martes, abril 20, 2021

La Superliga de fútbol

Ha estallado una bomba y como siempre que ocurren estas cosas, todo un sistema mafioso ha saltado por los aires. Porque la UEFA es, ante todo y por encima de cualquier otra cosa, una mafia.

Es un organismo aparte, que se rige por normas particulares, algunas de las cuales ha conculcado los derechos del ser humano, como trabajador, como la famosa ley Bossman. Ellos se han erigido en propietarios de facto de los jugadores de fútbol, que, sin embargo, perciben sus emolumentos de clubes privados, los cuales, deben hacer frente a los costes y perjuicios derivados de las lesiones que sufren sus jugadores como resultado de participar de forma obligatoria, en las competiciones organizadas por la UEFA.  

La UEFA, trata, por tanto, a los jugadores como auténticos esclavos, obligándoles a jugar cuantas competiciones se les ocurre, con el único fin de satisfacer su insaciable voracidad de dinero. Y mientras tanto, los clubes tienen que soportar las consecuencias de las lesiones, con sus respectivas repercusiones económicas, sin ninguna ayuda por parte de la UEFA que se inhibe de estas cuestiones.

Para aquellos que tengan poca memoria o años, hay que decir que algo parecido sucedió en el tenis en su momento y no es descartable que se produzca otro cataclismo, a tenor de la postura de varios jugadores de tenis en relación a la actual ATP.

Cuando el tenis era un deporte elitista, sólo lo practicaban los llamados amateurs, personas que se dedicaban a otras labores y que usaban el tenis como un deporte, como una diversión, no como una profesión. Hasta que algunos vieron en ese deporte una posibilidad como profesión y se lanzaron a ello. Los profesionales, tenían prohibida su participación en los torneos de tenis más importantes, hasta que, en un momento dado, algún organizador cambió de opinión y permitió que en esos torneos pudieran participar tanto amateurs como profesionales. Desde entonces, a esos torneos se les conoce como “Open”, porque se abrieron a dar entrada a los nuevos.

Algo más recientemente, en el año 2000, sucedió exactamente lo mismo que va a suceder ahora en el fútbol, pero en el baloncesto. LA FIBA, saltó por los aires cuando se fundó la Euroliga.

El baloncesto no ha muerto, ha mejorado de forma sobresaliente y los equipos europeos pueden disputar sin complejos ante los de la NBA. Y qué decir del tenis.

En relación al proyecto de la Superliga de fútbol, he escuchado los argumentos más pobres y miserables que se puedan decir. He oído hablar de falta de solidaridad, de luchas entre ricos y pobres y no sé cuántas tonterías más.

¿Pretende alguien decirme que el Granada, por poner un ejemplo, va a tener alguna vez la posibilidad de fichar a un Neymar, a un Cristiano o a un Griezman? ¿O que realmente, va a tener la oportunidad de ganar una Champions? Los equipos como el Granada o más claramente, el Sevilla, viven gracias a los aciertos a la hora de comprar barato jugadores de calidad y venderlos caros a los grandes clubes.

La UEFA y sus tejemanejes tienen como único objetivo recaudar la mayor cantidad de pasta posible para que ellos sigan viviendo a cuerpo de rey en Suiza o en Francia, comiendo y bebiendo opíparamente a costa de los jugadores y de los clubes. Y para que ese entramado se perpetúe en el tiempo, es necesario organizar los sorteos de tal forma que al final de las competiciones queden los equipos que más espectáculo dan. O sea, los que más dinero proporcionan. ¿Cuánto dinero se llevaría la UEFA por derechos de retransmisión, por ejemplo, si la final de la Champions fuera un Galatasaray- Panatinaikos?

De eso va todo esto: de pasta, de money, de dinero.

Cada día la UEFA se inventa una competición nueva, bien de selecciones, bien de clubes. Al fin y al cabo, son los jugadores los que terminan la temporada con 80 partidos en sus piernas, entre los que juegan con sus equipos y con sus selecciones.

