lunes, marzo 11, 2013

Armas de mujer

Hay cosas que me sacan de quicio y una de ellas, es la estupidez. Me explico.

Desde tiempos que ya ni recuerdo, se ha puesto de moda declarar un día para celebrar lo que sea. Hay cuestiones que realmente, merece la pena resaltar y remarcar en el calendario porque si no, rara vez la gente se daría cuenta de la existencia del problema. Son aquellas fechas en las que se hace referencia a las enfermedades raras, o a los afectados por algún extraño síntoma, o a los que padecen alguna enfermedad que ni siquiera es considerada como tal y por tanto, quienes la sufren, tienen complicado justificar su ausencia del trabajo. Me refiero a la fibromialgia. Todo eso, está bien porque ayuda a concienciar a las personas sobre diversos problemas y acerca de personas que sufren.

Luego están que si el día del Padre, el de la Madre, que si el día de los animales domésticos a los que se disfraza y se les lleva a la iglesia para que sean bendecidos, etc. Vale, todo eso forma parte del espectáculo, del comercio y de lo exótico. Pero me exaspera que hoy en día tengamos el Día de la Mujer Trabajadora. Vamos a ver.

Para empezar, hay una redundancia en sus propios términos. ¿Es que hay mujeres que no sean trabajadoras? ¿O es que a las que no son trabajadoras, no se las incluye en la celebración? ¿Qué se entiende por trabajo, pues? Que en el siglo xxi tengamos que estar gastando el tiempo y el dinero en lo que considero obviedades, me parece algo tonto, y además, va en contra de la propia mujer.

Otra cosa es que la mujer aspire a ser retribuida de igual forma que un hombre por un trabajo igual al que el hombre desarrolla. Ahí, vale. En cuanto al trabajo que desarrolle en casa, con la familia, los hijos etcétera, será un acuerdo a pactar con su pareja, a título personal y no en base a ninguna norma legal que se le haya ocurrido a alguien. Soy enemigo acérrimo de imponer costumbres a base de leyes. La historia nos ha demostrado que eso no suele funcionar y que además, provoca un movimiento contrario, algo que a los españoles nos encanta: llevar la contraria a la ley. Por tanto, me declaro enemigo de todas esas regulaciones, normas y leyes que intenten obligar a las empresas, organizaciones, partidos políticos y demás, a que cubran sus puestos con un determinado cupo de mujeres por el mero hecho de que lo sean y no por los méritos en los que incurran.

Soy de la opinión de que ese supuesto principio de igualdad entre hombres y mujeres, las primeras que huyen de él son las propias mujeres y en la mayoría de los casos, salen ganando. Porque, vamos a pensar con lógica: ¿qué hay de bueno en trabajar 14 o 16 horas diarias en una empresa, no ver a tus hijos ni a tu pareja, vivir en aviones y hoteles y convertir tu vida en una especie de esclavitud moderna a cambio de un salario? Bueno pues yo no le veo la gracia y tal vez, por eso mismo, porque las mujeres tampoco se la ven, es por lo que deciden tomarse el mundo del trabajo con otra filosofía. Tal vez sea por eso mismo, por lo que cuando entras en un organismo oficial, sea el ayuntamiento, la Delegación de Hacienda o lo que sea oficial, 9 de cada 10 personas que están trabajando allí, son mujeres. Horario de 8 a 3. Las tardes libres, puesto asegurado y salario fijo y hasta con el tiempo puedes decidir dónde trabajar. Te reconocen la antigüedad, puedes seguir subiendo en el escalafón y no suele haber discriminación por sexos. O sea, lo contrario de lo que sucede en la empresa privada.

¿Eso es ser más tonta que los hombres? Lo dudo mucho. Yo diría más bien que son los hombres los tontos. De hecho, lo somos, al margen de este tipo de comparaciones. 

Hay más mujeres universitarias que hombres, obtienen mejores notas, por lo general, se concentran mejor y cuando se lo proponen, simplemente son más brillantes. Pero son "las tontas", las que se empeñan en revertir la situación, haciendo que la balanza se vuelque a su favor basándose en su condición de mujer y no en lo que ellas valen.

Hoy mismo, el gran Pérez Reverte publica un artículo en su blog en donde se aprecia esa enorme diferencia de la que hablo. Él se refiere a dos mujeres, una brillante en su trabajo, catedrática, con una gran capacidad de expresión y didáctica sobre un tema que se ve a las claras que domina. La otra, simplemente, una mujer que después de hacer una carrera universitaria se dedicó a la política, consiguió ser Directora General y que no sabe lo que dice. Las mujeres, eligen dónde quieren trabajar y unas son brillantes y otras no, pero eso no lo va a cambiar ninguna ley.  

