Luego diréis que lo que me pasa, es que les tengo
inquina. Pero es que son una panda de inútiles que no hay por dónde cogerlos.
Me refiero en esta ocasión a los de Open Bank. Otra vez, los de Open Bank.
Resulta que te venden la idea de una tarjeta
prepago, como si se tratara del bálsamo de fierabrás, que todo lo cura. Que si
es más seguro para el ecommerce. Que si es gratis. Que si es virtual. Tú vas y
aunque viene de un banco - y por tanto, hay que desconfiar - comienzas a
usarla. La usas una primera vez y todo va bien. Te animas y vas a por la
segunda. Y todo va sobre ruedas. Y de repente, te ves metido en la vorágine de
compras de Navidad y empiezas a usar la tarjeta prepago, como si no hubiera un
mañana; como si fuera una pelota de tenis, en un partido entre FNAC y Amazon. Y
un día cualquiera, pongamos por ejemplo, ayer, intentas comprar un libro de un
amigo al que también le va esto de
escribir. Y como además, el libro cuesta 0,99€, pues nada, allá que vas todo
ufano con tu tarjeta prepago.
Las primeras 65 veces que la compra no te
funciona, piensas que tal vez estás haciendo algo mal, a pesar de considerar
que has adquirido un dominio de profesional de las compras online. Ya has
verificado - sólo por asegurarte de ello - que en la tarjeta hay saldo más que
suficiente. Y cuando no se te ocurren más motivos que justifiquen que no puedes
hacer la compra, llamas a Amazon. Mejor dicho, te conectas a un chat en donde una
amable señorita, y después de un tiempo más que prudencial de espera, te
informa que el pago está siendo rechazado por el banco, pero que al ser un
rechazo genérico, no da datos suficientes para saber de qué se trata. Y que te
pongas en contacto con tu banco. Y les
llamas, convencido de que tiene que ser un error. Una tontería. Una nadería.
Después de que te tienen al teléfono 10
minutos mirando tu problema - al parecer no era tan pocas cosa el tema - tú
tienes que colgar porque te tienes que ir. Al fin y al cabo, lo vas a volver a
intentar al día siguiente y seguro que el problema se ha solucionado sólo, que
es algo muy frecuente en este apasionante mundo de la informática y la
tecnología.
Y al día siguiente, o sea, hoy, al primer
intento obtienes el mismo resultado que ayer. O sea, que ya van por 66 los intentos
fallidos de comprar el dichoso libro. Que además, ya se ha convertido en un
reto.
Entonces, llamas de nuevo a Open Bank. Y la
señorita que te atiende te empieza a poner sobre la pista de lo que está
pasando.
- Es que usted, señor, tiene un
saldo negativo y por eso no le deja hacer la operación.
- Perdone usted, pero tengo la
pantalla del ordenador enfrente de mí y estoy viendo claramente, cómo me dice
que el saldo es positivo y por bastante más de lo necesario para comprar algo
por 0,99€.
- No, es que eso está mal. Es que
el saldo que le aparece ahí, en realidad debería tener el signo menos por
delante. Está en negativo.
- Pero vamos a ver: si yo estoy
viendo todos los movimientos y es matemáticamente imposible que el resultado
sea negativo. ¿No los ve usted?
- Es que después de consultar con
el responsable de Pagos, - porque yo misma no tengo autorización para verlo -
me dice que hay una retención por importe de 42€. Y parece ser que es de FNAC.
- Oiga, que yo ya tengo en casa
todo lo que FNAC me tenía que dar y todo está cobrado.
- Ya, pero según parece ellos
establecen una retención por las compras. Esa retención tiene una vigencia de
20 días y hasta que no transcurra ese período de tiempo, no se levanta la
retención.
- Pero si ya han cobrado las
compras.
- Ya, pero usted dispone de un
período de 20 días para devolver o cancelar. Hable con ellos a ver qué le
dicen.
