sábado, octubre 01, 2016

Pedro Sánchez: el hundimiento



Y finalmente, lo que parecía inevitable ha terminado por suceder. Las tensiones más o menos soterradas, las sutiles puyitas, las traiciones grandes y pequeñas a los acuerdos verbales pactados en su día, los mensajes subliminales y el lenguaje de salón, han dado paso a los navajazos a degüello y de aquí no salimos sin tu cadáver y el de tus colegas, al más puro estilo rebelión senatorial en la antigua Roma. 

El PSOE - que es una jaula de grillos desde hace bastante tiempo-, ha estallado y muy probablemente acabe físicamente escindido en dos partidos. Esto no parece que vaya a terminar como la experiencia de Rosa Díez y su UPyD. Esto ha desgarrado, ha abierto en canal al partido y ya veremos cómo termina.  

Ahora, algunos leales al supuesto secretario general del PSOE en funciones (o no), van con sus pancartas a Ferraz y hablan de traiciones en el seno del PSOE, pero se olvidan de que hace sólo unos pocos meses, hubo unos cuantos líderes de UPyD que sí traicionaron a Rosa Díez, aproximadamente por los mismos motivos por los que ahora “se traiciona” al incompetente de Pedro Sánchez. Y con la traición, vinieron los cargos y los puestos en las listas del PSOE (Irene Lozano), castigando a otros de dentro del partido como Eduardo Madina, enemigo íntimo de Pedro por derecho propio. 

Y si hablamos de Ciudadanos, habría que señalar que casi el 30% de sus nuevos diputados, provienen de otros partidos. Sin ir más lejos, Toni Cantó, dejó en la estacada a Rosa Díez. Otro ejemplo sonado es el de Fernando Maura, el número 6 en la lista de Rivera en Madrid, que antes fue eurodiputado de la formación magenta. Maura fue expulsado del partido en abril tras decir que UPyD "estaba acabado", aunque no abandonó su escaño en el Parlamento Europeo hasta noviembre. Aunque sin duda, el caso más llamativo es el de Juan Carlos Girauta, que no contento con haber sido del PSOE, también formó parte del PP.

Conviene recordar también que este inútil de Pedro Sánchez, ha ido dejando cadáveres mal enterrados por las cunetas y el problema, es que los cadáveres, o los entierras bien o cuando resucitan, te la clavan. Es el caso, por ejemplo de Tomás Gómez, el antiguo secretario general del PSM de Madrid, que fue cesado fulminantemente por Pedro Sánchez, el cual, dio instrucciones para cambiar la cerradura del edificio donde estaba radicada la sede, impidiendo el acceso a todos los trabajadores de la asociación. Exactamente igual que lo que ha hecho estos días en la sede de Ferraz, impidiendo el acceso a los representantes del ala crítica con su nefasta gestión, si es que a lo que hace se le puede calificar de gestión. Sin duda, un vivo ejemplo del talante negociador de este incompetente máximo, generador infinito de problemas, que es Pedro Sánchez. Todos deben dimitir, pero el único que no dimite, es él.

Así es que, sí, en esto de la política y en concreto en el PSOE, se llevan clavando la faca y el alfanje desde hace tiempo y da igual que se les califique de  traidores o de héroes, porque al final se suele cumplir el viejo refrán de “quien a hierro mata, a hierro muere”. 

Ahora, en una vuelta de tuerca más, algunos se atreven a inculpar al PP de maniobrar en la sombra y provocar este cisma socialista, como si el inútil de Pedro Sánchez necesitara ayuda para suicidarse. Y de paso, de acusar a Felipe González de ser un burgués, como si tal circunstancia fuera constitutiva de delito en sí misma, y además, de ser un traidor. Ya se sabe que en ciertos ambientes donde se presume de diálogo y de demócratas, todo aquel que no comulga con la rueda de molino del líder, es un traidor, se llame Felipe, Mariano o Susana. Tics de un antiguo pasado fascista.

Pero todavía no he escuchado a ningún socialista afecto a Pedrito, entonar un mea culpa por el continuo ridículo que en cada cita electoral va haciendo el PSOE, desde que está al frente el inútil de Sánchez, en una continua exanguinación, que o se para, o termina con la vida del enfermo.

En las municipales de Madrid de 2015, el PSOE fue la tercera fuerza, con 9 escaños, muy por detrás de Podemos con 20 y del PP – que ganó – con 21. En las anteriores del 2011, el PSOE tenía 15 escaños. Y ya sabemos lo que pasó el 20-D y el 26-J, además del desastre de las gallegas y del P. Vasco. 

Llama la atención que durante mucho tiempo, Pedro Sánchez ha estado repitiendo como una letanía que el que tenía que irse a su casa era Mariano Rajoy, cuando ha sido éste el que ha ganado las elecciones generales, no una, sino dos veces, mientras que el que va haciendo el ridi, es el propio Pedro. Pero no dimite ni asume responsabilidades. Es más, ha llegado a afirmar que la culpa de la debacle en las últimas gallegas y vascas, la tienen los críticos. ¡Manda güevos! que diría Trillo.

Y también llama la atención que Pedro Sánchez haya repetido hasta la extenuación que había que cambiar la Constitución, como si eso fuera a tener el mismo resultado mágico que el bálsamo de fierabrás, mientras que todo parece indicar que lo que había que cambiar eran los estatutos del PSOE que ni ellos mismos se aclaran de cómo interpretarlos. ¡Pues como para dejarles la Constitución!

La situación actual del PSOE responde exclusivamente a un nombre propio y no es otro que el de Pedro Sánchez. Atrincherado en su bunker de Ferraz junto a sus más fieles colaboradores. Desoyendo las llamadas a la cordura y la sensatez de los que aún la conservan en el partido. Haciendo oídos sordos a la tan reclamada “altura de miras” que el hipócrita de Pedro Sánchez ha utilizado en su exclusiva conveniencia. Inspirado exclusivamente en su insuperable soberbia y en su infinito desprecio por todo lo demás. Sin más obsesión que pretender ser presidente de un gobierno imposible, sea al precio que sea, aunque sea metafísicamente imposible con los escaños que tiene. Enfrentado a medio partido socialista y a la mitad de sus votantes que hace tiempo le abandonaron, cada día se asemeja más a la triste y patética figura de Hitler en sus últimos días, que también se reflejan en la película “el hundimiento”.

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