transportistas se quejan amargamente de que los costes de producción, principalmente de los carburantes, obligan a una revisión al alza de los precios de sus servicios, porque si no, trabajan a pérdidas.

Mientras seis millones de pensionistas se ven obligados a vivir con pensiones de menos de 1.000€ y, además, con personas a su cargo.   

Los españoles nos preguntamos qué clase de políticos tenemos. Sin duda, a los que hemos votado, pero llegados a este punto deberíamos plantearnos qué clase de sistema es el que permite semejante abuso.

Cómo es posible que mientras los españoles estamos verdaderamente atormentados por la situación económica, los que supuestamente nos representan puedan viajar en aviones sufragados con el dinero de todos a ciudades como Nueva York para hacer no se sabe muy bien qué.

Cómo es posible que al mismo tiempo que desde el gobierno se insiste con reiteración en no dañar el medio ambiente, el presidente y algunos de sus secuaces, viajen en Falcon y helicóptero, cuando podrían hacerlo en coche, que también viaja y de vacío.

¿Cómo es posible que todos los gastos de desplazamiento hayan sido calificados de secretos de seguridad nacional?

¿A qué se debe este perpetuo insulto y menosprecio a los contribuyentes?

Empecemos por analizar la situación de los diputados españoles según nuestras propias normas.

 

RÉGIMEN ECONÓMICO Y AYUDAS DE LOS SEÑORES DIPUTADOS 

23/5/2022 Congreso de los Diputados

II. Retribuciones:

Las retribuciones desde el año 2020 son las siguientes, sin que se haya producido incremento para los años 2021 y 2022:

1.       Asignación constitucional idéntica para todos los Diputados: 3.050,62€ mes.

2.       A esta asignación se añaden, en su caso, los complementos en función del cargo que desempeñe el Diputado por ser miembro de la Mesa, o de la Junta de Portavoces, bien de la Cámara o bien de alguna Comisión. Los de cada grupo no son acumulables.

Complementos mensuales por razón del cargo:

Presidente.

- Complemento miembro de Mesa: 3.337,60 €

- Gastos de representación: 3.624,38 €

- Gastos libre disposición: 2.971,67 €

Vicepresidentes.

- Complemento miembro de Mesa: 1.313,66 €

- Gastos de representación: 1.097,79 €

- Gastos libre disposición: 767,92 €

Secretarios.

- Complemento miembro de Mesa: 1.025,71 €

- Gastos de representación: 888,86 €

- Gastos libre disposición: 735,62 €

 

Portavoces.

- Gastos de representación: 1.890,98 €

- Gastos libre disposición: 1.006,00 €

Portavoces adjuntos.

- Gastos de representación: 1.544,32 €

- Gastos libre disposición: 718,10 €

Presidentes de Comisión.

- Gastos de representación: 1.551,58 €

Vicepresidentes de Comisión.

- Gastos de representación: 1.134,40 €

Secretario de Comisión.

- Gastos de representación: 756,27 €

Portavoz de Comisión.

- Gastos de representación: 1.134,40 €

Portavoz adjunto de Comisión.

- Gastos de representación: 756,27 €

Determinados Diputados (miembros de Mesa, Presidentes de Comisión), tienen la posibilidad de contar con personal de confianza para apoyarles en el ejercicio de su función.

− La dotación del Gabinete de la Presidencia está compuesta por seis personas.

− Los miembros de la Mesa (Vicepresidentes y Secretarios) disponen de dos personas cada uno para esta tarea.

− Los Presidentes de Comisión cuentan con un asistente para cada uno de ellos.

 

IV. Subvenciones a Grupos Parlamentarios.

El artículo 28 del Reglamento del Congreso de los Diputados señala lo siguiente:

1. El Congreso pondrá a disposición de los Grupos Parlamentarios, locales y medios materiales suficientes y les asignará, con cargo a su Presupuesto, una subvención fija idéntica para todos y otra variable en función del número de Diputados de cada uno de ellos. Las cuantías se fijarán por la Mesa de la Cámara dentro de los límites de la correspondiente consignación presupuestaria”.