De cualquier forma el uso y la manipulación que se hace de la mujer, no debería de llamarnos la atención sólo porque se haga referencia al mundo empresarial o político. Es un bombardeo constante al que estamos sometidos, incluidas las propias mujeres, desde los medios de comunicación. No digamos ya el mundo de la publicidad, que es que para vender un abrigo, da la sensación de que te vas a tirar a la modelo antes. Me refiero a cualquier espacio televisivo, da igual que sea un programa tipo magacin, sea una reportera desde cualquier confín del mundo, sea diciendo las noticias o dando el parte del tiempo. Parece que hay una lucha entre las cadenas a ver quién tiene a la tía más maciza, más espectacular, más guapa. Da igual lo que diga.
 
En España, aparte de las Koplowitch, la baronesa Thyssen y alguna que otra, no tenemos noticias de haya mujeres que manejen grandes corporaciones. Y sin embargo, las hay. La Jefa suprema de IBM, es una mujer, por poner un ejemplo, y la de una de las empresas del grupo (INSA), también. Las mujeres que están el Top Management, se diferencian de los hombres en que no necesitan ruido ni alharacas a su alrededor. Se dedican a trabajar y se acabó. El hombre, no. El hombre necesita hacer mucho ruido, con pífanos y trompetas que anuncien su llegada y su salida de la oficina y mientras está en el trabajo, moverse como un pavo real en época de celo.

Hay muchas mujeres muy listas, con puestos tan importantes o más que el que tienen algunos hombres, pero no se las ve. Por ejemplo, Amancio Ortega, tiene varios hijos varones fruto de otro matrimonio anterior y sin embargo quien va a heredar su imperio, es su hija Marta, que es la más lista de todos y la que ha demostrado interés en el negocio. 

Creo que las mujeres hacen mal si reclaman obtener lo mismo que los hombres, aparte de una remuneración igual por el mismo trabajo que ya lo he dicho antes. Las mujeres hacen muy bien en dedicarse a lo que se dedican y cuando deciden introducirse en un terreno nuevo, acaban dando lecciones. Otro ejemplo, creo que Esperanza Aguirre sería una estupenda Presidenta del Gobierno. Pero es mucho más lista que la mayoría y dio un paso atrás. ¿Injusticia? ¿Desigualdad? No. Armas de mujer.

Por eso todas esas inútiles que van cacareando una igualdad entre hombres y mujeres, lo único que hacen es fastidiar a todas las demás que sin ayuda de nadie, en algunos casos literalmente, tienen sus trabajos, compaginan la vida laboral y la familiar y en definitiva, tienen la vida que ellas han decidido tener. Algo que no estoy seguro que puedan decir la mayoría de los hombres.

                                                                  

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Carlos,

vuelvo a intentarlo.

Te comentaba que estaba en parte de acuerdo con lo que decías, pero hay otras cosas que no dices. Por ejemplo, el celebrar el día de la mujer trabajadora es simplemente un acto histórico, de una conquista que se ha producido sólo en la historia más moderna, y por eso es una celebración nueva. Es equiparable a la celebración de la conquista de América: no es que vayamos a descubrir América todos los años (aunque a veces lo parezca), sino que celebramos lo que supuso ese descubrimiento.

Por otro lado, mencionarte que todavía existen más diferencias que sólo el salario, como por ejemplo los puestos a los que se pueda acceder, la discriminación que se produce para determinados trabajos, el acoso y abuso de superioridad de algunos hombres con respecto a las mujeres. No es constante, pero es más frecuente de lo deseado.

Por último, señalar que existen muchas diferencias en lo profesional entre hombres y mujeres, y que me parece que persistir en igualar a los dos géneros es un esfuerzo inútil. Pero esas diferencias no se basan en la superioridad de un sexo con respecto al otro. Son complementarios.

Roberta

Carlos Usín dijo...

Tienes razón en lo del hecho de que con una Día de...se conmemora algún logro alcanzado. Cierto. Pero algunas veces y esta es una de ellas, creo que hacen un flaco favor a las mujeres a las que, por si no ha quedado claro, admiro.

