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lunes, septiembre 11, 2023

Los idus de septiembre

Debe ser alguna fecha cabalística mágica para que tantos sucesos se produzcan siempre el mismo día, del mismo mes, aunque en distinto año. Pensando en ellos, he intentado recordar dónde narices estaba yo en esos días, al menos, en los más conocidos.

Sin duda el más famoso de todos es el último. Es tan famoso que ya ni siquiera se le pone el año, que viene a ser el apellido que distingue a uno de otro. El 11-S ha pasado a ser el de las torres gemelas, el WTC, Bin Laden, los aviones estrellándose contra los edificios. Eso fue en 2001. Pocos días después yo firmaba mi contrato con una nueva empresa. Ya no existen las torres gemelas, ni Bin Laden. Tampoco existe la empresa, pero sigo siendo amigo de quien me contrató y fue mi jefa.

Echando la vista atrás, también fue un 11 de septiembre cuando el golpista Pinochet dio un golpe de estado en Chile, provocando el suicidio del presidente Allende. Eso fue en 1973. ¿Dónde estaba yo entonces? Pues a pocos días de comenzar el curso escolar (el COU), mi último año con la tribu de los “sotánicos”.

Para mí, aquel golpe y todo lo que vino después se enmarcaba en el mismo contexto que la guerra de vietnam con la que habíamos comido a diario desde hacía años, aunque, en realidad, fue en enero de 1973 cuando se firmó el armisticio en París. En este caso concreto, y me desvío del tema central, fue Nixon quien terminó con la guerra, pero pasó a la historia por lo de Watergate.

Y he dejado para el final otra concatenación de eventos magnos, aunque a fue de ser sincero y exacto, no fueron el 11 de septiembre sino el 12.

En esa fecha, el 12 de septiembre de 1980, se producía un golpe de Estado en Turquía. ¿Y eso es importante? Para los turcos, desde luego, pero ¿dónde estaba yo? Pues en ese momento estaba en un juzgado de Moratalaz, Madrid, contrayendo matrimonio, aunque viendo las fotos del evento, pudiera dar la impresión de que se trataba de un entierro o un velatorio a tenor de las caras de los invitados.

Si la ceremonia se inició con un golpe de estado, la luna de miel se inició con la única huelga en la historia de los controladores aéreos portugueses, lo que motivó la cancelación de nuestro vuelo a Madeira. A la mañana siguiente, nos presentamos en la agencia de viajes con las maletas y dispuestos a salir de allí con un nuevo destino y por el mismo precio. Fue así como conocí Lanzarote. Aunque debo señalar, que al llegar al aeropuerto nos perdieron una maleta y nos quedamos encerrados en el ascensor unos minutos, ya en el hotel. Por si todo esto no fueran suficientes signos enviados por los dioses, el coche de alquiler, también nos dejó tirados.

Así es que cuidaros de los idus de septiembre que los carga el diablo.