2. Los Grupos Parlamentarios deberán llevar una contabilidad específica de la subvención a que se refiere el apartado anterior, que pondrán a disposición de la Mesa del Congreso siempre que ésta lo pida”. En aplicación de dicha norma, la Cámara ha fijado una subvención fija cuya cuantía, para cada Grupo Parlamentario, es de 29.606,56 € mensuales y una subvención variable en función del número de Diputados de cada uno de ellos de 1.703,57 € mensuales por cada Diputad

Después de esta vorágine de dinero que sale de nuestros bolsillos para terminar en los de ellos y asumiendo que detrás de todo esto hay mucho más en zonas que no son ni blancas ni negras, sino muy grises, sigamos analizando las leyes que lo permiten.


TITULO I. Del Estatuto de los Diputados

 

Artículo 8

1. Los Diputados percibirán una asignación económica que les permita cumplir eficaz y dignamente su función.

2. Tendrán igualmente derecho a las ayudas, franquicias e indemnizaciones por gastos que sean indispensables para el cumplimiento de su función.

3. Todas las percepciones de los Diputados estarán sujetas a las normas tributarias de carácter general.

4. La Mesa del Congreso fijará cada año la cuantía de las percepciones de los Diputados y sus modalidades dentro de las correspondientes consignaciones presupuestarias.

De estos puntos me permito resaltar el último por algo que veremos más adelante y que no quiero desvelar ahora.

Artículo 9

1. Correrá a cargo del Presupuesto del Congreso el abono de las cotizaciones a la Seguridad Social y a las Mutualidades de aquellos Diputados que, como consecuencia de su dedicación parlamentaria, dejen de prestar el servicio que motivaba su afiliación o pertenencia a aquéllas.

2. El Congreso de los Diputados podrá realizar con las Entidades Gestoras de la Seguridad Social los conciertos precisos para cumplir lo dispuesto en el apartado anterior y para afiliar, en el régimen que proceda, a los Diputados que así lo deseen y que con anterioridad no estuvieren dados de alta en la Seguridad Social.

Es decir, que se puede pasar de ser un ni-ni a diputado sin pasar por la Seguridad Social.

3. Lo establecido en el apartado 1 se extenderá, en el caso de funcionarios públicos que por su dedicación parlamentaria estén en situación de excedencia, a las cuotas de clases pasivas.

CAPÍTULO SEGUNDO

De las prerrogativas parlamentarias

Artículo 10

Los Diputados gozarán de inviolabilidad, aun después de haber cesado en su mandato, por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones.

Artículo 11

Durante el período de su mandato, los Diputados gozarán, asimismo, de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin la previa autorización del Congreso.

Otro aspecto a destacar y que veremos más tarde.

Una vez sentados los precedentes legales, me planteo realizar una comparación con otro país que, a mi juicio, me parece más serio: Suecia. Y entonces me encuentro con un interesantísimo artículo de la BBC. Me ha parecido tan interesante que he preferido copiar gran parte en este post para así no perder el hilo si se pincha el enlace que también está disponible.


Suecia: el país donde los parlamentarios no tienen asesores propios y se pagan el café de su bolsillo.

(Fte: BBC)

Los diputados suecos no disfrutan de beneficios adicionales como los que tienen los parlamentarios de otros países, como presupuesto para fletar aviones, ayuda para el alquiler, dietas, contratación de asesores particulares, ayuda para gastos médicos, guardería pagada para los hijos y fondos para la divulgación del mandato, entre otras cosas.

 

La primera en la frente. Un diputado sueco no es ni más ni menos que un ciudadano que ha decidido colaborar en la mejora de las condiciones de sus conciudadanos, pero que no por ello, debe sentirse superior ni disfrutar de privilegios que no disfrutan sus vecinos.

