miércoles, febrero 08, 2017

Los de PODEMOS y su social democracia.



La Universidad, en general, debiera ser un lugar de debate fundamental de ideas. Se entiende que de ideas diversas, algunas contrarias, otras afines y otras al fin irreconciliables con las primeras, pero siempre dentro de un ámbito tolerante. Cuando en la Universidad unas ideas se imponen por la fuerza a todas las demás, pierde su esencia de contraste, de debate de confrontación ideológica, para convertirse en una máquina alienante y de imposición del mal llamado Pensamiento Único, cuando no directamente, de persecución ideológica. Y eso es exactamente lo que sucedió en la Facultad de Ciencias Políticas de Somosaguas en Madrid.

Todos saben que dicha Facultad es la cuna de PODEMOS y de todos los movimientos circundantes que dieron lugar al partido. Los Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y demás, coincidieron en sus aulas como ilustres profesores, al tiempo que compaginaban su actividad docente con sus trabajos de asesoramiento al gobierno bolivariano de Chávez y después de Maduro.

La camarilla terminó por adueñarse  de la Universidad. No sólo de sus aulas donde impartían sus enseñanzas, sino también de la sala de profesores, donde debería ser un lugar de asueto, de esparcimiento, de diálogo y de descanso, pero sin llegar a lo que se convirtió al final: en un fumadero de derivados del opio, en un antro donde fundamentalmente, se jugaba a las cartas y que normalmente no frecuentaría ninguna persona decente en su sano juicio. 

Las tareas docentes y las relaciones cada vez más estrechas con la camarilla de los correligionarios, daban juego para mucho. Que si hoy organizamos una manifestación en contra de la guerra - da igual de qué guerra se tratase, siempre que no fuera Venezuela, claro - o mañana invitamos a Chávez a  nuestro auditorio. 

Mientras tanto, Monedero, presumía de sus éxitos en Venezuela enviando SMS al móvil personal, a una de sus alumnas. Al tiempo, Chávez, era recibido como un héroe en la Facultad de CCPP, en su viaje oficial a España.

Fue en esta visita cuando una de las alumnas de la Facultad, de nacionalidad Venezolana, tuvo un enfrentamiento directo con ese supuesto social-demócrata llamado Juan Carlos Monedero. Ante la pregunta - estúpida por demás - de qué le parecía Chávez y su gobierno, la venezolana, exiliada en España por razones ideológicas, le dejó bien claro que no compartía sus gustos. Ante semejante demostración de sinceridad extrema y sin haber dado muestras de sentirse intimidada ni por la presencia del excelso líder bolivariano ni por el insigne profesor Monedero, éste, no tuvo mejor ocurrencia que comenzar una serie de insultos, entre los cuales el más suave fue “tú eres una hija de puta fascista”. Si ya de por sí, este tipo de actitud dice poco - o mucho, según se mire - del talante del que se pronuncia de esta forma, mucho menos es aceptable cuando se trata de un profesor de una Universidad, en la que supuestamente se imparten asignaturas tendentes a abrir las mentes, al razonamiento y al debate, y no una única y exclusiva ideología como la  marxista leninista.

A los pocos días, los suficientes como para que no se pudiera establecer claramente una relación causa-efecto, la estudiante venezolana fue expulsada de la Facultad.

Estos son los social demócratas que pretenden ir dando lecciones de cualquier cosa que se les ocurra, pero sobre todo, de demócratas. Mucho votar, mucha asamblea, mucho protocolo de asambleas, pero cuando se trata de respetar - que no de compartir - las ideas de otros, “como una olla”, que decía Rocío Jurado. ¿O no era así exactamente la canción?

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