La historia nos enseña que cuando se produce un escándalo de corrupción política, con dinero de por medio, lo que hay que hacer, es lo que decía Garganta Profunda a sus periodistas preferidos: "Seguid el dinero". De poco o nada sirven papeles, manuscritos o no, correspondencia más o menos secreta o comprometedora, o vagas acusaciones al estilo Miguel Gila: "Alguien ha robado algo". Lo que de verdad importa es el dinero.
El dinero, no se puede ocultar. Urdangarín lo ha demostrado, comprando un palacete de 7 millones de euros y no ha sido por lo que ganó como jugador de balonmano. Juan Roca lo sabe bien y por eso se dedicaba a gastar a manos llenas la inmensa fortuna, fruto de sus tropelías en Marbella, con caballos, mansiones y Picasos en el baño, incluidos. Juan Guerra, pasó de la mediocridad más absoluta a disfrutar de la vida como un auténtico señorito andaluz. Luís
Bárcenas, dispone de millones de euros en el extranjero. Hay que seguir
la pista para investigar si es lícito, y si no lo es, determinar qué
parte - si es que se puede- es lícita y cuál no. Y los de la Gurtel, Correa, "el bigotes" y demás, no se podían permitir el lujo de no hacer ostentación de su dinero. La ostentación, es la condición sine que non para este perfil de gentuza. Para ellos, no tiene sentido robar, si no es para que todos sepan y les envidien por lo que tienen. Como Robert Redford en "El Golpe". Despluma a un pringao y se lo juega todo de golpe a los dados.
Desde Watergate, en mi opinión, esa debería ser la línea principal de actuación de cualquier juez.
Unos papeles manuscritos y/o fotocopiados, sin sellos, sin membretes, sin firmas y sin nada, suena muy chusco. Suena a película de Berlanga, o de Jardiel Poncela. Suena a "Atraco a las tres". No pueden ser la base de ninguna investigación seria. Lo de Pedro J. el otro día, ha sido rizar el rizo: "que me ha dicho éste - Bárcenas- que había un señor que quería dar 300.000 euros al PP, pero que no sé si es verdad y que él tampoco puede decirlo porque el señor llevaba gabardina, gafas y sombrero". Esto empieza a tomar tintes de esperpento.
Lo que hay que hacer, es seguir la pista de "la pasta". A todos los que se les ha pillado de verdad, "con el carrito del helado", o están en prisión, o han estado, o están acusados, o en libertad bajo fianza, o con cargos. Pero todos tienen rastros de dinero sucio. Por lo tanto, si alguien demuestra que Rajoy, la Cospedal y todos los que se mencionan en esos papeles, no pueden demostrar sus ingresos, o su patrimonio no se corresponde con él, o tienen cuentas ocultas en el extranjero, entonces habremos descubierto un pufo de consecuencias impredecibles. Por el momento, no parece que los tiros vayan por ahí. No parece que Rajoy se haya dado a comprar suntuosas mansiones en Túnez, como algún que otro ex presidente, o que la Cospedal o Soraya, hayan adquirido coches de lujo, mansiones en el Caribe ni nada que se le parezca. Es más, hay diputados de la izquierda española, que tienen más casas en propiedad que el propio presidente. Eso sin mencionar a Juan Lanzas, el de UGT, que parece que tiene él solito 16. Pero seguro que es porque quería relanzar el mercado inmobiliario él sólo.
Lo de la financiación ilegal del PP, eso me lo creo. De hecho, creo que para evitar este tipo de cosas, debería ser obligatorio y público que quien quiera, diera el dinero que quiera, a quien quiera. Como en USA. Y con los concursos públicos de adjudicación, habría que hacer lo mismo que se va a hacer con las facturas a proveedores: registro único, por internet y público, incluido el resultado final del concurso. Pero en eso, no quiero entrar ahora.
Una de las ventajas de parecer un hombre gris y sin carisma, es que probablemente seas gris y sin carisma. Y, por tanto, te comportes como tal. Rajoy, para ventura nuestra, no es Berlusconi.
No me gustaría equivocarme.
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