Es exactamente, todo lo contrario de lo que sucede en España que en cuanto te descuidas, los desarrapados que no tenía donde caerse muertos, te sueltan un “usted debe tratarme de señoría” en cuanto les insultas por la calle.

Además, en Suecia la inmunidad parlamentaria es un concepto que no existe.

 

De ahí la importancia de haberlo señalado antes.

Además, este aspecto en concreto, es por el que están perseverando los indepes catalanes cuando exigen una y otra vez la “desjudialización de la política”, es decir, dejar fuera del ordenamiento jurídico cualquier acción o decisión que se hubiere producido en el ámbito de la política, con todo lo que ello implica.

 

Seguimos analizando a Suecia.

A cada inicio de mandato, los 349 diputados suecos reciben -igual que el presidente del Parlamento- una tarjeta anual para utilizar el transporte público. Y también un amplio código de ética que va acompañado de información sobre el restringido uso de los fondos públicos y las normas de conducta para la actividad parlamentaria.

Los coches oficiales son pocos, y tienen uso limitado. El Parlamento posee solo tres vehículos, del modelo Volvo S80. Esta flota solo está a disposición del presidente del Parlamento y sus tres vicepresidentes para actos oficiales.

 

"No es un servicio de taxi", explica René Poedtke, del sector administrativo del Parlamento. "Los coches no sirven para llevarlos a casa o al trabajo".

 

En Suecia, el único político que tiene derecho a coche de forma permanente es el primer ministro. El coche pertenece a la flota de la policía secreta sueca, la Säpo (Säkerhetspolisen). Los ministros pueden pedir vehículos "cuando tengan fuertes razones para necesitarlo", según dice un asesor del gobierno.

 

No pueden subirse el sueldo

 

Otro de los aspectos más llamativos que he señalado antes.

 

El salario bruto de un diputado del Parlamento sueco es de 66.900 coronas suecas al mes (unos 7.200 dólares). Tras pagar los altos impuestos, el salario neto es de aproximadamente 40.000 coronas suecas (unos 4.300 dólares), lo que equivale a menos del doble de lo que gana un profesor de primaria en Suecia.

 

Si un diputado tiene la base electoral fuera de Estocolmo, puede solicitar el llamado 'traktament', una ayuda para los días de la semana en los que trabaja en la capital del país. Esta ayuda, exclusiva para los parlamentarios que no tienen residencia permanente en la capital, es de 110 coronas suecas (unos 12 dólares).

 

En España, las ayudas a los diputados que no son de Madrid ascienden a unos 2.000€ mensuales. Más taxis.

 

Un vistazo a los precios de Estocolmo da una noción de lo que se puede comprar en la capital sueca con 110 coronas: un café con tres o cuatro 'bullar' (los tradicionales panes dulces suecos que acompañan el café), o una pizza con un refresco, o una ración del tradicional plato de 'köttbullar', las albóndigas suecas con mermelada de arándanos rojos y puré de patata. En los pequeños restaurantes populares, un plato cuesta de promedio unas 100 coronas suecas.

 

Hasta 1957 los diputados del Parlamento sueco ni siquiera tenían salario: solo recibían las contribuciones de los miembros de los partidos.

 

La decisión de establecer salarios para los parlamentarios se tomó, según consta en los archivos del Parlamento, tras llegar a la conclusión de que ningún ciudadano debería verse "impedido de convertirse en diputado por razones económicas". Pero el valor del salario no debería "ser tan alto como para volverse económicamente atractivo".

 

Y ningún diputado tiene el privilegio de aumentarse el salario: en Suecia, los salarios de los parlamentarios los determina un comité independiente llamado Riksdagens Arvodesnämd.

Este comité está formado por tres personas: el presidente, que por regla general es un juez jubilado, y dos representantes, que suelen ser ex funcionarios públicos o periodistas. El comité lo nombra la Mesa Directiva del Parlamento.

