Las modas estúpidas y sus estúpidos seguidores

Ahora, cualquier cretino, en perfecto uso de su tan cacareada libertad de expresión, puede ir a cualquier sitio y chillar, patalear, abuchear o silbar a quien le plazca, aunque está "mejor visto" si el objeto de su repulsa, representa al Estado, a la familia real o es alguien del gobierno. Da igual que se inaugure una estación del AVE, que va a significar una fuente de ingresos para la Comunidad Valenciana, un nuevo Parador de Turismo, que además de recuperar un edificio con una arquitectura singular, representa un intento de revitalizar económicamente una zona determinada, o ya sea un asilo para ancianos. Da igual, ahora lo "in" es silbar.

Se silva a los reyes, se silva a los ministros, se le retira el saludo al de Educación, pero se recogen las becas que da; se silva la bandera de España y el himno, en los campeonatos mundiales de natación, cuando me pregunto quién ha corrido con los gastos del evento. Aquí, cualquier tarado, tiene su minuto de gloria, aunque sea sonoro. Y casi siempre, anónimo.

Son profesionales de la calle. Todos van muy bien conjuntados, con sus pancartas, sus banderas y sus eslóganes. Seguro que hay un sindicato de agitadores callejeros profesionales, con sus cuotas y todo. Y como buen sindicato que se precie de serlo, estarán comiendo todos de la teta del Estado. Como Dios y Franco, mandan.

Y mientras tanto, para los desempleados, no hay cursos gratuitos, porque los únicos cursos que hay, son para los que están trabajando. Porque los paga la Fundación Tripartita. Y del total de millones que se destina cada año a tal fin, que representan COSTE CERO para las empresas, ¿quién se queda el dinero de los cursos que no se dan?. ¡Correcto! Los que van de bolo en bolo a silbar! Los que no han trabajado en su puñetera vida.

Pero somos libres. 

Y los catalanes, que se quieren independizar de un estado enemigo como España, pero no protestan cuando se organizan los Mundiales de Natación en Barcelona. ¿Quién ha pagado la piscina que se ha construido? ¿No había ninguna de los JJOO útil? ¿Quién pagó todas las inversiones de los JJOO del 92? 

Pero cuando oyen el himno y ven la bandera, protestan, silvan, abuchean. 

Pero, es la moda!