Me refiero a todas esas con encefalograma plano pero que tienen un micrófono enfrente y que ni siquiera dicen cosas interesantes, sólo simplezas. Es como si un imbécil, saliera en TV gritando ¡hala Madrid! Sería una pobre representación.

Por lo demás, sí es cierto que existen ciertos ámbitos de poder en donde la mujer sufre, por ejemplo, acoso. Sin ir más lejos el caso de Ponferrada. Pero al menos, hoy en día, gracias a Dios, vivimos en una sociedad que tiene grado de tolerancia cero con esos comportamientos y hay instrumentos, como ya se ha demostrado, que funcionan. Lo malo son esos países en donde la ablación es una "costumbre" o el gurka, una imposición, pero es que esas sociedades, lamentablemente, debían desaparecer y volver a nacer, para todos, incluidas las mujeres.

En cuanto a lo de la igualdad profesional, creo que la mujer se equivoca cuando quiere competir contra el hombre, en el terreno del hombre por un puesto "de hombre". Intentaré explicarme.

La mujer es mucho mejor que el hombre. ¿Para qué vas a competir con un idiota? Dedícate a cosas que el hombre no sabe hacer y no hablo de otras profesiones, hablo de hacerlo de manera "femenina", no viril.

Simplemente no me imagino a las Koplowitch o a la Thysen o a la Preysler, protestando por la desigualdad. Y son perfectamente capaces de hacer su trabajo, tan bien o mejor que cualquier hombre.

El hecho de que haya puestos a los que resulta imposible acceder para una mujer, no necesariamente debe ser considerado como negativo, salvo claro, que la mujer aspire a él. A eso me refería antes: los hombres tienen unos puestos que no siempre deben ser objeto de envidia, al menos, por una mujer. Y ese es el mayor error que veo en algunas mujeres, que no se contentan con su puesto de trabajo sino que desean el del hombre, sencillamente porque en el fondo de su interior están librando una guerra.

¿Has visto la película el método Gronholm? ¿Quién se queda con el puesto al final? Pues a eso es a lo que voy, que a la mujer le sobra capacidad para tener mil trabajos mejores que los de cualquier hombre. Incluso, los del propio hombre, claro.

También entre los propios hombres hay desigualdades, lo que pasa es que no se perciben como de "género", sino propias del entorno, de la ambición, de la valía. Siempre eligen como jefe al amigo del jefe, no? ¿Entonces por qué no se puede concebir que hay desigualdades que afectan a todos? ¿Por qué hay que distinguir entre géneros?

No hay dos seres humanos iguales, como tampoco hay dos circunstancias laborales iguales.

Creo que hay demasiada demagogia política y que hace daño a la mujer, más que favorecerla.

Y desde luego, como ya he dicho antes, no creo que el desempeño de los roles del hombre y de la mujer, venga por la instauración de un Ministerio o la promulgación de una ley.

Unknown dijo...

No he visto la película pero me la anoto.

Carlos, no quisiera compartir por aquí mi propia experiencia, ni dar detalles, pero a lo largo de mi trayectoria he sufrido aproximaciones masculinas en TODAS las empresas en las que he trabajado más de un año. No son cuestiones denunciables, y si lo fueran sería la palabra de uno contra la del otro.

Es posible que lo mismo suceda en el caso contrario, mujeres con poder que se aproximan a sus empleados.

En cualquier caso, creo que si sigue habiendo algo de machismo, y creo bueno que haya leyes. No creo que las mujeres envidiemos puestos que ocupen los hombres, simplemente algunas quieren tener las mismas oportunidades de hacer carrera sin pasar por el derecho de pernada. Esto existe todavía, aunque no sea visible.

Por último, no creo que la ley diga que haya la misma proporción de mujeres aunque éstas no estén cualificadas para el puesto. Es más, las estadísticas dicen lo contrario: a igualdad de puesto las mujeres tienen más cualificación que los hombres, de los que algunos quieren deducir que a la mujer se le exige más para ocupar el mismo sitio (yo tengo una interpretación distinta).

Creo de todas formas que esto es equiparable a la integración de los esclavos negros en la sociedad civil americana. Poco a poco han ganado terreno, pero todavía no se sitúan al mismo nivel...

Creo como tú de todas formas que hay muchísima demagogia política, y una clarísima caza al voto femenino, que otorga mayorías... entonces, señores políticos, a que esperan a poner un candidato a la presidencia que sea mujer? No hay ninguna que de la talla?

Unknown dijo...

Corrijo: sí vi la película!

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