 

Los diputados tienen derecho a apartamentos pequeños y sin lujo, y en los cuales su familia no puede estar gratuitamente.

 

El apartamento para funcionarios del diputado Per-Arne Håkansson tiene 46 metros cuadrados. Solo los políticos con base electoral fuera de la capital, y que no poseen inmuebles en Estocolmo, tienen derecho a vivir en apartamentos para funcionarios. Y el presidente del Parlamento no tiene derecho a residencia oficial.

 

Los apartamentos tienen un promedio de 45,6 metros cuadrados. Los que constan de una sola pieza tienen sólo 16 metros cuadrados. Del total de 197 viviendas que administra el Parlamento sueco, solo ocho tienen entre 70 y 90 metros cuadrados.

Puede parecer incluso exagerado. De hecho, estos pequeños apartamentos recuerdan las celdas de la modernísima penitenciaría de Sala, en las afueras de Estocolmo, donde los detenidos, como en la mayoría de las prisiones suecas, también tienen baño privado.

 

Un sofá cama, una mesa, un pequeño armario, una mini cocina con un fogón, una nevera y un baño llenan el espacio de poco más de 16 metros cuadrados de uno de estos apartamentos para funcionarios, situado en la calle Monkbron.

 

En estos inmuebles no hay lavadora, ni lavaplatos, ni siquiera cama matrimonial. Una gran parte de estos apartamentos ni siquiera tienen habitación: una sola estancia, amueblada con sofá cama, hace las funciones de sala de estar y dormitorio.

"Podemos colocar camas extras con ruedas en caso de necesidad, como la visita de un pariente", dice una funcionaria del Parlamento que nos acompaña en la visita a uno de los inmuebles.

 

En todos los edificios de apartamentos sin habitación las lavanderías son comunitarias, y los diputados tienen que hacerse la colada. Estas lavanderías comunitarias, generalmente situadas en el sótano de los edificios, también cuentan con tablas de planchar.

Además, son los propios parlamentarios los que cocinan y limpian la casa. Según el departamento de administración del Parlamento sueco, se hace una limpieza gratuita sólo una vez al año, durante el receso parlamentario de verano.

 

Pagan por la estancia de familiares.

 

Y todavía hay más: los apartamentos son exclusivamente para los parlamentarios. Los cónyuges, familiares y afines no tienen derecho a vivir ni tan solo a pernoctar en un piso propiedad del estado sin pagar. Si un familiar de un parlamentario pasa una temporada en el inmueble, el diputado tiene un plazo de un mes para pagar al erario público los días de pernoctación.

Y si la pareja de un diputado del interior decide vivir en el apartamento para funcionarios de la capital con su cónyuge, tiene que hacerse cargo de la mitad del valor del alquiler.

"Por supuesto, no pagamos para que nadie viva gratis, excepto los parlamentarios con base electoral fuera de la capital", asegura la jefa del sector de Servicios Parlamentarios, Anna Aspegren.

 

Los diputados pueden dejar ocasionalmente a sus hijos, si tienen entre uno y trece años, en la guardería del Parlamento durante las sesiones deliberativas.

"Pero tienen que pagar la comida de los niños", explica Monika Karlsson, funcionaria de la guardería. En días de sesión nocturna, el servicio está abierto hasta la medianoche, o más.

 

Los parlamentarios tienen dos opciones para vivir en la capital sueca. La primera es vivir en uno de los apartamentos para funcionarios. La segunda es alquilar un apartamento por cuenta propia y recibir del Parlamento el valor correspondiente al alquiler.

En este caso, el valor máximo que el Parlamento reembolsa a los diputados es de 8.000 coronas suecas mensuales (unos 860 dólares), una cantidad relativamente baja considerando la escasa oferta inmobiliaria del centro de la capital.

 

Despachos pequeños.