Y total, ¿para qué? Hoy en día el ganador de la Champions se lleva 120 millones de euros. Puede parecer mucho, pero si tenemos en cuenta que cualquier cojo tuercebotas cuesta 150 millones, a lo mejor empezamos a pensar que no es tanto. Y como hay que jugar entre pitos y flautas, 38 partidos de liga en España, 13 de Champions (si llegas a la final) y no sé cuántos de selecciones (Europeo, Mundial, Copa de Naciones…) a los que hay que añadir los del Mundialito de clubes, que, además, te tienes que ir a tomar por saco a jugar contra un equipo que no conoce ni su puta madre, pues claro, necesitas una plantilla de 25 tíos, 25 atletas que diría Guardiola. Y ponte a pagarlos las nóminas para que luego se te lesionen antes de un partido importante, porque han tenido que jugar en Japón contra un equipo egipcio.

Así es que esto es una revolución al más puro estilo Espartaco. Los esclavos se han revelado y los clubes, que son quienes soportan los costes de sus trabajadores, han dicho ¡basta ya! Yo decido qué hacer cómo, cuándo y dónde con mis trabajadores.

Quien va a financiar todo esto de la Superliga van a ser los de siempre: las TVs y las marcas deportivas. ¿Porqué todas las compañías de telefonía y las TV’s se pelean por un trozo de la tarta del fútbol? Pues porque es mucho dinero el que ganan con sus abonados. Dinero que no tengo claro que vaya a repercutir en beneficio de los clubes o si lo hacen, no de una manera equitativa y justa para los riesgos que corren. ¿Eso es solidaridad?

¿A santo de qué vienen las giras de pretemporada por Asia o EEUU? Pasta, publicidad, camisetas, crear afición, derechos de retransmisión. De ahí que muchas veces sean las TV’s las que marquen a qué hora y qué día se juega un partido de fútbol.

¿De qué se quejan los ingleses si los equipos punteros son propiedad de millonarios rusos, árabes o fondos de inversión? ¿De qué se quejan si los derechos de TV son infinitamente mejores que los de España? ¿De qué se queja el PSG después de pagar 200 millones por Neymar? ¿De qué se queja el Bayern que arrasa con todo jugador que sobresale en cualquier otro equipo en Alemania?

Lo que no termino de entender es que se pretenda continuar con las competiciones actuales y en paralelo, lanzar esta otra. Al menos eso es lo que entendí ayer noche a Florentino. Claro que como estaba haciendo zapping lo mismo me he perdido algo.

Yo entiendo que esta Superliga pretende suplantar y mejorar la actual Champions, que ya es un remedo de aquella Copa de Europa inicial. Y lo es, porque de esta forma la UEFA gana más pasta, aunque el espectáculo pierde. Antes, la Copa de Europa la jugaba el primero de cada liga y era sorteo puro y duro. Eliminatoria uno a uno, hasta el final. Ahora, se meten cuatro, y si tienes suerte en la fase de grupos, te puede caer “una maría” de esas que todos saben que no tienen nada que rascar. Pero la UEFA también trinca de eso y les importa cero patatero que los jugadores tengan que viajar al culo del mundo, a jugar en un patatal donde pueden lesionarse, a enfrentarse con un grupo de amigos, que lo más redondo que han visto ha sido una tableta de chocolate.

Por eso, están que rabian. Por eso se han revuelto como un rinoceronte herido y por eso están lanzando cornadas a todo lo que se mueve, amenazando incluso con perpetrar acciones ilegales, como, por ejemplo, impedir que los jugadores participen con sus selecciones, algo que va en contra de los derechos del trabajador y otras ocurrencias similares. Entre otras cosas, no se han parado a pensar que hacer esto va en detrimento – aún más – de la calidad del espectáculo. Si hurtas al deporte de los mejores ¿quiénes quedan, los segundones? ¿Y la UEFA pretende ingresar lo mismo por jugar con segundones?

La UEFA se fundó en 1954 y antes de eso ya había fútbol.

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