Y entonces, vas y consigues un teléfono de
tención al cliente de FNAC, que no sea un 902 - que tampoco es fácil - y
llamas. Y le cuentas la película a la señorita
de la FNAC.
- Pues por nuestra parte, no
tenemos nada retenido. Lo que teníamos que cobrar, ya está cobrado y no hay
retenciones.
- Pues es que mi banco me ha dicho
que ustedes tienen retenidos 42€.
- Pues no. No tenemos nada de eso.
Vuelva a hablar con su banco.
Ahora, la pelota del partido de tenis, vuelve
a estar en el campo de Open Bank. Y vuelves a llamarles y como la señorita es
diferente de la vez anterior, le cuentas tu vida en verso, para que le sea más
llevadero.
- Espere unos minutos, por favor.
Voy a consultar el problema. No se retire.
Después de unos 20 minutos escuchando una versión
de una canción de Wet Wet Wet, que al
principio te agrada, pero que al final acabas odiando, vuelve la señorita con
la respuesta final al problema.
- Perdone la espera. Pero es que
hemos detectado varios problemas.
- A ver dígame.
- El primero es que el saldo que
aparece en su posición global de la tarjeta prepago y el que ve usted cuando
entra a ver los detalles, no es el mismo.
- Ya. Eso también me he dado
cuenta, pero ahora mismo no es mi prioridad 1.
- El segundo error, es que el
saldo que ve usted en la pantalla de detalles de la tarjeta, aunque lo ve como
positivo, en realidad está en negativo.
- Pero eso no es posible, mientras
2 más 2, sigan siendo 4.
- Es que hay un tercer error.
Resulta que hay una retención de 42€.
- Sí. Su compañera esta mañana
dijo que era de FNAC, aunque no sé de qué.
- No, señor. Es de Amazon. Los de
Amazon, tienen establecido realizar una retención por el importe total de la
compra que vaya a hacer, con el fin de asegurarse la existencia de fondos.
Además, retienen un euro. La retención por el 100% de la compra, tiene una
vigencia de 20 días, con lo cual, hasta transcurrido ese tiempo, no se
levantará la retención y por tanto, no se estabilizará el saldo de su tarjeta.
- A ver si lo he entendido.
Intento usar un medio de pago, cuya información, según me está contando usted, ¿no
tiene nada que ver con la realidad? Porque vamos a ver, lo menos que puedo
esperar es ver entre los detalles de mi tarjeta de prepago, algo que me indique
que existe una cantidad retenida y por parte de quién está retenida. Es decir,
si utilizo un medio de pago, no creo que sea mucho pedir, conocer lo antes
posible, cuál es el saldo real de mi tarjeta o de mi cuenta. Y sin embargo, me
encuentro con que ustedes me dan un saldo de la tarjeta en la pantalla de la
posición global. Un saldo diferente en la pantalla de los detalles y además,
ninguno de los dos es real, pues el que aparece, tiene el signo cambiado y por
tanto, está en negativo. Y las retenciones que son las que podrían cuadrar los
números, no aparecen ¿Me puede decir para qué me sirve a mí todo esto?
- Le entiendo perfectamente señor.
Es todo un error por nuestra parte y le pido disculpas por ello. Ya se lo he
comunicado al responsable de pagos. Pero sobre todo, debe ingresar el importe
que aparece en su pantalla, a fin de que no le cobren intereses por saldo
negativo durante casi un mes en su tarjeta.
- Así lo haré. Y por otra parte -
añado - sería muy recomendable que le indicara a quien proceda que cuando el
banco rechace un pago, al menos, el mensaje, tenga algún detalle que por lo menos
oriente acerca de dónde puede estar el problema. Porque eso de decir “algo anda
mal, más vale que lo arregle”, no ayuda mucho. Si en mi caso hubieran usado un
mensaje del estilo de “fondos insuficientes, consulte con su banco”, me habría
ahorrado hablar con FNAC y con Amazon.
No me digas que no es para colgarlos de las farolas?