 

Las oficinas parlamentarias de los diputados suecos tienen una media de 15 metros cuadrados y una decoración frugal. Una mesa de madera clara, estantes del mismo color, una televisión antigua y un pequeño sofá rojo, de estilo similar a los de la empresa sueca de muebles populares Ikea, llenan el ambiente.

Los despachos más pequeños del Parlamento llegan a tener siete metros cuadrados. Los gabinetes más grandes se reservan a los líderes de los partidos y tienen 31 metros cuadrados de promedio.

En el pasillo de cada anexo parlamentario hay un mostrador con los periódicos del día y publicaciones diversas. Son para uso colectivo de los parlamentarios: las suscripciones a periódicos y revistas las financia el partido, y los diputados no tienen presupuesto personal para suscribirse a publicaciones.

"Podemos llevarnos un periódico para leer en el despacho, y luego devolverlo enseguida al mostrador", dice el diputado Per-Arne Håkansson.

 

En la cantina del Parlamento, los diputados se pagan su café.

No hay camareros y hay que pagar por la comida. Después de comer, cada parlamentario debe llevar su propio plato al sitio donde se recogen las bandejas, al lado de la cocina.

El Parlamento sueco también cuenta con un restaurante más formal para ocasiones especiales. Pero, en el día a día, algunos diputados se traen su propia comida, que calientan en la cocina comunitaria del Parlamento. Cada uno se lava sus platos y cubiertos.

 

Además, ningún diputado sueco tiene derecho a reembolso por comidas en restaurantes de lujo.

 

"Ningún diputado tiene secretaría particular ni puede contratar asesores", explica Mats Lindh, del sector de Servicios Parlamentarios.

 

En el sistema sueco, cada partido político representado en el Parlamento recibe fondos restringidos para contratar a un grupo de asistentes y asesores, que forman el llamado secretariado del partido. Y este grupo de funcionarios atiende, colectivamente, a todos los diputados de un partido.

 

Es decir: los parlamentarios comparten un grupo de asesores y asistentes que, entre otras actividades, preparan análisis políticos y se encargan de las relaciones con la prensa.

 

Un portavoz proporciona la lista del secretariado del Partido Socialdemócrata: 101 funcionarios trabajan en conjunto para 100 diputados. Este equipo de funcionarios está compuesto por asesores y analistas para cuestiones políticas y relaciones con la prensa, además de algunos asistentes administrativos que no suelen estar a disposición de los diputados para tareas personales.

 

"Cada diputado se ocupa de su agenda de trabajo, prepara sus discursos, organiza sus reuniones y reserva billetes de tren o avión", dice el portavoz.

 

Según el politólogo sueco Rune Premförs, que los parlamentarios tengan asesores particulares es una aberración. "¿Por qué todos esos recursos deberían estar a disposición de un solo político si se pueden compartir? Los representantes políticos también deben ser representantes del pueblo en términos de no atribuirse condiciones privilegiadas", opina.

Y en lugar de recibir fondos para la divulgación del mandato, los diputados suecos informan a los votantes sobre sus actividades parlamentarias a través de internet.

 

El sitio web oficial del Parlamento de Suecia cuenta con páginas individuales de cada uno de los diputados en las que hay copias de todas las mociones presentadas por el parlamentario en cuestión, así como videos de sus discursos, sus interpelaciones y otras actividades parlamentarias.

Cuando están en sus circunscripciones electorales, los parlamentarios utilizan la sede local del partido, o la biblioteca pública, para trabajar y hacer reuniones. "O su propia casa", dice Anna Aspegren, la jefa del departamento que controla los gastos de los diputados.

 

Entre las informaciones que cada parlamentario sueco recibe al ser elegido, hay un manual de 35 páginas, titulado 'Reglas de viaje' ('Reseregler'). Estas son algunas de las recomendaciones que incluye para los diputados:

·         Debe elegirse el medio más económico posible para llegar el destino: tren, coche o avión

·         Los coches para viajar se tienen que alquilar en la agencia de viajes del Parlamento, utilizando las empresas con las que el Parlamento tiene contratos para conseguir precios más favorables. Por consideración con los costos y la protección del medio ambiente, no se permite alquilar coches especiales o de lujo

·         Si el diputado viaja con su propio vehículo, debe elegir el camino más corto posible, a menos que haya razones especiales para tomar un camino más largo

·         Los diputados tienen que utilizar taxis cuando no haya alternativa de transporte público disponible, o si hay razones especiales para ello

En cuanto a los viajes al exterior, un diputado sueco puede gastar un máximo de 50.000 coronas suecas (unos 5.400 dólares) por mandato, es decir, a lo largo de cuatro años. El parlamentario debe presentar un programa detallado del viaje de trabajo, que, como es costumbre en varios países, debe ser sometido a la aprobación de la presidencia del Parlamento.

 

Otra regla trata sobre el alojamiento. "Cuando un diputado comparte la habitación de hotel con un familiar o amigo que no tiene derecho a tener los gastos pagados por el Parlamento, el Parlamento paga solo el 75% del valor de la paga, y no son hoteles de lujo", añade Aspegren.

Tanto los parlamentarios como los ministros suelen volar en aviones comerciales.

 

A nivel regional, la representación política en Suecia se considera una actividad añadida que se ejerce en paralelo a un empleo remunerado, por lo que el 94% de los representantes de las asambleas regionales no tienen salario.

 

Solo los integrantes de la presidencia y de los comités ejecutivos de las asambleas reciben remuneración por trabajar como políticos a tiempo completo o parcial.

Los alcaldes no tienen derecho a residencia oficial. Y en todas las asambleas municipales del país, la regla no tiene excepción: los concejales no tienen salario, secretaría, asistentes, carro con conductor, ni siquiera despacho -trabajan desde casa-, y ganan solo una pequeña gratificación por participar en las sesiones de la Cámara.

 

"Ser concejal es un trabajo voluntario, que se puede realizar perfectamente en las horas libres", opina Christina Elffors-Sjödin, concejal de Estocolmo, del Partido Moderado.

 

***

 

Una vez que hemos visto estas peculiaridades es muy posible que comencemos a entender que el problema de España no es que no haya dinero, es que lo malgastamos.

 

Hace unos meses un conocido se dedicó a ejercer de chofer de modo temporal, por tener cierta amistad, de un personaje que se presentaba a unas elecciones de CCAA. Mi conocido me confesó que esperaba que su amigo obtuviera los votos necesarios para salir elegido, ya que, cualquier mindundi de segunda fila de este país, tiene el privilegio de elegir a dos personas de su confianza, sin más requisitos que ser amigos.

 

Ahora, echemos cuentas de cuántos concejales de ayuntamientos, consejeros de CA, etc. tenemos en España y empecemos a multiplicar. ¿Nos vamos haciendo ya una idea de dónde se van nuestros impuestos?

 

Si a todos estos sinsentidos que hemos visto y de los que cada uno recuerda, le añadimos el hecho de que la Administración pública es gigantesca, que hay más funcionarios que trabajadores en el sector privado, que el número de empresas y organismos públicos está descontrolado, que en muchos de ellos no se sabe su razón de ser y que allí viven unos cuantos miles de chupópteros, tal vez, a partir de ese momento debamos replantearnos por qué nos quedamos tan tranquilos cuando nos roban 700.000.000€ a los parados de Andalucía o tenemos que incluir en los PGE el precio del café que se toman sus señorías en el bar del Congreso.

 

El problema de España no es que se paguen pocos impuestos. De hecho, la carga fiscal es considerable en comparación con otros países y lo que recibimos a cambio. El problema es la cantidad de inútiles que viven de lo que Esperanza Aguirre llamaba la “mamandurria”, que, según el DRAE significa: “Sueldo que se disfruta sin merecerlo, sinecura, ganga 

permanente.”

 

Por eso, yo quiero ser sueco.

 

© Carlos Usín